Isabelle. Ese será su nombre. ¿Te acuerdas de aquella ocasión en que lo mencionaste?

Querías formar tu propia familia. Construirla pedacito a pedacito, reuniendo retazos de momentos felices, de enseñanzas que perduraran. Sí, ibas a tener todo resuelto antes de tus veintisiete. Te lo repetías constantemente, tratando de convencerte a ti mismo.

Isabelle fue el nombre que elegiste cuando te pregunté cómo se llamaría nuestra niña, si es que llegara ese día.

Isabelle fue el nombre que le di ni bien supe que ella vendría.

Una parte de mí desea que su llegada no se demore más. Es la parte que anhela estrecharla en mis brazos, susurrarle canciones de cuna y mecerla hasta dormir.

Otra, la que escribe estas palabras y se pierde en estos trazos, teme que venga a este mundo a sufrir. Como te pasó a ti. Como le pasó a mi madre.

Como me pasó a mí.