Lo quise.

Lo quise. 

Tanto lo quise que le sonreía, mimetizando su sonrisa al estar conmigo. 

Tomaba su mano y al puro roce algo electrizante dentro de mí se encendía, como almas que por fin se encuentran , se reconocen y saben que deben estar juntas. 

Lo quise en la forma inexplicable que es el amor, sin palabras o números, solo sentimientos. 

De esa forma en que no sabes por qué, pero sabes que sucede. 

Cuando te das cuenta de que en realidad hay algo más profundo que dos personas y una atracción. 

En la manera en que te das cuenta que es feliz contigo, pero aun más importante, tú eres feliz con él. 

En el momento en que descubres a sus ojos mirándote sin razón, a sus labios buscando a los tuyos sin explicación, a su corazón palpitando más a prisa por el tuyo. 

Quererlo por el simple hecho de hacerlo. 

¿Qué si lo merecía? ¿Qué si él a mí? 

Lo nuestro era tenernos y saber con certeza que no era cuestión de merecer, era cuestión de querer. 

Y es que si lo quería, ¿acaso importaba merecerlo? 

Porque el amor no es cuestión de puntajes, tampoco es cuestión de premios, es cuestión de bienestar. 

Era cuestión de que si él estaba conmigo y yo con él, ambos estábamos bien. Sabíamos que así debía ser. 

Él era un alma en busca de amor y yo ciertamente lo era también. Así que, si bien es cierto que en nuestro camino al amor nos encontramos, también en ese camino fue donde nos enamoramos. 

Porque buscamos el amor como el final de un sendero, pero la verdad es que el amor es el viaje. 

Hay mil caminos diferentes, unos largos y otros cortos, pero todos verdaderos. 

Como quien solo lleva un día de camino y llega o quien lleva cincuenta años y aun continua. 

Y es que una vez que dejas de pensar en un fin y disfrutas el durante, ves que sin duda ese es el inicio del amor. 

El amor no es un lugar; el amor es un momento, un sentimiento, una persona.

Y debo decir que no me daba cuenta, solo sabía que lo quise. 

Lo quise en nuestro recorrido al final. 

Lo quise en nuestra ardua búsqueda del verdadero significado del amor.

Lo quise en nuestros chistes y sonrisas. 

Lo quise en nuestros roces y besos. 

Lo quise en nuestro bien mencionado "nosotros"

Lo quise y afortunadamente... 

Él me quiso también. 

¿Qué si ahora nos queremos? No lo sé, lo que sé es que nos recordamos. 

Ahora estamos en caminos diferentes y nadie asegura que volveremos a estar en el mismo, pero tampoco nadie lo niega. 

Lo que sí sé es que nos quisimos y eso fue más que suficiente. Y si no lo fue para él, lo fue para mí, porque bien sé que le recuerdo y aun algo se mueve. 

Lo quise y eso es todo lo que importa. 

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