Capitulo 26
HIII!!!
Antes que nada, tengo dos cosas importantes que decirles.
La primera es que....
ENTRAMOS AL TOP 1000!!!!
De verdad que no tengo palabras para agradecer tanto apoyo en serio!! Mil gracias infinitas!!
Lo segundo, es que en multimedia les deje un vídeo que no tiene mucho que ver con el capitulo, pero es el primer video de la banda musical de la cual forma parte mi mejor amigo y queria compartirlo con ustedes porque esta super genial y la cancion igual y espero que lo puedan disfrutar. Besitos.
Humberto, estoy orgullosa de ti!!
Bueno, eso fue todo. Disfruten el cap.
Adeline POV.
Una crisis nerviosa se adueñó de mí en el momento en que caí en cuenta de que no era una pesadilla, todo era real.
Lo primero que percibí fue el olor a humedad que se coló por mis fosas nasales y el frio y rígido piso en el que me encontraba.
Todo mi cuerpo dolía a horrores. Mi mano derecha se encontraba esposada a un tubo en el centro de la habitación, la cual no podía detallar con mucha exactitud debido a la falta de iluminación, y eso me hizo preguntarme si sería así siempre o si se debía a que era de noche.
¿Cuánto tiempo había pasado desde que me encontraba en este lugar? ¿Minutos? ¿Horas? ¿Días? ¿Semanas?
Maldita sea Tom Collins.
Cerré mis ojos y al segundo de haberlo hecho me arrepentí. Fue como si toda mi concentración se hubiera enfocado en recalcar cada molestia y malestar habido y por haber en todo mi sistema.
El dolor agudo y punzante que desprendía de mi mejilla fue un recordatorio del inicio de todo este caos.
Cuando vi a Tom Collins en el departamento, supe que algo malo pasaría. En el segundo en el que sentí como otros brazos aparte de los de él me sostuvieron, lo confirmé. Pero cuando me golpeó, ahí supe que desconocía los límites oscuros de Tom y la vulnerabilidad hizo mella en mí. Es decir, llevaba muchísimos años conociendo a Tom, de hecho los mismo que llevaba conociendo a Isaac, pero durante todo ese tiempo, conocía la parte aceptable y grata de él; sabia de su lado oscuro, pero nunca llegue a conocerlo, aun y cuando eso no sería para siempre, ese momento llegaría pronto, o mejor dicho... Ya había llegado.
¿Alguien habría notado ya mi ausencia?
Maldije al darme cuenta de que ni siquiera yo sabía dónde me encontraba, ¿Cómo alguien podría ayudarme?
Ganas de llorar.
Ganas de llorar fueron las que se adueñaron de mí.
Supongo que a veces huir no es suficiente y que a veces todo estaba destinado a pasar.
"Anda y juega a la vida feliz y despreocupada Adeline... cuando te necesite que será más temprano que tarde, iré por ti... y ahí no podrás huir de tu destino, el destino que te corresponde por ser una Brown "
Si bien no había sido directamente mi padre el que había ido por mí, el destino que me correspondía por llevar su sangre, me había alcanzado. Un destino del que hice todo lo posible para evitar y no ser participe, pero aun así, aquí estaba yo.
El fuerte chirrido de una puerta de metal, fue el que me hizo salir de mi trance.
No podía demostrar vulnerabilidad ante nadie, así por dentro estuviese muriendo del miedo no podía permitir que me doblegaran tan fácilmente.
Necesitarían más de un par de cachetadas para eso.
Me mantuve quieta y en mi lugar, sin hacer ademan en forcejear, ni comencé a gritar en el segundo en el que la puerta de la habitación se abrió. Solo lograría hacerme daño y nada más. No era como si Tom Collins hubiese ido hasta Boston por mí, para traerme a quien sabe dónde, atarme a un tubo y muy fácilmente dejarme ir.
Con mi corazón queriendo salirse de mi pecho, cerré mis ojos y espere que quien fuera que estuviese conmigo en la habitación, diera el primer paso.
Mis ojos se empañaron y mi corazón que hace segundos amenazaba con querer salirse de mi pecho, se detuvo.
Reconocía ese perfume a la perfección.
Una sensación de emoción y horror destello en mí en ese momento.
Deseéque fuese esa persona quien estuviese conmigo en este lugar y a su vez la posibilidad de que fuese realmente esa persona, causo horror en mí.
Tenía mis ojos cerrados, pero aun así pude percibir el momento en el que encendieron la luz del lugar, pasando la iluminación de una tenue casi inexistente, a una intensa que resplandecía a través de mis parpados cerrados.
Esperaba que quien fuese que estuviese conmigo en ese momento, diera el primer paso y tras unos pocos pero interminables segundos, lo hizo.
— ¿Adeline? —Cuestionó.
Abrí mis ojos y en ese momento mi corazón volvió a bombear con fuerza y exhalé el aire que hasta ese momento no había notado que estaba reteniendo.
Me limite a observarlo para cerciorarme de que esto era real y que no solo se trataba de un chico con su misma voz y con su mismo perfume.
No había error.
Era el.
—Co...nnor—Titubeé.
—Mierda Adeline, ¿Qué coño haces aquí? —Sus ojos amenazaban con querer salirse de sus orbitas.
—Yo soy quien quiere hacerte esa pregunta a ti—Respondí.
Él se limitó a negar con su cabeza y acercarse a mí, tomó mi muñeca esposada y una mueca de desagrado se dibujó en su cara, supuse que quería liberarme, pero que eso le saldría caro. Luego aun en cuclillas como se encontrada, pasó su mano de mi muñeca esposada, a mi mejilla golpeada y pude ver la expresión de desagrado intensificándose más.
Miedo.
Miedo me dio en el momento en el que sus ojos y los míos establecieron un contacto visual tan intenso.
A pesar de todos los malos momentos que él me causo, Connor en su momento fue un gran amigo, estuvo conmigo en momentos difíciles y quizá por eso mi amor por él fue tan fuerte, porque me enamore de su parte tierna que resultó ser una simple fachada, pero que aun así, me acompaño en muchos momentos.
Compartimos muchas cosas y le pertenecían muchas de mis primeras veces.
No podía hacer nada al respecto.
— ¿Trabajas para Tom? —Le cuestionéen un tono de voz tan baja que ni siquiera sabía si el, que estaba a milímetros de mí, me había logrado escuchar.
Por su asentimiento, supe que si me había escuchado y que para mi desgracia, trabajaba para Tom.
— ¿Cuánto más?
— ¿Cuánto más qué?
— ¿Cuánto más daño vas a causarte con la vida de mierda que llevas Connor? —Espeté
Tragó en seco antes de responder.
— ¿Qué te hace pensar que me causa daño?
Lo miré por unos segundos, pero sus ojos color miel, tan inexpresivos como siempre, me hicieron abandonar la batalla.
—Nada Connor. Mátame si fue a lo que viniste.
Algo en su mirada cambió.
No me detuve a detallar exactamente en qué sentido.
Connor Graham no me desgastaría emocionalmente. No más. No otra vez. Menos en esta situación en la que a estas alturas ni siquiera sabía si saldría viva, o el propósito por el cual me encontraba en este lugar.
Desviando mi mirada, ignorésu presencia. Aunque solo resultó ser por pocos segundos ya que alejando su mano de mi mejilla, tomó una respiración, se levando y salió de las cuatro paredes en las que nos encontrábamos.
Mi soledad no duró más de pocos segundos, ya que así como salió, volvió a entrar, solo que esta vez con un vaso en una mano y un plato en la otra.
Mi estómago rugió en agradecimiento y no me había fijado del hambre y la sed que tenía hasta ese momento.
— ¿Qué día y que hora es?
—Es jueves Adie, y son las 10:00 de la mañana.
12 horas. Alrededor de 12 horas habían pasado desde el inicio de todo.
A estas alturas ya Soph y Ralph debieron notar que no estaba en el apartamento.
Isaac ya debió de haber notado que no he respondido ninguno de sus mensajes, ni el de buenos días, ni el de buenas noches que solía enviar.
Maddie y Rose también ya seguro estaban al tanto de mi desaparición y peor aun cuando tampoco me presenté en la universidad.
— ¿Estoy en Wisconsin?
—Sí.
Fue una pregunta un poco absurda, pero en esta situación, era mejor ir por lo seguro.
— ¿Sabes que no puedo ayudarte a escapar cierto? Podrían matarme.
—Lo sé. —Respondí.
—Bien.
Se acercó a mí, y se sentó a mi lado.
—Espero que no te moleste que te dé de comer.
—No lo hará.
— ¿Recuerdas cuando...
—Ya va—Lo interrumpí. —Estoy en una situación nada agradable, donde no se ni siquiera si saldré viva. Estoy secuestrada te recuerdo—Moví mi muñeca para que el metal sonara—Y en un lugar horrendo—Señale con mi mano libre—Así que espero, que no vayas a hacer ningún tipo de comentario fuera de lugar.
—Adeline claro que saldrás viva de aquí. Nada malo va a pasarte.
— ¿Por qué tú lo dices? —Enarqué una ceja.
—Porque así el jefe lo quiere. —Sentenció.
—Tu jefe me jodío la mejilla con el peor coñazo que me han dado en mi vida, de hecho creo que ha sido el primero.
—Se le ha ido la mano. Lograste exasperarlo. El todo lo que quiere es darle un susto a su hijo.
—Maldito Tom—Mis ojos se cristalizaron con lágrimas que amenazaban con salir.
Un brillo se posó en su mirada y no se debido a que.
—Supongo que tú eres su punto débil. Mi jefe menciono algo al respecto.
No pude contener mis lágrimas y estas comenzaron a deslizarse por mis mejillas.
Tom le había jugado sucio a Isaac, una vez más. Isaac no lo dudaría antes de venir por mí sin saber que estaba entrando directamente en la boca del lobo.
O peor aún, sabiendo y aun así haciéndolo... Por mí.
No quería ser el motivo por el cual su futuro se viera forjado. No otra vez.
—Y el parece ser el tuyo—Agregó Connor.
— ¿Ah? —Cuestioné sin lograr entender a que se refería.
— ¿Él te importa cierto?
—Mucho.
— ¿Lo suficiente como para aceptar que te toque pasar por esto, gracias a el?
—Lo suficiente como para quedarme el resto de la eternidad aquí con tal el no caiga en la trampa de Tom.
— ¿Y el estaría dispuesto a dar su vida por ti? ¿Qué te hace pensar que no le dará igual?
—Fácil. Primero, ya lo hizo una vez. Segundo—Tomé una pausa y luego agregué: —Él no es Connor Graham.
Tras un asentimiento de cabeza, se limitó a soltar mi mano esposada y me extendió la comida y el vaso de agua.
El silencio se extendió por mucho más tiempo del necesario.
No sabía cómo sentirme al respecto, pero preferí ignorar la opresión en mi pecho.
—Cuando era niño pase necesidad Adie...
El bajo tono en su voz aumento la opresión en mi pecho
"—Mucha... Mi padre era un alcohólico que solo se enfocaba en sí mismo, sin importarle la necesidad que su esposa o sus hijos pudiésemos estar pasando. Mamá trabajaba, pero eso no era suficiente para cubrir todos los gastos...
Luego de asumir que era casi imposible seguir así, ella decidió enviarnos a mis hermanas y a mí con una de nuestras tías acá en Wisconsin, donde la ayudarían con nosotros y ya el gasto no sería tan duro para ella.
Al llegar a acá, todo fue tan diferente que yo... cambié.
Y en vez de cambiar para bien, sabiendo el esfuerzo que había implicado para mamá enviarnos a acá, yo cambié para mal.
Ya sabes en lo que me convertí...Lo viviste en carne propia cuando te enamoraste de mí, y lo estás viendo acá al ver el empleado de quien soy.
No me había dado de lo jodido de todo, hasta este momento Adeline. Soy el más grande hijo de puta del siglo, no solo lo digo por ti y lo nuestro, lo digo porque en este instante me estoy dando cuenta de lo malagradecido que estoy resultando ser con mi tía que tanto nos ha ayudado, con mis hermanas y sobre todo con mi madre."
MIERDA.
MIERDA.
MIERDA.
Secuestrada.
Connor cuidando de mí.
Connor contándome su pasado.
¿Qué más faltaba por pasarme?
—Voy a ayudarte a escapar Adeline.
NADA.
NADA FALTABA POR PASARME.
— ¿No habías dicho que nada iba a pasarme?
—No quiero arriesgarme.
— ¿Por qué lo haces? —Cuestioné en un susurro de voz casi inaudible.
—Porque estoy dispuesto a dar la vida por ti. Porque no me da igual.
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