2. Keep on trying.


Glimmer volvió a casa. Las cosas definitivamente empeoraron, y quizá ese era el punto más grave en todo su matrimonio. Tenían habitaciones separadas, aunque Catra sabía que la pelirosa debía volver en algún punto, pues esa habitación le pertenecía originalmente a su hija.

—¿Quieres algo de cenar?—Preguntó la omega, acariciando suavemente su vientre hinchado. La castaña negó.

—Voy a salir. No me esperes.—Solo dijo como respuesta, y casi de inmediato desapareció por la puerta, evitando a cada momento estar en su casa.

Y de nuevo, empezó a ser cliente recurrente en el bar cercano a la universidad. Scorpia no estaba, por supuesto, y no se sorprendió en absoluto cuando se encontró contándole todo a aquel vieje amigue, DT.

—Y esa... Adora de la que hablas tanto, ¿qué significa para ti?—Cuestionó ocultando una sonrisa. La morena le miró, casi cuestionándole.

—¿A qué te refieres? ¿No te lo dije ya?—Le respondió, aunque no del todo segura. El rubie nunca se lo había preguntado directamente, por lo que suponía que en algún momento simplemente se lo había dicho.

—No.—Contestó de inmediato.—Todo lo que escuché fue tu pésima manera de intentar ocultar lo evidente.—Le dijo. La morena frunció el ceño.

¿Ocultar qué? Sintió que sabía la respuesta, que permanecía descansando tranquilamente en alguna parte de sí misma, y que si finalmente esas palabras salían de sus labios, no habría vuelta atrás.

Sin embargo, ignoró olímpicamente los pensamientos que se atrevieron a permanecer en su cerebro. Si no quería saberlo o si solo tenía miedo, no estaba segura. Pareció quedarse con eso, así que DT puso los ojos en blanco ante la terquedad de la castaña.

—Nada va a comenzar a menos que tú lo inicies.—Solo dijo, levantándose y dejando a la morena allí.—Debo abrir el show de esta noche, puedes venir a verme más tarde.—Avisó.

—Nah, creo que iré a algún otro lugar.—Reflexionó poniéndose de pie tranquilamente y dejando en el mostrador algunos billetes sueltos. No estaba segura de la cantidad, pero tampoco era como si le importase.

Salió del lugar, sintiéndose extrañamente nostálgica. Caminó con un destino indefinido, esperando hallar algo que la hiciera tomar un rumbo, pero nada llegó.

De algún modo empezó a pensar en el futuro. No en su futuro, sino en el de su hija. A meses de que finalmente pudiera conocerla, sostenerla en sus brazos y quererla, todo se volvió, de algún modo, diferente. Sus acciones la afectarían directa o indirectamente, pero no podía quedarse estancada esperando no arruinar nada.

Si se quedaba con Glimmer, ¿cambiaría de alguna forma?

Ella sabía que no.

Por mucho que quisiera, nada cambiaría con la llegada de esa pequeña, si algo, solo empeoraría las cosas. Estaba claro que la pelirosa quería quedarse con ella si se divorciaban, pero Catra no se lo permitiría. No iba a dejar que ella viviera con alguien así.

Pensó en su última "conversación" con Glimmer. La pelirosa le había mostrado una lista larga y tediosa con nombres para la pequeña. Por supuesto, y como era de esperarse, no llegaron a un acuerdo, puesto que las sugerencias de su esposa eran demasiado... extravagantes y definitivamente no quería eso, por lo que terminaron sin decidir nada.

Miró la hora en su teléfono, y se dió cuenta de que aún era algo temprano, por lo que decidió llamar al primer número en su lista reciente, simplemente esperando que la rubia contestara.

—Hey, Adora.—Dijo con una sonrisa involuntaria cuando el tono de espera cesó. Oyó un suspiro desde la otra línea, y no supo si era de alivio o una clase de risa contenida.

Hey.—Respondió de la misma forma.—No sabía que eras una persona tan ocupada, Catra, llevas dos días si llamar.—Se quejó en broma, aunque la morena no pudo diferenciar qué parte era una broma.

—Lo siento, lo siento.—Se disculpó.—Pasó... uh... algo, y no pude ir a verte a la cafetería...—Continuó, sin saber por qué no quiso mencionar a Glimmer.

No tienes que explicarlo.—Dijo Adora suavemente.—¿Por eso llamaste?

—Sí...—Afirmó.—¿Puedo ir a tu apartamento?

—¿Ahora?—Preguntó. La de ojos bicolor asintió antes de recordar que la ojiazul no la veía, por lo que volvió a sonreír sin querer.—Lonnie y sus novios están aquí, ¿no te molesta?

—Nope. Solo...—Empezó, bajando su tono de voz un poco.—Necesito verte, Adora.

Y de repente, la llamada se cortó.

(...)

La rubia abrió la puerta, una sonrisa algo apenada en su rostro.

—Hey, Catra. Lo siento por colgar, fue un accidente. Y cuando me dí cuenta supuse que ya estabas en camino y decidí no volver a llamar.—Explicó rápidamente, sus brillantes ojos azules diciéndole múltiples cosas mientras la seguían adentro.

La morena entró tranquilamente, volteándose para ver a Adora y sonreírle, una manera de decirle que no importaba.

—¿Qué hay?—Saludó la chica de rastas sin levantar la mirada, sentada en el sofá en medio de un chico robusto y un rubio escuálido.

—Hey.—La siguió el rubio, y el otro chico hizo una especie de murmullo que sonó con un saludo.

—Hola.—Respondió la morena sin pensar demasiado, siguiendo a la rubia hasta su habitación. No era como si no hubiera estado allí antes, por lo que rápidamente se acomodó en la cama de la ojiazul y esta la siguió. Cuando sintió su peso justo a su lado, pudo soltar un suspiro aliviado.

Sus ojos se cruzaron en algún punto, pero simplemente no pudo apartar la mirada. Ese par de ojos azules le hacían imposible mirar a algo más, pues todo lo que encontraba en ellos le resultaba absolutamente fascinante. Se sentía en calma al mirar a su dueña, su cabello dorado iluminando su mente como el sol en el atardecer de sus mejillas rosas.

—Terminé con Huntara.—Soltó la rubia de repente. La morena intentó decir algo, pero nada salió de su garganta, hasta que finalmente se las arregló para preguntar:

—¿Por qué?

La rubia sonrió.

—Porque ella quería algo que no puedo darle.—Respondió tranquilamente. Catra pudo escucharse a sí misma musitando un "ah", pero no había nada más que pudiera decir.

—¿Se te ocurre algún nombre para niña?—Preguntó en cambio. La morena intentó sonar natural al respecto, aunque muy en el fondo se sentía mal por tener que hacer pasar por eso a Adora. Después de todo, no era su hija, y aún así ella la había ayudado con una sonrisa en su rostro.

—Solo quiero recordarte que la que nombró a mi perro Swift Wind fui yo.—Sonrió, como intentando explicar su punto de alguna manera.

—Quiero una idea.—Dijo, sin poder evitar sonreír. Realmente no le importaba si Adora elegía el peor nombre del mundo, solo quería escucharla decir algo diferente, algo que la ayudara.—Por favor.

—¿Qué tal Tracy?—La castaña lo pensó por un momento. No tenía nada de malo, pero no podía imaginarse a su hija con ese nombre. Negó con la cabeza.

—¿Por qué ese nombre?

—Se me acaba de ocurrir.—Admitió, y Catra no contuvo la suave carcajada que salió de sus labios.

—Definitivamente no.—Prefirió ser honesta, pero su sonrisa permaneció algunos momentos más, entremezclándose con la de la ojiazul.—Pero gracias.

Sus palabras flotaron en el aire unos segundos, pero si aterrizaron, nunca lo supo, pues el silencio reinó durante unos eternos minutos. No era incómodo, en absoluto, pero estaba lleno de algo indescifrable, palabras que no podían describirse escondidas tras la cortina del silencio.

Adora realmente no quería decir lo que pensaba, pero sabía que tarde o temprano, la morena le diría algo. Sin embargo, esperar se había vuelto difícil, por lo que, luego de meditar unos segundos, decidió hablar.

—¿Que harás después?—Cuestionó. La morena suspiró larga y pesadamente, su mano tomando apenas la de la ojiazul buscando algo de alivio al apretarla despacio.

—Voy a divorciarme de Glimmer. Y voy a obtener la custodia de mi hija.—Sentenció con firmeza. Había tenido suficiente tiempo para pensarlo, y simplemente no podía quedarse.

No, ni siquiera por el bien de su hija. Sabía en el fondo que poco o nada ayudaría quedarse, que si esperaba a que la pequeña solucionara años de problemas simplemente con nacer, solo iba poner un peso innecesario en sus pequeños hombros. Su hija tendría que cargar inconscientemente con la relación de sus madres, siendo la única que la sostendría. Y si eso era futuro, entonces no lo quería.

Y... entonces... ¿qué pasaría con ella?




















-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hey! 

Un capítulo algo corto, pero ñeh. No sé si estoy contenta con lo que hice, pero siento que sí. 

Solo diré que últimamente estoy viviendo en un bloqueo que se va por momentos y luego vuelve, asi que trato de hacerlo lo mejor que puedo, estas últimas semanas han sido mucho para mi mente, asi que espero poder continuar escribiendo para ustedes :3

En fin, espero que hayan tenido una buena semana y si les gustó el cap no olviden dejar su estrellita y comentar, ya saben que cualquier pregunta, sugerencia o crítica constructiva la estaré respondiendo

Cuídense, tomen awita, báñense y no se olviden de que lo que piensan siempre es válido aunque alguien no quiera entenderlo.

Lxs quiero <33

Atte: Heiwa

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top