Hacer cosas con palabras
Si has llegado hasta aquí es porque te interesa esto del "uso del lenguaje" así que te animo a que demos un paso más adelante.
Este paso implica que tomemos algunos conceptos de la filosofía del lenguaje que nos permitan dar una base más firme a lo que pretendemos estudiar, esto es, no caer en las trampas que nos impone la lengua.
Durante muchos años, el estudio del lenguaje estuvo dominado por lo que hoy se conoce como "la falacia descriptiva".
Este sesgo consistía en otorgar al lenguaje sólo una función descriptiva, o sea, una perspectiva que nos indicaba que los humanos teníamos el lenguaje
• para describir los hechos que acontecían,
• para describir nuestros pensamientos,
• para describir nuestros sentimientos,
• para describir y más describir.
Pero hoy sabemos que "el lenguaje" es otra cosa. Hoy sabemos que el lenguaje es acción.
John Langshaw Austin fue un filósofo británico nacido en 1911, al que le debemos muchos de los conceptos actualizados que hoy tenemos del lenguaje.
Para el Prof. Austin toda emisión lingüística involucra a la lengua natural y a cierto número de reglas y convenciones generales. Estas reglas o el contexto donde se usa el lenguaje, van unidos simbióticamente con la palabra emitida. Una manera más simple de decirlo es que, muchas frases que decimos solo tienen sentido en el contexto en que las dijimos y que, fuera de ámbito donde se dijeron, pueden carecer de sentido o tener uno distinto.
Pero la clasificación más general, que enriqueció completamente nuestra forma de ver el lenguaje, fue dividir las emisiones lingüísticas en 2. Él los llamo actos del habla.
Primero clasificó a la que ya conocíamos, es decir, a la parte descriptiva del lenguaje. Y las llamó "emisiones constatativas" o "actos constatativos" a los enunciados que usamos para describir o constatar hechos. Además, algo que para el Prof. Austin era muy importante, ya que de alguna forma los define, los actos constatativos tienen un valor de verdad, esto es, que pueden ser catalogadas como verdaderos o falsos.
Pero hay emisiones lingüísticas que no tienen esa característica. Y el estudio del Prof. Austin dio un gran salto cualitativo al darse cuenta de que hay emisiones lingüísticas que no pueden clasificarse como verdaderas o falsas.
A estas frases, el Prof. Austin las llamó "performatives", en inglés, que en español ha sido traducida por la horrenda e inexistente palabra "performativas" y también, quizás más acertadamente, como "frases realizativas" o, la que más me gusta, "frases ejecutantes".
Estas se pueden definir como aquellas emisiones lingüísticas donde la enunciación de la frase es la ejecución de una acción o, en otras palabras, donde el sujeto que hace la enunciación, realiza el acto al mismo tiempo que lo enuncia.
Esto lo veremos mejor con unos ejemplos.
• "Yo te bautizo", es una emisión lingüística que realiza la acción de bautizar.
• "Muchas gracias" es una emisión lingüística que realiza la acción de "agradecer".
• "Lo siento" es una emisión lingüística que realiza la acción de "disculparse".
• "Los declaro marido y mujer", es una emisión lingüística que realiza la acción de celebrar una boda.
Pero no todo es tan simple. Como ya nos había advertido el Prof. Austin, la emisión lingüística ejecutante necesita de un contexto para poder ser validada, por ejemplo
• "los declaro marido y mujer" no significa lo mismo si no se enuncia en el contexto de una boda y la frase no es pronunciada por la persona que tenga la potestad de celebrar bodas.
Recordemos, además, que los "actos ejecutantes" no tienen valor de verdad, es decir, no pueden clasificarse como verdaderos o falso, sino que, dado que son acciones, los podremos evaluar sólo en si la acción se cumplió o no.
Y si quisiéramos complicarlo más aún, no solo el contexto determina el significado de la frase, sino que la forma de hablar, el tono en que decimos las cosas, etc. puede afectar al sentido de lo que queremos decir.
Veamos algún ejemplo más,
• Si decimos "llueve", puede ser una emisión constatativa del hecho de que está lloviendo.
• Pero podemos convertirlo en la acción de realizar el "acto de expresar contrariedad" al decir "llueve, no podemos salir",
• o podemos convertirlo en la acción de realizar el "acto de prohibir" al decir "llueve, no salgas"
• o podemos convertirlo en la acción de realizar el "acto de aconsejar" al decir, "llueve, coge el paraguas".
El Prof. Austin nos enseñó la importancia de la relación que tiene el lenguaje con el entorno, señalando que una frase, aunque correcta gramaticalmente, tendrá su sentido estará asociado al contexto en que se dijo. En esta línea de pensamiento, el famoso lingüista Noam Chomsky inventó una frase que se hizo famosa
• Las incoloras ideas verdes duermen furiosamente
Para explicar el caso de frases gramatical y sintácticamente correctas, pero a las que no podemos hallarle un sentido semántico. Y si bien esta frase de Chomsky es inventada, debemos aprender a reconocer frases que, fuera del contexto en el que se expresaron, también pierden o cambian su sentido original.
El Profesor John L. Austin murió el 8 de febrero de 1960 y dejó muchos estudiantes que admiraron su trabajo y, dado no había dejado escrito ningún libro, sus alumnos recopilaron las 12 conferencias que dio sobre el lenguaje, desde el año 1955 en la Universidad de Harvard en el marco de las "Conferencias William Jones".
Finalmente, esta recopilación tuvo forma de libro que fue editado de forma póstuma en 1962, y al que llamaron "Como hacer cosas con palabras", convirtiéndose en una obra de lectura obligada para el estudio de la filosofía del lenguaje, tal y como la conocemos actualmente.
De dichas conferencias, en la octava más precisamente, el Prof. Austin profundizó en la clasificación de los actos del habla para señalar que a estos podían reconocérseles 3 partes.
• El acto locutivo.
Es básica y literalmente lo que hemos dicho. Esto es, el acto fonético de pronunciar las palabras en un determinado orden. En otras palabras, el acto locutivo es, propiamente, el "acto de decir algo".
• El acto ilocutivo
Lo llamaremos la intensión o intencionalidad de la frase. Es decir, ¿qué quisimos decir al decir lo que dijimos? Por ejemplo, diciendo "tengo frio" (acto locutivo) podemos querer decir "cierra la ventana" o "estoy buscando un abrigo", siendo alguna de estas 2 ultimas la intención el acto ilocutivo.
Debemos señalar que ésta puede ser genérica, como en el caso que el enunciado locutivo coincide con lo que digo, pero trae aparejada la intención en el tono o en la forma de hablar. Por ejemplo, la intención de "dar una orden", "hacer una pregunta", "dar un consejo" o "expresar un deseo".
• El acto perlocutivo
Es la conducta que genera la frase dicha.
Son las consecuencias que aparecen después de enunciarse el acto locutivo.
Por ejemplo, el acto perlocutivo lleva asociado qué quiero que le pase al que escucha, en el sentido de "que se sienta adulado", "que sienta miedo", etc.
En resumen,
• El acto locutivo, lo que dije y su significado, limitándome a las palabras usadas.
• El acto ilocutivo, es la intencionalidad al decir algo.
• El acto perlocutivo, son los efectos obtenidos.
En lo que a la finalidad de este trabajo nos importa, es importante comprender las frases que oímos o decimos y no quedarnos solo con las palabras. Reflexionar, con el objetivo de desentrañar su intención ilocutiva y la fuerza perlocutiva, puede ayudarnos a dominar el lenguaje y, por supuesto, a no caer en sus trampas.
Actualmente, los trabajos del Prof. Austin fueron continuados y ampliados por el Prof. John Roger Searle, nacido en 1932, quien considera a Austin su maestro.
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