Dicen que lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas, ¿verdad?

Claro.

A menos de que seas un piloto famoso, no puedas pasar desapercibido ante las cámaras y las personas en general; y por supuesto, tu nombre sea Charles Leclerc.

Charles nunca fue bueno en matemáticas. Pero estaba seguro que uno más uno, no eran tres.

Que un chico, dos botellas de alcohol, una chica, dos corazones rotos, dos amigos, cien oportunidades para divertirse, un par de ojos y Andrea; definitivamente eran la peor ecuación a la que se había enfrentado en su vida.

O al menos eso había sido lo que él había creído hasta que la conoció y entonces sus vidas más que cruzarse, se enredaron.

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Y no es casualidad

Que fueras tú
El que esa noche llegó a ese bar
Me di cuenta que tú
Me viste con toda mi oscuridad

Porque nunca había podido ser tan yo como contigo
La vida cambió de velocidad
Que fueras tú
No creo que sea casualidad