A Marshmallow World... ❄

Cuando llegaron fue Rosalina la primera en romper el silencio, contando como ella nunca había entrado a ese mundo, que desde el Planetarium, se veía como una bola de nieve gigante.

Cuando estos Destellos veían este planeta tenían un sentimiento de felicidad que nunca antes habían experimentado. Y se empezaban a comportar de forma muy "navideña".

Apenas ellos se levantaron de la sala, Rosalina empezó por asignarle a cada uno un Destello:

Rosalina: Okay. Empieza la operación "Salva la Navidad"

Luigi: Qué?

Rosalina: Como he entrado a demasiados mundos para ser verdad. Asignaré a cada uno de ustedes un Destello.

Mario: Pero solo somos dos

Rosalina: A ti te asignaré a Luma, el destello naranja, que te ha acompañado en una ocasión anterior.

Y a ti Luigi te asignaré a mi Destello, el mismo que siempre está conmigo, incluso cuando ningún otro me acompaña.

Yo iré sola, con mi varita en forma de estrella, ella me hará el favor de contactarme con sus Destellos para así cuando los tres entremos a diferentes partes de este mundo tan grande, los pueda localizar a los dos y así saber donde están.
Solo recurriré a está opción si no los encuentro por mucho tiempo.
El plan está en explorar el mundo, encuentren lo que puedan, es un total misterio lo que hay en este mundo.

Tenemos que encontrar a los que habitan en el y interrogarlos para saber por que cuando los Destellos avistaron este mundo se veía un polvo que levantaba como si el mundo se estuviera desvaneciendo.

Luigi: Un momento...
Por qué no nos contaste la historia de como llegaste aquí en principio?

Mario: Tiene razón, Luigi.
Tuviste que contárnosla

Rosalina: No hay nada que contar.
Estaba aquí, en el Observatorio como siempre cuando muy de lejos se veía como levantaba un polvo blanco, no era de natural.

Lo sé simplemente por qué los Destellos se alarmaron y no paraban de gritar:

"MAMI, TIENES QUE HACER ALGO!" Y "EL MUNDO DE LA NAVIDAD ES NUESTRO FAVORITO!"

No sé como combatir algo que pareciese que se desvaneciera solo, así que fui por ayuda.
A donde los únicos héroes que creía que podían ayudarme.

Mario: Nosotros?

Rosalina: Pues quien más. Yo nunca he visto ese mundo, no conozco a nadie allí.
¿Qué podía hacer?

Luigi: Supongo que es hora de que llames a los Destellos.

Rosalina habló con los dos Destellos, ellos parecían obedecer a lo que fuera que ella les pidiera.

Luego fue y le pidió a los demás Lumas que cuidaran el Planetarium.

Ella iba a estar en contacto con todos ellos por si algo pudiera pasarle al Planetarium por mientras tanto ella no estaba.

Y pidió que ellos hicieran contacto con Centella para que fuera de mensajera al Reino Champiñón para cuando terminaran de examinar ese mundo.

Seguramente la Princesa extrañaría a los dos fontaneros, sobre todo a uno de ellos en especial, en el cual confía para todo.

Rosalina lamentaba haber hecho ese escándalo en todo el Reino entero cuando hizo su entrada.

Ella no celebraba Navidad, le recordaba a su madre, la misma que descansaba ya debajo del árbol en la colina.
Que había prometido aceptar que esta la cuidaba hasta en los días de lluvia.

Para no sentirse melancólica nunca recuerda la Navidad.

Pero cuando hizo su aterrizaje al Reino recordó que en esta fecha a la princesa Peach se le ocurrían fiestas.

Pero era demasiado tarde para arrepentirse estaban a punto de entrar en el mundo de la Navidad.

"A mi madre le hubiera encantado que entrara al mundo de su festividad favorita."

Fue lo último que pudo pensar antes de sumergirse ante este mundo.

Rosalina: UNO, DOS..... TRES ¡YA!

Todos saltaron para meterse al mundo de la Navidad, con mucho cuidado ya que si caían fuera talvez nadie los volvería ver.

Desde la experiencia de Mario la entrada a este mundo fue llena de adrenalina.

Él había entrado a muchos mundos antes pero ninguna entrada le había gustado tanto como esta.

Tardó algunos momentos pero cuando se dio cuenta estaba cayendo sentado a demasiadas pulgadas de nieve.

Sintió como si su trasero se hubiera sentado en la almohada más cara que podía existir

La nieve de ese lugar era más suave que la seda.

Lo primero que hizo fue fijarse en el pequeño Destello que cuando vio a Mario estaba feliz de volver a verlo después de tanto tiempo.

Pero le dio la mala noticia de que perdió su gorra al segundo día de tenerla.

Ya no importaba en esos momentos.

Mario dio cuenta del frio que hacía en ese lugar.

Pero el Destello le ofreció calor cuando escucho vio los escalofríos de Mario.

Mario corría por todo el mundo pero no encontraba nada rara, todo estaba vacío, como si todos estuvieran en las casas.

Simplemente había mucha decoración, luces por todos lados y sonaba música en todo momento, navideña por su puesto.

Está canción era muy importante en ese lugar, como si de un himno se tratase.

Después de todo estaban en el mundo de la nieve....

Todos los árboles eran gigantes, en su mayoría pinos.

Todos decorados con luces y estrellas al puro filo del pino.

Cuando el pequeño Luma vio el primer pino, su instinto fue el ponerse en el lugar de la estrella hasta que la botó de encima del árbol.

Mario inmediatamente le dijo que pusiera
la estrella en donde estaba.

Había muchas montañas alrededor, obviamente cubiertas de nieve.

Encontraron una fuente de chocolate en lugar de agua y la estructura parecía ser de masa de galleta de jengibre, incluido el piso del lugar.

Todas las casas eran de dulce y tenían bastones en lugar de buzón donde la gente colgaba sus cartas.

Habían muchas casas, y todo tenía olor a menta y a pino.

Sin dudas el olor más navideño que había experimentado Mario.

Había una torre gigante con campanas, que sonaba cuando cambiaba de hora en ese mundo.

Pero el tiempo funcionaba de manera muy extraña en ese lugar.

Sonaban cada hora, mucho más veces que en el Reino Champiñón.

Puesto que habían muchas casas, Mario no quería tocar la puerta a ninguna.

Era Nochebuena.

Y no sabía que podían estar haciendo esa gente y cual sería su reacción.

No iba a querer arruinar una cena de Navidad o que lo confundieran con Santa Claus por la panza o algo por el estilo.

A lo lejos Mario vio un elfo pasar.

Era imposible alcanzarlo, corría demasiado rápido.

Mario le gritaba que esperará, que tenía que hablar con él.

Pero él elfo solo corría y decía cosas inentendibles.

Hablaba muy rápido, como si estuviera estresado por algo o como si ocupara llegar a un lugar lo antes posible.

Mario y el Luma lo persiguieron por mucho tiempo pero no podían alcanzarlo.

Ni siquiera sabían si el elfo sabía que lo estaban persiguiendo.

Un cambio de canción cuando la anterior terminó se hizo notable:

Al pueblo no parecía importarle que durante el día se pusiera música en todo el mundo.

A Mario le estaba empezando a dar la pinta de que el pobre elfo estuviera perdido y no supiera donde estaba

Hasta que después de unos momentos más tarde el elfo se metió en una casa hecha de galleta que tenía el titulo de "Administración" en la entrada.

La letra estaba hecha con lustre rojo y la puerta del lugar era literalmente chocolate.

Mario no sabía si entrar al lugar, pero Luma sí quería entrar así que Mario cedió.

Cuando entró al lugar se dio cuenta de que adentro de la acogedora y caliente casita. No se escuchaba la música de afuera.

Habían muchos elfos y todos se asustaron al verle.

Lo apuntaron con pistolas de bolas de nieve.

Y con arcos de bastones navideños.

El elfo al que venían persiguiendo habló:

Elfo: SEAS QUIEN SEAS PORQUE NO ESTÁS EN TU CASA EN NOCHEBUENA!?

Mario titubeaba:

Mario: Ehhh... ehhh... no soy... de este mundo.

Elfo: QUÉ??

De repente en la puerta detrás del mostrador se vio una sombra voluptuosa.

Había un pasillo con demasiados elfos apuntando a Mario con armas demasiado navideñas para ser verdad.

La sombra que ahora estaba en el piso se movió.

Y un ruido de alguien bajando las escaleras se escuchó...

Sra. Claus: Un momento, un momento...
Haya paz que es Navidad.

Mario solo podía dar las gracias por dentro

Sra. Claus: Bueno ¿les puedo servir en algo, a los dos?

Era la única persona que había notado a Destello, tenía lógica los demás duendes no le había puesto atención ni siquiera por 3 segundos.

Mario: Venimos en paz. Queremos hablar con el rey de este lugar.

Sra. Claus: Me temo que eso es imposible.
Mi amado esposo, dirige este lugar y hoy es Nochebuena! Es su noche más ocupada.

Mario: Con todo respeto, Sra...

Sra. Claus: No sabe usted quien soy yo!? 😳

En los años que tenía casada con Santa Claus nunca había encontrado a alguien que no la reconociera a primera vista.

Mario: Supongo que usted debe ser la esposa de Santa Claus.

Sra. Claus: Te equivocas, no soy simplemente su esposa.

Soy su ayudante, secretaria, consejera, cocinera, abogada, masajista, acompañante, paño de lágrimas, etc.

Mario por dentro pensó: "De verdad va a querer esta señora que le diga todas mis profesiones?"

La Sra. Claus continuó:

Y ahorita mismo tengo un problema que resolverle.

Duendes! Bajen las armas! Ellos vienen en paz.

La Sra. Claus se iba a retirar de aquel lugar por el pasillo, pero Mario la detuvo una vez más.

Mario: Señora! Insisto, tengo que ver al Sr. Claus.

Sra. Claus: Cariño, la única forma de ver a mi marido es con una cita previa y por tus ojos puedo ver que todo esto ha sido un imprevisto.
Con mucho gusto puede sacar una cita previa aquí mismo con el recepcionista.

Dijo acercándose al escritorio que estaba en frente de la entrada.

Ahí mismo estaba sentado un elfo que anteriormente estaba apuntando a Mario.

Su nombre era "Mint Bustlesledge" o eso ponía su ID que tenía colgado.

Mint: El campo más cercano en la agenda de Santa es dentro de........ 245 semanas.

Mario: Qué!?

Sra. Claus: Escúchame, puedo ver la bondad en tus ojos y sé que haces esto por algo aunque no sepa lo que sea.

Puedes acompañarme si quieres y te llevaré a mi casa. Ahí esta mi esposo, pero debes de ser muy breve y conciso.

Tengo que alistar unas cosas en el piso de arriba antes de que nos podamos ir así que espera sentado en la banca y le diré a los elfos que te traigan chocolate caliente.

El aterrizaje para Luigi había sido un poco distinto se había estrellado de cara a la nieve justo a la par del corral de renos

Cuando los renos lo observaron gritaron a Santa sobre otra lluvia de estrellas al ver a Destello pero no era así

Luigi había sido absorbido cuerpo completo con la nieve así que cuando Santa que estaba en la bodega del corral salió no encontró nada raro.

Obviamente Luigi se estaba congelando al estar a unas cuantas pulgadas de nieve blanca y fría.

Destello por otra parte no había sido tan absorbido por la nieve, pero se hizo el inmóvil para que los renos parlantes no notaran que se podía mover.

Cuando los renos se distraían, el Destello intentaba buscar a Luigi por la nieve pero el pobre fontanero estaba sufriendo algunas quemaduras por la nieve.

La verdadera ventaja es que tenían al mismísimo Santa Claus a la par, al que podrían interrogar.

Por último el aterrizaje de Rosalina fue el más importante y probablemente el más fácil, puesto que ella podía levitar.

Logró aterrizar con éxito encima de la torre más alta de todo el mundo.

Se podía ver todo por ahí, incluso veía la línea del tren llena de nieve.

A Rosalina le encantó tal paisaje, pero no era momento de que le encantara nada.

El techo de la torre era amplio, eso sí tenía un gran chapitel en el centro de la estructura.

Había una escalera incrustada a la estructura del techo así que Rosalina decidió bajar por ahí como era obvio.

Luego vio detalladamente las gigantes campanas que habían en el lugar.

Pensó seguidamente en lo que podía llegar a caber ahí y justamente empezó a sonar en el pueblo está canción:

Cuando empezó a sonar está canción Rosalina sintió euforia por la navidad al punto de que simplemente se tiro de la torre más alta a la nieve de abajo y empezó a hacer un ángel de nieve, no podía parar de reír. Se sentía como un niño con un juguete nuevo en Navidad.

Ella estaba encantada de haber por fin disfrutado un día navideño, luego se detuvo y se puso a pensar

"Ojalá mi mamá estuviera aquí..."

Pasados unos minutos la interceptaron lo que parecía ser unos guardias al ver semejante revuelo en una Nochebuena donde todos los habitantes del mundo estaban en plena cena de nochebuena.

Habían salido de la puerta de la torre por donde Rosi se había lanzado.

Por lo que sé ve era una especie de comisaría.

Lo que Rosalina no sabía es que estos muñecos soldados eran los dos unos cascanueces.

Soldado 1: A ver, a ver, a ver, señorita se puede saber por qué usted no está en la cena con su familia?

Soldado 2: Cena con su familia?

Rosalina: Cena con mi familia? Pues por qué yo no celebró navidad.

Los dos cascanueces se indignaron:

Soldado 1 y Soldado 2: *suspiro*

Soldado 1: Cómo se atreve? 🤬 No sabe usted que está es la fecha más importante del año??
Ahora vuelva a su casa.

Dijo el soldado mientras soltaba a Rosalina

Soldado 2: Vuelva a su casa

Rosalina: Yo no tengo casa aquí. Vivo en esa gigante nave que usted puede ver a lo lejos del cielo.

Dijo la también princesa mientras señalaba el Planetarium del Cometa que rotaba el mundo circularmente.

Soldado 1: MIENTE!!

Soldado 2: SIIII, MIENTEHH!!

Rosalina: Escuchen es suficiente charla ya.
Yo sé que están sorprendidos pero yo soy la protectora de todo el universo y vengo porque vuestro mundo está afrontando un problema. Ocupo hablar con su director.

Soldado 1: No ira usted borracha de rompope?

Soldado 2: MMMMHH ROMPOPE 🤪

Pasaron varios minutos y los incoherentes cascanueces seguían interrogando a Rosalina. Ella cansada de tanta charla no tuvo más remedio que hechizarlos a los dos para que se fueran y la dejaran en paz.
No sin antes que le dijeran quien dirigía ese lugar y donde se encontraba él.

Cuando le dijeron que lo dirigía Santa Claus ella pensó que eran más incoherencias de esos soldados. Pero el segundo soldado sacó un mapa que parecía legítimo y se lo entregó a Rosalina.

Ellos después de eso regresaron a la torre

Y Rosalina siguió su camino con el mapa se dio cuenta que la casa de Santa Claus quedaba un poco largo y hacía mucho frío.

Pero recordó que cuando estaban empacando Mario y Luigi para la aventura, ella tomó algunos power-ups rápidamente por si ellos lo necesitaban.

Ella usó la flor de fuego para darse un poco de calor en tanto frío.

Y luego usó su varita mágica para darle vida y tener así un nuevo compañero hasta que llegara a la casa del tan nombrado Santa Claus.

"Entonces mi madre no me mintió cuando me dijo que Santa Claus existía?"

Se preguntó a si misma mientras caminaba en la nieve rumbo a su destino.

Cuando la Sra. Claus llamó a Mario, él no podía creer lo que estaba viendo. Por primera vez en su vida se iba a montar a un trineo y mucho mejor de la autentica señora Claus.

Cuando la señora le dijo a Mario que se subiera al trineo.

Mario lo hizo rápido y emocionado:

Mario: Sra. Claus?

Sra. Claus: Sí?

Mario: Este trineo es el mismo de Santa?

Sra. Claus: Pues es uno de los tantos que tiene, la última vez que uso este para repartir en todo el mundo fue hace 32 años.
Pero yo le tengo un cierto cariño porque se lo hice yo misma como regalo de navidad.

Por cierto, ves a el reno que está solo en la primera fila?

Mario: Sí, por qué?

Sra. Claus: Es Rodolfo!

La señora Claus se río

Rodolfo: Hola Mario.

Mario: Cómo sabe mi nombre?

La señora Claus se reía cada vez más

Sra. Claus: Sabes Mario, ¡los Claus somos una familia mágica!

La señora Claus exclamó

Sra. Claus: Rodolfo, ya sabes a que velocidad ir.

El trineo se empezó a mover y está canción a sonar:

El trineo iba muy rápido, Mario ni siquiera estaba acostumbrado a ir en trineo y los renos ni siquiera estaban volando.

Mario sostenía al pobre Luma con las dos manos.

Pero realmente él lo estaba disfrutando, le encantaba el diseño del trineo, un hermoso trineo rojo escarlata con un acabado plateado y lamparas a los costados, la señora Claus se la pasaba riendo al ver la cara de Mario por la velocidad de los renos.

Montar a trineo no es fácil, le decía.

Ella le mostraba ciertos paisajes a Mario durante el viaje apuntando con el dedo.
Y Mario quedaba maravillado.

"Creo que a Peach le encantaría vacacionar en este lugar" pensó.

Mario estaba mareado, pero le llamo la atención un hermoso bosque que había en ese mundo, que incluso también tenía luz de navidad, realmente Mario estaba teniendo la experiencia más navideña que había tenido nunca y sabía que esto nunca lo iba a olvidar.

El viaje fue cosa de 15 minutos, pero para sorpresa de Mario no pararon en la casa de los Claus.

La parada fue para sorpresa de Mario en el corral de los renos.

Pero cuando llegaron pudieron ver al pobre Destello que había sido asignado a Luigi en la nieve tratando de desenterrar a Luigi.

Cuando Mario vio al otro Destello corrió a ayudarle y luego sintió a Luigi que estaba helado bajo la nieve.

Mario: Luigi!

Dijo mientras lo levantaba

Cuando la Señora Claus volvió de guardar a los renos en el corral de Santa lo vio:

Sra. Claus: Que pasa aquí! Quien es él?

Mario: Es mi hermano Luigi, pero supongo que cuando aterrizamos se estrello con la nieve y desde entonces está aquí....

"Me preguntó donde está Rosalina" se preguntó Mario a si mismo

La Señora Claus tocó a Luigi en la nariz con un dedo y él reacciono.

Los Destellos lo calentaron hasta que Luigi se pudo levantar.

Luigi: QUE FRÍO 🥶🥶🥶🥶

Mario: Hermano, te presentó a la señora Claus.

Luigi: Señora Claus mucho gusto, mi nombre es Luigi

Seguidamente extendió su mano

Luigi: Señora Claus? SEÑORA CLAUS??

Después de la realización se desmayó

La Señora Claus se río

Sra. Claus: Sabía que esto iba a pasar... en fin
Caminemos hasta la casa.

Mario llevo a Luigi arrastrado hasta la casa que no quedaba muy lejos del corral

Cuando vio la hermosa casa que tenía un letrero que decía:  "Casa de los Claus"

Era una casa muy bonita, navideña pero diferente a todas las demás del mundo.

Cuando la Señora Claus abrió la puerta, Mario pudo escuchar la voz de Rosalina al fondo...

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