Llegando a un límite


Siempre te espere... espere que vineras y cumplieras con tu promesa, pero eso no sucedió, me acuerdo de esos días como si los tuviera quemados a fuego en mi piel, llegue a sentir asco de lo que llaman amor y a pesar del dolor que me provocaste no pude evitar seguir amándote, se dice que los Lan aman para siempre, ¿eso significa que nunca me amaste? Sé que mi personalidad es demasiado orgullosa, pero en el fondo soy alguien sensible, tengo un carácter fuerte para protegerme, sabía que no valía nada, y tú llegaste para confirmármelo.

Las mañanas eran heladas en Gusu y a pesar del frio una figura caminaba tranquilamente a altas horas de la madrugada, la persona caminaba sin rumbo dejando que sus pies guiaran su camino, un chico tan joven que evitaba cualquier contacto con la poca gente que estaba por esas horas en la calle, vestía una sudadera de color negro que le quedaba bastante grande y unos short azulados que le llegaban por encima de las rodillas dejando ver unas piernas pálidas y hermosas, tan esbeltas como el cuerpo del joven. La última vez que estuvo en Gusu fue cuando tenía 11 años, pensaba que había hecho amigos allí, pero fue todo lo contrario, las personas no querían conocerlo, simplemente le juzgaban por su carácter fuerte y su actitud orgullosa.

Nadie supo en ese entonces que le habían llevado a un punto de quiebre, donde no le vio sentido a seguir, sentía que sus días eran monótonos siempre con la misma rutina, no llego a decirle nada a nadie, tal vez porque decía que se lo merecía y por otra por el miedo que llegaba a cegarle. Sin embargo hubo dos personas que llegaron a su vida y le dieron motivos para seguir, le enseñaron tantas cosas y aunque se llegaba a comportar como siempre, eso no llegaba a molestar a sus nuevos amigos.

Pero lo bonito parece ser demasiado efímero, cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde como para parar, los sentimientos que guardaba en su corazón brotaban sin siquiera darse cuenta, recuerda estar en clases cuando su alborotado amigo había ido corriendo a su clase, llegando hasta donde él se encontraba y tirándole al suelo por el gran abrazo que se llevó. Recuerda las palabras de su amigo como si se las hubiera dicho ayer.

"Sizhui ha conseguido novia ¿te lo puedes creer?"

Un suspiro salió de sus labios, después de eso tuvo que guardar todo para que nadie sospechara de lo que estaba pasando en su caótico corazón, tardo poco tiempo en decidir irse junto a sus padres del país, pero ahora había vuelto para quedarse.

Detuvo su caminata al notar como había acabado en el parque, no sabía exactamente como había llegado allí, pero lo que no se espero fue ver a dos personas allí corriendo hacía su dirección, los nervios comenzaron a aparecer a las dos personas venir a él, estas hablaban tranquilamente, más bien uno se quejaba mientras que la otra escuchaba, siguió su camino esperando que no lo notaran, sin embargo inconscientemente sus manos se hicieron puños llegando a clavar sus uñas en la palma de sus manos y sin previo aviso el líquido rojo comenzó a deslizarse por su piel cayendo en el suelo, cuando se cruzaron fue como si fueran desconocidos.

-¡ey!, ¿estás bien?- La voz de aquel chico hizo que saliera de sus pensamientos, se dio la vuelta mirando hacia el suelo sin saber que decir, las palabras no llegaban a salir como antes, sobre todo cuando había soportado tanto tiempo acoso escolar, pronto sintió como los dos chicos se acercaron a él, vio mejor el suelo y noto que había un rastro de sangre, asique era por esto que le habían parado y no porque se acordaran de él-No has dejado de sangrar desde hace un rato.

Asintió lentamente mientras trataba de ocultar sus manos dentro de las mangas, a lo que los chicos le detuvieron evitando que se hiciera más daño, sin embargo el silencio se prolongó al notar algo extraño en las muñecas del chico delante suya, cicatrices se hacían notar donde posaban sus manos, esto hizo tensar al chico y retiro sus manos de ellos.

-Deberías de curarte las heridas- Dijo con un tono tranquilo al menor para no asustarle más, mientras que su compañero le miraba como diciéndole sobre lo que acababan de notar, pero sería incómodo para la otra persona hablar de ese tema.

-Gracias Sizhui y Jingyi...- Susurró los nombres de los chicos mientras levantaba un poco su rostro para ver a los que fueron sus amigos con algo de valor, lo que no se espero fue ver un par de ojos mirándolo con asombro y confusión, se sintió pequeño en ese instante, ya no era él, tenía miedo a serlo.

-De nada, pero ¿cómo es que nos conoces? –Algo se llegó a romper, ¿tan poco llego a valer en la vida de aquellos dos para que no lo reconocieran? Parece que sí, porque él se veía igual que antes, no había cambiado casi nada, tal vez su altura, pero de allí todo era igual, algo de decepción se llegó a implantar en su triste corazón, esperaba huir de aquella situación e ir a ver a su tío en el hospital, pensar que las vacaciones empezarían así.

Jin Ling no dijo nada, tan solo hizo una pequeña referencia para irse de allí, nunca debió guarda algo de esperanza cuando se trataba de sus antiguos amigos, pensar que intento comunicarse con ellos en este tiempo y ellos ni lo intentaron, pensó en mil y una causas por las cuales estos no se comunicaron con él, pero ya vio que ellos se habían olvidado de él como si no fuera nada. Desde lejos se podía ver como los chicos volvían a tomar su camino, no sin antes echar un vistazo más detrás de ellos, mirando ese escenario se encontraba un pequeño conejo blanco, este tenía una cinta blanca con estampado de nubes en su pequeña frente, sin esperar mucho fue corriendo a la dirección donde se encontraba el joven Jin apareciendo delante de él, al ver aquel animalito esponjoso y tierno Jin Ling no pudo evitar acariciar la cabeza del pequeño animal.

-Te pareces a ellos...- Cargo con cuidado al pequeño animalito entre sus brazos, y cuando volvió a mirar al frente ya no se encontraba en el parque, por su mente solo paso dos palabras dejando que sintiera nostalgia "Torre Koi" pronto escucho unas voces cerca de él, sin embargo cuando se dio la vuelta y vio las dos figuras que estaban delante de él no pudo ver los rostros de aquellos chicos de túnicas blancas y azules, una cinta como la del pequeño conejo en cada uno de los chicos.

Joven amo Jin... cuanto tiempo sin verlo

Joven amante, ¿nos echabas de menos?

Su voz no llegaba a salir de sus labios, esto parecía un recuerdo y a la vez un sueño, tal vez una ilusión y a pesar de que veía esa escena asombrado cuando volvió a parpadear volvió al parque, el pequeño conejo le miraba y como si estuviera consolándolo coloco una de sus patitas en la mejilla del joven, tan solo tardo unos segundos en retomar su camino junto a su nuevo amiguito.

Debería de buscar otra alternativa

Horas después se encontraban un grupo de personas en la sala de espera, se trataba de la familia de Jiang Cheng, estos estaban esperando a que los doctores les llamaran, parecía que a Jiang Cheng le había costado levantarse, y los doctores no tardaron en ir a revisarlo, justo había pasado cuando le tocado entrar a Jin Ling y ver a su tío en ese estado hizo que se rompiera a llorar, quiso despertarlo pero al ver que no reaccionaba llamo a los doctores, las horas en la sala de espera se volvieron una gran tortura, y entre susurros se podía ver como llegaban a culparse a sí mismos, pero sabían que no arreglarían nada culpándose, Jiang Cheng pronto abrió los ojos esperando que fueran las nueve de la mañana, pero cuando miro el reloj vio la hora... La dos de la tarde, pensó que estaba cansado por las cosas que habían sucedido ayer, pero no esperaba que fuera tanto, se acomodó en la cama al escuchar cómo se abría la puerta.

-¿A'Cheng cómo te encuentras?- La voz serena de su madre le hizo sentir un escalofrió, no esperaba verla allí y menos sabiendo lo ocupada que estaba, la mujer se acercó hacia él y por primera vez acaricio el cabello de su hijo de una manera cariñosa, esto hizo que el menor miraba asombrado el gesto de su madre, nunca llego a demostrar cariño hacia él, pero sabía de cierta forma que ella se preocupaba por él a su manera.-Están todos afuera, esperando su turno para venir a verte.

-Madre... ¿Qué sucedió? Parece como si hubieses llorado por bastante tiempo- La mujer desvio la mirada apartando su brazo de la cabeza de su hijo menor cruzando sus brazos, llegando a verse seria y fría, aunque Jiang Cheng sabía que su madre hacia eso para evitar verse mal delante de los demás.

-No te preocupes por eso, de momento preocúpate por ti- Volvió a mirarle, una sensación de alivio se posaba en el corazón de aquella mujer, una de sus debilidades fueron sus hijos, y aunque no lo quisiera admitir también incluía al alborotado de Wei Ying, pocas veces demostraba su cariño o más bien no sabía cómo mostrarlo, al final decidió criar a sus hijos de una manera estricta para que pudieran enfrentarse a cualquier obstáculo sin retroceder y huir, pero ahora era ella la que quería huir, nunca pensó que estaría viendo como la vida le quitaba a uno de sus hijos enfrente de ella.

Mientras la conversación se alargaba la mujer decidió analizar a su hijo, llegando a pensar en qué momento había estado así, no creía que esto se tratara de hace unos meses, sino de algo más, pronto busco en sus recuerdos alguna señal de que algo andaba mal, y lo encontró, recuerda que fue en el cumpleaños de su nieto Jin Ling, este iba a cumplir 11 años y habían decidido hacer una fiesta no tan grande, solo la familia y algunos amigos.

Se acuerda que esa vez había estado discutiendo con su esposo por la comparación que hizo con los dos menores, tal vez lo hizo de manera inconsciente, pero eso no quitaba que sus palabras no hirieran a su hijo menor, sabía que él era como ella, se guardaban las cosas y eso le llegaba a tener miedo, sin embargo nunca se atrevió a hablar con sus hijos de ello, no porque no quiera, sino porque no tenía suficiente valor para enfrentarse con sus hijos y ser odiada por ellos. Ese día Jiang Cheng se veía algo más pálido de lo normal e incluso no hablo con los demás a menos que estos se acercaran a hacerle platica, parecía que en cualquier momento se iba a desplomar, pero cuando fue a preguntarle este dijo que solo era por mucho trabajo y que iría al médico.

-Jiang Cheng... recién fuiste al médico ¿verdad? –Las palabras tensaron el cuerpo del menor, sabia a que se refería y tan solo no pudo decirle alguna excusa o mentir, por lo que opto por asentir las palabras de su madre-Yo no crie a alguien débil...Debiste haber ido, entiende que tu salud es lo primero- La situación la estaba llevándola al límite, nunca quiso ver a su hijo en esta situación, esperaba verle triunfar en su trabajo, verle enamorarse y formar su propia familia, no quería verlo en la misma situación que estuvo su padre, así es su padre murió por una extraña enfermedad y ahora esa enfermedad se estaba llevando a uno de sus pequeños.

-Madre no tuve tiempo y pensé que estaría mejor con el tiempo.-Con valor vio a los ojos a su madre, pero lo que vio no fue enfado y frialdad como antes, sino una gran tristeza y pánico, su madre tenía tanto miedo y ahora lo estaba viendo.

-No entiendes, que pasa si te vas...que pasa si ya no estas con nosotros- La mujer delante de él estaba temblando y por un momento sintió que se desmayaría por tantas emociones que estaban siendo derramadas, pronto la mujer se acercó rodeando con sus brazos a su hijo- Encontrare la cura... haré hasta lo imposible, pero no dejes de luchar, no nos dejes...

Afuera de la habitación se encontraban Yanli y Wei Ying ambos estaban apoyados en la pared, escuchar a su madre en ese estado significaba muchas cosas, y aunque no sabían porque se encontraba en ese estado pronto sus dudas serian resueltas, caminando hacia ellos se encontraba su padre, este al verlos tan intranquilos y preocupados se acercó a aclarar todo.

-Esta situación nos supera a todos, pero más a vuestra madre... Una de las enfermedades que tiene Jiang Cheng fue la causante de llevarse a su padre, en ese tiempo estábamos comprometidos y ambos visitábamos a su padre en el hospital, en el momento en que le arrebataron a la única persona que le quedaba de su familia...ella se encerró en si misma- Ambos miraron atentos a las palabras de su padre, ahora entendían un poco el dolor que estaría sintiendo Madam Yu, volver a estar en esta posición en donde la muerte podía llegar en cualquier momento- Pero aun así estuve a su lado, y no me iba a apartar aunque me lo pidiera, después de todo es la persona más importante en mi vida.

Pequeñas sonrisas se formaron en los rostros dejando un poco de lado aquel suplicio que llegaba a cansarles, cuando llegarían a tener una vida tranquila en donde no tengan discusiones, ni que estar en un hospital, darían lo que fuera por tener unos días como los de su infancia donde todo eran risas incluso se llevaban unos regaños, pero esos días estaban juntos.

El camino hacia vuestro futuro tendrá muchos baches, es cosa vuestra el levantaros y seguir adelante o quedaros en el suelo.

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