Capitulo 1 🌻
—¡Sasuke, sal del baño! —rogaba Itachi, mientras daba golpes a la puerta del baño, esperando a que su hermano menor se dignara a salir.
—Cállate y déjame arreglar esta belleza a la que llamo rostro —contestó el menor, aun dentro del baño—. No creas que está piel libre de imperfecciones se consigue de un momento para otro.
—Por favor sal, aun ni siquiera me he duchado y ya es super tarde —dijo Itachi, tratando de imaginar lo rápido que tendría que ducharse una vez que Sasuke saliera del baño.
—Pobre cosita fea —respondió Sasuke, saliendo por fin del baño.
Justo cuando Itachi sintió que podría entrar al baño; se escuchó el fuerte gritó de su padre desde la cocina.
—¡Itachi, Sasuke, hora de irnos! ¡Solo nos quedan quince minutos! —les llamo su padre, causando que Itachi de verdad se sintiera una “pobre cosita fea”.
Los dos adolescentes fueron hasta la cocina, donde su padre ya había terminado de desayunar. Ahí fue cuando Itachi recordó que no solo iría a su primer día en su nuevo colegio sin haberse bañado, si no que también iría sin desayunar.
Bueno, tal vez si se apresuraba podría alcanzar a comer aunque sea un pan con mermelada y un vaso de leche. Tampoco es como si las cosas pudieran empeorar.
—Me equivoqué —habló Fugaku, viendo que hora era—. Itachi, deja el pan. Solo nos quedan ocho minutos.
Rápidamente, Sasuke y Fugaku salieron de la cocina, mientras Itachi vio por última vez el pan tostado, y pensándolo un poco, decidió que podría ir comiendo en el camino.
—Papá, ¿Se puede comer en el auto? —preguntó Sasuke, cuando vió a su hermano mayor con todo el paquete del pan tostado— Porque yo me acuerdo que nos habías dicho que no se podía.
Los dos mayores no le prestaron atención al anterior comentario, pues empezaba a hacerce tarde, así que para este momento a Fugaku le daba igual si Itachi iba comiendo pan tostado o preparando un asado.
—¿Si se dan cuenta que están ignorando al bebé de la casa? —volvió a hablar Sasuke, y una vez más nadie le contesto— Son unos groseros. Le diré a mamá.
Para su suerte, el instituto no se encontraba tan lejos de su actual hogar, por lo que no tomo mucho llegar.
Lo único que pudo hacer que el viaje se sintiese algo largo fueron todas esas quejas y reclamos de Sasuke, quien se hacía el indignado cada que no le respondían.
—Vendré por ustedes cuando salgan —hablo su padre, una vez que se detuvo frente de el instituto.
—Adios papá —se despidió Itachi, bajando a toda velocidad del vehículo. Sabía que con la suerte que se cargaba seguramente terminaría llegando tarde a su primera clase.
—¿Ves lo grosero que es? Por eso yo debería volverme tu hijo favorito —le dijo Sasuke a su padre, antes de bajar del auto y ver como Itachi corría a toda velocidad.
En estos momentos Itachi solo tenía dos pensamientos en su cabeza. Uno; que seguramente estaría oliendo a puro vómito de perro a causa de no haber alcanzado a bañarse, y dos: ¿Que sería lo que su mamá prepararía para la cena?
Ni siquiera se dió cuenta de cuando como había terminado tirado en el suelo y con un dolor en el brazo. Había chocando fuertemente contra uno de los estudiantes.
—¡Imbécil! —se quejo el chico rubio que Itachi acababa de tumbar al suelo.
—Perdón —soltó el azabache, volteando a ver al contrario mientras se ponía de pie.
—Tiraste todos mis libros, ciego de mierda —habló el rubio entre dientes.
—Lo siento, iba llegar tarde a mi clase. No preste atención al pasillo —Itachi volvió a disculparse, a la vez que trataba de ayudar al contrario a recoger todos los libros que había tirado.
—Sí uno solo de los libros se dañó tu tendrás que hablar con la maldita bibliotecaria. No pienso pagar ninguna de estas mierdas solo porque eres un ciego —dijo, tomando los libros que Itachi ya había rejuntado.
El azabache no se habían sentido tan regañado en mucho tiempo. Incluso sentía que ese molesto rubio lo iba a dejar diez minutos en la esquina del castigo.
—Para la próxima fíjate por dónde vas, ciego —añadió, con el ceño completamente fruncido.
—Ya te dije que lo siento —dijo Itachi, sintiéndose como un niño pequeño.
—Puto ciego —soltó el rubio entre dientes, siguiendo con su camino para poder llegar a la biblioteca de una buena vez.
Claramente ese chico explosivo no era la mejor elección para una amistad que alguien podría tener, pero a Itachi quería creer que ese muchacho era alguien muy agradable cuando no era chocado a la mitad del pasillo.
—Oye, espera —lo llamo Itachi, haciendo que esté volteara a verlo de mala gana.
—¿Que quieres? —preguntó molesto— ¿No ves que estos libros pesan? Deja de molestar.
—¿Cómo te llamas? —se apresuro a preguntar, antes de que el rubio empezará a insultarlo nuevamente.
—Cómo me pusieron —contestó, antes de retomar su camino.
Bien, Itachi no necesitaba nada más. Era súper claro que “Como me pusieron” no quería ni volverlo a ver, así que no insistió más.
Recordó que tenía una clases a las cuales llegar, y empezó a correr lo más rápido que pudo en dirección al aula donde tendría su primera clase. Cuando llegó un hombre de cabello plateado y semblante aburrido le abrió la puerta.
—No soy quien para decirlo, pero llegas tarde —le dijo el profesor, una vez que le hiciera una seña para que entrara al aula.
—No volverá a pasar —aseguró Itachi, entrando al aula y viendo que el único asiento desocupado estaba al lado de un peli-azul con cara de contar malos chistes.
La clase siguió en donde se había quedado antes de que Itachi llegara a interrumpir, bueno, hasta que otra persona llego a interrumpir.
Era el mismo rubio que Itachi había atropellado hace unos minutos, el cual tomo asiento al lado de un chico pelirrojo.
Para Itachi era casi imposible prestar atención a la clase. Cuando no se ponía a pensar en lo que su madre haría para cenar; jugaba a que su borrado y sacapuntas tenían un amor prohibido porque borrador estaba comprometido con lapicero de punta fina, y cuando dejaba de jugar volteaba a ver al rubio mientras se preguntaba si ese chico explosivo podría volverse su mejor amigo para toda la vida.
Una vez que las primeras clases terminaran y diera comienzo el receso; Itachi realmente se sentía aliviado, pero a la vez muy solo, y eso apesar de que no era el único comiendo su almuerzo dentro del aula.
—Hola —saludó Itachi a ese explosivo rubio, pues eran los únicos dentro del salón.
—¿Que quieres? —preguntó esté, sin despegar la vista de su teléfono. Parecía que estaba escribiendo algo.
—¿Te molesta que te acompañe? —cuestionó con una sonrisa, aunque sabía de antemano cuál sería la respuesta.
—Sí —contestó.
—Bien —y sin más, Itachi regreso a su lugar. Hacer un amigo sería más difícil de lo que había pensado.
No tienen ni idea de todos los recuerdos que me vienen a la cabeza (◕ᴗ◕✿)
Recuerdo que al final de cada capítulo de esta historia me ponía a insultar a los lectores tipo: “si no les gusto el capítulo me valen pura verga”, pero no se crean, yo les quiero (ʘᴗʘ✿)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top