Los pensamientos de ambos eran un completo caos.

Donghae ni si quiera sabía como había llegado hasta ese punto. Un día estaba al lado de Hyukjae, pensando que siempre iban a estar juntos, y al otro día ya estaba en el altar esperando a una mujer con quien se iba a casar. ¿Lo más doloroso? Tuvo el descaro de pedirle a Hyukjae que fuera su padrino.

¿Por qué lo hizo? ¿Hasta dónde iba a llegar su propia tortura? No lo sabía.

Lo único que sabía era que quería tomar la mano de Hyukjae y salir corriendo lo más rápido posible en su motocicleta con él. Típico cliché de películas románticas. Sólo que esto no era una película.

¿Y Hyukjae? El no estaba mejor que él. Su corazón se rompió en mil pedazos cuando Donghae le propuso ser el padrino de su boda. Pero no podía dejar que sus sentimientos se notaran, así que se tragó el nudo en su garganta, recogió los pedazos de su corazón y con el dolor mas grande del mundo... dijo que sí.

Y ahora estaba ahí, sentado, pretendiendo estar feliz por Donghae y su prometida, y siendo sólo el padrino de bodas y no la persona a quien Donghae le propuso matrimonio. 

¿Qué hubieran dicho los demás?

Donghae tenía todavía la pequeña esperanza de que Hyukjae se levantaría y sería valiente mientras diría que se opone, entonces el correría hacia él y lo sacaría. Pero Hyukjae no fue valiente.

Hyukjae por su parte tenía la ilusión de que Donghae diría que no, y lo voltearía a ver como el hombre valiente que era. Ese hombre que Donghae era, tan caballeroso, tan amable pero tan vívido y fuerte. Pero Donghae no fue valiente.

Y ambos tuvieron que callar sus sentimientos. ¿Por qué no dijeron nada antes? ¿Por qué llegaron tan lejos?

¿Por qué no habían sido valientes y se hubieran largado a vivir una vida juntos?