IV LOS HERMANOS OKUMURA

Nos dirigimos hacia la Academia de la Cruz verdadera para conocer a los hijos de Samael.

-Manu-kun, ¿cómo pagáremos el ingreso?.

De eso no se preocupen, Kuro industries se encargará de toda esa parte, nosotros sólo debemos preocuparnos por ser Paladines en la Academia.

Cesia, Nero, Lucy, Naga, Kira y yo llegamos al lugar con nuestras maletas y demás, de inmediato hubo una explosión y un chico que salió volando cayó enfrente de Cesia, ella lo ayudó a levantarse, pude notar la mirada que él tenía cuando ella lo ayudó, y estaba seguro de que para él eso fue amor a primera vista, tristemente, Cesia no sintió lo mismo.

-hola...- dijo el chico temblando de nervios.

-hola, soy Ce... *la interrumpí*.

No debemos decir esos nombres, usemos, los nombres comúnes. Cesia asintió.

- soy Liora Vanessa, mucho gusto...

-Rin... mi nombre es Rin Okumura.

Espera, ¿tu eres Okumura?

-sí, ¿cómo lo sabes?- en ese preciso momento, todos intercambiamos miradas.

Eres el hijo del exorcista Shiro...

-el hijo de Satán- dijo Kira asombrada.

-¿cómo es que lo saben?.

Podría decirse que para nosotros eres como una celebridad.

-¡¡¡¡¡niii-saaan!!!!!- Yukio salió corriendo hacia nostros, miró a Kira y hubo un intercambio de miradas, esta vez, los dos quedaron enlazados.

Yukio se olvidó también de su objetivo y se dirigió a Kira.

Ahhh.... parece que debo de tomar cartas en el asunto. Rin recordó que estaba en medio de una pelea contra un demonio muy fuerte, salió en pique a toda velocidad, pero cuando llegó, no había nada.

Llegas tarde Okumura, te olvidas de una batalla solo porque viste una chica bonita... No llegarás a ser un paladín de esa forma, será mejor que forjes un carácter, fuerte y no te desconcentres, si quieres tener oportunidad contra mí debes ser fuerte y muy, pero muy centrado en lo que haces. *me alejé épicamente*

-¡¡oe!!, ¿quién te crees como para hablarme de esa manera, yo soy Rin Okumura, el...

-hijo de Satán- aparece Shura con estilo, muy melodramático.

¿Uh?. Ya veo, así que eres tú; la tipa que me interrumpió antes exterminar a Bacchus, el demonio estafador... ¿qué quieres?, dilo y vete, esto es entre Okumura y yo.

-si te involucras con mi amigos, te involucras conmigo- sonríe ella, acto seguido, Ekik va y se presenta...

Liora va y trata de calmarnos a Rin y a mi, acto seguido, se queda hablando con Rin.

*pensando* Oigan, nadie se ha dado cuenta de que hubo una explosión y apareció un demonio en la Academia.

Dejé que todos se quedaran discutiendo y hablando, entonces, me fui a enfrentar al demonio que tenía en frente.

-¿Quién se supone que eres?- me dijo ese inútil con cara aterradora.

Un don nadie que vino por tu cabeza.

-jajaja... JAJAJAJAJAJA!!!!!- apareció enfrente mío en menos de un segundo, me pateó y me sacó volando, continuó con un bombardeo, seguido de un combo de ultra golpes... se reía como si hubiese ganado; en uno de sus ataques me estrelló contra el suelo, me levanté fácilmente, estaba sangrando por la boca, escupí y cuando volteé, estaba al frente de mi... chocamos puños y le... destruí la mano entera, sin fuego, a "mano desnuda" saqué a Kurokage y lo enterré en su corazón, de inmediato, una explosión de sangre negra me cubrió todo, fue... INCREÍBLE.

Rin, Yukio y Shura se habían olvidado por completo de lo que estaban haciendo, por lo menos hasta que llega Mephisto.

-Shura y los hermanos Okumura, humillados, por un solo hombre- dijo Mephisto en tono de burla.

-¿de qué rayos estas hablando?- dice, Shura.

-alguien apareció y derrotó al demonio que ustedes no pudieron vencer, un hombre común lo destruyó de un puño igual a como si tuviera una espada, igual a como lo harías tú, Rin Okumura.

-disculpa, ¿sabes el nombre del hombre que acabó con el demonio?- preguntó Liora curiosa por saber de quien se trataba.

-su nombre... es Esteban.

-Manu-kun...

-¿eh?, ¿lo conocen?

-sí, venimos con él.

-espera, el demonio fue derrotado- todas las miradas se dirigieron hacia Rin en forma, irritada y sarcástica.

Y hasta ahora te das cuenta Okumura... que patético *aparece Esteban*.

*Liora le pega en la cabeza a Esteban*.

¡¡Ouch!!, eso duele sabes.

-sí, y si no quieres otro mejor cállate.

Oye, que acaso es mi culpa que lo que el dijo fuese una estupidez.

Ella me miró con su cara de "tienes diez segundos para huir", al segundo, salí corriendo y Liora me persiguió.

-oye, ¿Nicole?, verdad, te puedo hacer una pregunta, ¿ Qué hay entre Esteban y Liora?- Rin estaba interesado en saber mas sobre Liora, sin embargo, a Niko no le agradaba la idea de que Rin y Liora salieran, pero... como ella es pura y no miente, le dijo la verdad.

-entre Manu-kun y Liora no pasa nada, solo son amigos muy cercanos, es todo- Rin se sintió aliviado en ese segundo...

-Rin...

-si Nicole.

-espero entiendas, pero... Manuel lleva enamorado de ella más de 15 años.

-y ella... ¿no siente lo mismo?.

-no tengo la menor idea, Liora siempre guarda secretos, aunque, casi siempre se los cuenta a Manuel.

-ya veo...

Al terminar el día, hablé con Mephisto y nos inscribí en la academia, nos acomodó en el mismo edificio de los Okumura y... Shura, y al estar en la fiesta de bienvenida, se me acerca Mephisto y me pide que hablemos en privado.

-dígame la verdad, amo Lucifer.

No me sorprendía que el lo supiese. *aplausos de mi parte*

me impresionas Mephisto, lograste encontrar mi identidad en menos tiempo de lo que creí, se puede saber cómo.

-ja... creyó que no reconocería a Kurokage, la espada del primogénito del dios demonio.

no sabes cuanto odio que me mencionen como el primogénito de Satán y primer rey del inframundo, apréndete esto de una vez para la próxima no tener problemas; yo no soy el rey del infierno, sí, soy el primogénito de Satán, mas no soy el rey del inframundo, a parte… no me llames Lucifer.

-eso es lo que me gustaría pensar, sin embargo, no puedo hacerlo, puesto que, Satan... se convirtió en el dios del inframundo.

Mephisto me dejó sin rechistar, yo ya lo sabía, pero no quería aceptarlo.

Esperaba que no lo supieras... ja, pinche malnacido.

Al llegar el siguiente día fuimos a nuestra primera clase.

-que día nos espera ¿no, Enrique?, ¿Enrique?- le decía Kira a Ekik, pero él aun seguía pensando en Shura.

-Shura...

-Enrique... ¿Que fue lo que dijiste?*cabreada*.

Ekik, te recomiendo que empieces a correr.

-claro que sí- *sale corriendo*.

-¡¡vuelve aquí!!.

Niko lo persiguió por toda la institución hasta que volvieron a nosotros, entonces, agarré a Nicole y la carge en mi hombro para que no molestara más.

Llegamos al salón, pero cuando lo hicimos, no había nadie, parecía pueblo fantasma.

Bien, menos mal no hay nadie, tengo que decirles algo... nos vamos a ubicar en lugares diferentes, no debemos mostrar mucha relación.

Al empezar las clases nos presentaron. Yukio empezó un discurso tan largo y aburrido que, a los 15 minutos, Ekik estaba, dormido de pie, al igual que Liora y Lucy, yo solo me recosté en el tablero esperando a que él terminara de hablar, quise que fuera pronto porque yo también me estaba quedando dormido.

30 minutos después

Todos (hasta los demás en el salón) nos quedamos dormidos, me desperté y lo primero que vi... Fue que hasta Yukio se había quedado dormido, miré a Rin y noté que había una chica de sejas grandes recostada en su pecho, traté de levantarme, sin embrago... no podía, miré hacía la ventana y de inmediato algo entro, era un Occulus (ojo demonio flotante), no me pareció raro verlo, pero sí, que le salió un cuerpo que se veía igual al de un hombre quemado por un incendio, me sentí extraño, pues, estos nunca tienen cuerpo, entonces me dí cuenta de que aún permanecía dormido, desperté de una vez por todas y ví el piso, acto seguido, Ekik me baja de su hombro.

¿Qué pasó?.

-Sorein- responde un joven de cabello rubio con negro.

-nos dormimos con el discurso de Okumura-sensei y él llegó a nuestros sueños y comenzó a asesinar a nuestros compañeros- El chico reaccionó y pensó algo.

-oye... si nuestros sueños estaban conectados como uno, ¿por qué no vi a ninguno de ustedes, ni siquiera a ti Okumura- los chicos y yo intercambiamos miradas.

Volvamos. Me dí la vuelta para irme, pero el chico me agarró del brazo y no me dejó ir.

Te lo advierto, tienes tres segundo para soltarme; uno; dooos.... y tres, lo pateé y lo dejé al otro lado de la habitación.

-¡¡¡¿por qué hiciste eso?!!!- Rin me levantó agarrándome de la chaqueta del uniforme y lanzándome contra una pared, trató de ocultar sus llamas pero su ira no lo dejó.

-Llamas azules, lo que estaba buscando- Sorein se hizo presente, materializandose.

-así que tu eres el hijo de Satán, un placer, yo soy... el terror de Skutengarth- *Sorein nos mira*.

-¿Por qué nadie me dijo que aquí hay mas de uno de los hijos de Satán?- alcé mi cabeza fijandome hacía el techo para hacerlo mirar; el cayó en mi trampa estúpidamente, de inmediato saqué a Kuro y a Kage y les enterré en el craneo.

-¡¡¡Aaaaa!!!...- Sorein se encendió en llamas rojas por la sangre de todas sus víctimas.

¿Llamas rojas?-e intrigó el hecho de la existencia de unas llamas rojas.

-esto no me va a detener, quedé así por culpa de las llamas de Satán y hasta que cobre venganza no mori...- *Nero salta y le decapita con Excalibur*.

Ahora ya esta mucho mej... *Rin me pega un puño en la cara y me manda a volar.

Cálmate Okumura te aseguro que no quieres hacer esto.

-créeme que sí quiero- Rin salta y trata de pegarme una patada.

-¡Rin!- Shura llego para detener al demonio; sacó su espada y la empuñó contra él, no creas que te voy a dejar hacer esto.

-y... no creas que me importa- Rin manda a Shura por los aires.

-¡¡Shura!!- Ekik salta para recoger a Shura.

-¡Debes parar esto Rin!- Ekik ya estaba cabreado.

Rin sale corriendo para golpear a Ekik en la cara; para desgracia de él yo ya estaba cabreado, detuve su puño y le devolví una patada.

-así me gusta- él saltó y vino a toda velocidad, esquivé su golpe.

Estas lleno de ira, así nunca me vas a vencer, soy el monstruo nacido en las sombras y la luz. Lo cogí del brazo y le empecé a pegar rodillazos en el estomago hasta que se soltó, desenvainó la Kurikara y casi me la clava en la cabeza, de no ser por mi rápido movimiento, lo habría logrado, pero igualmente, esa espada no me puede hacer daño, puesto que solo mata demonios no ángeles caídos, cogí la Kurikara por la hoja y mi mano empezó a sangrar, no me importaba, así que se la arrebaté y la tiré, miré a Yukio y él también estaba en llamas, me descuidé ese segundo y Rin lo aprovechó, me mandó contra un edificio de la academia, luego, me disparó hacia el cielo, y terminó impulsandome a la tierra, hice un hueco del tamaño de un tanque militar; me levanté y... saqué a Kurokage.

-Manuel, no exageres... Manuel...- Liora me miró con miedo, pues, no era yo en ese momento, mi iris se puso blanco y mi ojo en sí, negro; Yukio le pasó la Kurikara a Rin y apenas cayó en su mano, estrellé a Kurokage contra ella, un duelo se inició, el primogénito de Satán, el Gran caído, contra el crío de las llamas azules, me pasé de la raya, separé a Kuro y a Kage, mis estocadas con ambos eran letales, era seguro, si Okumura fuera humano, habría muerto… hace rato, terminé por estrellar su cabeza contra el piso, entonces Liora me pegó una patada en la cara y me hizo destruir una torre entera.

-¡¡¡MANUEL ESTEBAN PALACIOS SINISTERRA, YA CALMATE!!!- me levante de nuevo, en un segundo aparecí atrás de Okumura, al otro, atrás de Liora y luego de Yukio, todos tres se veían sin alma, con un miedo infundido como si el mismo Dios en persona estuviese presente; terminé detrás de Nero y me desmayé sobre su espalda.

-oji-san... *sonríe* en verdad haces honor al nombre de primogénito de Satán.

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