Carta #55

Hola detective Javier Hernández.

"Sabes Ester, Siempre ame esos hermosos ojos"

Dije para después posar el cuchillo en su ojo derecho. Lo metí debajo lentamente, luego lo saqué de su cuenca. Saqué de mi bolso una botella mediana de vidrio, metí su ojo ahí para conservarlo.

"También Ester, no sabes lo horrible que se siente que te aplasten el corazón" la mire fingiendo tristeza.

Tomé el cuchillo y abrí su abdomen, ver toda esa sangre salir, hermoso color carmesí. Ella gritaba pero sus gritos eran ahogados gracias a el pañuelo. Metí mi mano en su abdomen.

Sentí varios de sus órganos, no muy bien ya que traía guante, pero sentía que se movían para dejarme pasar, llegué hasta sus pulmones, sentí algo que se movía rápidamente.

Bingo.

El corazón.

Lo agarré y lo jale con todas mis fuerzas hasta arrancarlo.

Cuando lo saque dejó de palpitar en mi mano, miré a Ester y pude ver como sus ojos se apagaban y su vida se iba. Sonríe victorioso.

Puse el corazón en el suelo y con el martillo lo despedace, supongo que pensaron que eren resto de carne ya que sólo quedó picadillos muy pequeños, casi líquido.

"Ahora estamos a mano, Ester"

La adrenalina corría por mis venas, tanto, que no me detuve hasta ahí. Comencé a golpearla en el rostro y apuñalarla en diferentes partes de su cuerpo.

Era hora de irme.

Me despedí de ella.

Queme toda mi ropa cuando llegue a casa, en la chimenea.

Sin rastros.

ATT : Asesino Anónimo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top