Capitulo 36

Isaac POV.


A veces da miedo lo bien que nos puede hacer sentir una persona. A veces da miedo que el simple hecho de estar entre los brazos de esa persona, sea razón suficiente para sentirte bien, aun y cuando el mundo se está despedazando más atrás. A veces da miedo como nuestro estado de ánimo se ve afectado por esa persona. Todas esas cosas, a veces dan miedo... Pero algo que da miedo SIEMPRE, es el momento en el que nos preguntamos ¿En qué momento pasó esto? En el momento en el que nos hacemos esa pregunta, nos entran nervios. Nervios, porque te das cuenta de que así es que pasan las cosas en la vida. Pasan y ya. Sin un aviso, sin una alerta.

Y cuando te das cuenta, estás enamorado.

Y cuando te das cuenta, tienes una oportunidad.

Y cuando te das cuenta, ya es muy tarde.

Y cuando te das cuenta, te ha pasado la vida.

Estreché más fuerte a Adeline y me aferré a la sensación de tranquilidad que ella me transmitía. Aspiré su perfume y cerré los ojos. Ese era el lugar indicado donde yo quería estar cada día, y lucharía por ello. Alejé los nervios, porque ya tuve suficiente de ellos y agradecí que a pesar de que no tuve un aviso o una alerta, pude tomar a tiempo esta oportunidad, y me lamente por aquellos que hoy, en esta lluviosa y fría noche, cuando se dieron cuenta, ya era demasiado tarde...

—Me estoy congelando—Rompió el silencio Adeline, temblando contra mí.

— ¿Tu casa o mi casa? Tengo algo que hablar contigo—Respondí, aun estando en la misma posición.

—Subamos. Tengo chocolate caliente—Me tomó de la mano y nos guió vía al ascensor que nos llevaría a su apartamento.

Cuando entramos a la cabina metálica, y esta comenzó su ascenso, me di la tarea de detallar a la chica que tenía frente a mí.

—Te advierto que Maddie está arriba con una crisis amorosa, perdónala de antemano por cualquier idiotez.

—Por dios, es Maddie. Con crisis o sin crisis existenciales siempre dice idioteces—Sonreí.

—Yo sé que la quieres, entre idiotas se entienden.

—No más que a ti.

***

Cuando el frio abandonó mi cuerpo y ya me sentí mucho más cálido, supe que había sido suficiente agua para mi cuerpo por hoy, pero todo pareció querer conspirar en mi contra cuando la manilla que se encargaba de cerrar el agua de la ducha, no quería reaccionar.

Me apresure a secarme con la toalla y a colocarme el bóxer y los vaqueros desgastados que traía conmigo en mi improvisado bolso de mano. Digamos que muy improvisado, tomando en cuenta de que lo arme dos minutos después de que me avisaron que mi madre estaba en prisión.

Salí del cuarto de baño, e iba a salir de la habitación para buscar a Adeline y que cerrara la ducha, pero un grito me detuvo.

— ¡Tapate los ojos! —Exclamó Adeline luciendo jodidamente sexy como el infierno y que conste que no tengo ni idea decómo luce el infierno y menos si es sexy...pero mierda.

Su cabello mojado y enmarañado le daba un aspecto... Mierda,será mejor desviar la mirada hacia otro lado... Mierda, mejor no veo sus piernas ya que se encuentran cubiertas por apenas un diminuto short que...No, no, no... MALDICIÓN, su delgado abdomen completamente a la vista y sus pechos en ese brasier...

— ¿Quieres matarme? —Carraspeé

— ¡El que quiere matarme eres tú! —Gritó ella con sus manos trazando una equis en su pecho tapando lo que su brasier dejaba a la vista— ¡Apenas te has tardado cinco minutos en la ducha!

— ¿Y?

— ¡Y tapate los ojos!

Me volteé y comencé a reírme a causa de los recuerdos que me azotaron de golpe.

— ¿De qué mierda te ríes? —Inquirió ella reprimiendo una risita.

—De que estoy seguro de que los pechos te crecieron a causa de la poción mágica que te di cuando tenías doce años.

—En dado caso solo me los pasmaron—Comenzó a reír junto a mí—Recuerdo que Allie quiso matarnos por todo el chocolate blanco que derretimos ese día.

"Recuerdo que Allie quiso matarnos por todo el chocolate blanco que derretimos ese día"

Un balde de agua fría cayó sobre mí en ese momento, y Adeline pareció notarlo enseguida porque me rodeó y se puso frente a mí, tomó mi barbilla y preguntó.

—¿Qué paso hoy Isaac?

Por segunda vez en el día me derrumbe y comencé a llorar. Era una necesidad. Era una necesidad para mí, drenar todo aquello que sentía. Me deje llevar por los brazos de Adeline y no fui consciente del momento en el que ella detuvo el agua que aun caía de la ducha, ni del momento en el que se puso una camisa, solo sé que llegamos a su cama y llore en su pecho mientras ella acariciaba mi cabello.

Ignorante del todo tiempo que paso, cuando logre calmarme me incorpore en la cama y lleve mi mirada a la de Adeline.

—Pensé que estarías dormida.

—No lo estoy...

—Adie... No sé por dónde empezar, empezando porque yo aún no creo todo lo que ha pasado. Quiero contarte, quiero desahogarme, pero sé que en el segundo en el que repita las palabras en voz alta, todo será el doble de real de lo que ya es en sí.

—No tienes que hacerlo si no quieres, yo solo quiero que estés bien.

—Ahora estoy bien porque estoy contigo.

Su mirada se suavizo y ella se movió hasta quedar más cerca de mí. Movió su mano a mi cuello y trazo una suave caricia en la unión de mi oreja y mi cuello, luego deslizó su mano hasta mi pecho, exactamente en el lugar donde se encontraba mi corazón y se pegó completamente a mí en un abrazo.

—Me refiero aquí—Presionó fuerte su mano sintiendo mis latidos— Quiero que estés bien ahí, que nada te quite la sonrisa del rostro Isaac, te mereces ser feliz.

—A veces dudo de que eso pueda ser posible.

Enarcó una ceja.

—Hasta hace unos minutos ni siquiera a ti te tenia—Aclaré.

—Así lo nuestro no funcione yo siempre voy a estar aquí para ti.

— ¿Me lo prometes?

—Te lo prometo—Sentenció ella.

—Mataron a Tom.

— ¿Lo...

—Fue Allie. Mamá lo mato.

La cara de Adeline se desfiguro mostrando diversas muecas las cuales expresaban algo y a la vez no.

Asentí.—Imagina entonces como estoy yo...Por mi mente no ha dejado de rondar la pregunta de si realmente la vida de Tom valía la libertad de mamá.

— ¿Disculpa? Creo que no has entendido.

— ¿Qué no he entendido que mi mamá esta presa?

—Que tu mamá no se detuvo ni un segundo a pensar en si Tom lo valía o no, la decisión de tu mamá fue entre TU libertad y la de ELLA.

— ¿Y se supone que eso debe hacerme sentir mejor?

—Se supone que debes aferrarte a eso... Es lo poco que tienes por ahora.

***

Horam, Frank, Josh, Ralph y yo estábamos en el gimnasio del apartamento cuando el timbre anunciando un visitante, nos interrumpió.

—Sera Adeline—Me adelanté a abrir la puerta.

—Seguro esta con Soph—Me siguió Ralph.

—Quien quita y venga Maddie—Se unió Horam.

—También puede ser Andressa—Se encogió de hombres Josh mientras soltaba su pesa y caminaba en el mismo sentido de nosotros.

—Están jodidos todos—Resopló Frank.

Cuando abrí la puerta, entré en un estado de conmoción total. No era Adeline.

—No eres Soph—Negó Ralph.

—Ni Maddie.

—Ni Andressa.

—Están jodidos todos—Repitió Frank.

Me volteé hacia ellos, quienes estaban uno tras otro y les informé de quien se trataba la visita.

—Él es Connor. Connor Graham 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top