La joven peli negra caminaba lentamente hacia Pueblo Crampón junto al Team Yell. Ya había vuelto durante el desafío de los gimnasios, pero esto era diferente. Ahora volvía con las manos vacías, después de haber perdido contra su mejor amigo. Esto a la chica no le importaba. Victor se había ganado la victoria limpiamente y ella tan solo no había estado a la altura, eso era todo. Lo que le preocupaba de verdad eran las miradas de decepción que tendría que soportar de camino a casa. Este pensamiento logró hacerla detenerse en cuanto logró ver su pueblo natal a la lejanía.

Team Yell ♂️: ¡Venga, Roxy, no te preocupes!

Team Yell ♀️: ¡Eso, eso! ¡Estamos contigo para todo lo que necesites!

Team Yell ♀️2: Si lo que te asustan son esos brutos que apedrearon a tu amigo, que sepas que ya los han detenido.

Team Yell ♂️2: O al menos a todos los que han identificado...

Team Yell ♂️3: ¡Eso no era necesario decirlo!

Team Yell ♀️: Aunque no lograste convertirte en campeona, sí te has ganado una gran reputación y has destacado entre otros aspirantes.

Roxy: - conservando su inexpresividad - Supongo que tenéis razón.

Avanzaron hasta llegar al pueblo y allí los recibieron con los brazos abiertos. Los lugareños y Nerio felicitaron a Roxy por su esfuerzo y a la chica se le escapó una sonrisa tímida al comprobar que no tenía de que preocuparse.

Una vez acabadas las felicitaciones, los hermanos empezaron a caminar hacia su casa. Sin embargo, lo que pilló desprevenida a Roxy fueron las miradas de reojo de algunos transeúntes junto con los susurros de varios grupos de persona. Por primera vez en mucho tiempo, la chica se esforzó en verse inexpresiva, pues eso le había afectado demasiado.

Nerio vio a su hermana y no notó ningún cambio en su expresión o en su lenguaje corporal, pero solo por si acaso posó su mano sobre el hombro de su hermana.

Nerio: No les prestes atención. Tú no has hecho nada malo.

El camino se hizo más largo de lo esperado, pero finalmente llegaron a su casa. Roxy colocó su mochila en una silla del comedor, camino hacia su cuarto y simplemente se dejó caer sobre la cama.

Pasó un tiempo en el cual ella simplemente se quedó mirando al techo preguntándose que haría ahora. Sacó su SmartRotom y revisó sus contactos buscando alguien con quien hablar. Todos eran de Pueblo Crampón y lo que menos le apetecía a Roxy en aquel momento era hablar con alguno de ellos. Sin embargo, ya cuando casi todas las letras del abecedario se habían acabado, encontró el nombre de alguien con quien sí le aptecía hablar.

Victor: ¿Roxy?

Roxy: Hola.

Victor: ¿Pasa algo?

Roxy: ...

Victor: Sabes que si pasa algo me lo puedes contar, sea lo que sea, ¿no?

Roxy: - en su característico tono inexpresivo - Gracias, pero no pasa nada. Tan sólo quería hablar con alguien.

Victor: Uff, menos mal. Me alegro de que estés bien. ¿De qué querías hablarme?

Roxy: Ya he llegado a Pueblo Crampón.

Victor: ¿Cómo ha ido?

Roxy: Podría haber ido peor.

Victor: Tú tranquila. Seguro que se les pasa rápido. No parecen ser mala gente.

Roxy: Eres demasiado bueno. Incluso siendo tú, se me hace raro que pienses así después de lo que te hicieron.

Victor: Todo el mundo ha tenido algún desliz.

Roxy: ¿Cuándo has hecho tú algo malo?

Victor: Me colé en las instalaciones de una empresa.

Roxy: Eso no cuenta. Bueno, cambiando de tema. ¿Qué has estado haciendo?

Victor: No mucho. Me he dedicado a descansar y a acudir a las entrevistas y reportajes.

Roxy: Desventajas de ser un héroe legendario, ¿no?

Victor: Ja, ja, ja. ¿Y cómo te ha ido a ti?

Roxy: Tengo pensado heredar el gimnasio de Nerio.

Victor: ¿A sí?

Roxy: Sí, así el podrá dedicarse a la música y yo podré seguir entrenando. También intentaré darle un lavado de cara al pueblo.

Victor: Me alegra mucho oír eso. Estoy seguro de que serás una gran líder de gimnasio.

Roxy: Gracias.

Charlaron durante un buen rato hasta que finalmente la llamada terminó. Eso sí, antes de colgar ambos prometieron llamarse más seguido. Roxy no hubiera podido estar más contenta con esta decisión. Incluso Victor lo notó pese al tono inexpresivo que la joven suele manejar.