Intensidad

El sonido de los aspersores en el jardín era el único sonido que se escuchaba en la propiedad, el agua saliendo a presión y alcanzando el césped dejando el rocío en aquellas hojas delgadas. Las gotas de agua reflectando la estrella incandescente que gobernaba en el manto claro que ocupaba la inmensidad. Unas alas pequeñas y doradas sobrevolando en el área del césped donde los aspersores ya no alcanzaban, La mariposa se posó en una flor silvestre que crecía en la periferia de la propiedad, reposando sus delgadas patas en los pétalos blancos, en una suave caricia.

El sonido de la televisión de fondo llenaba el cuarto, aunque su atención no captaba las imágenes que se desarrollaban en la pantalla. Sus ojos malva detallaban a la chica que tenía a su lado, con sus brillantes orbes fijos en la pantalla mientras tomaba descuidadamente palomitas del tazón.

Neji podría verla durante todo el día sin aburrirse y maravillándose de encontrar más cosas interesantes en ella. Como las muecas que hacia sin notar, la curvatura debajo de su labio que le daba una apariencia adorable. Sus largas pestañas que solo hacían resaltar sus ojos cafés. Aquellos que admiraba como cambiaban de color contra la luz cuando se filtraba entre las hojas del árbol donde solían encontrarse en la biblioteca. Sus expresiones tan realistas y los ademanes que solía hacer con las manos. Ahora mismo no apartaba su atención de como solía llevarse las palomitas a la boca.

Esa boca que lo deleitaban de observar con detenimiento. Más específicamente aquellos labios que había estado probando desde hace un par de semanas de su encuentro en ese mismo cuarto. Donde de alguna forma su relación se había definido, ambos esperaban por usar algo como nosotros. A pesar de que no habido una pregunta y respuesta de confirmación, lo que ellos habían tenido bastaba. Aquel acercamiento y la espera del Hyūga por una respuesta, una confirmación de que aquellos sentimientos eran correspondidos.

Ese día había marcado un antes y un después en toda su existencia. Aunque debía ser bastante honesto, la llegada de Tenten era lo que lo había marcado y definía cada instante, la esperanza misma y la felicidad que experimentaba ahora, una que jamás había vivido. Pero ahora mismo era diferente, porque aquello que tanto anhelaba y que soñaba se había hecho realidad de alguna forma.

La indescriptible seguridad de que ahora mismo él podía besarla cuando quisiera, algo que disfrutaba hacer y que hacía muy a menudo. Causando aquel sonrojo en las mejillas femeninas que solo la hacían ver más encantadora de lo que pensaba. Se avergonzaba y se reía cuando el Hyūga la besaba sin previo aviso, callándola de lo que estuviera diciendo.

No es que él no quisiera escuchar lo que decía, disfrutaba tanto escucharla hablar de cualquier cosa. Solo que ver sus labios moviéndose una y otra vez, sonriendo sin más, era demasiada tentación, una que nunca controlaba. No quería controlarla, solo se dejaba ir preso de sus instintos para disfrutar de aquel exótico y cautivante sabor que solo había logrado probar en los labios femeninos. Uno que cada vez que volvía a saborearlo se volvía más y más adictivo.

Había leído tanto sobre aquel acto en los tantos libros que tenía en su cuarto pero jamás hubiera pensado que fuera de esa forma. Jamás pensaba demasiado en eso cuando lo leía, pero ahora mismo entendía la profundidad e intensidad que los autores habían querido transmitir en ese sencillo acto.

Uno que te arrebataba la respiración y estremecía cada rincón de su alma.

Se movió de su lugar con la intención impresa en su cabeza, un movimiento que no fue detectado en ese instante. Estaban en el suelo de su cuarto con una sábana de algodón debajo de ellos y el tazón de palomitas enfrente. Volvió a moverse hasta que el espacio se redujo hasta ser inexistente. Podía tocar los dedos de la mano femenina que se apoyaban en la sabana. Aquel gesto pareció gustarle a la chica que simplemente sonrió y que apartó un instante los ojos de la pantalla, pero los regresó al instante ya que había una escena de interés en la película.

Neji se acercó mucho más hasta que su aliento acarició el cuello femenino y la vio estremecerse. Fue en ese momento que ella notó dicha cercanía y giró el rostro hacía alado, donde estaba el Hyūga. Él estaba acercándose más hacia ella, con los labios entreabiertos con la intención dibujada en su rostro. Tenten sintió su corazón brincar ante tal cercanía y el acto sin previo aviso.

De esa forma siempre era él con esto de los besos, tan de la nada, acercándose sin más y tomándolos, como si necesitara ese contacto. Claro que ella misma los disfrutaba y jamás se quejaba de ser interrumpida en plena platica al sentir los labios masculinos, pero Neji era tan intenso, tan impaciente y despertaba tantas cosas en ella que sus piernas temblaban cada que sus labios entraban en contacto.

El Hyūga rozó los labios contrarios en un juego de tentación que hizo temblar a la mujer de enfrente y que le provocó una sonrisa ligera de satisfacción. Sus labios a punto de encontrarse nuevamente cuando la puerta del cuarto sonó tres veces. ―

―Joven, correspondencia. ― La voz de la mujer del servicio los hizo brincar.

No era nada normal que alguna de ellas asistiera a interrumpir a su cuarto y mucho menos cuando estaba ella. Es más, Tenten jamás las había escuchado dirigirse a Neji hasta ese momento. Lo cual le hizo pensar que él no guardaba una buena relación con nadie de su familia ni de su casa, por eso mismo él era tan reservado con muchas cosas. No le había contado casi nada de su vida familiar.

Neji simplemente se levantó, indicándole que terminara de ver la película sin él, que demoraría un poco. Tenten simplemente asintió mientras abrazaba sus piernas con sus brazos. Cuando la puerta se cerró centró su atención en las imágenes de la pantalla. Podía pausarlo y esperar a que el vinera para verlo juntos. Sin embargo, pudo darse cuenta que el genio ni siquiera la estaba viendo, podía sentir su mirada penetrante encima de ella. No era nada fácil ignorarlo y más al tenerlo tan cerca. Adicional en la intimidad de su cuarto, con las cortinas cerradas y la luz apagada, era impensable que pudiera siquiera ignorar su presencia.

Ahora mismo sus sentidos se habían relajado un poco en su ausencia y terminó de ver la película luego de un par de minutos, pero Neji no había regresado. Sacó el VHS de la videocasetera y apagó el televisor. Sabía que tenía que haber traído otra película más, pero se suponía que iban a salir a alguna parte.

Se levantó sentándose en la cama del Hyūga y tentada se dejó caer, olfateando las sabanas. Olían a él pero con tanta intensidad que la boca de su estómago se estremeció con violencia. Claro que uno de sus pasatiempos favoritos cuando él estaba cerca era percibir aquel olor masculino y sutil. Un aroma que se quedaba impregnada en su ropa cuando estaban en bastante contacto y que disfrutaba en su casa ya que solía ser persistente. Pero el aroma siempre solía irse después de un rato. Ahora mismo el olor en las sabanas la aturdió un momento y la obligó a levantarse. Debía calmarse un poco con todo eso.

Se puso de pie y se acercó al pequeño librero, leyendo cada uno de los títulos de los libros ahí. Varios de esos ya los había leído y algunos otros le faltaban pero los títulos sonaban interesantes. Una libreta captó su atención por lo que la tomó y la abrió para hojear.

Era una libreta de dibujo, lo cual descubrió en la primera hoja al ver un boceto de un ave en un nido alimentando a sus crías. Por los detalles alrededor pudo apreciar que estaban fuera de su ventana y que posiblemente habían puesto su nido ahí tiempo atrás y él lo había dibujado. Le sorprendió tanto descubrir aquel pasatiempo del cual él no le había mencionado nada. Había dicho algo como que de vez en cuando solía tocar el piano pero siempre había hecho hincapié en la lectura.

Neji Hyūga era aún todo un misterio para ella, siendo tan anticuado, tan talentoso e único. Sus habilidades manuales eran evidentes, tal parecía que era bueno en todo. Pero por lo que le había contado con anterioridad, había tenido mucho tiempo libre y su nulo sentido de socializar lo dejaban con mucho tiempo libre, lo cual explicaba todo este tipo de cosas.

Hojeó los dibujos encontrando un paisaje, una mariposa posada en una flor, las sombras de algunas personas caminando y las teclas de un piano. Todos dibujos exquisitos. Volteó la hoja y su respiración se detuvo al ver el siguiente boceto. Sus ojos viendo cada uno de los detalles, las sombras, las líneas debajo de la boca, el especial cuidado en el cabello y los ojos. Era ella, Neji la había dibujado a ella. Su corazón se había agitado ante ese descubrimiento y más al descubrir que los siguientes dibujos de igual forma eran bocetos de ella en diferentes posiciones, con el cabello distinto y diferentes gestos.

Verse a sí misma en papel despertó varios sentimientos encontrados en su interior. Estaba realmente sorprendida dibujada y como él había cuidado hasta los más mínimos detalles para hacerla lo más similar posible. Avergonzada ya que jamás le había pasado algo como eso, que sirviera de inspiración o que fuera base para realizar un dibujo tan bueno. Y por supuesto estaba realmente cautivada.

Neji Hyūga la hacía sentir demasiado, tanto que muchas veces sentía que iba a explotar por cada mirada, caricia o beso que él solía darle. Pero esto, esto era demasiado para ella y para que los latidos de su corazón pudieran soportar.

Al conocerlo tiempo atrás, tan callado, con el rostro más antipático que pudo conocer y tan indiferente jamás se le hubiera cruzado por la cabeza que fuera de esta manera y más al tener una relación con él. ¡Jamás pensó que pudiera tenerla! Pero a este punto cada día se sorprendía de las cosas nuevas que descubría en él. La hacía sentir tan especial, como si su mundo girara en torno a ella, la miraba con tanta ternura que detenía su alma. Era tan atento y especial. Pero había algo más en él, algo que destacaba de entre todas las cosas, ese algo que lograba paralizar todo su ser con una mirada o una simple caricia. Siempre se le escapaba la palabra pero ahora mismo, mientras veía los dibujos una y otra vez la palabra vino a ella sin ningun esfuerzo.

Neji Hyūga era intensidad.

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Neji había bajado a la planta inferior para recibir el sobre que le habían dejado en la mesa destinada a la correspondencia de la gente de la casa. No era muy frecuente. La correspondencia importante y que siempre llegaba era para Hiashi y le era entregado en la brevedad en su oficina.

Cada tres meses le llegaba aquel sobre a la casa, con las notas de sus calificaciones de sus clases que tomaba un par de veces a la semana de forma particular. Una escuela normal no era para él, por lo que un profesor solía atenderlo varias veces a la semana. Presentaba exámenes trimestrales con las lecciones aprendidas. Toda su enseñanza era válida y aprobaba por una escuela reconocida del país. Debido a que iba adelantado dos años pronto terminaría. Aunque aún no estaba seguro sobre si estudiar alguna carrera o no, ya que esto requeriría que asistiera a una universidad normal. Una idea que realmente no le gustaba.

Abrió el sobre de color amarillo que estaba en la mesa y tenía su nombre, leyendo las notas perfectas en cada una de las materias. Nunca había una variación en sus notas, no le preocupaba realmente. Cerró el sobre y lo deslizó bajo la puerta de la oficina principal de la casa, en espera que posiblemente Hiashi las viera en algún momento.

Pagaba su educación a fin de cuentas, debía darle algún informe cada cierto tiempo. Aunque realmente dudaba que le interesara su avance, sus notas o si fuera bueno en ello. No le importaba hacia donde estaba yendo, pero intuía que el hecho de ver las notas le daba la seguridad de que su dinero no estaba siendo tirado a la basura por su ineficiencia. Neji se esforzaba por cumplir más que nada, no buscaba la aprobación de nadie en esa casa.

Una vez que terminó con aquella rutina que desempeñaba cuatro veces al año, se dirigió a la cocina por el helado de limón que había en la nevera. Tomó un par de cucharas y subió por las escaleras hacia su cuarto. Era un día caluroso, por lo que aquello era un aperitivo bastante refrescante en esas épocas.

Abrió la puerta del cuarto y vio a la fémina voltear con sorpresa, dejando caer lo que tenía entre las manos. Con cierto nerviosismo observó que era su libreta de dibujos, dejó el helado en la mesa cercana y se acercó para poder recogerlo.

―Siento haberlo mirado, es solo que...

Neji negó indicando que no había ningún problema, no estaba enojado por algo como eso. Realmente no podía pensar en alguna cosa que lo hiciera enojarse con ella. Aunque el que viera aquella libreta significaba que había visto los dibujos que había hecho de ella y eso lo hacía sentir un poco inseguro. No sabía si había captado con total justicia cada uno de sus gestos y tan perfectos como él solía verlos. Además que no sabía que era lo que estaba pensando Tenten al respecto.

― ¡No me habías dicho que dibujabas! Eres realmente bueno.

Él dejó la libreta en la mesa y acercó el helado con ambas cucharas en la mano libre mientras se sentaba en el suelo donde antes habían estado viendo películas.

"No es algo que haga con regularidad, no lo considero un pasatiempo"

Movió las manos en señas ya que no tenía su agenda cerca y no le preocupaba tanto ya que ella podía entenderlo a la perfección.

Tenten se dejó caer a su lado, destapando el helado, introduciendo la cuchara tomando un poco de aquel postre cremoso y llevándoselo a la boca.

"Realmente tienes talento"

Le dijo con las manos lo que estaba pensando en ese momento. Tenía que dejárselo en claro. Pudo ver como sus palabras parecieron hacer que se avergonzara ya que había bajado la mirada. Sonrió al ver aquella expresión tan fuera de lugar en él, hundió la cuchara nuevamente en el helado y le ofreció la cuchara al Hyūga.

Neji vio aquel acto, aún nervioso por los halagos de la fémina y sin poder rechazarla abrió la boca, comiendo aquello que le había ofrecido. Tenten sonrió satisfecha, volviendo a tomar una cucharada para ella. Posteriormente volvió a repetir la acción de darle un poco al chico a pesar de que ya estaba comiendo él con la otra cuchara que había tenido. Solo lo había repetido para molestar.

El Hyūga tomó su walkman que había dejado junto a la videocasetera y rebuscó entre los cassette que tenía ahí, eligiendo uno que tenía la etiqueta de Tenten en ella. Había grabado algunas canciones en el cassette que le recordaban a ella, de todo lo que lo hacía sentir. Iba a regalárselo ese día. Pero quería oír alguna de las canciones con ella, por eso adentró dentro del walkman, colocando los audífonos uno en su oreja y otro en la oreja femenina que estaba cercana.

Accionó el reproductor y la melodía empezó a sonar, similar al cantar de las aves y las notas de la guitara bastante evidente. La voz comenzó a sonar y la letra a retumbar en los conductos auditivos. Su atención se dirigió a la chica que tenía a un lado al ver como reaccionaba a la letra. Al inicio pareció un poco distraída, pero después se detuvo y sin esperar lo miró, con los ojos cafés resplandeciendo.

Él le dedicaba cada una de las canciones que solía mostrarle y ella lo sabía, había notado que era su forma de demostrarle lo que sentía o como ella lo hacía sentir. Se miraron mientras las notas y las voces resonaban en los audífonos. Antes de siquiera poder notarlo la distancia entre ellos había desaparecido, ambos mirando los labios contrarios.

Neji se acercó rozando los labios que tanto lo había tentado desde tiempo atrás, sintiendo esa ligera textura y el cosquilleo que una caricia como esa le brindaba. Cuando la frase final comenzó a sonar y con la agonizante paciencia acortó la distancia, atrapando los labios femeninos entre los suyos. Un beso con tanta intensidad, con movimientos desesperados.

Neji Hyūga la necesitaba tanto, sentirla tan cerca, a su lado en cada momento y probar aquellos labios que eran su perdición. Se inclinó más hacia ella, demandando más cercanía y prontamente estaba encima de la chica, que parecía renuente a querer alejarse. Los labios moviéndose en una danza desenfrenada, de anhelo y necesidad, encajando perfectamente con los contrarios. En aquel gesto que dejaba en evidencia lo que ambos sentían por el otro.

El calor sofocante abriéndose paso entre ambos y las manos masculinas empezando a deslizarse por encima de la ropa. Ambos saltaron abruptamente cuando escucharon el sonido de la alarma del reloj que la chica tenía en la muñeca, era momento que se fuera.

Se levantaron acomodando su ropa que se había arrugado por aquella sesión de besos. Neji le entregó el cassette y se encaminaron a la casa de la chica sin decir nada de lo que había pasado o como el helado había terminado debajo de la cama.

Neji Hyūga no sabía si debía maldecir o agradecer con aquella interrupción. Pero de algo estaba completamente seguro, Tenten estaba despertando sensaciones en su interior que pronto tal vez no podría controlar. 

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¡Por fin un toque de dulzura! La historias más dulce que escribo y que cada capítulo roba mi corazón. Ahora moviendo un poco las cosas a algo más intenso de ellos dos, abriendo paso a una relación más fuerte.

Ellos llevando sus emociones a un punto que siento que explotaría de estarlo viendo. Sin más espero sus comentarios, votos y opiniones de como va la historia. Recordar además que cada viernes vendrá actualización de esta historia, así que prepárense por que el siguiente capítulo será bastante importante.

¡Saludos!

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