Dicen que;

"—Las personas no recordamos días, sino momentos—"

Y yo creo que a veces basta con una persona, un aroma, una canción, una película, o un paísaje para que esos momentos lleguen a invadir nuestros pensamientos. Hacen que nos desconectemos de todo nuestro entorno y, muchas veces, eso puede ser peligroso.

Si eres como nosotros, que perdimos el control a un punto de ebullición tan ardiente e incontrolable que quemó la poca fuerza con la que nos sosteníamos, puedes caer tan profundo como lo hicimos.

No lo sabíamos, y en realidad, nadie lo sabe. La muerte es una idea tan abstracta y compleja, que no podemos entender hasta que alguien cercano a nosotros la vive. Y en realidad, ni siquiera la entiendes, sólo eres capaz de sentir. Y sientes tan fuerte que en ocasiones puede ser asfixiante. El problema de no saber cómo vivir con ella, es que te puedes perder en el proceso.

A veces recordar te hace sonreír, y otras veces te hace llorar. A veces luchas para no perder el control, y otras veces reaccionas después de que lo pierdes. Tienes miedo de estar solo, y al mismo tiempo no quieres estar con alguien.

Nolan era nuestro mejor amigo. Lo conocíamos desde que tenemos conciencia de nuestra existencia. O eso creíamos. A veces convivir con alguien tanto tiempo no quiere decir que lo conozcas realmente, sus pensamientos, cómo se siente, qué necesita o qué busca. Creo que si nos hubiéramos tomado el tiempo suficiente para indagar en su interior, en su mente, hubiéramos podido ayudarlo.

Pero el hubiera, también es una palabra compleja, irreal, que sin explicación alguna nos hace sentir culpables. ¿Por qué nos hace sentir culpables algo que hipotéticamente nunca pasó? Ese es otro problema del ser humano; culparnos por algo que no sabíamos y quizá, no era momento de saberlo. Las piezas en este tablero de ajedrez llamado vida se mueven de una forma tan inteligente y estratégica que no alcanzamos a comprender hasta que tenemos un jaque mate enfrente.

En ocasiones, nos topamos con personas poco transparentes como Nolan, que exteriormente brillan con la intensidad de mil estrellas, pero que por dentro, se sienten solos, con rabia, con dolor, que en pocas palabras, en el interior, son un caos.

Esas personas tienen una extraña lógica para vivir: «Debo superar todo, solo»

Ahora que veo en retrospectiva, sé con certeza que nadie, absolutamente nadie, debe pasar por algo solo.

𝑵𝒐𝒕𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒂𝒖𝒕𝒐𝒓𝒂:

¡Hola wattper! Gracias por tomarte el tiempo de abrir mi novela y leer éstas primeras líneas, espero que puedas continuar leyéndola si fue de tu agrado.
*(Cruza los deditos para que así sea 🤞)*

⚠️ Recuerda que ésta novela NO es apta para personas sensibles o que están pasando por un momento difícil. Si continúas leyendo es bajo tu propia responsabilidad ⚠️