XV: Telas, pelos de gato, daiquirís y The Mars Volta.

Los cien ojos de Argos Panoptes son los ocelos en la cola del pavo real, después de que la diosa Hera los retirara de la cabeza cercenada del gigante y los preservara en las plumas del ave que la representa.  

—Claro que sí, querida. Prometo cuidar ese traje con mi vida —Aura jugaba con su fueguino cabello mientras conversaba por teléfono con alguien importante—. No le va a caer vómito encima, sabes que mis fiestas no son tan salvajes —la joven anotó algo en una libreta —, aparte deberías ver al chico que lo va a usar, si no tuviera el cuerpo tatuadísimo habría sido súper perfecto para el papel de Barry Allen en la serie, te lo juro —Soltando una risita, Aura caminó por toda la sala—. Obvio, te enviaré una foto apenas se lo ponga. Que tengas un día súper genial. ¡Adiosito!

"Flama" tenía contactos. Muy buenos contactos para conseguir cualquier cosa que necesitara. Sin embargo, no era egoísta con la información, y le encantaba conectar a sus conocidos para que se ayudaran entre ellos cuando lo ameritaba, por lo que no pensó dos veces el tomar su agenda de teléfonos y hacer unas cuantas llamadas. Iba a hacerlo de todas formas, era su fiesta de cumpleaños y debía salir perfecta.

Un par de toques en la puerta de la enorme casa sobresaltaron a la pelirroja, que corrió a atender con una malteada de chocolate en la mano. Emeraude la saludó con timidez al verse abrumada por la grandeza de su próximo escenario.

—Ems, ¡qué bueno que llegaste! Tengo que mostrarte algo genial. —sin dejarla hablar, Aura tomó de la mano a la cantante y la llevó a su habitación.

En medio de la estancia decorada con temática romana se alzaba un maniquí con un traje rojo bastante reconocible, que a los ojos de Emeraude parecía un espejismo increíble.

—Logré conseguirlo con Maya Mani. Quería que fueras la primera en verlo.

El traje de Flash usado para la tercera temporada de la serie de televisión.

—Flama, hay ADN de Grant Gustin regado por todo este traje. —la cantante pasó sus dedos por el suave cuero que atestiguó incontables horas de rodaje entre metahumanos de fantasía y efectos especiales formidables.

—Estoy consciente de eso. ¿Sabes la gran cantidad de tiempo que esa belleza ha pasado ahí dentro? —la pelirroja suspiró—. Esto es fantástico. Vamos a ver a Arden usándolo.

—¿Estás segura de eso?

—Por favor, Ems —Aura se encogió de hombros—. Él nació para vestir cosas como ésta. O para andar completamente desnudo, tapar tanta tinta debería ser ilegal.

—¡Es exactamente lo que pienso! —Emeraude mordió su labio inferior con suavidad, aun nerviosa por ver ese traje tan de cerca—. Flama, Sammy usando este traje...

—¿Qué con eso? —preguntó Aura, curiosa.

—¿Crees que me vaya a ver igual de bien con lo que debo ponerme? A su lado voy a parecer rara.

Aura miró a Emeraude y colocó sus manos en la cintura.

—¿Qué crees que tengo para ti, jovencita? Has visto mi trabajo. Sabes que soy puntillosa con los detalles. Vas a quedar perfecta para empezar a rodar una película.

Un precioso gato Munchkin salió de debajo de la cama y se acercó a Emeraude, frotando su lomo contra la pierna de la chica. Aura sonrió al ver la escena.

—Mira, le caíste bien a Delcatty. —la cantante se agachó y pasó su mano por el suave cuerpo del felino manchado de negro, ocre y blanco.

—Qué lindo es... —el animal ronroneó ante los mimos de Emeraude, y no opuso resistencia cuando ella quiso cargarlo. Aura le dio un beso entre las peludas orejas.

—Hechicería. Eres bruja. Sólo se deja cargar de mí y mi hermano, acaba de conocerte y ya te ama. —Emeraude arrugó la nariz.

—Siempre me han gustado los gatitos. Nunca he podido tenerlos, pero cuando veo uno me fascina juguetear.

—Cereza, necesito que me entregues el... —un muchacho alto, rubio y musculoso entró a la habitación de su hermana y se vio sorprendido al ver a Delcatty en brazos de una extraña.

—Vaya, las brujas existen. ¿Quién eres? —Emeraude le tendió la mano que quedaba libre del dominio del gato.

—Emeraude Blanchard. ¿Eres el hermano de Flama?

—Creo que me adoptaron. No puedo ser hermano biológico de esta perra loca. Me llamo Gunray.

—¿Gunray? ¿Como el virrey Nute Gunray? —El chico asintió.

—Mis papás son unos nerds amantes de Star Wars. Me habrían llamado Leia si hubiera nacido mujer. Pero bueno, prefiero Gunray a Jar Jar. —Emeraude hizo una mueca de asco.

—Agh, estúpido gungan.

Los dos compartieron una sonrisa. El gato interrumpió la conversación al escaparse de los brazos de Emeraude dando un pequeño salto para ir a saciar su hambre.

—Lo es en todos los escenarios posibles —Gunray se acercó a su hermana—. Oye, hazme un favor. ¿Ya está listo mi traje? Necesito tomar un par de medidas antes de irme. —la pelirroja asintió.

—Está en el cuarto de juegos. ¿Ya convenciste a Conor de venir, o se va a hacer la diva otra vez? —el chico se rascó la cabeza.

—No lo sé. A veces me pregunto por qué salí del clóset si no me estoy ahorrando esas rabietas tan típicas de ustedes. —Aura puso su mano en la mejilla de su hermano menor y le dio un suave toque con un gesto condescendiente.

—Eso no es de mujeres, Gunnie. Lo que hace tu novio es de reina del drama y nadie le va a quitar esa corona. Fíjate si cabes en ese leotardo y me lo traes en caso de hacer falta. Ve, ve.

Gunray se despidió y salió corriendo de la habitación de su hermana. Aura le señaló a Emeraude una puerta junto al baño.

—Ems, los chicos de la banda están a punto de llegar para la prueba de sonido. ¿Quieres ver tu traje antes de que lleguen?

La de Aura no fue exactamente una pregunta que Emeraude tuviera oportunidad de responder, pues antes de que pudiera musitar palabra, la pelirroja reveló el traje que la cantante usaría en aquella gran fiesta que se daría en unas horas, y cuando posó sus ojos en aquel atuendo, le costó un poco creer que era real.

Brazaletes, tiara, Lazo de la Verdad, espada y escudo. Un par de botas se unían a la reluciente armadura de la princesa de Themyscira, confabulándose entre todas para lograr que Emeraude se congelara por la impresión. Le bastaron un par de minutos para darse cuenta de que aquel traje era tangible como su propia piel, exuberante y definitivamente exquisito a la vista y al tacto.

—¿Flama, en serio hiciste esto? —la estudiante de diseño de vestuario asintió, orgullosa por aquella reacción.

—Querida, he pasado los últimos días entre telas, pelos de gato, daiquirís y The Mars Volta. De verdad me inspiré. Este traje es todo tuyo, puedes moverte en el escenario como se te antoje, es súper ligero y tiene costuras fuertes para que estés segura de que no se romperá. Y tengo otro regalo para ti —Aura sacó de su armario una peluca castaña oscura que completaba el traje y se la entregó a Emeraude—. Ten. La Mujer Maravilla es genial, pero no tiene el pelo verde —la cantante miró a la pelirroja, dubitativa. Esta última sacudió la peluca en el aire con un gesto imperativo—. ¡Toma, ve y guárdala para esta noche!

—Flama, gracias —Emeraude abrazó a Aura—. Te voy a dar el mejor show que puedas tener, lo prometo. ¡Lo juro! —la chica del cumpleaños sonrió satisfecha.

—Te dije que mi fiesta debía salir perfecta, Ems. Esto hace parte de mi visión. También quiero que tengas algo lindo para lucir en alguna convención de cosplay, te iría de lujo.

El celular de Aura sonó con un par de pitidos cortos. Ella lo tomó y leyó el mensaje.

—Genial, ya llegó el camión con todas las cosas de tu banda. Ven, acompáñame.

Las dos chicas llegaron a la sala y encontraron varios hombres descargando todos los equipos que solían estar en el escenario de "The Stockpile". Los chicos de la banda se maravillaron con la enorme vivienda y Lyle, al ver a Emeraude y su hermosa acompañante, se acercó para saludar.

—Hola, Emi. ¿Ella es la chica del cumpleaños?

El bajista se quedó mirando a Aura de pies a cabeza. Luego le dio un suave codazo a Emeraude para que los presentara, y ella reaccionó de inmediato.

—Oh, Flama... déjame presentarte a Lyle, el bajista de la banda. Te fuiste muy rápido del bar esa vez y no pudiste conocer a mis compañeros. —él se acercó a la pelirroja y le dio un beso en la mejilla.

—Hola, Flama... déjame verte. Qué linda eres. —él tomó la mano de Aura y la hizo girar. Ella lo miró con exasperación.

—Lyle. Gracias. Debo hacer algo allí, adiós. —la anfitriona de la fiesta se fue sin decir nada más, y Lyle no pudo ocultar su desconcierto mientras Emeraude lo miraba extrañada.

—¿Qué? Es linda. —ella puso una mano sobre el hombro de su amigo.

—Lyle, cariño... hiciste que Flama se callara. Eres un mago. —el bajista hizo pucheros sarcásticos.

—Emi, ¿qué dices? ¿Debería invitar a Flama a una cita? Puedo ser su regalo de cumpleaños si ella quiere. —la cantante rió.

—Si quieres que te estampe la mano en la cara... ve. Hazlo. —el muchacho se encogió de hombros.

—Al menos dime qué va a usar para esta noche. ¿Combina con lo que voy a usar yo? —Emeraude levantó las cejas.

—Es una rareza. Mejor no te lo digo, vas a armar una película en tu mente antes de tiempo. Aguanta un par de horas, ya verás.

—¿Entonces así se siente pisar el suelo de Golden Nest? Hasta los desechos destellan oro aquí. —Laetitia llegó acompañada de Sylvain y los dos se acercaron a Emeraude para saludarla. El muchacho tenía la cabeza envuelta en un pañuelo, cosa que le extrañó a la cantante.

—Syl, sabes que la fiesta es de superhéroes y súpervillanos y no de la India, ¿verdad? —el bartender asintió.

—Estoy en un proceso de transformación para esta noche. No tienes idea de lo que voy a usar. Namaste. —Emeraude le dedicó una sonrisa cándida.

—Creo que puedo esperar para saberlo. Pero viniendo de ti... —Laetitia miró a su mejor amiga y le guiñó el ojo. —Te vas a enamorar, Ems. Hay que darle un poco de crédito a Flama por convertir esta fiesta en un crossover épico de Marvel con DC, de otra forma Syl nunca se habría atrevido a cambiar de apariencia tan drásticamente. Créeme, va a ser algo genial.

Arne entró con el crash en una mano y el redoblante en la otra y los dejó junto al resto de instrumentos antes de saludar a Emeraude.

Hallo. ¿Syl planea explotar, o qué? —Laetitia se rió por lo bajo. Sylvain lo miró de reojo.

—Sí, Arne. Voy a explotar por tu trasero como jalapeño. —el alemán sonrió con desgano y se trepó al escenario para organizar su batería mientras Charlie y Alex hacían lo propio con sus guitarras.

Al cabo de un par de canciones, la prueba de sonido terminó. Empezaba a hacerse de noche cuando Emeraude y sus compañeros se recluyeron en habitaciones distintas de la enorme casa para vestirse con aquellos trajes que los convertirían en personajes de película.

A través de unos altavoces estratégicamente colocados en varias partes de la casa, se oyó la voz de la anfitriona llamándolos a todos para iniciar una de las mejores fiestas que daría lugar en Copper Grace.

—Superhéroes, supervillanos. Es hora de una tregua. ¡Salgan de sus escondites para entretenernos un rato!

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