Metro 2
Y para terminar con este especial.
Una anécdota propia ocurrida hace un par de años...también en el metro, no es muy aterradora ni hollywoodense pero en su momento si me asusto mucho.
Disfruten.
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Ese día había quedado con un amigo para ir a Teotihuacán.
Yo vivo en la ciudad de México en la zona sur, prácticamente al otro extremo, mi amigo, Juan, es un artesano de calle, por decirlo de alguna forma, hace pulseras de piedritas, cuero y demás, por lo que es natural que valla a esta zona para surtirse de obsidiana y piedras volcánicas para sus trabajos, yo me ofrecí a acompañarlo ya que me gusta mucho la arqueología y las cosas artesanales.
Como él vive cerca del metro de CU, quedamos de vernos ahí, tomariamos el metro directo a Indios Verdes ya de ahí se toma un camión al estado y listo, llegas a Teotihuacán.
No era una hora macabra como la media noche o muy de madrugada, la verdad apenas eran las ocho de la mañana, una hora aceptable a mi parecer, almenos para no vivir algo sobrenatural creo yo.
Como a esa hora las personas entran a el trabajo y los estudiantes acuden a sus deberes, pues nos tocó un vagón algo llenó, suele pasar en especial cuando hay lluvia y los trenes marchan lento, sin importar que te encuentres en la base.
No alcanzamos asiento y nos tocó ir parados, pasando Balderas el vagón se despejó un poco, lo suficiente para poder sentarnos en el piso en una de las puertas contrarias pero sin estorbar. En Juárez y Guerrero el vagón casi se vacío y en deportivo 18 de marzo solo íbamos nosotros.
Pensándolo bien si era un poco extraño ya que se escuchaba ajetreo en los vagones continuos, ya saben, vendedores y cantantes que van de vagón en vagón, pero parecía que se saltaban el nuestro.
La verdad ni siquiera se nos hizo raro, nosostros íbamos metidos en nuestra plática, tanto que ni siquiera nos levantamos del suelo, aún cuando teníamos asientos para repartir.
Fue llegando a la terminal de Indios Verdes cuando algo nos asustó.
Verán, esa terminal no es subterránea, como muchas, la verdad es que desde la estación potrero puedes apreciar la luz del sol ya que son exteriores esas últimas estaciones.
Pero ese día estaba lloviendo y la verdad es que si estaba algo obscuro, pese a la hora, tal vez por ello el reflejo en los vidrios era muy claro, sin la luz del sol que los deslumbre.
Cuando me pare algo me llamó la atención, como dije, el reflejo era muy claro, al pararme pude ver mi reflejo y el de Juan...pero no fue el único, en medio de los dos se podía apreciar una silueta, por lo que alcance a ver la de un joven, solo que esta era más borrosa que las nuestras y parecía moverse.
No voy a mentir, lance un grito de nena e inmediatamente brinque al otro lado, pero no fui la única, Juan imitó mi acción salvó que él no grito. Pero al ver frente a nosotros no había nada, nadie estaba ahí, el vagón seguía vacío salvó por nosotros.
¿Lo viste?
Preguntamos al mismo tiempo mirándonos, en cuanto las puertas se abrieron bajamos corriendo, sorprendiendonos al ver como de los vagones adjuntos bajaban muchas personas, mientras del nuestro solo nosotros dos, algo...raro, ya que parecía normal. Los que han viajado en este transporte público me entenderán, es la hora en que más gente hay, muchos hacen traslado de base a base por lo que es extraño que un vagón valla solo con dos, la verdad en ese momento no le dimos importancia pero ahora...
Aún no entiendo porque no se subió otro usuario, o un vendedor, después de recapitular recuerdo que escuchamos a un par de chicos cantar, pero jamás subieron donde nosotros, es como si en las últimas estaciones el vagón se hubiese borrado.
No sé qué tan escalofriante sea pero...
Llegamos a Teotihuacán, sin hablar de lo ocurrido, y Juan inmediatamente se fue a ver un...brujo, chamán, ustedes entienden, él le narro lo que pasamos y el señor inmediatamente nos dió una limpia, de regreso ya no nos pasó nada...y no me ha vuelto a pasar nada desde entonces, el viejo me dió un ojo de venado y no me lo he quitado hasta ahora, ya que por gracias o desgracia siempre uso este medio de transporte, a distintas horas y...no quiero volver a experimentar algo así.
Esta es una de mis tres experiencia...raras, que me han pasado en toda mi vida, la más reciente y la última.
No sé qué tan aterrador sea para ustedes pero...fue solo un momento pero para mí si lo fue.
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Y con esto terminamos el especial de Día de Muertos.
Ojalá les gustará.
Ahora los dejo...voy a ver si me dan calaverita 💀.
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