Capítulo 32
Decido quedarme con Kat esta noche en su habitación de hotel. El desgraciado que intentó besarla despierta después de unos minutos y al vernos pone cara de horror y sale espavorido del cuarto. Kat llama su jefa y le explica lo que pasó. La conversación dura un largo rato hasta que por fin cuelga .
—¿Estás bien? —pregunto preocupado.
—Sí, es solo que… pensé que era un buen sujeto —dice cabizbaja.
—Es porque eres increíble y ves lo mejor en las personas. Ahora ven, vamos a descansar —le dije guiándola a la cama.
En ese momento mi teléfono vibra indicando que teléfono vibra indicando que acabo de recibir un mensaje. Lo reviso rápidamente: es de Rebecca indicándome que la policía acaba de atrapar a su ex y que regresó a su casa. No le contesto. Me alegro por ella y espero que todo salga bien, pero en este momento debo estar con Kat.
Nos acostamos en la cama quedando el uno frente al otro.
—Perdón por hacer una escena —dice apenada.
—Perdón por haber estado ausente tanto tiempo. El hotel me mantuvo ocupado y…
—Está bien, estás haciendo realidad tu sueño. —Me quedo callado unos instantes.
—Tú eres sueño —le digo besándola.
Abro los ojos en medio de la noche y extiendo mi mano buscando el cuerpo cálido de Kat, pero ella no está. En realidad se fue hace una semana de vuelta a Nueva York. Pero antes pasamos dos maravillosos días juntos: la llevé a los lugares más emblemáticos de Londres; fuimos a ver el nuevo hotel, la cosa estuvo un poco tensa entre ella y Rebecca, pero lograron superarlo; inclusive cenamos con mis padres. A mamá le encantó verla.
Lo malo es que esos días solo sirvieron para darme cuenta de lo mucho que la extraño y lo feliz que soy a su lado. Verla partir otra vez fue demasiado doloroso, pero lo que más me preocupa es que ambos volvamos a estar demasiado ocupados con nuestros trabajos y la ausencia vuelta a causar estragos en nosotros.
Desde que se fue no he dejado de pensar en que hubiera dicho ella si le hubiera pedido que se quedara. La verdad quise hacerlo más de una vez, pero nunca pude hacerlo… no lo creí justo para ella.
Y si soy yo el que se va… no, no puedo. Sacudo mi cabeza buscando claridad. Después de mucho tiempo por fin logré que mi padre me viera como un el hombre de negocios que siempre fui. Si renuncio a hora talvez nunca vuelva a confiar en mi. El hotel por otro lado está a punto de inaugurarse y puse mucho esfuerzo en él. Papá está realmente feliz con el resultado y eso es lo que siempre quise: verlo orgulloso de mí.
Sin embargo, cuando pienso en ser feliz solo Kat viene a mi mente. Me visualizo formando una familia con ella y sí me que en Londres eso talvez nunca se haga realidad .
Me levanto de la cama, me pongo un suéter y unos pantalones deportivos y decido salir a dar un paseo por el jardín trasero para despejar mi mente.
Voy caminando por el jardín alumbrado por farolas mientras contemplo las estrellas cuando un sonido capta mi atención, inmediatamente me pongo alerta.
«¿Quién podrá andar por aquí a estas horas de la noche? » Me pregunto.
Intento seguir el sonido que cada vez se hace más fuerte según me voy acercando. Escucho gemidos y sonidos guturales como si fuera algún animal herido.
El sonido proviene de un área floreada del jardín, no se puede ver mucho debido a una línea de arbustos que hay de por medio pero si se logra distinguir una estatua de Afrodita cubierta de musgo. Rodeo los arbustos para ponerle fin al misterio.
—¡Oh por dios! ¿Pero qué demonios están haciendo ustedes dos? —Me quedo petrificado y totalmente traumatizado. He sorprendido a mis padres, están desnudos teniendo sexo en el jardín trasero de una casa alquilada.
En cuanto hago la pregunta ellos detienen su acto y se ponen de pie, mi madre escondiéndose detrás de mi padre para que no la vea mientras que mi padre no tiene ningún problema en exponer su miembro.
—Cariño creíamos que estabas dormido -dice mi madre apenada.
—¿Acaso están locos? Hay empleados en la casa que podrían haberlos visto
—digo tratando de evitar mirar el cuerpo desnudo de mi padre.
—Hijo. tú madre y yo aún tenemos una vida sexual muy activa...
—No quiero escuchar eso, solo cúbranse —lo interrumpo, lo único que no quiero saber en este mundo es que tan activos son mis padres.
Mamá toma la manta en la que estaban recostados mientras que mi padre alcanza sus calzoncillos y se los pone.
—Listo, ya estamos cubiertos —anuncia mi padre—. Cielos, no sabía que eras tan pudoroso.
—¡Gracias! —«Por supuesto que soy pudoroso cuando se trata de la desnudez de mis padres» pienso.
—¿Te pasa algo hijo? —pregunta mi madre caminando hacia mí con expresión preocupada.
—Sí, bueno no; la verdad es que quiero hablar con ustedes sobre algo, solo que me sentiría más cómodo si estuvieran totalmente vestidos.
—Tonterías hijo, cuéntanos qué pasa —me insta mi padre restándole importancia al asunto—. ¿Es sobre tu chica?
—Sí, pero no es solo sobre ella, también es sobre mí y ustedes —digo sincerándome.
—¿Nosotros? —pregunta mi padre extrañado.
—Así es, yo me siento confundido. Siento que esta relación a distancia no nos está funcionando y yo la amo, pero no puedo pedirle que abandone todo por lo que ha luchado; y por otro lado están ustedes y el hotel. Por fin deje de ser un idiota y empecé a tomarme el trabajo en serio y eso hizo que se sintieran orgullosos de mí, no quiero decepcionarlos otra vez.
—Hijo —Mi padre se acerca a mí y me pone una mano en el hombro—, yo no estoy orgulloso de ti porque te tomaste el trabajo enserio, estoy orgulloso porque empezaste a tomar tu vida en serio. Es maravilloso que ya no des las cosas por sentado y el trabajo que has hecho en la empresa es formidable, pero no tienes que hacer lo que nos haga feliz a nosotros sino lo que te haga feliz a ti. Siempre te apoyaremos sin importar lo que decidas, siempre y cuando sea lo mejor para ti.
—Gracias papá. —Esta es la mejor conversación que he tenido con mis padres, exceptuando el hecho de que están semidesnudos, claro.
—Te amamos hijo —dice mi madre tiernamente.
—Y yo a ustedes.
Una semana después tomo el primer vuelo a Nueva York con la esperanza de sorprender a Kat. Llego al edificio en el que se quedan la mayoría de los empleados de la aerolínea en la que trabaja, su departamento está en el quinto piso así que atravieso la puerta de la entrada y tomo el ascensor.
Al llegar a su piso busco la puerta con el número 206 hasta que por fin la encuentro, tomo una bocanada de aire y toco la puerta. Una chica de pelirroja me abre la puerta.
—Hola ¿te puedo ayudar en algo? —pregunta la chica mirándome de arriba a abajo.
—Disculpa creo que me equivoqué de puerta, busco a Katherine Manson.
—Oh no, es aquí, espera un momento. ¡Kat, tienes visita! —grita la chica con acento sureño.
—¿Quién es? —grita ella a modo de respuesta, siento que mi corazón se acelera al escuchar de nuevo su voz.
—No lo sé, es un tipo guapo —contesta la chica. Me siento algo halagado de que me llame guapo y sorprendido de que Kat haya encontrado a la compañera perfecta para ella.
—Chico guapo, ¿qué chico guapo? —Va mascullando hasta que llega a la sala acompañada por Max y Peguie y se queda petrificada al verme parado en la puerta— Taylor, ¿qué haces aquí? —logra decir por fin.
—Tú fuiste por mí a Londres, ahora es mi turno —Ella no puede disimular más la emoción y salta corriendo a mis brazos, envolviendo sus piernas alrededor de mi cintura y sus manos alrededor de mi cuello. Nos besamos fervientemente por unos segundos hasta que un carraspeo de garganta nos recuerda que hay alguien más en la habitación.
—Hola —Ambos volteamos al unísono al escuchar la voz de la chica pelirroja parada junto a nosotros—, yo soy Laura, la compañera de cuarto de Kat y tú eres Taylor, ¿cierto? Pues mucho gusto y ya me voy para no seguir interrumpiéndolos.... Adiós —habla bastante rápido debido a su nerviosismo y se pierde detrás de una puerta sin darnos tiempo a decir nada. Como dije antes la compañera perfecta para Kat.
—¿Qué pasó con el hotel? Creí que te quedarías al menos un año más en administrandolo —me dice volteando la mirada otra vez hacia mí.
—Así es, pero ya no podía seguir lejos de ti.
—¿Y cuándo tienes que volver?
—No tengo que hacerlo, hablé con mis padres y he decidido trabajar por mi cuenta. Y estoy pensando en abrir un hotel aquí en Nueva York.
—¡¿Qué?! ¿Estás hablando en serio? —me pregunta incrédula.
—Muy en serio. Además no es lo único en lo que estoy pensando. —Entrelazo sus manos en las mías y respiro profundo—. Kat, ¿quieres casarte conmigo? —las palabras solo salen de mi boca sin ningún control pero ahora que las pronuncié me muero de ansias por escuchar su respuesta.
—No —dice separando sus manos de las mías y rompiendo mi corazón en mil pedazos.
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