Destino

La estrella solar incandescente filtraba su luminosidad entremezclándose entre las ramificaciones y las hojas con terminaciones nerviosas del ser arbóreo. La tenue luz filtrada llovía como cascada hasta el césped que se extendía a lo largo de aquel parque frontal de la biblioteca estatal. Los guardias transitando por los pequeños pasillos y los gritos de los vendedores ambulantes llegaba hasta él. El cantar de las aves encima suya era una música de fondo bastante agradable.

Sentía el pasto traspasar su ropa y acariciar ligeramente su piel. No recordaba haberse acostado en el césped de tal forma en toda su vida. Nunca lo consideró un placer, ya que lo tenía directamente relacionado con suciedad y algo bastante vulgar. Sin embargo ahí estaba, de espaldas al suelo, sintiendo su rostro siendo iluminado por los débiles rayos del sol que lograban filtrarse. Giró su cabeza encontrándose con el rostro femenino a una escasa distancia. Abrió sus ojos sorprendido de la sutileza de la castaña para acercarse y como parecía no importarle la definición de espacio personal.

Ella se colocó boca abajo y recostó la cabeza de tal forma que sus miradas no se perdieran. Traguó profundamente al sentir esa cálida mirada acariciar su interior. Una sutil sonrisa adornaba su rostro y sus ojos contemplaban cada rasgo masculino. Sus ojos con esa mirada que tanto disfrutaba ver en ella.

Su corazón latió con fuerza ante tal abrumante mirada y Neji se removió torpemente en su lugar, acostandose de lado para no sentirse expuesto o dominado por la castaña. Escuchó soltar una melodiosa risa tan característica de la chica.

- Quiero ver una película.

Buscó a su lado encontrando la agenda personal, consultó la hora en el reloj que solía usar en la muñeca derecha. Tecleó en ella unos segundos y le enseñó el mensaje.

"Podríamos ir al cine"

Ella negó con la cabeza unos segundos y jugueteó con su cabello que tenía suelto, como tanto le gustaba al Hyūga.

- Quiero verla en tu casa.

Se quedó recostado viendo las hojas, sin mover ningún músculo. ¿Cómo podía salir con aquella idea tan disparatada en un momento tan...perfecto? Frunció la boca buscando las palabras para desviar el tema o negarse tanjantemente.

Inocentemente pensó que él podría negarse. Como pudo negarse cuando ella le pidió clases de lenguaje de señas. Por supuesto.

Giró el rostro para negar con su cabeza, cuestión que fue un grave error. Los ojos castaños lo observaban con toda la dulzura posible y su cuerpo brincó estupefacto al sentir la mano femenina buscar la suya. Entrelazando sus dedos y acariciando su palma que descansaba en el pasto.

Sin ser consciente en que momento sucedió, su cabeza simplemente asintió. Por lo cual ahora caminaban a su domicilio. Los nervios invadían su ser, como picaduras de abeja en sus extremidades.

¿Desde cuando ella tenía tanto poder sobre él? Al nivel de conseguir llevarla a su casa, lugar del cual siempre buscaba huir. Pero no solo radicaba en eso. Tenten ahora mismo, movía todo su mundo.

Horas antes Neji estaba ocupado, cuando un mensaje de texto saltó en su agenda personal. Tenten quería verlo, cuestión que le desconcertó al inicio por que ella estaba en etapa de examenes. Pero sin pensarlo, salió tan pronto acabó para verla sentada en el pasto con libros en mano. Lo saludó con la seña correspondiente y aunque la idea era que le ayudara con algunas cosas de aritmética, sentía la mirada castaña encima suyo y como huía al ser descubierta, acción que provocó un doloroso latido.

Y a eso se resumía su vida ahora. Tenten quería hacer algo, Neji cedía. Había ido a comprar un par de cosas al centro hace un par de semanas. Ella quería comer algo nuevo, ella quería que estuvieran en su casa, solos y en una lucha de miradas, en la cual tenían un empate. A veces el Hyūga no podía contemplarla tanto, a veces ella huía.

Habían desistido luego de un par de horas y simplemente ella lo convenció de recostarse en el pasto para relajarse. Algo que Neji jamás había hecho y que disfrutó.

Siendo sincero Neji Hyūga podría contemplar cada gesto, mueca, cada sonrisa, sus ojos destellantes y su piel resplandeciente bajo el sol, toda su vida. Estaba dispuesto a hacerlo.

En el camino y en un débil intento de detener este asunto, reveló que no tenía películas en casa. Mas real era decir que tenía unas cinco, de índole que sabía que no le gustarían a ella. No era un fanático de las películas, su pasatiempo, antes de conocer a Tenten que ahora solo hacía antes de dormir y con mayor lentitud, era leer todo tipo de libros. Por lo cual su librero crecía considerablemente en cada momento. Tenten pareció pensarlo unos segundos, Neji sonrió en su interior al pensar que había triunfado.

No podía estar mas equivocado, unos minutos después estaban en el videoclub, aquel donde Tenten solía rentar cada semana y era cliente frecuente. Cada fin de semana junto a su madre se la pasaban viendo películas. Neji suspiró al verla escoger entre los estantes algunas opciones y dirigirse al encargado para rentarlas. Parecía que siempre se salía con la suya.

Justo ahora llegaban a la colonia del Hyūga, nervioso pensaba en alguna explicación a tal visita. Aunque desechó sus excusas. Era viernes, no debía haber nadie en casa, no habría preguntas demandando la verdad. Neji se dirigió a la puerta y Tenten se quedó atrás suyos unos momentos.

- Oh vaya, tienes dinero.

Tenten contempló la casa grande color mármol con un amplio y cuidado jardín. Los pilares sosteniendo el pequeño techo de la entrada. La reja delimitando la propiedad era alta y monumental. Neji permaneció callado, por que realmente no era ese su caso, pero no hablaría de eso. Entraron por una puerta lateral, era la que Neji realmente usaba. Tenten observaba los pulcros suelos blancos y los finos muebles decorando la casa de forma minimalista. Parecía mas una casa de exhibición que una donde una familia habitará.

Neji la tomó de la mano en inercia, solían hacerlo mas frecuentemente ahora, para guiarla a través de la casa. Tenten lo jaló frenándolo cuando pasaron por la sala de estar. Neji siguió su mirada.

El piano de cola.

Aquél que lo acompañaba en sus días mas melancólicos y a lo que se encontraba mas atado en esta casa. De un elegante color negro y parecía de exhibición.

Tenten le dirigió una mirada significativa, como pidiendo permiso de sus futuras acciones.Neji le soltó la mano, viendola acercarse al instrumento. El tiempo juntos que habían tenido había desarrollado tal conexión, una simple mirada bastaba para comunicarse en algunas ocasiones. Situación que Neji disfrutaba discretamente, la cercanía que tenían entre ellos, sin necesitar palabras ni gestos, solo una mirada.

Neji vio a la chica recorrer con el dedo el instrumento, él era único de la casa que lo tocaba más que nada. El Hyūga se acercó junto a ella.

- Tócame algo.

Neji lo consideró unos segundos. Realmente no le molestaba tocar, lo disfrutaba. Pero la presencia de la chica en este lugar, que antes era simplemente suyo, lo abrumó ligeramente. Levantó la tapa dejando a la vista las teclas, sus dedos se movieron tan familiares tocando un fragmento de la melodía de chopin.

Se detuvo un segundo y prosiguió a tocar algo mas ligero. Aquella canción que ella había cantado en su clase de coro. Ella cantó tenuemente a la par, la sala se inundó en aquella enigmante melodía, hechizando sus sentidos. Dejándose llevar por cada nota y la armonía de ambos. Ambos cerraron los ojos sintiendo la fuerza de las notas, apreciando cada sonido por separado y como sonaban a la par, era un deleite.

Sonó el final de la canción, generando el eco en todo el salón.

Tenten sonreía satisfecha y sin notarlo sujetó la mano masculina. Neji suspiró en su interior al sentir la calidez de la pequeña mano femenina. Entrelazó los dedos y su interior grito eufórico. Sonrió sin darse cuenta en lo absoluto, acción que Tenten disfrutó en demasía.

La puerta se abrió tímidamente, a lo que Neji volteó nervioso y alerta. Su expresión se suavizó al ver a Hinata con una sonrisa sutil. Seguramente lo había escuchado tocar, como siempre. No era como que el sonar del piano pudiera ignorarse en una casa tan silenciosa. Ella siempre merodeaba por ahí y era el público silencioso que Neji no pedía.

Neji se posicionó enfrente de Tenten, sin soltar su mano. Para intentar cubrirla para evitar preguntas innecesarias, pero Hinata inclinó la cabeza y sonrió.

- Me pareció escucharte, volviste temprano, Neji-onisan. -Jugueteó con sus dedos unos segundos. Sus ojos malva captaron a la persona alado de Neji.-Vienes acompañado.

El simplemente asintió. Hinata era dos años menor pero siempre buscaba tener un contacto con él, aunque no entendiera el lenguaje de señas con fluidez como Tenten. Además que el mismo Neji no solía ser muy comunicativo con ella.

Tenten observó a la chica con un parecido bastante marcado con Neji. Curiosa escaneó su vestido pulcro de tono violeta que iba a juego con su cabellera. Demasiado elegante para usarlo en casa, pero que le daba una apariencia de muñeca. Su peinado perfecto. Su rostro agraciado. Era atractiva. Sus palabras dejaron entrever que eran hermanos, cuestión que la desconcertó un poco. En las pocas veces que Neji había mencionado algo sobre su vida personal, era el decir que era hijo único. Posiblemente sería una prima.

Fue consciente del escaneo curioso de Hinata y sus orbes malva, tan similares como los de Neji, centraban su atención en la unión de sus manos. Cuestión que descompuso aquella sutil sonrisa, en señal de confusión. Sin embargo regresó al cabo de unos segundos, como si no hubiera desaparecido. Tenten se puso nerviosa. Posiblemente Neji no traía a mucha gente a casa.

Neji fue consciente de la mirada malva observando a Tenten. No iba a presentarla, no era algo esencial por lo cual simplemente indicó con su mano, en una seña, que subiría a su habitación. Hinata confirmó en un vago movimiento, pasaron junto a ella.

Tenten le dedicó una ligera sonrisa. Neji nisiquiera la miró de nuevo. Caminaron escalera arriba, a mano derecha y hasta el fondo. Neji abrió la puerta, cuestión que fue un impulso e incentivo para ella.

Tenten se movió inquieta por todo el cuarto, mirando cada centímetro. Aunque realmente no había tanto que ver. Una gran cama, unas cómodas a cada lado de ella. Una televisión antigua enfrente de la cama y una VHS abajo. El closet, que agradeció que Tenten no revisara y al fondo un amplio librero. Un escritorio y la ventana que daba a la parte trasera de la casa. Tenten contempló la vista al jardín.

Había una única foto en su repisa, fotografía que no pasó desapercibida. Tenten la inspeccionó y Neji no la detuvo. A fin de cuentas había entendido que no podía negarle absolutamente nada a la chica. Aunque fue consciente de que era extrovertida, alegre e insistente y aún así no hacía preguntas que Neji no quería responder ni indagaba en aquella vida que repelía.

Tenten contempló a un hombre con una sutil sonrisa, aquella tan particular que Neji usaba, y una versión pequeña de Neji, cuestión que le enterneció el corazón. Parecía mas alegre y feliz. La dejó en su sitio, dio un ultimo vistazo al cuarto, estaba tan limpio que parecía que nadie habitará ahí. Neji no solo parecía alguien muy pulcro y perfeccionista, que sabia hacer todo lo que se proponía y le iba excelente, sino que lo era. Ciertamente lo era. No era que el ser pulcro fuese atractivo, pero había algo en él, tantas cosas, que le resultaba demasiado irresistible. Se acercó al VHS para colocar la película.

El Hyūga bajó las cortinas de su cuarto, mientras la castaña juguetea con el reproductor para poner la película. Neji acomodó unas mantas y almohadas cerca de la televisión, que hacían soporte con la cama. Salió unos momentos a rebuscar en la cocina por un par de frituras.

Una de las empleadas domesticas que estaba ahí simplemente lo ignoró, fingiendo que no estaba ahí. Algo bastante normal y que no le afectaba. Tomó un par de cosas, unas sodas y ingresó a su cuarto encontrando a Tenten sentada cómodamente en las mantas, con sonrisa amplia.

Sintió su pecho latir con fuerza por la forma y facilidad en la cual podía iluminar toda una estancia con un simple gesto. Se acercó con las piernas un tanto débiles y se sentó a su lado. Tenten abrió una de las bolsas de papas y se llevó una a la boca. Le dio play al control, empezó la película.

- Es Ghost, un romance que me encanta. ¿Tienes algo contra el romance?

Neji negó ligeramente y ella simplemente sonrió. El Hyūga se apoyó en las almohadas contemplando las imágenes en la pantalla. No recordaba haber visto ninguna película de romance en su vida. Aunque si había leído un par de libros donde tocaban alguna relación, pero no era el género predominante.

Abrió la lata de su soda y dio un trago, aunque la bebida se quedó atorada un momento en su garganta y toció ligeramente. Tenten había recostado su cabeza en su hombro y parte de su cuerpo se apoyaba en el suyo. La calidez le golpeó el rostro con fuerza. Traspasaba su camiseta oscura que solía usar y acariciaba su piel, que se erizó en respuesta. El olor se su cabello llegó a sus fosas nasales y parte de su atención solamente se dedicó a contemplar aquella dichosa cercanía.

¿Cómo podía hacer tales actos sin más? ¿Acaso no era evidente el fuerte efecto que causaba en él? Sus manos sudaban y un hormigueo avanzaba por su estomago hasta su garganta. Sin pensarlo rodeó su hombro y la estrechó aún mas cerca. Cada célula de su cuerpo brincó y su espina dorsal se estremeció.

Neji Hyūga por primera vez en su miserable vida, gozaba de una plenitud que no creía merecer. Era tan...dichoso.

Permanecieron viendo la película, Neji sujetó el cabello castaño entre sus dedos y jugueteó con él, con tanta familiaridad. Algo que de forma normal, en la luz del día no haría. La oscuridad del cuarto le daba una seguridad que no creía tener. Adormeciendo su sentido de espacio personal y de vergüenza ¡Era bastante tímido! Algo que no podría admitir jamás, pero Tenten se había encargado de hacerle sentir tan...bien, que nada de lo que el hiciera podría estar mal. Hace más de un año que se conocían y este había sido el año mas feliz de su vida.

Neji era feliz estando con ella.

- Tú...-Un susurro llamó su atención.- ¿Te afectaría si yo me fuera?- Lo mencionó sin mirarlo.

Neji sintió una patada en el estómago ante esa pregunta. Entendió que se refería a la película, donde el hombre moría y dejaba sola a la mujer. Estaba ejemplificando eso en su vida. Un vacío agonizante se abrió en su garganta y un temor se impregnó en su pecho.

Neji ni podía imaginar una vida sin Tenten.

No ahora que había descubierto estos sentimientos que eran incontrolables. Que lo impulsaban a buscarla en cada oportunidad, la calidez de su mano, aquella mirada que solo parecía dedicarle a él. Su risa melodiosa y el hecho de que gracias a ella ahora era una mejor persona.

Neji Hyūga la necesitaba intensamente.

Sin embargo, ¿como podía transmitir eso? Intentó pensar en buscar su agenda pero no había palabras para indicar su sentir ante esa cuestión.

Las palabras no parecían hacerle justicia a todo el mar de emociones que se arremolinaban en su interior y que buscaban salir en cada momento. Además de que aquel manto oscuro volvería a su vida si se separaban de alguna forma. Había cosas que las palabras no podían decir, cosas importantes.

Bajo esta lógica surgió su relación. Él no podía comunicarse de forma normal y ella se había metido a su vida sin permiso, exigiendo, demandando y volviéndose necesaria. Entre ellos las palabras no eran indispensables.

Se movió en su lugar y con el dedo índice alzó el rostro femenino hacía él. Contempló sus rasgos faciales que tanto le resultaron atractivos con ayuda de la luminosidad de la pantalla. La ligera curvatura en el inicio de su labio como si estuviera sonriendo siempre. Su nariz, sus cejas que cobijaban y daba un aspecto más seductor a sus ojos. Que a simple vista podrían ser de un vulgar castaño pero si alguien los contemplara tanto con él se fijaría de las distintas tonalidades de café, mas oscuro en el exterior y mientras mas cerca de la pupila, eran mas claros, como ámbar derritiéndose. Su dedo recorrió el contorno de sus labios, sintiendo su interior ronronear. Acortó la distancia lo suficiente para estrellar con torpeza sus labios con los de ella.

Fuegos artificiales estallaron en su interior con violencia.

El contacto más placentero de la vida.

Contacto que fue proseguido por Tenten quien presionó sus propios labios con los de él. Neji decidió moverlos ligeramente, dejándose llevar. El beso que al inicio era un roce torpe e inocente, se convirtió en uno más suave. Sus labios encajando perfectamente, sintiendo la esencia del otro, probando de ese elixir del cual no podrían escapar jamás.

Su interior estaba en llamas, gritaba estupefacto. La atrajo mas hacía él y Tenten rodeó su cuello con sus brazos. El nudo en su garganta, el cosquilleo desenfrenado de su interior. Una fuerte sacudida a su espina dorsal. Cerró los ojos dejándose llevar por la tormenta de emociones que salían de cada uno de sus poros. Sus manos temblando ligeramente sujetaban la cintura femenina.

En ese momento toda su vida se vio resumida a se momento, a ese dulce, perfecto y abrumante momento. Y lo supo, entendió cuando sus labios junto con sus manos encajaron perfectamente en el cuerpo femenino.

Que Tenten era su destino y que no lo dejaría ir, jamás.



¡Hola queridos!

Les traigo la continuación de esta adorable historia, que justo este momento ha sido mi favorito en toda la obra, aún estoy muriendo de ternura.

¿Cuánto esperaron por esto? No podía aguantar para ponerlo.

Solamente quería hacer un par de observaciones.

No se si se han dado cuenta pero la historia, por ahora, esta ambientada en los años 90, por eso la agenda personal y el VHS, que era un aparato para reproducir las películas que eran cassette enormes. Quise manejarlo en esta época donde la falta de tecnología da un ambiente más romántico.

Espero sus votos y opiniones, debo traerles un nuevo capitulo este mismo mes y si es posible les traeré 2.

Os quiero ♡

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