20. ¡Me gusta esta!

—Clase, tengo una noticia muy buena —exclamó Minho—. El festival de primavera será en un mes y tenemos que ensayar porque haremos un baile.

Los pequeños aplaudieron y gritaron un montón de preguntas todos a la vez. Lee se echó a reír, contagiado por la emoción de los chiquillos.

—A ver, calma todos —pidió—. Tengo que convocar una reunión con los papás y mamás porque también participarán en el festival.

—¿Los papás van a bailar? —preguntó Yunho.

—No, no, los papás harán otras cosas, solo nosotros vamos a bailar.

—¿Solo nosotros de todo el colegio? —intervino Hoshi.

—No, cada clase hará un espectáculo. Los mayores harán una obra de teatro, los de la B cantarán una canción. Nosotros bailaremos y el resto de clases harán otras cosas.

—¿Y qué harán los papás y mamás, señor Lee?

—Otras cosas, Hoshi.

—¿Qué cosas?

—Todavía no lo hemos decidido. Ahora, vamos a centrarnos —explicó, controlando la batería de preguntas que seguramente tenía preparadas el pequeño Bang—. Tenemos que decidir una canción.

—Yo solo me sé una canción —interrumpió de nuevo el chiquillo.

—¿Cuál? —preguntó Suni, distrayéndose también.

Star and raindrops*.

https://youtu.be/duO5zmmBYVo

—No sé cual es, yo me sé Volcano*. Pero solo las partes en coreano porque no sé inglés —contestó ella.

https://youtu.be/SB6VJXA5cYw

—¿Y no os sabéis la de "Hakuna matata yeeeeeah"*? —canturreó Yunho, poniendo la voz todo lo grave que su garganta infantil le permitía.

https://youtu.be/FIInyEWWW-s

—A mí me gusta la de "Hey Tayo, hey Tayo"* —intervino Ryujin. Para desgracia de Minho, todos se sabían esa.

https://youtu.be/xTCiQoZPHFM

Rodó los ojos con un suspiro mientras los niños cantaban a gritos la canción de los dibujos y contó hasta veinte antes de hacerlos callar.

—Hay tres opciones y votaremos cuál es nuestra favorita para bailarla, ¿entendido? —Sacó el teléfono móvil del bolsillo del delantal y buscó la canción—. La primera es "Love scenario", de iKon —La reprodujo y los pequeños volvieron a cantar, también se la sabían y se quejaron cuando la paró—. La segunda es "OMG" de New Jeans —Sonrió cuando reprodujo el estribillo, Changbin se iba a poner muy contento si la bailaban—. La tercera es "Surfin'" de Stray Kids. —Él mismo la tarareó mientras los niños se movían torpemente por el aula.

https://youtu.be/vecSVX1QYbQ

https://youtu.be/sVTy_wmn5SU

https://youtu.be/Smgql_DESn8

Cuando paró la música, escribió en la pizarra los tres nombres, consciente de que todavía no sabían leer del todo, escribió los números uno, dos y tres junto a cada título.

—Bien, ahora levantaremos la mano cuando queramos la canción. La número uno es "Love scenario" —Los ocho pequeños levantaron la mano rápidamente y Lee se sorprendió por la unanimidad, hasta que se dio cuenta de que algo no andaba bien—. Vale, ahora, ¿quién quiere bailar "OMG"? —De nuevo, ocho brazos se estiraron—. ¿Y "Surfin"? —Otra vez todas las manos en alto. Minho miró al techo y suspiró—. Solo se puede elegir una canción, chicos, solo una.

—Pero me gustan todas —aseguró Yunho, los demás estaban de acuerdo.

—Muy bien, nos gustan todas, pero solo podemos bailar una porque no tenemos más tiempo. Así que voy a dejar que lo penséis un poco y volveremos a votar. Ahora, pondré las tres canciones para que las escuchemos.

Todos asintieron, volviendo a su sitio en las mesas. Minho reprodujo las tres canciones y rezó para que la próxima votación tuviera un poco más de orden.

Jisung entró feliz al colegio, como cada vez que iba a buscar a la niña. Ahora que se había adaptado al ritmo de trabajo del señor Choi y sus compañeros, su vida era más sencilla. Tenía que agradecer también que Hyunjin se hubiera marchado de casa, incluso cuando echó horriblemente de menos a Suni durante la semana que estuvo con él, su hogar volvía a ser el mismo de antes y eso lo tranquilizaba.

«Y el alfa también», el chucho no mentía. Durante la semana que Suni estuvo fuera, aprovechó para tener charlas largas con Minho, ir a tomar un café, un paseo casual el viernes... No era nada del otro mundo, pero se sentía pletórico con esos planes tan normales. Jisung no había tenido una vida normal desde hacía demasiado tiempo.

Se encontró con Chan en el camino y él lo saludó con una sonrisa encantadora. Cuando vio sus hoyuelos, pensó en Jeongin. Se preguntó qué sería del omega que parecía un beta, si estaría bien en casa de su familia y si echaría de menos a Hyunjin como él lo hacía. Algo le decía a Han que había cosas extrañas detrás de esa repentina ruptura, sobre todo porque, cuando los vio juntos, podría haber jurado que esos dos eran destinados.

—¿Cómo va todo, Chan hyung? ¿Cómo está Seungmin? —preguntó casualmente.

—Lejos —se quejó—. Está en Los Ángeles, terminando las fotos para el próximo disco. —Parecía triste, así que le frotó el hombro, tratando de consolarlo.

Entraron a clase juntos, pero Jisung perdió el interés en Chan (y en cualquier otra cosa) cuando vio al hermoso profesor Lee, con su delantal de dibujos y su pelo castaño cayéndole sobre los ojos. Le dolieron las mejillas de todo lo que sonreía y el chico correspondió con el mismo gesto. El chucho agitó la cola contento y se revolcó por todas partes dentro de su cabeza. Han casi lo hace también.

—Hola, señor Lee —lo saludó—, es un placer verlo. —Nadie tendría por qué mal pensar, pero las mejillas de Minho se pusieron rojas y Chan le dio un codazo con una mirada pícara.

—Lo mismo digo, señor Han, señor Bang... Por favor, tomen asiento. —Señaló las minúsculas sillas en las que ya estaban otros padres sentados.

Se inclinó ante los omegas y betas que había allí sin perder el buen humor. Incluso si aquella reunión era para algo malo, a Jisung le bastaba con ver a Lee Minho con ese delantal y las mejillas rojas, era suficiente para que fuera un gran día.

—Bueno, ahora que estamos todos, quería contarles que les han convocado porque celebraremos el festival de primavera dentro de un mes —explicó Minho, tan profesional y adorable que su corazón latía a dos mil por hora—. Los niños tendrán un espectáculo, pero el colegio también quiere organizar juegos para los adultos y un gran picnic para que todos compartamos —Oh, cielos, ¿cocinar? ¿Tenía que cocinar para alguien? El día parecía empezar a oscurecerse—. La idea del comité es que cada familia traiga algo para compartir, un postre, un plato, un aperitivo... Tampoco es necesario que sea grande, es más para crear lazos entre los mayores y los pequeños. El colegio se encargará de las bebidas y todo lo demás.

—¿Puede ser cualquier cosa? —preguntó un omega mayor.

—Sí, señor Shin, aunque hay que avisar de los ingredientes que se utilicen, para evitar sustos —comentó con una sonrisa bonita—. Sé que existe un grupo de chat de KakaoTalk, me gustaría que se pusieran de acuerdo para no repetir demasiado los platos, no me meteré en eso, es decisión de ustedes. Por último, querría saber si hay alguien disponible para echar una mano al comité con la organización, no es obligatorio, pero nos vendría bien...

—Yo puedo hacerlo, tengo tiempo libre —dijo otro omega que estaba sentado su lado. Le sonaba su cara, pero Jisung era olvidadizo y pasaba poco por allí, así que tampoco tenía un lazo muy fuerte con nadie más que Chan. Eso te pasa por dejar que Felix haga de padre.

—Gracias, señor Park. —Minho respondió con amabilidad. Demasiada.

Han se giró hacia Bang Chan y le dio un golpecito en el brazo, susurrando: —Chan hyung, ¿qué te parece si nos ofrecemos?

—Yo pensaba hacerlo, pero no creo que tú tengas tiempo.

—Bueno, es igual, me voy a ofrecer y tú también, así vigilas a Minho cuando yo no esté —explicó entre dientes. Chan lo miró confundido, pero no le dio tiempo a pedir una aclaración cuando levantó el brazo—. Bang Chan y yo también queremos ser parte de la organización.

Minho lo miró con la misma confusión que Chan. Ambos sabían que no tenía un maldito minuto libre, pero la sonrisa del omega a su lado había sido como un revulsivo.

—¿Está seguro, señor Han? —preguntó Lee. Él asintió, levantando una ceja.

—Igual no puedo venir todos los días, pero no me molestaría echar una mano.

—Ahm... Está bien... —comentó—. Los niños ensayarán en las horas de clase, así que no hay problema con eso. En cuanto a la organización, necesitaremos ayuda una tarde a la semana y los sábados por la mañana hasta que llegue el festival. Eso es todo, muchas gracias por venir. Los pequeños están en el parque de juegos del exterior, pueden ir a por ellos ahora.

Minho se inclinó con ceremonia y los adultos se levantaron, marchándose de allí con saludos al profesor. Bang Chan lo tomó del brazo.

—No tienes tiempo de nada, ¿cómo vas a venir a ayudar?

—Ya me las arreglaré, hyung. —Sabía que eso pintaba a desastre.

Vio como el omega alto se acercaba a Minho y hablaban animadamente. El chucho se puso muy tenso y sus feromonas se escaparon un poquito.

—¿Es por Park Seonghwa? —susurró Chan. Él negó—. Está casado, su marido se llama Hongjong, son los padres de Yunho.

—Me da igual la vida de ese hombre —contestó, aunque en realidad lo tranquilizaba saber que tenía pareja.

—No hueles como si te diera igual —bromeó Chan.

Lo miró furibundo y se alejó de él, decidido a separar a Minho de las garras de ese omega que era bastante más alto que Jisung. ¿Por qué es tan alto? Los omegas no deberían ser tan altos, ni tener esos ojos tan bonitos. Eso no se hace, búscate el tuyo...

—Oh, hola, Han —dijo el chico—, no sé si me recuerda, nos vimos en el festival del año pasado. —Por supuesto que no se acordaba, pero agradeció que Chan le hubiera dicho el nombre unos segundos antes.

—Sí, cierto —mentira—, ¿cómo está, Park-ssi? ¿Cómo está su esposo? —Hizo especial hincapié en la palabra esposo, el hombre sonrió. Sus ojos bonitos desaparecieron cuando sus pómulos se elevaron. Jisung se molestó porque tenía que mirar hacia arriba para verle la cara.

—Muy bien, gracias por preguntar. Debo irme, ya hablaremos, Minho. —¿Como que Minho?

—Claro que sí, Seonghwa, cuídate. —¿Como que Seonghwa?

Jisung apretó la mandíbula tratando de contenerse. No tuvo mucho éxito con su olor, ni siquiera cuando Bang Chan hizo una mueca. No quería darle explicaciones a nadie, pero quería pedirle muchas a Minho.

Basta, Han, deja de comportarte como un tarado.

«No, el alfa es mío, no dejes que ese omega se vuelva a acercar a él». De verdad que el chucho era una pésima ayuda para sus nervios.

—Gracias por ofreceros, chicos —murmuró Minho, mirando particularmente a Jisung—. Serán sobre todo trabajos manuales. Hay que pintar algunas pancartas, montar los puestos... Ese tipo de cosas...

—No se me da bien el arte, pero soy bueno con los trabajos pesados —bromeó Chan—, igual podrías pedirle ayuda a Hwang si necesitan algo más artístico.

Para Han, que estaba en ese momento escrutando minuciosamente al profesor, no pasó desapercibido el movimiento en su mandíbula, como si la tensara. Se dio cuenta de que nunca le pediría ayuda a Hyunjin porque lo trataba mal desde el día que lo conoció.

—Hmm... ¿El señor Hwang es...?

—Artista, sí —intervino Jisung—. Tiene un puesto directivo en una empresa, pero su pasión es el arte y expone en algunas galerías. Puedo hablar con él si necesitas que diseñe las pancartas o algo...

—No, no es necesario —contestó seco.

—No pasa nada, Minho hyung, puedo hablar yo mismo con él y llevarle el material a casa. No tienes ni que encontrártelo —Volvió a negar con la cabeza y Jisung pensó que parecía un niño con una pataleta por como se fruncían sus labios rosados—. Además, le encanta presumir de su talento, así que seguramente le parecerá bien.

—De verdad que no es necesario, Jisung —insistió, con su voz grave.

La mano del omega fue, sin querer, hasta esas mejillas infladas por el enfado y le dio un pellizco. Quería besarlo mucho, muchas veces, hasta que se le fuera esa mueca y la reemplazara la sonrisa de los dientes de conejo.

Bang Chan carraspeó.

Se asustó como la mierda, apartando la mano de ese moflete para meterla en el bolsillo de su chaqueta rápidamente. Su cara se puso muy caliente y detectó que Minho también enrojecía.

—Bueno, entonces tendremos que hacer todo el trabajo artístico sin saber nada de arte —comentó Chan, tratando de obviar el intensísimo coqueteo que mantenía con el profesor. Han lo agradeció.

—¿Estás seguro de que tienes tiempo para esto, Jisung?

—Sí, además, será divertido —confió, animado.

No era divertido. Era una mierda cansada, incómoda y desagradable. Quería volver atrás el tiempo y desdecirse. O utilizar el neuralizador de memoria de Men in Black para que todo el mundo olvidara que se ofreció a ayudar en ese despropósito. Jisung odiaba cargar peso, usar herramientas o hacer cualquier tipo de ejercicio físico. Todo lo que implicara sudar y no fuera explícitamente sexual era una desgracia para él.

Con aquellos paneles de madera que le hacían daño en las manos, se acercó hasta donde Minho conversaba con el perfecto Seongwha y los dejó caer con fuerza. El estruendo hizo eco en las paredes del gimnasio reconvertido en taller de carpintería.

«El alfa debería ayudarte a cargar en lugar de coquetear con ese omega».

Tantos idiomas y decidiste hablar con la verdad, chucho.

Minho lo miró fijamente, pero Jisung se dio la vuelta y salió del salón, yendo directamente a los baños del pasillo para refrescarse. De verdad se arrepentía de haberse ofrecido. Después de la primera tarde en la que dejó a Suni con Hyunjin, esa mañana de sábado estaba siendo una tortura. Y todavía tenía que ir a taekwondo, qué maldito infierno.

—Ey —Minho entró en el baño con expresión preocupada—, ¿estás bien?

—Sí, solo necesitaba refrescarme —contestó, abriendo el grifo para mojarse la cara y el cuello.

—No te fuerces tanto, hay un montón de gente ahí, no tienes que hacerlo todo tú.

—Solo intento ayudar. —Observó al hombre en el reflejo, parecía todavía un poco intranquilo.

—¿Pasa algo más? —preguntó en voz baja. Jisung negó, orgulloso—. ¿Seguro?

—Sí.

—Hueles como si pasara algo más —Era un comentario casual, pero se acercó a su espalda y enterró la nariz en su nuca, aspirando—. Todavía me gusta, pero inquieta a mi lobo —confesó en un susurro.

—Todo está bien, solo que no me gusta hacer ejercicio. —Tampoco era una gran mentira.

Las manos masculinas rodearon su cintura y acariciaron su vientre con delicadeza. Jisung se relajó, sintiendo la fragancia a café. Acarició los antebrazos que lo ceñían mientras la nariz afilada de Lee removía el nacimiento de su pelo. Echó el cuello a un lado, dejándolo recorrer la extensión de la piel. Le dio un mordisquito debajo de la oreja y otro más sobre su glándula de olor. Jisung jadeó, extasiado.

La mejor cura para un ataque de celos eran los mimos de Minho hyung.

—¿Podemos vernos esta tarde? ¿O mañana?

—No puedo, este fin de semana tengo planes con Suni. —No pensaba decirle que había estado delegando sus responsabilidades en el alfa pelotinto. No quería que Lee se enterara de que era un padre terrible tan pronto.

—Ah... —murmuró contra su piel.

—Vamos, Minho, tengo que volver a dentro y empacar mis cosas, Hyunjin vendrá a buscarme para ir a taekwondo.

El alfa gruñó, gruñó de verdad tan cerca de su oído que se le escapó un gemidito. Las manos le apretaron más contra el cuerpo ajeno y sus dientes se engancharon en la unión entre su cuello y su hombro. Era consciente de que dejaría marca si no paraba. Se removió, y él pareció entrar en razón, porque soltó la piel. El alfa dio la vuelta y tomó su cara, uniendo sus labios juntos en una beso demandante que fue demasiado corto para el omega. Los dos resollaban cuando Minho se separó.

—Pásalo bien —dijo, pero no sonaba sincero.

—Sí... Nos vemos el lunes —comentó. Él solo asintió, saliendo del baño.

Hyunjin quería echarle en cara un montón de cosas a Jisung, pero sobre todo, el olor que tenía sobre su piel en ese momento. Abrió las ventanas del coche para no asfixiarse porque se estaba poniendo frenético. Jisung lo miró sin entender nada.

—Suni podría resfriarse —opinó, subiendo la suya.

—Hueles al profesor Lee, otra vez —escupió, presionando los dedos en el volante.

—¿De verdad vamos a tener esta discusión?

—Te está marcando como lo hace con Suni.

—Deja de decir tonterías, Hyunjin —espetó, desechando sus palabras con desdén.

—¿Te estás acostando con él, Jisung?

—¿Qué coño te importa a ti eso?

—Eres el padre de mi hija, por supuesto que me importa a quien metes en casa.

—¿Quieres una newsletter semanal con las pollas que chupo, Hyunjin? —retó, levantando la ceja.

—Qué vulgar eres...

—Y tú qué entrometido —interrumpió—. Con quién me acuesto no es tu asunto, Hyunjin. Y mientras no interfiera con mi labor como padre no tienes nada que decir.

—Entonces, ¿estas tardes que Suni ha estado conmigo cuando es tu turno se cuentan como interferencia? —Jisung se giró hacia él indignado. Las feromonas agresivas se desplegaron por el coche. Agradeció que su ventana continuara abierta.

—No te preocupes, no volverá a ocurrir —aseguró. Hyunjin se arrepintió de sus palabras al instante.

No quería decirle eso, no quería insinuar que Suni le molestaba, de hecho, estaba realmente feliz por tener algunos días en las semanas que no le tocaban. Sin embargo, Jisung lo sacaba de sus casillas, era un puto maestro de ponerlo al límite de su paciencia. Y olía a ese alfa, al mismo que abrazaba a su nenita como si fuera suya y que dejaba sus asquerosas feromonas sobre ella.

Hyunjin era territorial como cualquier persona, quizá un poco más con su hija teniendo en cuenta que la veía poco. Jeongin siempre le decía que solo le faltaba ponerle un collar que pusiera "Propiedad de Hwang Hyunjin" en el cuello. Pero no podía evitarlo, Suni no llevaba su apellido, ni siquiera se parecía a él más allá de sus labios y ese lunarcito bajo el ojo que compartían. La niña era más de Han que suya, más de Felix que suya y, ahora, ese alfa pretendía que fuera más suya también.

Y el imbécil de Jisung se acostaba con él. ¡Solo faltaba eso para crispar los pobres nervios de Hyunjin!

Aparcó frente a la academia de taekwondo y Han salió; agarró la bolsa de deporte y a la niña dormida antes de que él tuviera tiempo de salir del coche. Echó a andar hacia la academia.

—Jisung, espera —gritó, siguiéndolo. El chico se giró con el ceño fruncido—. Yo...

—Tú nada, vete a tu casa, no te quedes a esperarnos porque nos iremos a comer solos hoy. Nos veremos cuando sea tu turno.

—Espera, Jisung, no quería decir lo que dije.

—Mira, Hyunjin, estoy de mal humor, así que hazme el favor de irte a la mierda.

—¿Papi? —murmuró Suni, abriendo los ojos.

—Soy papá, ardillita, dile adiós a papi, vamos a practicar taekwondo. —La pequeña levantó la cabeza del pecho de Jisung y miró a su padre sonriendo. Estiró su manita y él se acercó para darle un beso en la frente.

—Nos vemos después, papi.

—No, Suni, papi se va a casa, hoy iremos a comer nosotros solos.

—Ah, pero me dijo que...

—Ya, ardillita, pero papi tiene muchas cosas que hacer —interrumpió. Hyunjin apretó la mandíbula mirándolo con ojos furibundos. Estúpido cabezota.

—Bueno, papi, hasta pronto, te quiero mucho.

—Yo también, nenita hermosa. Te amo. —Le dio un beso más y vio como Jisung se alejaba de él, con la barbilla alzada.

«Omega obstinado»

¿Cómo demonios pude acostarme con él? Es insufrible.

«Pero nos dio a la mejor cachorrita del mundo»

Eso era verdad.

Se fue al coche, pensando seriamente en cambiar a Suni de guardería para alejarla de ese alfa estúpido que quería ocupar su lugar en su vida.                          

***

Navegantes, si tuviera que decir el mayor problema de TODOS mis personajes adultos sería que NO HABLAN ENTRE SÍ.

Minho no se atreve a preguntarle a Jisung por la naturaleza de su relación con Hyunjin, Jisung no es capaz de hablar tranquilamente con Hwang, Hwang no sabe ni donde está (comprensible, todavía está recuperándose de la ruptura) y, por supuesto, Felix y Jeongin, los tipos con más problemas para comunicarse de todo el fic. 

¡Nos vemos en el infierno, flores de loto!

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