Silencio.

Todo en esa habitación de hospital estaba en silencio. Salvo por el sonido del monitor, indicando que el corazón de Hyukjae seguía latiendo.

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Pero, ¿su cuerpo? Su cuerpo no respondía. Estaba debilitado. No podía abrir los ojos, ni hablar, pero podía escuchar. Sabía que su familia estaba alrededor de él. Podía escucharlos decirle lo mucho que lo querían y al mismo tiempo como le lloraban. Podía escuchar el sonido de su corazón en el monitor. Pero había algo que lo hacía no poder despertar. 

Sabía que estaba en coma. Recordaba que iba en un auto con Donghae. Recordaba un ruido y un impacto muy fuerte. Y asumía lo que había sucedido después de eso.

Entonces escucho unas palabras, como si estuvieran muy lejanas, que provenían de su hermana.

—Tal ves no despierta porque quiere ir con Donghae.

¿Donghae?

—Sabemos que si el se marcha, Donghae lo va a estar esperando con los brazos abiertos, ¿no?— Esa era la voz de su madre. Entonces entendió que Donghae había muerto al instante.

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Su corazón comenzó a acelerarse y eso alarmó a sus familiares, quienes rápidamente intentaron conseguir la ayuda de un doctor. Pero Hyukjae no quería que lo salvaran. El quería dejar de sufrir y se iría con Donghae de ser necesario. Sintió entonces una mano sobre la suya, sabía que era la de su madre. Los escuchaba gritar, pero le dió un pequeño y débil apretón para que supiera que la quería. Que los quería a todos. Y que iba a estar bien.

Las despedidas nunca fueron sencillas, pero Hyukjae sabía que su familia iba a seguir adelante, sin él, porque el había tomado esa decisión de no seguir luchando. Y entonces...

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El corazón de Hyukjae se detuvo. Porque no quería vivir una vida sin Donghae a su lado.