23 "La boda"
https://youtu.be/NdKhS4MMCEo
- ¿Vendrás verdad?
- Lo estoy pensando.
- Hablo en serio Cookie. –Oigo su respiración profunda a través del teléfono.
- Yo también.
- ¿Vas a dejarme plantado?
- Es una posibilidad real. –Lo digo pese a que ya voy en un Roll Royce antiguo embutida en mi vestido de novia rumbo a la boda, pero no bromeo pues estoy muriendo de los nervios.
- No es gracioso.
- Tampoco lo es parecer un repollo.
- Cebolla. –Corrige mi hermana. – Y no pareces una gracias al cielo.
Mi papá va en el asiento delantero y yo voy en medio de mi hermana y mi madre. Esta última no deja de lanzar suspiros dramáticos.
- Mamá ¿Quieres por el amor de Dios parar? –Pido nerviosa después de su último suspiro.
- Aun estás a tiempo de detener esto. - Responde mi progenitora.
- No la escuches. –Pide Benedict quien ha alcanzado a oírla.
- Mamá, déjala en paz.
- ¿Cuánto falta para que llegues? –Suena ansioso.
- Un minuto menos después de la última vez que preguntaste.
- Si te presentas haré lo que quieras. –Y se escucha totalmente sincero.
- ¿Sí? –Sonrío tontamente. - ¿Cómo qué?
- Dejaré que le pongas nombre a nuestro primogénito.
- Voy a cortar esta ridícula llamada. –Escucho su risa y me relajo. Él tiene ese poder.
- El hombre más guapo que veas en la sala te estará esperando cuando entres.
- ¿Invitaste a Henry Cavill?
- Muy graciosa.
Ahora río yo.
- No tardes. –Su melodiosa voz está a punto de convertirme realmente en una cebolla, una caramelizada.
- No lo haré. - Susurro y corto. - ¿Qué? –mi madre me mira atentamente y Kis sonríe como si supiera algo que yo no.
- Estás enamorada. –Anuncia Kis y es como si me soltara una bofetada.
- Por eso se casa. –Responde mi padre desde su sitio muy tranquilo. Él ha sido el más tranquilo desde el principio.
- Eso parece. –Confirma mi madre y se detienen los suspiros.
No tengo tiempo de decir nada más y no sé qué podría decir en realidad. Y ya hemos llegado. De otro auto antiguo detrás nuestro sale la abuela, una hermosa Lily vestida de un suave tono lavanda a juego con Kis y Tristán en smoking, los tres Mackenzie están robando las miradas de los que pasan cerca de ellos. Mi hermana se queda detenida viendo a Tristán mientras él ayuda a su abuela. Tan embelesada está que salgo solo con la ayuda de mi madre y debo decir que no fue nada fácil.
- Estás enamorada. –Le digo al oído y pega un brinco.
- Sí. –admite triste con voz bajita.
Ella tiene los ovarios que yo no tengo en este momento. Mueve la cabeza como aclarándose y al fin me ayuda a acomodar mi vestido justo cuando Lily llega y da un beso a mis padres, a Kis y se pone a aplaudir como niña diciendo que me veo como una princesa.
- Tan bella. –Exclama. –Ahora eres oficialmente mi hermana. –Mira a Kis y me dice al oído. –Necesito que ella también lo sea ¿A que sería genial?
- ¿Qué cuchicheas niña?
- Nada abuela.
Veo a las dos familias abrazarse con cariño. Tristán besa la mejilla de mi madre y ella posa su mano en su rostro con una enorme sonrisa. Kislev lo evade entreteniéndose en mi vestido, aunque este ya no tiene una sola arruga. El valor la abandona cuando lo tiene tan cerca. Tomo el brazo de mi padre e inhalo para luego exhalar. Lo repito tres veces.
- No irás a salir corriendo ¿verdad Cookie? Benedict no me perdonaría que no vaya detrás de ti y te lleve a rastras ante el Juez. –Dice mientras se acomoda los gemelos de la camisa con aparente calma.
Si Benedict se acomoda el cabello cuando de pronto está tenso, Tris también pero ahora parece que prefiere llevar las manos a su ropa. Lo miro a él y luego a mi hermana, pero ambos se siguen ignorando. Me dan ganas de rodar los ojos, pero me detengo.
- ¿Crees que podrías alcanzarme? – Le respondo y Tristán me mira de pies a cabeza y echa atrás la cabeza en una sonora carcajada. Y allí está, él jamás me ha visto cómo ve a Kis. Siempre su mirada ha sido la de un hermano. Más no a ella. Ese fuego que sale en sus ojos yo lo veo, pero en Benedict hacia mí, a veces parece que quiere abalanzarse sobre mí o darme un buen mordisco. Los ojos le brillan y hasta he alcanzado a ver cómo pasa su lengua por sus labios como si se saboreara.
- Con ese vestido puedo jurar que sí. Te ves preciosa, por cierto.
Tristán me saca de mis reflexiones.
- No saldré corriendo. –No le saco la lengua, pero le muestro los dientes en un gesto que él conoce bien. Significaba acércate y te muerdo hace casi 20 años, pero no he dejado que pierda vigencia.
- Gracias a Dios. Parecías lista para hacerlo. –Y me traba los ojos lo que significa me vale lo que quieras hacerme.
- Cállate.
- Deja de ponerla nerviosa Tris. –Pide Lily halándole una oreja y Kis sigue sin mirarle.
- Niños, entremos. –Dice la abuela llamando al orden.
- Un segundo. –No pido, exijo.
- ¿Ven? Lo quiere dejar plantado. –Se burla Tristán.
- Deja de decir eso. –Le lanzo una mirada feroz, pero tomo aire como si me fuera a sumergir en el océano, aunque, eso es lo que haré ¿no? sumergirme en algo totalmente desconocido. –Ya. Lista, avancemos papá.
- ¿Segura? –Me ve preocupado.
- Sí papá, segura. –Y sonrío ampliamente dándome valor por dentro.
Veo entrar a mi madre al lado de mi hermana, seguida de Lily, Tristán con la abuela y por último mi padre y yo.
Sé que son 300 personas. Es lo que la abuela denominó intimo para la boda de su nieto mayor. Hay familia, conocidos y por supuesto gente del mundo de los negocios. Es una boda civil.
El salón es una maravilla gracias a la decoración, sé que es así porque veo todo como en cámara lenta, sonrió como autómata, no puedo evitar dar un pequeño vistazo a la salida y siento que mi padre me aprieta ligeramente el brazo. Me enfoco y veo a los invitados con sus mejores galas aplaudiendo por mi llegada o eso creo. Igual todo se borra cuando lo veo y es cuando empiezo a caminar con calma hacia él. Sé que todo es falso, pero aun así quiero atesorar este momento para siempre. El azul de su mirada resplandece y sonríe como si en verdad estuviera enamorado. Se apresura a tomar mi mano cuando se la da mi padre y se acerca a mi oído provocándome un escalofrío por su cercanía.
- Pareces un ángel. –Susurra y yo sonrío como idiota, pero me pongo seria al ver a Tristán que está a su lado acercándose. Le da los anillos, sin embargo, no pierde su oportunidad.
- Estaba por salir corriendo.
Aprieto los dientes, pero lanzo una sonrisa sabiendo que todos nos miran.
- Ya sabías qué hacer. –Contesta Benedict como si nada.
- ¿Qué se supone que iba hacer? –Pregunto aun fingiendo que sonrío y apenas abro la boca.
- Traerte así fuera a rastras. –Me sonríe él a su vez y lo veo con los ojos entrecerrados.
- Mon...- llama mi hermana quien estaba a mi lado, pero apenas veo. –Dame el ramo.
Se lo paso pensando en que podría haberle dado otro uso lanzándoselo a la cabeza a Tristán o azotarlo en la cabeza a mi flamante prometido. Mi sí es sí, así me haya puesto nerviosa. No iba a irme huyendo.
- No digas que no lo pensaste. Viste hacia la salida cuando ibas entrando con tu padre.
- Solo un pequeño vistazo. Creí ver a alguien que conozco.
- Ajá. –Ahora los ojos entrecerrados son de él.
- ¿Quieres casarte o cuestionarme? -Espeto y el juez carraspea.
- Tú siempre tan romántica mi amor. –Me responde y la última palabra me aturde un poco. Respiro profundo. –Empiece por favor. –le dice al hombre que va a casarnos y que luce incómodo. Le sonrío, pero estoy segura que solo muestro los dientes.
- Estamos reunidos aquí para bla bla bla bla...
Solo oigo eso y poco más. Me preguntan que sí acepto casarme con el magnífico espécimen a mi lado y vuelvo un poco a mi presente, estaba perdida en su hermosa cara preguntándome cómo sobrevivir a estar a su lado cuando a todas luces el hombre no es un simple gusto, no lo es definitivamente. Mi corazón se aprieta y siento que algo me recorre por todo el cuerpo y da un click en mi cerebro. Estás enamorada dijo mi hermana y todo encaja. Estoy aquí parada porque quiero, porque aunque no lo supiera o no lo admitiera Benedict no solo me gusta. No es por la maldita clausula. Mi tonto corazón quiere probar una vida a su lado así dure poco tiempo. Estoy irremediablemente enamorada y terriblemente asustada ¿Por qué tengo esa revelación justo ahora?
Él aprieta mis manos cuando no digo nada. El juez vuelve a carraspear y Benedict agranda sus ojos pensando que estoy a punto de decir que no. Tristán da un paso a un lado como preparándose a ir detrás de mí por si salgo corriendo y yo calculo mentalmente si lograría atraparme antes de llegar a la salida, por reflejo veo hacia el sitio por donde entré. Pero no quiero irme. Quiero estar aquí. Tristán niega con la cabeza como diciéndome que ni piense en salir huyendo.
- Me estás matando Cookie. –Ben me susurra de nuevo.
- Sí. –exclamo y asiento para dar énfasis. Casi oigo como sueltan la respiración todos los que me rodean incluido el Juez. Luego Benedict dice que sí de inmediato cuando le responden queriendo acabar con esto cuanto antes.
- Puede besar a la novia.
No tengo tiempo de prepararme, me toma enseguida de la cintura y me pega a él tomando mi boca moviendo sus labios sobre los míos, veo que controla su intensidad como si quisiera succionarme el alma en ese beso, pero se detiene. Y para mí es justo lo que me confirma que no estoy equivocada respecto a lo que siento por él. Le correspondo y paso mis brazos por su cuello, a lo lejos oigo aplausos y la risa divertida de mi ahora cuñado. Eso hace que me despegue de Benedict, aunque me cuesta un poco pues es reacio a soltarme y esta vez oigo la risa de Lily. Con la mano de él aun en mi cintura, mi ahora cuñada se lanza a abrazarnos y se le une Tristán, busco a mi hermana quien nos ve y se acerca tratando que no vea que tiene los ojos llorosos, Lily la termina de acercar y terminamos en un nutrido abrazo de cinco.
Es una locura pienso, porque pese a que cuatro de nosotros sabemos la realidad, solo veo caras sonrientes.
- Bienvenida a la familia. –Tristán me abraza mientras oigo que mi hermana le dice a Benedict lo mismo.
Se acercan nuestros padres y la abuela y después los invitados quienes nos felicitan diciendo que el amor se ve a kilómetros y felicitando nuestra espontaneidad al respecto ¿soy así de transparente? Espero que no. Benedict no se aleja demasiado de mí y en cuanto puede está a mi lado tomando mi mano o mi cintura. Es curioso, pero si antes todo lo sentía en cámara lenta ahora es lo contrario. Oigo el discurso gracioso de Tristán como padrino donde no tarda en burlarse de mí y de mi apodo.
- Hace las mejores galletas. Pero su madre era infinitamente superior, aun así, mi querido hermano solo comía las que hacía Mónica. Eso sí, siempre decía que sus galletas eran malas. Desde entonces es Cookie, ella siempre pensó que era porque él se burlaba de sus galletas, pero cuando le pregunté a Ben por qué se las comía si decía que no eran buenas no me quiso decir. Pero creo que ahora todos sabemos la razón ¿cierto?
Hay awwwss y risitas en el salón.
- No eran tan malas. –Veo a Benedict y él besa mi mano con una sonrisa que me hace sonrojar y ver hacia otro lado, no quiero que sepa mi secreto de ninguna de las maneras. En cuanto a Tristán sé que ha adornado todo eso. Porque para empezar mis galletas en serio no eran tan malas y mejoré con los años.
- Que tengan la mejor de las vidas juntos. –finaliza Tristán.
Mi hermana es más breve y concisa pero aun así saca sonrisas mientras nos desea lo mejor, la miro con agradecimiento. Y de pronto estamos en la pista para nuestra primera canción la orquesta hace que suenen los acordes de Somos Novios, quien canta se oye tan parecido a Luis Miguel que me giro a ver si es él, no lo es, pero por la elección de la canción veo sorprendida a Ben.
- Tu mamá lo sugirió. –Dice como si nada.
- ¿Mi mamá?
- Bueno, tanto como sugerirlo no. Pero sé que ella la bailó en su boda. Se lo contó a la abuela.
- ¿Quedando bien con la suegra eh? – Y me río al tiempo que él me da una vuelta. -¿Desde cuándo bailas así de bien?
- No sabes todo sobre mí.
Siento que estoy en medio de una extraña paradoja del tiempo. Va lento, va rápido, se detiene. Y ahora mientras bailo con él quiero que siga así el tiempo, detenido.
No sé cuánto tiempo más pasa. Mi hermana y Lily me ayudan a ir al baño en un momento dado y al salir noto a las dos atentas a un hombre que entra del brazo de una bella mujer.
- Él está buenísimo. –Comenta mi hermana.
- Ya lo creo, pero es casado. Esposo de mi prima. –El hombre va donde Ben y Tristán y ella mira hacia nosotras y viene con una sonrisa. Lily la recibe con un abrazo. - ¡Lyla! Pensé que no vendrían.
- La tardanza es culpa de Derian. –Y se sonroja un poco. - ¿Puedo darte un abrazo? –me dice y sin tiempo a responder me estrecha en sus brazos. –Bienvenida a la familia. Soy Lyla De Luca anteriormente Mackenzie-Brown prima de Lily, Tristán y tu ahora esposo.
- Gracias. – Realmente la siento sincera a diferencia de algunas víboras que me saludaron mostrando sorpresa supuestamente sutil porque haya cazado a Ben según sus palabras. La veo abrazar a Kislev de igual forma.
- Lily siempre me contó de ustedes, es una lástima que nunca hayamos coincidido.
- ¿Y Jade y Will? No me digas que el bebé se adelantó.
- Sí te digo, el bebé se adelantó y por eso no pudieron venir.
- Tengo que ir a verlos.
- Rose estará encantada de tenerte allí al igual que nosotros. A mi hija le encanta su tía Lily. –nos dice. –Tienen que venir con ella. –Nos pide y terminamos asintiendo, creo que es difícil decirle que no.
- Será un placer. –Respondo.
- ¡Ahora somos primas! Y eso te incluye, no me preguntes por qué, pero así es porque lo digo yo. –le dice a Kislev y reímos. –Iré a felicitar a Ben y vuelvo para que me cuentes como es que este chico logró capturarte. –Se va feliz.
- Es la primera que opina que él me atrapó a mí y no al revés.
- Quería preguntarle si su esposo tiene un hermano, gemelo de preferencia. – Kislev mira disimuladamente hacia donde está De Luca y las tres soltamos risitas.
- Esa rama de los Mackenzie también se dedica a la publicidad, aunque el esposo de Lyla no. Él era el típico playboy hasta que Lyla llegó, quizás por eso pensé que yo tendría el poder de retener a alguien como... -suspira deteniéndose. –Este es un día feliz, vamos a bailar. –Tira de ambas y las tres terminamos en medio de los demás que están en la pista bailando. Cualquier cosa con tal de no pensar y darle vueltas a lo que mi cerebro y corazón ya saben con certeza absoluta.
No sé cuántos tequilas tomé, sé que no fueron muchos, pero la combinación con champagne no fue la mejor idea. Como un borrón recuerdo despedirme y ser llevada en brazos a un auto, luego a un avión.
- ¿Te quito el vestido? –Oigo a Ben y me da risa.
- No.
- ¿Segura? Si quieres descansar no podrás con toda esa tela encima.
- Me puede servir de colchón. Mira. –Y quiero tirarme al piso para demostrarlo. Oigo sus risas y después me levanta para llevarme a una cama ¿Dónde estamos? ¿avión, auto, habitación? No lo sé, solo sé que me dejo llevar.
La historia de Lyla y Derian se llama "Ojos negros"
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top