25. Estás imponente

El colegio era un hervidero de gente. Felix, Suni y Jisung fueron directos al aula de la pequeña. Cuando abrió, lo primero que notó fueron los nervios del alfa porque sus feromonas no eran tan calmadas como siempre. Estaba ayudando a Ryujin a ponerse sobre la ropa una especie de peto hecho de flecos de colores brillantes.

—Perdón por el retraso —se excusó, el profesor lo miró con una sonrisa que desapareció cuando realizó un escaneo concienzudo de arriba abajo. Se sintió un poco fuera de lugar y se arrepintió de la elección de su atuendo, aunque no era nada extravagante.

—¡Señor Lee, llegamos tarde porque papá se cambió de "ofis" cinco veces!

—Suni, traidora —acusó. Ella se echó a reír y lo abandonó allí, bajo las pupilas del hombre que ni siquiera le había saludado.

—Es "outfit", bebita —corrigió en voz alta Felix—. Hola, señor Lee. —Minho se puso de pie muy lentamente, ni siquiera parpadeaba—. Parece que al profesor le comió la lengua el gato... O la ardilla —murmuró en su oído su amigo. Jisung le dio un codazo, reprobando su actitud con la mirada.

En ese momento, se sentía demasiado inseguro. Su hyung lo escrutaba sin decir una palabra y dudó sobre la elección de ropa que tanto le costó tomar. Es decir, ni siquiera iba tan exagerado, cuando salía con Felix de noche era mucho peor. Pero, aparentemente, no era apropiado para ese momento, o, al menos, para el profesor.

*N/A: La ropita del Quokka es mi ofis favorito de todos los tiempos: 

—¡Han Jisung, qué guapo estás! —La voz de Park Seonghwa se escuchó en el aula. El omega lo rodeó, observando con detalle lo que llevaba puesto. Jisung se sentía más pequeño cada segundo que pasaba—. Te queda bien el negro. —El hombre sonrió, con sus ojos desapareciendo en dos rendijas. Felix le dio un toquecito discreto para que reaccionara.

—Gracias, Park-ssi —musitó—. Tú también estás muy guapo. —Para su desgracia, no mentía.

Se dio cuenta de que tal vez hubiera sido mucho mejor llevar algo más relajado, como lo que el omega tenía puesto. Estaba seguro de que tenía un conjunto parecido. La chaqueta y el pantalón de tartán con la camiseta le daban un aire más informal y adorable, nada como la maldita ropa negra que él llevaba puesta. ¿Cuándo me convertí en gótico?, se preguntó, odiándose por las elecciones estilísticas que tomó.

*N/A: La ropa de mi amado Seonghwa

Park fue hasta un estupefacto Minho que pareció salir de su trance. Jisung quería que la tierra lo tragara, no sin antes tirarle del pelo a ese omega que era tan alto y tan bonito. Se dio la vuelta resoplando y salió de la habitación, Felix lo siguió con una carrera.

—Oye, ¿qué pasa?

—Debí ponerme una camiseta, esto es demasiado revelador —masculló—. Me siento fuera de lugar. No quiero estar así vestido, llévame a casa para cambiarme, por favor.

—¿Estás zumbado? Ya hemos llegado tarde, esto empezará en un rato, no te dará tiempo —discutió su amigo, tirando de su brazo hacia el campo trasero de la institución.

—Felix, por favor —lloriqueó. El omega rodó los ojos y le pasó las dos bolsas que cargaba. El chico se quitó la chaqueta y se colocó la preciosa y carísima camisa que llevaba. Un segundo después, se la tendió, quitándole las bolsas llenas de comida de las manos.

—Si lo que te preocupa es que es muy reveladora, ponte esto. Además, la camisa es de Amiri, para lo que ha costado, tengo que lucirla. —Tenía una sonrisa grande y orgullosa, el aroma a fresa se percibió calmante. Jisung estaba tan conmovido que casi llora.

*N/A: la ropa de Felipe, que también está arrebatador:

—Gracias —dijo, poniéndose la cazadora vaquera para cubrir sus hombros. Le dio un beso a su amigo en la mejilla y abrió las puertas del final del pasillo con mucho mejor ánimo.

La mañana era fresco y soleada, por suerte, no había llovido en un par de días. El césped del campo de fútbol trasero estaba lleno de puestos de comida, pequeñas carpas, distintos juegos, mesas con sombrillas y un escenario al fondo. Fueron directos hacia el stand de la clase de Suni y Felix sacó los seis tápers llenos de diferentes dulces, entregándoselos al profesor omega que había allí.

—Busquemos un buen sitio, quiero grabar a mi bebita.

Tirando de su muñeca, lo arrastró hacia un grupo de sillas justo frente al escenario. Jisung se sacudió los pantalones, cerrándose la chaqueta.

—Jisung, estás imponente, deja de preocuparte.

—¿Viste su cara? Ni siquiera nos saludó. ¡Qué desastre!

—Hola... —Reconocería esa voz en cualquier parte, así que se giró, respirando hondo para no mandar a ese idiota a la mierda.

—Oh, ahora estás de color rosa —exclamó Felix, estaba igual de sorprendido, el rosa le quedaba bien—. ¿Cómo haces para no tener el pelo como paja?

—Tú también llevas el pelo decolorado, Felix —se defendió Hyunjin, con las cejas fruncidas.

—Eres como Clementine —añadió el rubio.

—¿Quién?

—La protagonista de "Olvídate de mí". Era de esperar que no la hayas visto, es una película para corazones sensibles —afirmó su amigo, encogiéndose de hombros justo antes de sentarse en una de las sillas. Hyunjin rodó los ojos con aburrimiento.

—Lo que sea... —Se giró para mirarlo y Jisung cerró la chaqueta con el rubor cubriéndole las mejillas—. ¿Dónde está Suni?

—Preparándose, en unos minutos saldrán a bailar —contestó, bajando los ojos al suelo. Jugó con sus manos, nervioso. Todavía estaba un poco enfadado con el alfa, pero sabía que había venido solo y se sintió culpable por la posibilidad de que tuviera que sentarse en una silla lejos. Después de todo, era el padre de su hija—. ¿Quieres sentarte con nosotros? —ofreció.

El alfa pareció un poco tímido, pero sus ojos brillaron. Tal vez estaba esperándolo, porque asintió sin decir nada y tomó asiento. Jisung lo imitó, colocándose entre él y un Felix que toqueteaba los ajustes de la cámara del móvil "para grabar con la mejor calidad a su bebita".

—¡Jisung! —Madre santa del cielo, ¿no puede parar la gente de reconocerme? ¿No ven que solo quiero desaparecer?

«Una belleza como esta no puede pasar desapercibido», no era el momento de que el chucho se pusiera narcisista. Sobre todo cuando Changbin llegó hasta ellos con una carrera corta y una sonrisa que solo le dedicó a él.

Pudo oler el cambio en el aroma de Felix y lo sintió tensarse a su lado, pero el instructor de taekwondo lo evitó deliberadamente. Jisung volvió a levantarse, y, con sorpresa, recibió el abrazo apretado de aquellos brazos musculosos. Se sintió pequeño, esta vez de una buena manera, y lo suficientemente a salvo como para dedicarle una sonrisa también.

—No sabía que vendrías, Changbin hyung —dijo, recibiendo los golpes duros en su espalda.

—¿Cómo me lo iba a perder? Suni y Hoshi me hubieran pateado el próximo sábado en clase —bromeó—. O se hubieran puesto a llorar.

—O te obligarían a comer verduras.

—Dios, cualquier cosa menos eso —dramatizó, llevándose una mano a la frente y la otra al pecho.

—Suni se pondrá contenta, no ha parado de hablar de ti en toda la semana.

—Es que soy irresistible. —El carraspeo de Hyunjin y sus feromonas posesivas interrumpieron al alfa.

—Ehm... Ya conoces a Hyunjin... El otro papá de Suni —comentó, rascándose la nuca.

Hwang se levantó, elegante y altivo, y le tendió una mano. El chico tuvo que levantar la cabeza para mirarlo, hubo entre ellos algún tipo de intercambio alfa que no entendió ni quería entender. Estaba lo suficientemente harto de todo como para ignorar esa silenciosa lucha de miradas por ver quién la tenía más larga.

Se estrecharon las manos con saludos que sonaron más a ruidos neandertales que a palabras. Han decidió que Hyunjin se podía ir a la mierda y que le apetecía muchísimo pasar un rato con Changbin.

—¿Por qué no te sientas con nosotros? —Hubo tres reacciones distintas a esa pregunta.

La primera, el gruñido del pelotinto y la forma en la que marcó territorio con su olor alrededor de Jisung, incomodándolo. La segunda fue la de Felix, al que escuchó maldecir en voz baja mientras el aroma a fresas se tornaba un poco agresivo. La última, la de Changbin, que subió las cejas con sorpresa y lanzó una mirada fugaz al rubio pecoso que no se había levantado de su asiento, justo antes de encarar el obvio mal humor de Hwang.

—Me sentaré detrás de ti —contestó con una sonrisa retadora, haciendo justo lo que había dicho.

Jisung no miró a Felix ni a Hyunjin, sino que se giró para charlar con el alfa de cualquier cosa, preguntándole por su semana, por la última serie que estaba viendo y, en general, por su vida. Tenía que confesar que, contrario a lo que esperaba, los olores de esas tres personas lo hicieron olvidarse de lo mal que lo miró Minho. A pesar de que Felix estaba mortalmente silencioso y de que Hyunjin mascullaba, fingiendo que no le hacía caso al agradable alfa, Jisung dejó de pensar en lo inapropiada que era su ropa y lo apropiado que era el conjunto de Park Seonghwa.

—¡Chicos! ¡Por fin os encuentro! —Seungmin interrumpió la charla acercándose. Si no fuera porque reconocía el olor a rosas, no hubiera sabido quién era.

—¿Eso es una peluca o te teñiste? —habló Lixie por fin, levantándose para darle un abrazo a él y otro a su marido.

—Es una peluca. —Jisung imitó a su amigo, saludándolos a los dos.

—¿Por qué vienes de incógnito?

—Es el día de los niños, no quiero que me presten atención —comentó. Mirando a través de las gafas de sol a los dos alfas silenciosos que seguían en su sitio. Se inclinó brevemente ante ellos y se levantaron, repitiendo la venia. Los ojos de Changbin brillaron—. Soy Seungmin.

—El papá de Hoshi —terminó Seo, estirando sus manos para saludarlo con muchísimo respeto—. Es un honor conocerlo, señor Kim Seungmin.

—No puedes ser menor que yo.

—Tengo 29.

—Efectivamente, eres mayor que yo. Señor se lo llamas al viejo este, a mí no —bromeó, señalando a Chan. El australiano rodó los ojos—. ¿Tú quién eres?

—Es Seo sabumnim, el instructor de taekwondo —contestó su marido—. Seo, Hwang.

—¡Buenas tardes a todos! —La voz del director Yoo en los altavoces los interrumpió. Seungmin y Chan se sentaron detrás de ellos con Changbin—. Muchas gracias a todos por venir, por colaborar y por compartir con nosotros el festival de primavera. Sin mucho más que decir, los dejo con las actuaciones. Espero que disfruten tanto como el alumnado lo ha hecho preparándolas.

Jisung se puso nervioso, tenía muchas ganas de ver a Suni bailar. Hyunjin, a su lado, sacó la cámara de fotos del bolso que llevaba y Felix pareció olvidar que lo había traicionado un poquito pidiéndole a Seo que se sentara con ellos.

Los grupos fueron saliendo, algunos cantaron, otros bailaron y dos clases de los "mayores" hicieron una pequeña obra de teatro. Terminó pasándoselo muy bien, no podía mentir. El ambiente era festivo y parecía que aquel variopinto grupo había enterrado el hacha de guerra, en parte gracias a la poca vergüenza de Seungmin, que gritaba como un fanático, reía como si estuviera loco y comentaba con todos lo que le parecía. Tuvo que agradecer que su hija hiciera amigos con padres tan fantásticos como los de Hoshi.

—Ahora, la clase del señor Lee bailará OMG de NewJeans. ¡Un aplauso! —pidió el director. Los seis tarados que se amontonaban en las primeras filas gritaron como enajenados, él mismo incluido.

Los pequeños fueron saliendo de dos en dos al ritmo de la música, Jisung tenía el estómago hecho un revoltijo de nervios. Buscó a la niña con los ojos, la encontró junto Yunho y le dio una sonrisa, con los dos pulgares arriba. Felix jaleó su nombre. Aquello era un caos, un estupendo desastre que la pequeña pareció apreciar porque se echó a reír siguiendo los pasos sencillos.

—Mi padre tiene razón —exclamó Hyunjin, sin dejar de pulsar el disparador de la cámara.

—¿En qué?

—Es perfecta, una genio. ¡Mírala, Jisung! ¡Qué talento tiene, Dios santo! —Sonaba tan genuinamente orgulloso que asintió, aunque en realidad no era la que mejor bailaba.

Justo en el momento en el que empezaba el estribillo, los chiquillos hicieron una formación para dejar a Hoshi en el medio y, como apareciendo de la nada, Minho se colocó detrás de él. Estaba guapo incluso con esos flecos de colores encima. Se cerró la chaqueta inconscientemente, pensando que no quería que lo viese de nuevo.

Oh ma oh ma ga —berreó Changbin a su espalda. Por el rabillo del ojo, lo vio seguir la coreografía, de pronto, los seis movían la cabeza con la mano en la sien.

Minho sonrió desde su lugar, detrás de los niños. El pequeño Bang hizo incluso un dancebreak que los impresionó a todos. Jisung pensó que si las circunstancias no fueran tan extrañas, no le importaría compartir más momentos como esos con ellos. Incluso con el alfa pelotinto que ahora miraba con adoración a la niña que ambos habían concebido.

La canción terminó con una ovación del público, o eso le pareció a Jisung, porque ellos estaban levantados, silbando, aplaudiendo y gritando por lo bien que lo habían hecho.

Cuando el espectáculo acabó, Seungmin decidió que todos se sentarían en una de las mesas bajo las sombrillas. Nadie discutió, ni siquiera Felix era capaz de llevarle la contraria aunque sabía que no estaba cómodo por la presencia de Seo alrededor.

Como no había sillas para todos, se repartieron entre las mantas de picnic y la mesa antes de que Bang Chan, Felix y Hyunjin fueran a por comida. Seungmin y Changbin hablaban de música, no le sorprendió, el alfa era un tipo muy fácil de tratar, aunque Hyunjin siguiera mirándolo con reprobación.

Se quitó los zapatos y se tumbó al sol en una de las mantas mientras los otros dos seguían con la cháchara junto a él. Hacía un poco de calor, pero todavía corría una fresca brisa que hacía agradable estar ahí.

Alguien le tapó la luz y abrió un párpado, sonriéndole a Hyunjin cuando se acuclilló a su lado. Jisung se incorporó, dando un golpecito en la manta a su lado para invitarlo a sentarse.

—¿Me pasarás alguna de las fotos? —preguntó Han. Él lo miró y sonrió, asintiendo.

—Claro que sí, si quieres te imprimo la mejor para que la pongas en casa.

—Eso estaría genial, muchas gracias. Quiero mandarle algunas a mis padres.

—No hay de qué. Mis padres empapelarían la casa con su cara si les dejase —bromeó, Han le dio un golpecito en el hombro—. Les dio mucha pena no venir, pero no pudieron volver de Estados Unidos a tiempo.

—Suni lo entenderá... Felix puede mandarte el vídeo para que se lo enseñes también. —El aludido se acercó, sentándose con las piernas cruzadas en la parte sombreada de la manta. Traía un plato con algunos aperitivos, Jisung picoteó de ese y del de Hyunjin, aunque no tenía mucha hambre.

—¡Papá! ¡Papi! —El berrido de su hija fue el único aviso justo antes de que la enana impactara contra su pecho. Al alfa le dio el tiempo justo para apartar la comida hacia un lado antes de que Suni hiciera al omega caer sobre la manta—. ¿Viste que bien lo hice, papá? ¿Viste lo bien que lo hizo Hoshi? —La niña apoyó sus codos sobre el pecho de Han, elevándose para mirarlo a la cara.

—Claro que sí, ardillita, lo hiciste muy bien, estoy muy orgulloso de ti —le dijo, dándole un besito en la mejilla.

—Ahora eres una máquina de bailar y serás una máquina de matar —afirmó Felix, pellizcándole los carrillos inflados.

—¿A ti también te gustó, papi?

—¿Cómo no me iba a gustar si eres una princesa talentosa? —Hyunji se acercó para darle un beso en la mejilla a la niña. Lo vio arrugar la nariz cuando sintió el olor de Minho sobre ella—. Ven aquí. Dale un beso a tu anciano padre.

La alzó del pecho de Jisung, tumbándola en su regazo para darle muchos besos en las mejillas y hacerle cosquillas hasta que ella chillaba. El omega sabía que estaba tratando de "borrar" el olor de Minho de ella, pero no quería empezar una discusión cuando el ánimo era tan alegre. Le acercó un poco de fruta a la resollante chiquilla y ella masticó la sandía sin moverse de su lugar, sentada sobre las piernas cruzadas de su padre.

—¿No tienes calor, Jisung? —preguntó Felix—. Estás sudando... —Sí que tenía calor, quería quitarse la maldita chaqueta pero no podía. Negó con la cabeza—. Joder, deja esa idiotez ya, estás guapo, te queda espectacularmente bien esa ropa. Además, mira al pelotinto, está todavía más extra que tú.

—La ignorancia es muy atrevida, Suni —comentó el alfa—, ¿verdad que tu papi viste muy bien?

—Sí, eres como un modelo. Si cuando sea mayor soy tan alta como tú, seré modelo —aseguró.

—Por supuesto que lo serás, tienes los genes Hwang. Mira esa boquita hermosa, vas a ser una rompecorazones. Y te vestirás tan bien como yo —aseguró el hombre.

—Papá está muy guapo también, pero no sé por qué se puso la chaqueta si hace calor...

—¡Eso mismo digo yo, bebita! Eres un genio.

—Sí soy —afirmó, Jisung puso los ojos en blanco—. Quítate la chaqueta papá, deja que papi vea que guapo te pusiste.

—¡Minho hyung! —exclamó Seungmin desde la mesa, moviendo la mano. Jisung se tensó, sentándose muy recto y cerrándose la chaqueta. Suni se levantó del regazo de Hyunjin para correr hacia el profesor, que venía con Hoshi.

—Eres imbécil, ya te dije que seguramente puso esa cara porque the alpha was too stunned to speak —murmuró Felix.

—¿El alfa entrometido te miró mal por tu ropa? ¡No me jodas! ¿Qué criterio tiene ese tipo tan beige?

—¿Beige? —preguntaron ambos.

—Insulso, soso... Beige —aclaró el alfa con un ademán de la mano—. Enséñame qué llevas puesto, vamos.

Hoshi y Suni llegaron con gritos de júbilo, haciendo mucho ruido. Jisung se puso muy nervioso, pero no quería levantar los ojos del plato de fruta que había entre los tres, sobre la manta. La sandía nunca le había parecido tan interesante.

—Vamos, Sunggie, muéstrale al pelotinto lo que es el estilo.

—Ya basta.

—Venga, Jisung, no te hagas de rogar. —Siguieron insistiendo entre susurros y él no quería seguir escuchándolos, así que se quitó la chaqueta con rabia y se la tiro a Felix en la cara. Los dos idiotas rieron.

—Estás espectacular, pedazo de imbécil —gruñó el pecoso.

—Sí que lo estás —afirmó Hyunjin, acercándose para colocarle el cuello de la camisa—. Me gusta el rollo, "blazer pero no blazer". Es sexy.

—Deja de tocar a mi sexy omega, pelotinto.

Jisung se dejó caer en la manta, avergonzado por esos dos idiotas. Cerró los ojos y respiró hondo, tratando de no pensar en que estaba con esa ropa tan reveladora en medio de un picnic escolar. Definitivamente, no debió ponerse ese conjunto.

—Toma, un trozo de sandía por lo sexy que estás —propuso Hyunjin. Sintió el frescor de la fruta en su boca y la abrió, masticó el pedazo sin abrir los ojos.

—Si comes tumbado te vas a ahogar. —Minho sonaba lo suficientemente cerca para estar encima de él.

«Ojalá estuviera encima ahora mismo»

En vez de un chucho voy a pensar que eres un maldito conejo.

Efectivamente, la sombra le tapó el sol. Abrió un párpado con timidez; su mandíbula parecía apretada, igual que su postura. Se incorporó, pero se resistió a levantarse, no quería parecer un niñato enamorado, aunque lo estuviera.

—Enhorabuena por el baile, Minho hyung. Te pasaré el vídeo por Kakao —felicitó Felix.

—Gracias. No comas tumbado, Jisung —repitió, diciendo su nombre claramente.

—No es un niño pequeño, no va a ahogarse con un trozo de sandía —replicó Hyunjin. Miró al alfa y le rogó con los ojos que no empezara a martirizar a Minho. De verdad quería tener una maldita tarde tranquila.

Lee miró fijamente a Han durante unos segundos, volvió a hacerlo sentir inseguro y pequeño y se encogió un poco sobre sí mismo. Deseó no haber lanzado la chaqueta contra Felix.

—¿Puedo hablar contigo de una cosa? —soltó de sopetón, dando un paso atrás—. ¿Puedes acompañarme?

—Eh... Sí...

Lo siguió, tres pasos por detrás. Entraron al edificio y recorrió el pasillo en silencio. Lo condujo hacia la misma salita donde le había comunicado que su hija estaba en el camino del malandrismo. Jisung no entendía qué estaba pasando. El olor de Lee era suave, como siempre, mucho más controlado que cuando llegó esa mañana al aula.

—¿Ha pasado algo con Suni? —preguntó, justo cuando el alfa abría la puerta—. Si es así, creo que Hyunjin también debería estar.

—No —bufó, tomándolo por la muñeca y arrastrándolo al despacho.

Lo tomó por sorpresa. Cerró la puerta y lo empotró contra la madera un segundo después, los antebrazos del alfa lo encarcelaron en el espacio agobiante. Sus palmas fueron automáticamente contra los pectorales ajenos, sobrecogido por la violencia con la que lo había "secuestrado" en aquella pequeña sala. Jisung respiraba descompasado, mirando fijamente al profesor, aunque él tenía los ojos bajos y su flequillo los cubría.

El hombre acometió con sus caderas contra su cuerpo, presionándolo contra la superficie a su espalda. Una mano lo tomó del pelo y, con un tirón brusco, le hizo girar la cabeza. Jisung no entendía una puta mierda de lo que estaba pasando, pero no pudo más que jadear cuando sintió la nariz afilada recorriendo su yugular.

Las manos recorrieron el perfil de su cintura y fueron directas a su trasero, donde apretó con la misma posesividad que sus feromonas declaraban.

—Te fuiste sin que pudiera decirte nada. Ni siquiera me diste ánimos para la actuación —se quejó. El aliento rozó su piel.

—Lo... Lo siento —se disculpó, cerrando los ojos cuando el muslo duro de Minho se metió entre sus piernas.

—Tienes que compensarme —La lengua ajena recorrió su piel —. Fuiste malo conmigo y tienes que compensarme si quieres que te perdone.

—Pero... —Los dientes se cerraron sobre su glándula de olor con fuerza antes de que absorbiera la carne. Jisung perdió el hilo de sus pensamientos, restregándose contra la pierna ajena.

Oh, cielos, esto iba a acabar muy mal.

«O muy bien»

Lee se apretó contra él, se sentía en una prensa: las manos lo tocaron ásperamente, una en su nalga y la otra recorriendo su brazo desnudo. Presionó las yemas en su bíceps con tanta fuerza que soltó un gemidito de dolor. Pero no pudo hacer mucho más.

La boca caliente cubrió la suya, lo besó con desesperación, como si tuviera con prisa. Minho parecía hambriento de él de un montón de formas poco inocentes. Le mordió el labio inferior y su lengua entró, saqueándolo. Jisung jadeaba, prácticamente asfixiado. Ni siquiera se dio cuenta de cuando había soltado su brazo, pero su mano estaba en la parte delantera de su pantalón, frotando con brío. Cerró los ojos y clavó sus propios dígitos en los hombros del profesor.

Lo dejó respirar, atacando otra vez su cuello con mordiscos duros. Han no sabía si huir o pedirle más. Estaba excitado, el olor del profesor, aunque suave, lo cubría.

—Con este pantalón se te marca todo —soltó de pronto, con un tirón violento de su lóbulo que lo hizo gemir—. ¿Viniste así vestido para torturarme?

—No. —Vino así vestido para impresionarlo, no para torturarlo, pero no le salían las palabras.

—Te quitaste la chaqueta cuando te lo pidió Hwang —continuó, ignorándolo.

Jisung no estaba pensando con claridad, porque si no, se hubiera dado cuenta de que algo no andaba bien. Por ejemplo: la voz de Lee, sus manos agresivas o la forma en la que mordía sus clavículas. Nada de eso era normal, ni siquiera las cosas que le estaba diciendo lo eran.

Desabrochó un botón de su camisa y tironeó de la tela hasta bajarla por su hombro. Su boca ávida se enganchó a su pezón con dentelladas inclementes. Jisung gimió en voz alta, restregándose contra el muslo que lo tenía de puntillas. El profesor gruñó una maldición, manteniendo entre sus incisivos la punta llena de nervios. Volvió a chupar antes de soltarla con un chasquido obsceno. Su mano retornó a su pelo y enterró la cabeza en el hueco de su cuello, oliendo con desesperación aquel espacio.

—No me gusta que huelas a él, no quiero que huelas a él —reclamó—. Quiero que seas solo mío.

A Jisung le temblaron los párpados cuando empujó una vez más, fingiendo una embestida. No sabía si iba a correrse, a desmayarse o a morirse, pero estaba cerca de cualquiera de esas cosas. Un teléfono móvil sonó en alguna parte y el alfa se apartó, sacudiendo la cabeza con confusión. Era el de Minho.

Lo tomó de su bolsillo, miró la pantalla y gruñó, frustrado, apartándose de él. Han todavía respiraba con dificultad, apoyado en la puerta. No entendía qué pasaba, pero sí que tenía muchas ganas de bajarse los pantalones y que lo follara en ese despacho, mientras todo el mundo seguía divirtiéndose en el festival

Mierda, había olvidado por completo donde estaban.

—Minho hyung —susurró, el chico lo miró a los ojos y lo vio apretar los puños—, estamos en el colegio ahora... pero tal vez podamos quedar esta noche...

—No. —lo pilló desprevenido la respuesta.

—Ah...

—Me voy a casa, no me encuentro bien.

—¿Qué?

—Apártate de la puerta, por favor.

—Ey, espera, ¿qué acaba de pasar?

—Nada, tengo que irme.

—Pero si hace un momento estábamos bien...

—Jisung, he dicho no me encuentro bien.

—¿Po... podemos vernos esta noche? ¿O mañana? —tartamudeó, abrumado por esos ojos intensos que lo miraban como si quisiera atravesarlo.

—No. Estoy enfermo, ni siquiera debería haber venido hoy.

Lo empujó con suavidad, apartándolo de la puerta. Jisung ahora sí que no entendía una mierda. Tardó unos segundos en reaccionar para seguirlo, pero el alfa ya corría hacia el aparcamiento. Lo vio subirse al coche y arrancar como si lo persiguiera la policía.

Frustrado (una vez más), enfadado y confundido, se dio la vuelta para volver al campo de fútbol. Se lavó la cara antes de ir y vio en el espejo las marcas completamente visibles que tenía en el pecho.

Joder, debí traer algo menos revelador.

—Entonces, se marchó sin más.

—Si, me dejó encendido como una hoguera y se largó en el coche como si esto fuera Tokio Drift. —Han se frotó los muslos, agobiado.

La tarde había caído después de un intenso día en el que comieron un montón de porquería, Felix triunfó con su brownie y jugaron a cosas estúpidas con los niños. En realidad, había sido un festival muy divertido.

—Tiene más pelo que Toretto.

—¡Felix! —reprendió, con un puchero.

El rubio apartó la mano del volante para ponerla sobre la de Jisung, que seguía rascando el pantalón compulsivamente. Han había vuelto de su "charla" con el profesor agitado, pero se controló ocupándose de Suni y Hoshi como lo hacía normalmente, jugando con otros niños y perdiendo el tiempo en cualquier actividad.

Todos habían olido el reclamo sobre su cuerpo, pero solo Hyunjin gruñó. Por suerte para Han, nadie comentó nada entonces. De hecho, Felix había esperado a que Suni se marchara con su papá pelotinto antes de preguntarle nada a su amigo.

—Igual se estaba cagando —Era lógico que huyera del omega si tenía un virus estomacal—. Se encontraba mal, tal vez tenía diarrea.

—No sé. Estaba raro, estoy preocupado por él. Y encima, Changbin hyung se puso todo críptico y se marchó.

—¿A qué viene eso de "Changbin hyung", por cierto? —preguntó, tratando de sonar casual, mirando al frente.

—A que es mayor que yo.

—¿Desde cuándo sois tan cercanos?

—Desde que te pasaste una semana ignorándolo mientras él se preocupaba por ti.

Touché.

—Felix, ¿qué te pasa con él? —Se lo tenía merecido, si no hubiera querido indagar en esa repentina amistad que Jisung tenía con el alfa, no lo tendría preguntando por cosas que ni él mismo sabía responder.

—No me pasa nada. Y estábamos hablando de Minho, no cambies de tema.

—Tú cambiaste de tema, imbécil. Y ahora quiero saber qué te pasa con Seo.

—No me pasa nada—reiteró—, es un alfa con el que me acosté. Estuvo bien, ya está. No quiero tener citas, ni una pareja. No me interesan esas cosas.

—Pues no seas cabrón y deja de hacerle ghosting. Dile que no quieres nada con él y ya está. Es un buen tipo, seguro que lo entiende.

Felix no lo creía, los alfas no entendían lo que significaba no. Si a él lo ignoraran de la manera que estaba siendo ignorado Seo, ya tendría bloqueada a la otra persona. Sin embargo, el tipo siguió insistiendo durante mucho, muchísimo tiempo. Además, ¿a qué venía que ese imbécil fuera tan amiguísimo de Jisung como para darle un abrazo en público? ¿Tendría que competir también contra él? Empezaba a hartarse de que su omega fuera tan social. Si seguía así, lo denunciaría por abandono del hogar.

«Solo defiende al alfa porque es amigo de su alfa», se quejó su lobo, más triste de lo que Felix esperaba.

No tenía nada en contra de Changbin y su animal normalmente no hablaba de él, sobre todo, después del incidente del celo. Pero era verdad que no quería esas atenciones que le prodigó el hombre. No le gustaban ese tipo de cosas y no iba a cambiar de opinión por un tipo cualquiera al que se folló un par de veces.

—Solo estás diciendo esto porque es amigo de Minho. No te preocupaste por ninguna de las personas a las que ignoré anteriormente.

—Por supuesto que lo hago por eso. Me cae bien, Lixie —Han le dio unos toquecitos en la mano—. Me lo pasé muy bien hoy, joder, me gustaría volver a repetir un plan así. Además, Seungmin nos ha invitado a todos a su casa.

—También ha invitado a Hwang, ¿vas a darle también el sermón de que deje de gruñir a todos los alfas solteros que se te acercan? —Jisung arrugó las cejas, como si estuviera pensando en algo y se giró hacia la ventanilla—. ¿De verdad crees que Minho irá a casa de Seungmin si va el pelotinto?

—¿Por qué no iba a ir? Puede que no se lleven bien, pero creo que es la mejor forma de que Hyunjin vea que Minho es un encanto.

—Jisung, crece de una vez —Le dio un coscorrón y su amigo se frotó la coronilla con una carita triste—. Minho debe pensar que Hwang y tú tenéis algo.

—¿Qué tonterías estás diciendo? En el colegio saben que no estamos juntos.

—Hyunjin es posesivo contigo.

—Tú también lo eres, Felix —interrumpió—. En realidad... —suspiró, negando.

—¿Qué?

—Nada, no es nada.

—¿No es nada de qué? Ahora me lo cuentas, imbécil, no me dejes en ascuas.

—Es que... Dijiste eso y... No, no puede ser.

—Ay, Jisung, por favor, no empieces a hablar contigo mismo. No tengo un micrófono en tu cerebro. —Han le enseñó el dedo del medio.

—Es posible... Bueno, yo no lo creo, pero es posible que Minho sienta celos de Hyunjin.

—¡Baia, no me lo experaba en absoluto! —ironizó.

—Es solo una posibilidad, Minho no tendría por qué sentir celos, sabe que no estamos juntos. Joder, si quisiera estar con Hyunjin hubiera tenido miles de oportunidades.

—Una la aprovechaste y te llevaste un regalito de por vida.

—A veces te detesto.

—Es recíproco, tranquilo —Jisung hizo una mueca. Felix sonrió, volviendo la vista al lento tráfico—. Bueno, ¿qué vas a hacer con el alfa celoso con cagalera?

—Ay, qué desagradable eres, joder —se quejó, poniendo cara de asco—. No sé, no sé qué debería hacer. Quiero hablar con él, necesito saber si está bien y no me contesta el maldito teléfono... Y quiero decirle que es un imbécil porque me dejó caliente.

—Jisung, admite de una vez que quieres ir a follar con él —cortó la retahíla, cambiando la dirección de la marcha—. Te llevaré a su casa y buscaré a alguien que me caliente la cama esta noche.

—Pero...

—Ya estamos de camino a su casa; cinco minutitos más y podrás hacerle arroz blanco.

—Yo no sé hacer arroz blanco...

—Bueno pues lo pides a domicilio, por favor, Jisung. Vete a casa del alfa, dile que Hwang no es nada para ti y fóllatelo mucho. Pero dale primero unos probióticos, imagínate que se va por la pata mientras estáis en pleno negocio.

—Ew. 

***

¿Qué creen que le dio a PorangporangLinos? RT Diarrea, Fav Vómitos

Creo que tengo que aclarar que soy MUY fan de Ateez, soy Stayni totalmente. Seonghwa y Hoongjong son mis bias. Me tocó una PC de Hoongjong comiendo pan en el álbum de Outlaw y me enamoré todavía más.

¡Nos vemos en el infierno, navegantes!                               

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