CHAPTER 6: ¡Bienvenidas a casa sus majestades!
Al día siguiente, nos vestimos y desayunamos con total normalidad, como cualquier otro día. Principalmente, como acordamos, nos encontramos con κομψός en la puerta principal del campanario, para que el mismo, nos guiara hacia lo que sería su casa. Una vez nos encontramos allí, atravesábamos y andábamos por las calles del reino. Las calles estaban mayoritariamente desiertas, no había casi gente, ya que acordamos de salir pronto para que no hubiera mucho revuelo, ni la gente preguntara tanto.
Se me caían los ojos del sueño que llevaba arrastrando desde ayer. Ayer fue Κουδούνι la que se durmió en mi pecho, y no pude dormir de lo inquieta que estaba. Hacía años que alguien no dormía encima de mi pecho, se me hacía demasiado raro, y la sensación era un tanto extraña, supongo que, por mis traumas pasados, pero al fin y al cabo era cómodo, quitando la parte de que mi prometida es la persona más inquieta que he conocido en esta nación. Podía escuchar sus respiraciones, cosa que me tranquilizo, y milagrosamente pude dormir, pero no lo que me hubiera gustado.
Mientras caminábamos por las calles, Κουδούνι hablaba con κομψός, no presté mucha atención a lo que hablaban, así que no es que me enterara demasiado. Empezaba a salir el sol, y pude ver que rociaba mi piel pálida con gran esplendor junto a una brisa mañanera. Me vino a la cabeza de los nombres de mis futuros hijos, serían preciosos. Κομψός interrumpió mi mente dirigiéndonos a ambas la palabra:
- Es en esta casa - dijo mirando a un hogar
Su casa era de un estilo minimalista de la época, de paredes blancas y un tejado amarillo pastel, las casas en el reino eran unas que transmitían mucha tranquilidad y paz. Entramos a esa casa, Κουδούνι, y yo escuchamos gritos de bebés, en plural, bebés. En seguida nos miramos las dos sonrientes, y a la vez confundidas, a las dos nos encantaban los niños, pero impacto al principio, así que esto iba a ser divertido.
- Ya estoy en casa, traigo invitadas, ¿te importa? - dijo Κομψός avisando, a lo que su novia lo recibió con un beso, dándonos la espalda, nosotras nos miramos, en estado de shock. Que directo, pensamos en nuestra mente colectiva.
- ¿Son ella las invitadas? Pero, si es la mismísima reina, perdoné por el percal majestad. - se disculpó con una reverencia de consolación, yo movía mis manos en forma de cruz, dando señal de que no tenía por qué disculparse.
- Sus majestades, esta es ήλιος - dijo - cuando Nacht la consagro, la dejo preñada de 2 hijos, y uno vino después, ese si es mío, así que nos ayudamos de manera complementada con los niños.
- ¡Muy buenas, encantada! Κομψός ya me contó lo tuyo, y a lo que habéis venido. Espero poder ayudarte con mi versión - dijo, luego se refirió en plural - si necesitáis algo me decís, traeré té y galletas. Ellos son mis hijas, son muy amables. ¡Niñas, venir a saludar!
- ¡Bienvenidas a casa sus majestades! Esperamos que la mismísima Καθρέφτης os proteja - no pude evitar soltar una ligera carcajada
- Agradezco vuestro recibimiento, pero no hacía falta tanto revuelo - añadí
- κομψός, ¿puedes acompañarlos a arriba a echar la siesta? Así voy yo avanzando con ellas - dijo ήλιος dándole como dos especies de biberones para dárselos una vez ya cuando estuviera en la planta superior.
Posteriormente, nos dio paso a lo que sería la sala de estar, donde se posicionaban dos cómodos sofás, que fue ahí dónde nos sentamos. Mientras era ella la que alimentaba al infante más pequeño, que apenas dormía en sus brazos, nos empezó a explicar sobre su tipo de consagración.
- Yo fui consagrada hace ya cuatro años. Cuando eso sucedió, vi un paisaje negro y rojo, acompañado de un cielo color lila, con varias estrellas. Mis ojos negros como la tinta y tenía calor, pero no calor sofocante, calor... abrumante. Después de eso, me manoseó y me llevó a un lugar mientras yo no tenía uso de conciencia. Cuando me desperté, estaba en una habitación, en una cama con cortinas transparentes, estaba en ropa interior. Ya casi al borde del desmayo, alguien apareció por la puerta y lo empujó, apenas pude ver lo que pasaba, mi vista se nubló de un momento a otro. Según κομψός, lo empujó, para luego cargárselo a puñetazos hasta quitarle la conciencia. Con delicadeza, me vistió y me trajo aquí, a nuestra casa. Así fue como quedé preñada de απόχρωση y φεγγάρι. - finalizó
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top