18 "Corazón Salvaje"

Hemos logrado llegar al patio trasero de la casa. La cafetería ha sido cerrada y mi padre nos mira a uno y a otro. Mi madre hizo una enorme jarra de tila y la situación sería graciosa en otras circunstancias.

- ¿Por qué quieres casarte con ella?

- Porque la quiero Joseph. –responde Ben.

- Pero si han sido como hermanos. –Mi madre dice para luego beber un enorme trago de té.

- Mama no me gusta el té. –Miro mi taza.

- Te lo tomas. – Regaña, pero luego se levanta y me arrebata la taza. –No, no puedes beber cualquier cosa. Tu prima abortó por un té.

- No está embarazada Leonor. Puedo jurarlo.

- ¿Por qué tanta seguridad Ben? –pregunta mi padre.

- Porque nunca la he tocado. Al menos no de esa manera. –Responde logrando que los tres lo miremos con distintas expresiones. La mía con sorpresa, la de mis padres con incredulidad. Me miran y asiento.

- Nunca ha habido nada de nada. –Mis padres siguen sin creérselo. –Iré a hacerme la prueba. –Suspiro molesta. Mi padre alza una mano deteniéndome después de haber escaneado a Benedict.

- Le creo.

- Pero cariño es que no entiendo. Se criaron como hermanos y ¿ahora esto? Están confundiendo el cariño y los sentimientos.

- Nos criamos como hermanos hasta que ella tuvo unos 14 años. Crecimos Leonor y los sentimientos cambiaron. Nos dimos cuenta cuando empezamos a trabajar juntos.

- ¿Les vas a creer que no se han ido a la cama? - Mi madre mira a mi padre irritada.

- ¿Por qué mentirían en eso? No tiene sentido. Son mayores de edad.

- ¿Qué pasa mamá, soy buena para que me lleve a la cama, pero no para un matrimonio? -Digo entonces irritada.

- No es por ti Mónica. Benedict no parece hecho para un compromiso. Te queremos y lo sabes, pero tu historial habla por sí solo. –le dice muy decidida a mi falso prometido. –Si ahora quieres una boda con ella solo puedo pensar es porque voy a ser abuela pronto. Sé que eres responsable Ben, pero no quiero esto para mi hija. Un matrimonio por compromiso.

Eso ultimo me hace tragar saliva. Porque mi boda será por todo menos por amor.

- ¿Qué historial? Nunca ha tenido una novia formal. -replico para que no se vea mi cara fraudulenta. Pero mi defensa hace que mi madre ponga cara de: Exacto.

- No me defiendas cariño. – Él me toma de la mano y me da un apretón para que me calle.

- ¿Por qué una boda? Conózcanse un poco más. –intercede mi padre.

- La conozco de toda la vida Joseph y si antes nunca tuve un compromiso formal fue porque nadie me hizo sentir lo que tu hija sí. –Mi padre parece mucho más dispuesto a esto que mi madre a juzgar por su cara asimilándolo todo.

- Son de distintas sociedades. –Suelta mi madre diciendo lo primero que se le ocurrió.

- Mi familia la adora y lo sabes, al igual que a Kis y a ustedes. No nos importa nada de eso.

- La gente va murmurar por las calles.

- ¿Qué cosa? ¿Qué somos un amor prohibido? No somos Romeo y Julieta y deja de parafrasear la canción de Selena madre por Dios.

- Mónica conoce muy bien el mundo de Ben. –defiende mi padre y lo miro agradecida.

- Y se desenvuelve maravillosamente. –añade mi pseudo novio.

- Ya no habrá un Juan en tu futuro. – sentencia mi madre cruzándose de brazos y yo miro al cielo preguntándome si también soy igual de dramática. Las novelas hacen daño, provocan estas reacciones. No las miren.

- ¿Quién rayos es Juan? –pregunta Ben y yo no respondo.

- Mejor no preguntes. –Le pide mi padre sabiendo exactamente a qué se refiere su esposa. - ¿Cuándo es la boda?

- Dos semanas.

- ¿Qué? –respinga mi señora madre en su asiento. –Ve a hacerte ese test de embarazo Mónica. -Me levanto de mala gana, aunque Benedict trata de detenerme.

 –Sólo así saldrá de dudas. –Me encamino al baño.

- ¿Por qué la prisa? –oigo a lo lejos la voz de mi padre preguntando.

- Ya esperé mucho tiempo. –alcanzo a oír toda la seguridad del mundo en su voz y me maravillo de lo excelente actor que es.

Un test de embarazo negativo después y la aprobación de mi padre pese a las negativas de mi madre nos encaminamos a la ciudad. Siento que estuve en un combate cuerpo a cuerpo con un luchador de la WWE. Benedict teclea algo cuando nos ponemos frente a un semáforo deteniéndonos, pero luego centra su atención en mí.

- El anuncio saldrá en breve ¿Quién es Juan? –Pregunta de nuevo.

- ¿Por qué dijiste que no nos habíamos acostado?

- Porque es la verdad y al menos merecían saber eso ¿Por qué todos me ignoran cuando pregunto sobre ese tal Juan?

- Porque no tiene importancia.

- ¿No? toda tu familia cree que es el amor de tu vida o algo así.

Río ante su declaración.

- De una Mónica de otra época, de otro lugar y con otro corazón. –Vaya, así que también soy una dramática me burlo de mí misma. Aunque me refiero a la protagonista de la novela.

- Suena intenso. Lamento haber arruinado tu maravilloso futuro con el amor de tu vida. –Arranca a toda velocidad haciendo que el auto chirrie las llantas.

- ¿Cuál es la prisa?

- Te llevo pronto a casa para que puedas lamentar en silencio la perdida de tu libertad. – Luce serio mirando hacia el camino. Este hombre luce guapo en todas sus expresiones y momentos, es injusto.

- Lo lamento desde el minuto uno. –Aun así replico con el mismo nivel de molestia ¿Qué le pasa? Estoy ayudándolo.

Me deja en la acera de mi edificio y salgo rápido azotando la puerta sin decir nada. No dijo ni pío en el resto del camino y suficiente tengo con todo lo que cargo encima. En las escaleras el teléfono empieza a vibrar y con horror noto que han cambiado el tono normal por una canción. Una que conozco demasiado bien. Esta fue Kislev, la muy graciosita. Antes de ir a ver a mis padres anunció que Benedict ahora será Juan del Diablo.

Y como cobrarle a la vida

Cuando todo me ha salido siempre mal

Como cerrar tantas heridas

Si la sangre no ha dejado de brotar

Cuando el precio de la vida es tan difícil de pagar

Rebusco en mi bolsa y no lo encuentro para callarlo.

Como rogarle al destino

Cuando estoy acostumbrado a arrebatar

Porque hoy que te he encontrado

No te apartes de mí lado

No derrumben nuestros sueños

Ni se atreva a separarnos

- ¡Kislev! –grito ya en el pasillo.

Voy a exigirle a la vida

Que me pague contigo

Que me enseñe el sentido del dolor

Porque ya fue suficiente el castigo

De no haberte conocido

Y dejar de ser por siempre un mendigo del amor

Corazón salvaje...

Mi hermana abre la puerta justo en mi cara cantando a todo pulmón la letra de la novela de corazón salvaje. Pongo la mano en toda su cara y la empujo adentro, ella no para de cantar entre risas. Al fin localizo mi teléfono solo para gruñir. Ella es la que llamó.

- Te vi llegar. –explica. –Tenía que hacerlo.

- La graciosa del siglo. –me tiro al sofá.

- ¿Cómo estuvo?

- Mamá por poco saca la escopeta.

- ¡Rayos! Debí haber ido.

- No acepta a Benedict, pero papá sí.

- Ben es el preferido de papá. Tris el de mamá. –Aclaremos que eso no significa que alguno sería aceptado como yerno fácilmente.

- Y Lily de ambos. Ya lo sé.

- Y aun así ninguno de ellos estaba en la lista para sus hijas Mon, así que ya esperaba esa reacción.

- Mamá mencionó a Juan del Diablo.

- ¿Qué? –Kis estalla en risas.

- Y ahora Benedict cree que fue el amor de mi vida o algo así.

- ¿Por qué no le explicaste?

- ¿Y cómo? A ver dime. Tendría que decirle: Oye Ben, es que Juan es un personaje de la telenovela favorita de mi abuela y mi madre. La pareja de Juan se llamaba Mónica. Por ella me pusieron así y mi familia tiene la loca idea de que encontraré mi propio Juan del Diablo. Suena como si fuéramos una partida de lunáticos.

- Dicho así...

- No tiene sentido. Y encima se molesta porque no aclaro quien es el tal Juan.

- ¿Se molestó por eso?

- Sí. O ya no sé si fue por eso.

- Parece celoso. –Kis me mira expectante.

- Totalmente ilógico. Creo solo necesitaba un pretexto para ponerse enojado por todo el escandalo con mamá.

- No, Ben suele ser directo. –Pero no insiste y cambia la conversación cuando recuerda algo. -Oye me escribió Travis, él y el otro Ben quieren que salgamos.

- No te había dicho, pero Benjamín es un Bianik. De esa familia que lidera la industria del calzado de alta gama.

- OMG.

- Lo sé, me acabo de perder un partidazo. Después del divorcio ingresaré al convento. Me lo merezco por tonta. –Tomo el teléfono y busco información de conventos en México.

- ¿Por qué en México? –Kis está pegada a mí mirando sin disimulo.

- Huiré de mamá y su escopeta.

- Vas directo a la que tiene la abuela ¿Ya le dijiste?

- No, que Benedict se lo diga. –respondo aun molesta por su actitud. –Y por favor cancélale tú a Benjamín yo no tengo fuerzas para nada más. Dile la verdad.

- Con Benjamín no hay problema, pero en el caso de Ben, la abuela no lo conoce bien. Tendrás que ser tú.

No, la charla con la abuela no salió mejor. De lo poco que sabe de Ben añadamos lo que habló con mi madre. Ambas están de acuerdo en que cometo un error. Sin embargo, ambas coinciden en que parece ser que estoy tontamente enamorada. La abuela después de la charla me dijo que iría a engrasar la escopeta por si acaso. No viene a la boda porque no le gustan los aviones y no le gusta el hombre que elegí en lugar del inexistente Juan que el destino me tenía preparado solo porque me llamo Mónica. Sí, eso dijo.

- La finca y yo te esperamos aquí si va mal. –me dijo al final.

- Iré, pero a verte con mi esposo.

- Eso espero Mon, eso espero.

Es domingo y no llevo ni una semana comprometida, no me he encargado de ni un solo detalle de la boda, pero estoy exhausta y esto apenas comienza.

Recibo un mensaje de la abuela de Ben. Iremos a ver vestidos de novia. Y debo darle la lista de mis invitados. Siendo sincera no quiero invitar a nadie.

- ¿Ya viste lo que dicen de ti y de Ben? –Kis va a mi lado en el taxi mientras vamos a ver los vestidos.

- No. Me abstuve.

- Hay muchas fotos de él, solo dos donde sale contigo. Una es trabajando y se ven serios, guapos y profesionales. –Esa seguro la compartió Kirk, es dado a fotografiar todo. – Y otra en un evento donde él te mira y tú pareces ignorarlo.

- Seguro me estaba diciendo una tontería. –Me inclino para ver las fotos y al menos salgo bien en ellas.

- Dicen que trabajan juntos desde hace un tiempo y se conocen desde niños. Que el dulce e inocente amor de pequeños se transformó para que ahora quieran pasar el resto de su vida juntos. Suena tan romántico. –Lee el comunicado.

- Ajá.

- Más alegría hermanita, sea como sea te llevas al partido de oro.

- ¿Si te escuchas? Tú, la que estaba en contra. Ahora lanzas frases llenas de clichés.

- Mon. Vas a estar casada por todas las de la ley. –Me ignora. - Así que deberías aprovechar.

- ¿Aprovechar qué? -No sé qué giros toma la mente de mi hermana.

- Aprovechar tu posición.

- ¿Hablas de su dinero? –la miro desconociéndola.

- Cielos no. Va a ser tu esposo y dime ¿Qué tendría de malo que sea real? –susurra.

- No te sigo ¿Hablas en serio?

- Benedict es guapísimo y no creo te sea indiferente.

- Ahora mismo me es indiferente.

- Mentirosa.

- ¿A dónde quieres llegar?

- Pues a que disfrutes, comételo. No creo te de indigestión. Y no me mires como si me hubiera salido otra cabeza. Que el hombre está buenísimo ¿Qué pierdes con probar lo que va a ser tuyo?

- Aléjate demonio. No piensas ¿Qué crees que pase si me lo como así cómo dices? Vamos a complicar todo.

- No necesariamente.

- Habló la experta ¿Qué no estabas en contra?

- Ya no, he recapacitado. Haz lo que te digo y el matrimonio será llevadero y luego cada quien a su cada cual.

- Que sencillo eh. - finjo sonreír y luego modifico mi expresión a una de irritación infinita.

- Sé que te gusta. –me dice al oído.

- Agrrrrr aléjate. –le grito y en eso llegamos a la exclusiva tienda de novias.

- Todo ese estrés e irritación ya se te hubieran quitado si te hubieras comido al bombón que tienes por prometido. –dice picara saliendo del auto y la ignoro. –Te hace falta una buena...

- Dejas de ser mi dama de honor. –declaro callándola.

- Ya quisieras, ese puesto no me lo quita ni Lily. –Me saca la lengua y se ríe, pero cuando se da la vuelta se topa con un torso que la detiene de golpe. - ¿Qué haces aquí? – le dice a Tristán poniendo rápidamente espacio de por medio.

Ni una de las dos lo había visto al estar inmersas en la conversación/pelea. Tristán la mira de arriba abajo con toda calma y mi hermana da otro paso atrás. Esa famosa mirada incendiaria debería ser patentada por los Mackenzie.

- ¿Por qué miras a mi hermana como si te la quisieras comer? –Suelto lo que nunca le he dicho antes. Con mis palabras al fin deja de mirarla a ella y me dedica una sonrisa ladina que seguro hace que caigan las chicas como moscas. No veo a Kis, sé que quiere matarme, pero es mi pequeña venganza. Además, mato dos pájaros de un tiro si este espécimen aquí delante se atreve a decir si siente algo por mi hermana. Lo dudo, pero el intento se hizo.

- Vine a dejar a la abuela. –contesta obviando mi pregunta. –Insistió en que la trajera yo. –se encoge de hombros. -Que se diviertan querida cuñadita.

- Por poco tiempo lo seré, solo dime Mónica. –No insisto con mi pregunta.

- Aprovecha ese poco tiempo. –dice encaminándose a su auto.

- Si, lo dejaré en bancarrota. - ¿Cómo es que estos dos piensan igual? Miro a mi hermana y esta cruzada de brazos lanzándome dardos con los ojos.

- Aunque quisieras no creo puedas. No estoy presumiéndote Mon, pero tiene más dinero del que debería. –enciende el carro desde su dispositivo aun sin llegar a él.

- Y tú también. Parece el carro de James Bond. –Me guiña el ojo y debo admitir que también él es más guapo de lo que debería.

- No me refería al dinero Mon. Me refiero a...

- No quiero saberlo. –lo detengo.

- Sé que no. Pero acaben de una vez por todas con esa tensión sexual existente.

- ¿Tensión sexual existente? –No me responde, se sube y se va como si nada. - ¿Acaso hablaron entre ustedes y se pusieron de acuerdo? –pregunto a mi hermana.

- ¡Cómo se te ocurre preguntarle eso! -pega un zapatazo al suelo.

- No contestó.

- ¡Aun así! – se mete a la tienda y me deja pensando en cosas que no deberían pasar entre Benedict y yo, muevo la cabeza aclarándome y marcho valiente como un soldado a las pruebas de vestido. No sé lo que quiero usar ese día porque jamás en la vida me había planteado casarme. Al menos a esta edad no y ahora lo haré por una bizarra situación. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top