la mujer oso 🐻
Pasaron la gasolinera y continuaron su camino, el fuerte taconeo de la mayor se podía escuchar por toda la calle.
-Sonia, rápido.
-ya voy, no grites.
La joven pelirrosa intentaba alcanzar a su prima Milo, una chica pelirroja con un cuerpo de infarto. Era un viernes por la tarde, la mayor había pasado a recoger a su prima a la escuela y está insistió en caminar, se encontraba en su etapa ambientalistas y se negaba a usar el transporte público cuando vivía a solo media hora de su escuela, como no quiso discutir con la chica Milo acepto, pero maldita la hora, claro, como ella venía con zapatos deportivos, diantres, esas botas de tacón le sacarían ampulas.
-no vallas tan rápido.
-tu eres la que quería caminar no, ahora te aguantas.
-chin, claro, como tú no cargas una mochila (susurrando)
-dijiste algo
-nada.
Atravesaron el mercado, estaban a punto de llegar al parque, ahí solo les quedaba rodearlo y listo, directo a casita.
-oye, vamos por aquí, será más rápido.
-...
No le gustaba el lugar donde su pequeña prima señalaba. Una especie de puente subterráneo que atravesaba la gran avenida y el parque,un camino recto que las dejaría más cerca y en menos tiempo pero...
-no...iremos por donde siempre.
Pero también era un lugar al que Milo no le inspiró confianza.
El túnel estaba cubierto por laminas, decoradas con graffiti y bolsas de basura que daban un aspecto descuidado y peligroso.
-vamos, no seas llorona.
Ánimo la chica al ver salir de ahí a una señora con su pequeño de la mano.
-vamos, así te libras más rápido de esos tacones.
Burlándose se encaminó a la entrada del túnel. Milo chasqueo la lengua molesta, pero no le quedó de otra más que seguirla, la verdad si quería deshacerse de esos molestos tacones.
Sus pasos resonaron cuando piso esa placa de metal calado, camino hasta su primita que la esperaba en la entrada, contemplando un grafiti.
-mira... " Cuídate de la mujer oso"...¿Que será?
-ah, no se, un grafiti mal hecho, vamos ya quiero llegar.
Sonriendo fue tras su prima, jamás habían pasado por ahí y era muy emocionante conocer caminos nuevos.
Avanzaban despacito, el túnel no estaba muy bien iluminado y había una gran cantidad de desechos, parece que la gente lo usaba como basurero ya que había bolsas esparcidas por todo el lugar.
-¡Wakh! Apesta horrible.
-¡diuuu! Si...huele a orines.
-camina rápido.
Conforme avanzaba el ambiente se ponía más denso, los pasos hacian eco en esas solitarias paredes, todas ellas con mension a esa mujer oso.
"Sus garras te destriparan"
" Sin joyas"
"Tributo debes dar"
"Ten cuidado con la mujer oso".
-ne, Milo...
-¿mmm?
-¿Qué crees que sean todas estas advertencias? ¿Que será esa mujer oso?
-no lo sé... tonterías que escriben los chicos de la calle, algún pretexto para vandalismo en las paredes.
Que extraño, pensó que el camino sería más rápido pero...
-¡Mierda!
Por alguna razón habían llegado a una especie de encrucijada, parece que ese túnel se conectaba a varios lugares y ahí abajo era difícil orientarse.
-ahora...¿Por dónde?
¡Crackkk!
Se escucho un ruido, como si estuvieran arrastrando un saco muy pesado, el sonido de tela arrastrándose acompañado por otro metálico las asustó. Sonia no tardó en sujetar con fuerza la mano de su prima para sentirse segura. Milo intento alumbrar con la pantalla de su teléfono pero...el lugar se había puesto más obscuro.
-¡por aquí!
Tomo a Sonia de la mano y comenzó a caminar más rápido, intentando alejarse de ese ruido, no estaba segura de si ese camino les dejaría cerca de casa pero quería salir de ahí cuanto antes.
-Milo...
-calmate, ya casi llegamos.
Continuaron avanzado hasta que lograron ver una luz rojiza más adelante, suspiraron aliviadas y apresuraron el paso, esperando que fuese una puerta de salida.
Pero la pequeña luz solo iluminaba la mitad del camino, aún se podía ver el pasillo más adelante.
Al pasar cerca de esta las chicas pegaron un brinco, a un costado de la luz había una figura, en principio creyeron que era un monte de basura, ya que había papeles, botes y bolsas a su alrededor, pero al pasar por su lado está se movió mientras emitía un gemido.
-¡Ah!
-... tranquila, es solo una indigente.
La menor grito aterrada y se abrazó con fuerza a su prima, está la cambio de lado para que no chocara con la mujer que se iba parando.
Por lo que se podía ver era una anciana, su cabello canoso y largo estaba des arreglado, cubierto con polvo y lodo, su ropa parecía estar hecha de girones de abrigos, tiras de piel negras que se confundían con la basura que se pegaba a estas. Milo sintió un escalofrío al ver sus manos, eran anchas, pero a la ves huesudas y venosas, cubiertas de lodo y decoradas con una gran cantidad de anillos y...¡unas enormes garras! Los ojos de la chica se abrieron asustados, el terror la invadió cuando miro su cara, estaba cubierta de suciedad y cabello, más pese a esto logró ver dientes afilados, adornando una boca descomunal. Pegó un brinco cuando la dama se irgio elevándose por unas tres cabezas sobre ella, bufando mientras su boca se descomponía en una tétrica sonrisa.
-¡corre!
No tardó en tomar a Sonia de la mano y echarse a correr, poco le importo si el camino era el correcto o no, solo quería sacar a su prima de ahí cuanto antes.
Las jóvenes Scorpions corrían aterradas buscando la salida, Sonia gritaba desesperada clamando por ayuda, mientras era jalada por Milo, a la cual el camino le parecía eterno ¿Donde estaban las puertas? Podía jurar que ya habían corrido lo que la avenida marcaba y más ¿Donde estaba la gente? Por un momento creyó que adentro encontraría a algún chico de la calle, pepenadores o alguna persona, cualquiera menos esa horrible abominación que les venía persiguiendo.
Las fuertes pizadas la tenía aterrada, eran golpes muy fuertes, como si la persona que venía detrás de ellas pesará más de cien kilos.
-¡Ah!
La menor tropezó y termino en el piso, Milo se apresuró a levantarla, quitándole la pesada mochila para arrojarse la a esa cosa, levantó a Sonia de un jalón y continuó corriendo.
-me duele el tobillo
-aguanta...corre, no te detengas.
Lograron escuchar como la mochila era destrozada, las libretas eran rasgadas y arrojadas contra las paredes.
Sonia comenzó a llorar mientras continuaba pidiendo ayuda, al girar logró ver como esa cosa se ponía en cuatro patas y comenzaba a perseguir las, esto la hizo gritar de terror.
La mujer oso iba detrás de ellas, sus largas garras sacaban chispa en el pavimento, las cuales iluminaban su camino hasta las jovencitas.
Llegaron hasta unas escaleras, estás las llevarían hasta la superficie.
-¡sube, rápido!
Empujó a la más joven para ir tras ella, sus piernas le dolían, esas malditas botas la estaban torturando, resbaló en un escalón lastimando su tobillo, pero poco importo y continuó avanzando.
-¡No,no!
La pelirosa grito frustrada cuando se encontró con una cerca de metal, cerrada con cadena. Alterada, como estaba, intento romper el candado jalandole, pero era obvio que no lo lograría.
Milo logró ver como esa cosa llegaba a las escaleras y comenzaba a subir, la pelirroja camino hasta la maya y comenzó a empujar, abriendo un pequeño boquete, por fortuna para las chicas ambas eran de complexión delgada, empujó a su prima por el pequeño agujero, Sonia logró entrar rasgando una parte de su suerte, la chiquilla intento abrir más el Boquete para Milo.
Estaba por ingresar cuando un fuerte jalón en su pierna la hizo caer, la creatura la había atrapado del pie.
Ambas chicas gritaron, Milo comenzó a patear la, desesperada por intentar huir, chillo adolorida cuando esa cosa la mordió, llorando golpeó su cara con el puño, fue en ese momento cuando su pulcera salió volando, la pequeña pieza de metal cayó un par de escalones abajo, haciendo eco en el lugar.
Por alguna razón la mujer oso inmediatamente le soltó y bajó reptando por la joyería.
-¡Milo!
La chiquilla le llamaba desesperada, arrastrándose logró meter su cuerpo, Sonia comenzó a jalarlo con fuerza, ya que esa cosa regresaba.
-¡No, alejate!
Sin saber porque se sacó el anillo que llevaba y lo arrojó a un costado de la bestia, está se giró a buscarlo y las chicas aprovecharon la oportunidad.
Apoyándose en su prima lograron subir el par de escalones que faltaban y salieron a la calle, justo a escasos metros de su casa.
Corrieron hasta ahí sin mirar atrás, entraron corriendo y atrancaron la puerta a su espalda.
-¡Dios mío! ¿Que era esa cosa?
La pequeña entro en un ataque de nervios, se dejó caer en el sillón mientras lloraba desconsolada. Milo corrió al baño por el botiquín, le dió una pastilla y procedió a revisarla, parece que estaba bien.
Sonia le ayudo a quitarse el calzado, tenía una horrible mordedura en el pie izquierdo, posiblemente necesitaría puntadas.
-tenemos que ir al hospital.
-no, no saldremos, llama a una ambulancia.
-si.
Comenzó a aplicar agua oxigenada, ardía horrible, tenía unos enormes deseos de llorar, pero tenía que calmarse y ser fuerte por la menor.
Miró con nostalgia su mano derecha, el anillo era un regalo de su madre el día que se graduó de la preparatoria, lo apreciaba mucho, en cuanto a la pulsera...su novio Shura se la había regalado por su cumpleaños y también era importante.
-¿estas bien?
La pequeña escorpión se sentó a su lado, abrazándola con fuerza.
-si...no te preocupes, ya pasó.
-¿Que era esa cosa?
-...no lo sé...creo que era ...la mujer oso.
-¿la que decía el graffiti?
-si ...
-entonces, las otras inscripciones...¿eran advertencia?
-...creo que sí.
Se quedó mirando de nuevo su mano.
"Sin joyas"
" Tributo debes dar"
-tal vez...por eso dejo de perseguirnos
-...
-cuando se me cayó la pulcera...y el anillo...creo que eso es lo que quería, las joyas.
-por eso el letrero de "sin joyas"..." Y tributo"
-si.
-oh...jamás volveré a ir por ahí, nunca.
-me parece bien.
Abrazo con fuerza a su primita, ya podía escuchar la sirena de la ambulancia.
-oh, quítate el suéter, tengo que ver que no te rasparas.
-si...
La pelirosa procedió a despojarse de la prenda, en cuanto esta salió dejo al descubierto una bonita medalla de plata con la imagen de un escorpión.
Un escalofrío recorrió a Milo al ver la joya, había olvidado el amuleto de su prima.
Se escucho un golpe seco que las hizo saltar y girar la vista, ahí, parada en la puerta se encontraba la mujer oso.
Cuando los paramédicos llegaron oyeron un grito terrible proveniente de la casa, llamaron a la puerta pero...nadie contesto.
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