Capitulo 25

Isaac POV.


4:00 am. Maldición.

Volví a mirar por centésima vez el papel que Tom había dejado en el mostrador de la cocina en el apartamento de las chicas y que Ralph me había traído. 

"El trato fue no meterme con ellas, pero el trato tampoco fue que intentaras meterme preso. Enfrenta tus putas consecuencias Isaac.

PD: Sweet Allie y Pequeña Adie, no estarán a salvo conmigo."

Esas tres líneas iban a volverme loco.

—Vas a volverte loco.

— ¡MALDICIÓN RAPHAEL! ¡¿COMO COÑO PRETENDES QUE NO ME VUELVA LOCO CON LO QUE ESTA PASANDO?! —Exclamé arrugando el papel que tenía en mis manos.

— ¡SIMPLEMENTE INTÉNTALO, PORQUE ELLAS NECESITAN A ALGUIEN QUE PUEDA AYUDARLAS, NO QUE MUERA EN EL INTENTO!

Tras darle una mirada a Ralph, me calme un poco.

Desde que él me había llamado, mi mundo comenzó a dar vueltas y la angustia y la ansiedad comenzaron a devorarme por dentro poco a poco.

Había intentado salir en ese mismo instante para Wisconsin, pero Ralph y Soph llegaron en ese momento, me detuvieron y lograron convencerme de que sería mejor esperar que se hicieran las 5:00am y así evitar la carretera de madrugada. Lo acepte y comencé a llamar a mamá, pero la llamada se iba directo al buzón al igual que cuando intentaba llamar a Adie.

Tome mi celular nuevamente y volví a mirar la hora. 4:10am.

Solo diez malditos minutos habían pasado.

—Intentare llamar otra vez—Comenté mientras marcaba nuevamente el número de mamá.

Un pitido.

Dos pitidos.

Tres pitidos

Y cuando sonó el cuarto pitido, cuando ya estuve a punto de colgar, tomaron la llamada.

— ¿Mamá? —Exclamé.

Ralph y Soph al notar que por fin me habían respondido la llamada, se acercaron a mí.

—Que lastima que no sea tu madre quien conteste la llamada. —Respondió el hombre al que más repudiaba al otro lado de la línea.

— ¡Maldita sea, Tom! ¿QUE MIERDA QUIERES LOGRAR CON TODO ESTO?

—No te hagas el santo Isaac. No lo hagas, porque tú sabes perfectamente la cantidad de mierda que has intentado arrojarme y por eso tienes hasta hoy al mediodía para estar en Wisconsin o si no...

— ¿O SI NO QUE? ¡QUE JODIDAMENTE NO SE TE OCURRA TOCARLE NI UN PELO A ALLIE NI A ADELINE, TOM! ¡MATAME A MI, PERO NO LES HAGAS NADA A ELLAS!

Un carcajeo desde el otro lado del teléfono logro elevar mis niveles de ira. De ira y de impotencia, porque sabía de antemano que estaba tratando con un ser sin escrúpulos que no sentía nada y mucho menos apreciaba y respetaba la vida de nadie, también sabía que en sus mismas asquerosas manos, las mismas con las que había asesinado a unas cuantas personas y las mismas manos por las que habían pasado cantidades incontables de droga, en esas mismas manos estaban los dos seres que más amaba en mi puta y miserable vida.

Lo peor es que ahora todo era mucho peor que la amenaza que Tom me había hecho hace cinco años atrás, porque en aquel entonces el amenazo con quitarme a mi madre y a mi mejor amiga casi hermana, y solo imaginarlo dolió. Pero ahora ese dolor y ese miedo iban más allá porque la amenaza había crecido un poco más, ahora no solo estaba en juego la vida de mi madre y la vida de mi mejor amiga, sino que ahora Adeline significaba mucho mas para mi, ahora también era el amor de mi vida, y me lamente de haberme dado cuenta de eso en esta situación y de no habérselo dicho antes.

—Isaac no estás en condiciones de exigir nada—Espetó—Tienes hasta el mediodía para estar aquí en Wisconsin o si no tu chica se ira a México y quizá tu madre la acompañe también. —Y tras una breve pausa agregó: — Total, ya es una zorra.

Sentí como la piel se me puso de gallina al oír la palabra "México". Entre los papeles que mamá logro darme, había algunos documentos donde acordaban unas que otras rutas nacionales e internacionales para traficar, diversas estrategias para llevarlo a cabo y también estaba el asunto de la trata de blancas que era a lo que hacía referencia el mal nacido de Tom.

En México, España, Miami, Tampa y Florida estaban las principales sedes donde alojaban a chicas que raptaban para todo el asunto de la trata de blanca. Obviamente él estaba consciente de que yo ya manejaba esa información.

Cuando quise responder, ya el muy infeliz había colgado la llamada.

—Tengo que salir ya para Wisconsin.

—No iras solo—Replicó Ralph.

—No puedo permitir que me acompañen, no puedo ponerlos en peligro de esa manera—Argumenté.

—Sophia no ira a meterse a la boca del lobo y yo no la dejare sola en las condiciones que se encuentra—Aclaró—Pero le he escrito a Josh, sabes que su papa es policía así que le explique un poco la situación apenas ocurrió y tomando en cuenta la dificultad que conlleva llamar a la policía gracias a que no son unos ladrones comunes y corrientes con los que se está tratando sino con algo mucho más estructurado y personas que deben de tener infiltrados por doquier en las sedes policiales, el llevara su arma y sus conocimientos básicos para ayudarte.

Mierda. ¿Cómo no había pensado en eso antes? Seguro Tom se burlaría de mi cuando me viera llegar pidiendo que dejara libre a mama y a Adie con las manos en alto en señal de paz.

Mire a los ojos a Ralph y sentí como mis ojos se cristalizaron, el sentimiento de gratitud que estaba experimentando en este momento me sobrepasaba.

Luego de conocer a Ralph en la residencia universitaria donde comencé a vivir al llegar a Boston, pasaron meses, creo que un año en realidad para el momento en el que le conté toda la historia detrás de mí abrupta llegada a la ciudad. Yo le conté todo sobre la vida solitaria y vacía a la que me arrojo Tom y el me contó de su traumada infancia gracias a las constantes palizas que su padre le propinaba al ser que el mas amaba, a su mamá.

En ese instante yo le conté que mi debilidad eran dos mujeres que tenían nombres y apellidos y el me contó que su debilidad más grande era ver a una mujer llorar. Así como yo le confesé que mi miedo más grande era que realmente Tom llevara su amenaza a cabo y me quitara a esas dos mujeres que yo de verdad amaba, y él me confeso que su miedo más grande era alguna vez hacer llorar a una mujer o ver llorar a una y no hacer nada al respecto.

Hoy, mi miedo más grande amenazaba con volverse realidad, y el suyo también.

Por eso cuando establecí contacto visual con él, pude ver el miedo expandiéndose a través de sus pupilas.

O quizá era el reflejo del mío—Pensé.

Sea como sea, sabía que el también temía de que algo malo pasara, porque aparte del cariño que le tiene a Adie, sé que el hecho de ver a su novia sin parar de sollozar y vuelta un manojo de nervios, lo estaba volviendo loco.

—Gracias—Murmuré—Realmente Gracias Raphael.

Pasaron alrededor de diez minutos más para que la camioneta de Josh aparcara frente al condominio.

—Gracias por la ayuda Josh—Habló Soph.

—Para eso estamos—Replicó—Lo cuadre todo lo mejor posible para evitar que den con nosotros antes de nosotros dar con ellos, es decir, para ser cazadores y no cazados. De acá saldremos ya mismo en el vuelo que sale a las 5:00am para Chicago, en Chicago aterrizaremos dentro de dos horas y media y un amigo mío junto a un carro de alquiler nos estará esperando que será con el que nos iremos a Wisconsin, y a donde llegaremos a las 10:30am con aun dos horas de anticipación a lo que Tom pidió.

—Eres un maldito genio, ¿Cómo pudiste hacer eso en tan poco tiempo?

—Todo sea por el glorioso culo de Adie.

—Fingiré  que no escuche eso, no es el momento—Comenté mientras me subía a la camioneta.

—Solo esta jodiendote un poco Collins—Replicó el chico—Volviendo al tema, ellos estarán totalmente seguros de que para evitar perder tiempo tomaras un vuelo directo a Wisconsin y estarán preparados para sabotearlo todo.

—Tienes razón—Agregó Ralph.

—Bueno, creo que se hace tarde—Comentó Soph.

—Es cierto, hasta luego chicos—Respondió Josh mientras ajustaba la calefacción del auto.

—Sophia, yo traeré a Adie para ti—Musité a la chica, la cual con sus ojos vidriosos y una leve sonrisa en el rostro asintió antes de agregar:

—Sé que lo harás, y también espero que la traigas siendo TU chica, ya es momento.

Y tras esas palabras, Josh arranco el auto y comenzó a manejar vía al aeropuerto.

Un par de minutos después ya estábamos en la fila para el chequeo antes de abordar el avión, pero dado que no llevábamos equipaje pesado, este se nos hizo rápido.

De hecho, si por mi hubiese sido ni siquiera me hubiese molestado en traer un bolso de mano, pero tomando en cuenta de que ya Soph lo había preparado para mi e incluso había puesto ropa para Adie, no pude simplemente dejarlo.

El avión iba casi vacío solo con unas quince personas a bordo, pero tomando en cuenta de que había vuelos saliendo cada dos horas, supuse que era normal.

—Hay algo que debo confesarte—Murmuró Josh segundos después de haber tomado nuestros puestos.

— ¿Es algo bueno o malo? —Cuestioné.

—Depende de cómo lo quieras ver.

Trague en seco.

¿Qué coño pasaba ahora?

—Creo que olvide mencionar que ya que no podemos trasladar armas fácilmente en aviones, tuve que usar otros métodos.

— ¿Qué mierda hiciste Josh? Valoro la ayuda, realmente sí. Ni siquiera tengo unas putas palabras de agradecimiento para darte, pero no por eso voy a dejar que cometas una locura y vayamos presos por...

—Relájate capullo— Me interrumpió.

Le lance una mirada de reojo, cerré mis ojos, inhale y exhale antes de volver a abrirlos y agregar:

—Dime entonces.

— ¿Tú tienes algún permiso para portar armas?

—No.

—Exacto, yo sí, pero no puedo montarla en este avión, por lo que conseguí que mi amigo en Chicago pudiera prestarnos dos, una en sustitución de la mía y una para ti para que te diviertas un poco, la parte oscura de la historia es el hecho de que tuve que conseguirte la tuya con una falsificación, pero no le des importancia.

Lleve mis manos a mi cara y las deje estar unos segundos.

—Estás loco—Fue todo lo que alcancé a decir.

—Pues este loco, te acompañara a ir por tu chica.

Escuchar las últimas tres silabas que salieron por su boca hizo que se me inflara el corazón.

"TU CHI-CA"

Qué bien sonaba.

Qué bien se sentía.

Qué bien seria que fuese así en realidad.

Qué bien que era posible.

Era posible porque así tuviese que atravesar cielo, mar y tierra.

Así tuviese que pelear con el mismísimo diablo.

Así tuviese que irme al infierno.

Así tuviese que dar mi vida, la daría feliz porque sería para mantener a salvo a la chica de ondas castañas que era dueña de cada latido de mi corazón y de mi vida.

Dueña de mis momentos más gratos y felices.

Dueña de algunas rabietas, malos días, peleas y lágrimas, sí. Pero que todo valía la pena cada vez que la veía sonreír o hacer uno de esos pucheros que le salían terriblemente mal.

Adeline Brown era la dueña de mi vida, y no desde el momento en el que piso Boston, no. Lo fue desde el primer día que llego a casa con sus coletas trenzadas, su vestido floreado y su bolsa llena de chocolates, fue ahí en ese instante, en el que comenzó toda esta historia.

—Gracias Josh, por ayudarme a recuperar a MI chica—Respondí con mi corazón amenazando con salirse de mi pecho. 

--------------------------------

Hola a tod@s!!! 

Espero que disfruten este capitulo. 

NI SE IMAGINAN TODO LO QUE ESTA POR VENIR!!!! Estoy muy emocionada porque los próximos capítulos estarán cargados de mucha emoción la cual espero puedan disfrutar al máximo! 

Besitoss

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top