Capitulo 3

Isaac POV

Vi como Adeline se alejaba y lo recordé todo con claridad.

Wisconsin

Cinco años atrás.

—¡Joder! Ya soy lo suficientemente grande como para tomar mis propias decisiones—Exclamé exasperadoNo puedes hacerme esto. No quiero ser tu maldito sucesor en tu asquerosa organización.

Suspiré frustado. La insistencia de mi padre con que yo fuese su sucesor en la criminal organización que el presidía, cada vez empeoraba.

—Se supone que eres mi padre—Agregué en un tono más bajo, esperando que quizá así pueda escucharme y entender. Me acerqué a él y posicione las manos en su escritorio cuando lo miré fijamente— Se supone que los padres luchan por los sueños de sus hijos, no los obligan a a renunciar a sus metas, a sus sueños y menos por estúpidas y patéticas ambiciones personales. —Tomé una pausa antes de agregar con un notable tono irónico— ¡Claro! Eso es lo que se supone que hacen los padres. Los que no resultan ser una basura como tu.

Volví a suspirar. 

La desesperación se alojaba con fuerza en mi pecho al ver que mi padre me asfixiaba diariamente con sus palabras y acciones. 

No puedes hacerme esto.  No voy a hacerlo, es mi última palabra Tom.

Quería huir de esa oficina del infierno, y lo intenté. Pero cuando toqué la manilla de la puerta, sus palabras me frenaron en seco e hicieron que volteara a mirarlo.

Pues lo siento por ti —Musitó con una cínica calma que me hizo saber que él ya había tomado una decisión y que por más que me rehusara, yo ya estaba jodido hasta las pelotas—Pero hace rato Isaac que esto dejo de ser algo que tu decides si hacer o no. Que tu aceptas o no. ¡¡Jodidamente no!!—Gritó.

 No me intimidé ante sus gritos y lo enfrenté con la mayor determinación.

Nada de lo hagas o digas podrá hacerme cambiar de opinión, no lo haré y punto— Le sostuve la mirada de manera retante antes de agregar—Métete la maldita presidencia de la organización por tu puto culo.

Te tocará o cumplirme o entonces meterte por el culo los cadáveres de tu madre y de Adeline. ¿Te parece así? Ahora si puedes decidir— Ladeó una cínica sonrisa que me generó angustia e impotencia.

Una cínica sonrisa que al ver me lleno de un desprecio indescriptible por quien hasta ese momento para mi, fue mi padre.

En el orden que el menciono sus nombres yo simplemente pude pensar en cada una de ellas por micro segundos.

Pero joder, esos fueron los micro segundos más largos que había vivido hasta el momento.

Pensé en mamá, pensé en como ella se había encargado de llenarme de todo el amor que yo llegué a necesitar cuando me sentía solo o desde pequeño me preguntaba el por qué mi padre no me quería y no pasaba tiempo conmigo.

En como me aconsejaba.

En como siempre me decía que algún día tendría una familia y que yo no seria como mi padre y podría darle una vida feliz a mi esposa y e hijos.

En sus palabras de aliento y recordé como se sintieron todas y cada una de las caricias que me había dado a lo largo de toda mi vida.

Recordé todo eso y me di cuenta de que yo no podía ser egoísta y permitir que a ella, a la primera persona mas importante de mi vida le pasara algo por mi culpa. 

A la primera persona más importante de mi vida, pues la segunda era Adeline.

Adeline era mi mejor amiga desde que tenia uso de razón. Mi  padre me prohibía ir al colegio, gracias a que tenía suficientes enemigos como para que alguno de ellos intentara algo contra mi, y la solución más fácil que él encontró fue pagar a un tutor y enviar buenas cantidades de dinero al colegio y así que yo pudiese pasar de curso sin ningún tipo de problema, aun y cuando eso no era lo que yo quería.

Yo solo quería ser un niño normal, ir al colegio, tener compañeros, hacer travesuras, todo lo que se supone que tenia que hacer un niño a mi edad. Sin embargo, de eso se encargó Adeline.

Ella por ser hija de los socios de mi padre, era la única amiga que se me permitía, a pesar de que ella sí iba al colegio, ella me decía que tampoco tendría más amigos y que seriamos solo nosotros dos contra todo —Aunque luego me pidió que le hiciera una excepción a la pequeña Sophia que recién había conocido— 

Adeline solía contarme todo lo que pasaba en su colegio, me enviaba imágenes por multimedia de travesuras que hacía y en las que dejaba marcada sus iniciales y las mías en nombre de nuestra amistad. Siempre que iba a casa llegaba con muchos chocolates para mi, hacíamos pijamadas, veíamos películas y hasta jugaba conmigo a las carreras. 

Simplemente  fue mi hermana y mi apoyo durante todos los años en los que yo había sufrido por no poder tener una vida normal y feliz...

Ella y mamá fueron mis dosis de normalidad y felicidad en mi vida.

Yo no podía ponerlas en peligro por un capricho mio.

Pero tampoco quería hundir mi futuro de esa manera.

Por una vez mas, Tom Collins me estaba jodiendo la vida.

Espabilé mis pensamientos y volví a mirar con intensidad a Tom. Lo miraba como si por un momento él pudiese ver más allá de mis pupilas y notara que no era un simple capricho. Yo simplemente no quería ese futuro criminal para mí. Todo lo contrario, yo quería ser abogado.

Yo no soy ni narcotraficante, ni un asesino como tu. –Le recordé espetando con asco.

—Ya yo te puse la elección. A partir de aquí, la decisión es tuya.— Me señaló— O eres el presidente de la organización al cumplir tu mayoría de edad, o entonces no quedará de otra que  "Chao sweet Allie y Chao pequeña Adie"— Me regaló una fingida sonrisa— Si es cierto que no eres ni narcotraficante, ni asesino como yo, pero por ellas... Te tocara aprender. 

Suspiré con pesar. Si esa era la manera de la que él quería jugar, yo no iba a arriesgarme.

Tu ganas—Sentencié en apenas un susurró de voz—Pero yo pondré mis condiciones.

Él asintió y sentí como se formaba un inmenso nudo en mi pecho y supe que era la impotencia y la furia haciendo mella en mi interior. Una impotencia y furia que nunca creí poder sentir, pero que a partir de ese momento, se volvería normal en mí. Oscureciendome y llevandome con ellas.

Uno—Indiqué—No asumiré a los ventiún años como me estas planteando, asumiré a los veintidós.

Un año más de algo tendría que servirme.

Dos—Seguí—Garantizaras la seguridad ¡Total! Escucha bien Tom. ¡Total! de mamá y de Adeline desde este momento hasta el momento en el que tu y yo dejemos de existir de este mundo.

El asintió y me indicó que continuara. 

—Tres—Me acerqué a él y sentí como las palabras que salían de mi boca, quemaban como si de fuego se trataseMe dejaras ir en este preciso momento. Me iré lejos, haré mi vida normal por los siguientes cinco años. Ni se te ocurra ponerte en contacto conmigo hasta el día que sea necesario "Papá"finalicé con un tono irónico que él no paso desapercibido.

Sin pensarlo, él respondió.

Hecho... hijo—Respondió en el mismo tono irónico que le hablé—No hay mas nada que decir... Aunque sí, creo que sí. Por favor, nunca mas vuelvas a repetir que nada de lo que yo haga o diga podrá hacerte cambiar de opinión... Aun no sabes lo persuasivo que puedo llegar a ser.

Luego de esa horrible conversación en la que sentí que le había vendido mi alma al diablo, lo cual no fue algo muy lejos de la realidad, hablé con mamá.

Le expliqué todo y aunque ella no estuvo de acuerdo y me dijo que por ella no me preocupara, que ella estaría bien, entendió que yo no podría vivir en paz sabiendo que quizá su vida corriera peligro por mi culpa. En el fondo, ella y yo teníamos claro que no eran simples amenazas, ella y yo sabíamos que Tom Collins, no dudaría en matarla si así fuera el caso... Maldito bastardo.

Pero Adeline... A ella no le expliqué nada y le dije a mamá que no lo hiciera tampoco. 

Ella no lo entendería, realmente no lo haría. O quizá sí, quizá era yo quien no tenía cara, palabras ni fuerza para explicarle que todas las promesas que le había hecho a lo largo de muchos años de amistad, las había roto casi todas en el mismo momento.

'' Yo nunca voy a dejarte sola Adeline, te lo prometo "

"Nunca seré igual a ellos Adeline, te lo prometo"

"No aceptare nunca ningún tipo de cargo en esa organización Adeline, te lo prometo"

"Siempre voy a cuidarte Adeline, te lo prometo"

Aunque todo esto era para por lo menos poder cumplirle esa ultima... Rodo el sacrificio era principalmente para cuidarla a ella y a mamá.

Asegurarles un futuro con vida.

Por ahora solo necesitaba irme, irme lejos, vivir la vida de adolescente normal que siempre quise vivir.

Aprovechar mi vida por los próximos cinco años antes de que Tom Collins terminara de arrebatármela por completo.

Boston

Bar Louie

Actualidad.

La realidad me golpeó de pronto y caí en cuenta de todo. Caí en cuenta sobre a quien había visto luego de cinco años.

Mierda.

Desde que había llegado a Boston había procurado pasar la mayor parte de mis días, o muy ocupado con las clases, o con las practicas de hockey, o fumando, o follando, o como en este momento: Ebrio hasta el culo.

Por un momento pensé que todo había sido una gran alucinación gracias al exceso de alcohol, pues en mi cabeza no entraba la posibilidad de que pudiese ser ella en realidad. Pero escuchar su voz, abrazarla,  mirar sus ojos, que ella me lo confirmará... 

Era Adeline o mejor dicho... Mi Pequeña Adie.

Esa pequeña Adie que estaba totalmente cambiada, nada que ver con la niña que llegaba a casa con coletas trenzadas, vestidos floreados y una bolsa repleta de chocolates solo para mi.

Ella había cambiado sus coletas por ondas castañas que caían por su espalda de la manera perfecta como para querer definir con mi mano cada una de ellas, una por una.

Su vestido floreado ahora era un vestido corto negro que resaltaba su figura de una manera peligrosamente sexy

Ella no tenia una bolsa de chocolates repleta para mi en este momento pero...¡Vaya Adeline! Cuando ella se dio la vuelta y se dirigió al reservado privado, no pude evitar dirigir mi vista a su culo apretado en ese vestido que más que estorbar mi vista solo lo ajustaba mas y lo elevaba a la perfección. Eso sumado a esos tacones que la ayudaban a destacar sus largas piernas doradas...

M A L D I C I Ó N.

Con un leve dolor en mi entrepierna ocasionado por la vista y otro no tan leve en mi pecho como fruto del shock, volteé a mirar a Ralph quien seguía de besos y más con la chica a su lado.

—Yo tengo un puto tema que resolver con ella —dije y comencé a caminar en la misma dirección que Adeline había emprendido minutos atrás. 

¿Ella acaso había dicho "Los mejores amigos no hacen eso"?

Joder Adeline.

Deberías también aprender que las mejores amigas no les causan erecciones a sus mejores amigos.

Y menos en un bar.

Y menos luego de cinco años sin verse.

Muchísimo menos con solo un simple vistazo de su trasero luciendo apretado en ese corto vestido negro.

Cuando la encontré, llegué hasta ella, le tomé la mano y la giré.

—Tenemos que hablar —Le susurré en el oído para que pudiese oírme, pues la música ajena a nosotros, seguía retumbando fuerte.

Ella asintió y su aliento combinado de menta y vodka me golpeó.

—Pero aquí no—Sentenció ella.

Y yo nunca pude estar mas de acuerdo en alguien.






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BUENO CHICASSS

espero que hayan disfrutado el cap

les cuento que pueden seguirme en el
ig de la nove

Laspromesasdeisaac

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