Paul III: El Maxiárbol
Sonia: Entonces, ¿decís que en Alola comenzaron a abrirse unos agujeros en el espacio tiempo?
Lylia: Sí.
Sonia: Y que aparecieron unas criaturas que podrían suponer un peligro para la población, pero por suerte él - refiriéndose a Elio - y la interpol lograron detenerlos.
Elio: Sí y fue muy difícil.
Sonia: Y ahora, sin ningún motivo aparente, han empezado a parecer en Galar y habéis venido a detenerlos.
Tilo: ¡Exacto!
Gladio: ¿Era necesario hacer una recapitulación completa?
Paul: Es algo difícil de creer.
Ariette: ¡Sois increíbles! ¡Jamás había escuchado algo como Ultraente! ¡Me encantaría ver alguno!
Elio: Pues yo desearía no volver a verlos nunca.
Lylia: Oye, recuerda que Nebulilla también es un Ultraente.
Elio: Sí, pero él no cuenta.
Ariette: ¿Esta aquí? ¿Puedo verlo?
Gladio: No. No sabemos como podría reaccionar la gente al ver un pokémon del que no se conoce nada.
Ariette: Pues vaya.
Lylia: Bueno, lo importante es que no se lo contéis a nada.
Sonia: Está bien, pero no creo que nadie nos fuese a creer de todas formas.
Elio: Opino lo mismo.
Paul: Bueno, si necesitáis ayuda con algo podéis pedirnosla.
Tilo: Muchas gracias.
Sonia: ¿Los Ultraentes esos aparecen en el Supernido Dinamax? Porque yo tenía pensado estudiar el lugar. ¿Qué os parece si colaboramos? Si juntamos mis conocimientos sobre el Fenómeno Dinamax junto a vuestra tecnología e información seguro que resolvemos el problema en un santiamén.
Lylia: ¡Es una buena idea!
Gladio: Entonces ven con nosotros.
Ariette: ¿Puedo ir yo también? Tengo muchas ganas de ver a esos Ultraentes.
Gladio: Ya te he dicho que no.
Tilo: Tienes que tener más tacto al hablar, Gladio.
Sonia: Paul, ¿podría pedirte un favor?
Paul: Por supuesto.
Sonia: Coge un par de buscanodos e instálalos alrededor del Árbol Dinamax. Me vendrán bien para estudiarlos más tarde.
Paul: Dalo por hecho.
Peony: Oye, ¿no os estaréis refiriendo al árbol ese gigante?
Sonia: Pues sí, es ese.
Peony: ¡Eso es increíble! Tenía pensado ir por allí en el Tour Legendario.
Ariette: Ya estamos otra vez con eso.
Peony: Dicen que hay unos pokémon muy poco comunes por esa zona. Al parecer devoran los frutos gigantes como si fuesen poca cosa.
Sonia: Extraño. En principio no debería de haber ningún pokémon capaz de digerirlo sin vomitarlo antes.
Paul: Yo me encargo de comprobar si es real. ¿Os importa si os acompaño a ese Tour Legendario?
Peony: Me has caído bien, así que por mí no hay problema.
Ariette: Yo... ¡También voy!
Peony: - ilusionado - ¡¿En serio?!
Ariette: No me malinterpretes. Prefiría quedarme a hacer Aventuras Dinamax, pero esos Ultraentes parecen realmente peligrosos.
Peony: Bueno, pues mañana a primera hora partimos.
Gladio: Nosotros también saldremos pronto.
Elio: ¡¿Qué?! ¿No podríamos descansar un poco más?
Gladio: No te he traído para que te la pases durmiendo.
Todos los presentes fueron a descansar a sus respectivas habitaciones en el hotel del pueblo y no se vieron hasta el día siguiente.
Por la mañana, Peony comenzó a aporrear la puerta hasta que Paul hasta que se despertó. El chico rápidamente se vistió y preparó todas sus cosas para marchar.
En la salida de Villa Helada, no sólo le esperaban Peony y Ariette, sino que también estaban Elio y Lylia.
Paul: Pensé que vosotros no vendríais.
Lylia: Ya, es que nosotros dos somos ultraunseúnte y los cálculos tienen que ser muy precisos, así que nos tuvimos que ir para no provocar errores.
Elio: Antes de que lo preguntes. Un ultraunseúnte es una persona que ha cruzado uno de esos agujeros interdimensionales y ha quedado marcado por la radiación. Se supone que con el tiempo se pasa, pero han pasado meses y aún estamos igual.
Ariette: ¿Cómo es el lugar al que llegasteis?
Elio: Es una especie de bosque sombrío con árboles de cristal. A la que te distraías estabas sufriendo la falta de oxígeno. Se podía respirar, pero era muy costoso.
Lylia: Fue horrible.
Ariette: ¿Y cómo llegasteis allí?
Lylia: Fue todo gracias a Nebulilla. Cuando estemos alejados del pueblo si quieres puedes verlo.
Ariette: ¡Muchas gracias!
Peony: ¿No será tan peligroso como el del otro día?
Elio: Tranquilo, es uno de los pokémon más bondadosos que he conocido.
Paul: Bueno, vamos saliendo ya.
Peony: Claro.
El grupo comenzó su caminata hacia el colosal árbol. De camino, encontraron a un pokémon que a Paul le sorprendió ver.
Paul: ¡Un Amaura!
Ariette: ¿Qué pasa con ese pokémon?
Paul: Es un pokémon fósil. ¿Lo habrá liberado algún entrenador?
Peony: No creo. Allí hay más.
Un grupo de varios Amaura caminaba sobre la nieve.
Lylia: Ayumi se volvería loca intentando registrar a cada pokémon.
Elio: Si Ayumi hubiese venido con nosotros, ya la habríamos perdido.
Lylia: - riéndose - Pues también es verdad.
Ariette: ¡Fijaos! ¡También hay un Aerodactyl salvaje!
Elio: Ese Aerodactyl es mío. ¡Wyvee! ¡Baja un momento!
El Aerodactyl descendió hasta estar junto a ellos. Entonces su entrenador comenzó a acariciarle la cabeza.
Paul: ¿Por qué lo tienes fuera de su pokeball?
Elio: Porque le gusta mucho conocer y sobrevolar nuevos lugares. Además, se lo prometí a su entrenadora.
Paul: ¿No es tuyo?
Elio: Sí y no. El me quiere y me obedece como si fuese su entrenador, pero la mayor parte del tiempo la pasa junto a su entrenadora original. Yo de tanto en tanto me lo llevo de aventuras, a conocer nuevos lugares o a combatir con formidables oponentes.
Paul: Se me hace raro que te tenga tanto cariño.
Elio: No es mérito mío. Es en los momentos más peligrosos cuando entrenador y pokémon adquieren gran conexión.
El grupo avanzó hasta llegar a una zona donde la nieve comenzaba a desaparecer. También encontraron un templo derruido.
Peony: Oh, tenía pensado que nuestra siguiente parada fuesen estos templos.
Ariette: ¿Por qué iríamos a unos templos ruinosos?
Peony: Hija, deberías saber que los mayores tesoros siempre están en templos ruinosos.
Pasado más de una hora, se encontraban frente al Maxiárbol. Mientras Paul instalaba los buscanodos, el resto se sentó a descansar bajo el árbol.
Mientras el joven investigador terminaba su tarea, Ariette pasó corriendo junto a él.
Paul: ¿A dónde vas?
Ariette: He visto un pokémon increíble y voy a acercarme a verlo más de cerca. Creo que es uno de esos fósiles.
Paul: Ten cuidado, alguno de ellos son muy agresivos.
Ariette: ¿Por qué no vienes tú también?
Paul: Lo siento, estoy muy ocupado. Si no quieres pedirselo a tu padre, seguro que Lylia o Elio te acompañan.
Ariette: Si les pido que me acompañen mi padre pensará que es peligroso y no me dejará ir. Ya me sorprende que haya accedido a que me aleje un poco. Pero, si te lo pido a ti no se dará cuenta.
Paul: Me encantaría Ariette, pero estoy algo ocupado con esto.
Ariette: Vamos, ya llevas mucho rato con eso. Tómate un descanso y ven conmigo.
Antes de que pudiera negarse, Ariette agarró a Paul del brazo y lo arrastró sin que el pudiera oponerse.
Paul: ¿Cuál dices que es ese pokémon?
Ariette: Que extraño. Juraría haberlo visto por aquí.
El suelo retumbó al son de unos pasos detrás de ellos.
Ariette: Yo no pienso darme la vuelta primero. Hazlo tú.
Paul: Está bien.
Con pokeball en mano, Paul se giró lentamente para ver a un enorme Tyrantrum detrás de ellos. El pokémon estaba preparado para atacarles en cualquier momento.
Paul: Esto es malo. Va a tocar combatir.
Ariette: Espera. Déjamelo a mí.
Paul: ¿Sabes combatir?
Ariette: Tú tranquilo. Me las apañaré.
Ariette sacó a Gastrodon y Paul reconoció el pokémon al instante.
Paul: ¿Eso no es...?
Ariette: ¡Exacto! Es el Gastrodon que os encontrasteis en la Aventura Dinamax. Mi padre me lo regaló porque dijo que prefería los pokémon tipo acero.
Paul: Vaya, ahora me siento mal por haberme quedado al Bisharp.
Ariette: No te preocupes. Tiene pokémon para hacerse tres equipos enteros.
Paul: Ya veo.
Ariette: Oye, podrías ayudarme un poco. No intervenir directamente, solo darme algunos consejos.
Paul: Claro.
Ahora sí, con la ayuda de Paul, comenzó el combate. Tyrantrum asestó un poderoso gigaimpacto y Gastrodon le redujo el ataque con golpe rastrero. Tyrantrum este turno descansó y Gastrodon aprovechó para atacar con cascada. Otro gigaimpacto más logró derrotar a Gastrodon, por lo que Ariette sacó a Kingler. Mientras Tyrantrum descansaba Kingler usó martillazo. Kingler ahora resistió un gigaimpacto y contraatacó con martillazo, dejando a Tyrantrum muy débil. Ariette usó una ultraball logrando capturar al pokémon.
Paul: Nada mal para haber sido tu primer combate.
Ariette: En ningún momento he dicho que lo sea.
Paul: ¿No lo ha sido?
Ariette: ... Sí, ha sido mi primer combate real. Pero eso no importa.
Paul: Volvamos ya que yo tengo que acabar de colocar los buscanodos.
Ariette esta vez si le hizo caso a Paul y regresaron junto al árbol. Al poco tiempo, Paul se sentó junto al resto a la sombra del gigantesco árbol para descansar.
Paul: ¿Habéis encontrado algo?
Peony: - decepcionado - No.
Ariette: Sabía que al final no encontraríamos nada interesante.
Rápidamente se pusieron alerta al escuchar el grito de un pokémon. Era Wyvee y este se veía algo serio.
Elio: ¿Qué pasa, amigo?
Wyvee: Ro-Dac-Ro - a su vez giró la cabeza apuntando en una dirección y asintió hacia allí.
Ariette: ¿Entiendes lo que dice?
Elio: Lo suficiente. Escondámonos tras esa piedra. Parece que vienen los pokémon que buscábamos.
Una vez escondidos tras la roca, el grupo permaneció en silencio. No pasó mucho tiempo hasta que hizo acto de presencia el pokémon que buscaban. Una enorme figura negra volaba alrededor del árbol mientras devoraba uno de sus frutos. Tenían que hablar en susurros para evitar alertar al mistorioso pokémon.
Paul: ¿Eso es un Moltres? Se parecen en figura.
Elio: Creo que no. El que capturó Istvan era bastante distinto, ¿verdad Lylia?
Lylia: Sí, pero se parecen mucho.
Peony: Veis, os lo dije, eran reales.
Paul: Fijaos. Allí viene otro.
Ariette: Y por eso lado otro más.
Dos nuevos pokémon entraron en escena. Uno naranja y corredor, y otro morado que se mantenía en el aire sin siquiera batir las alas.
Lylia: Ese es muy parecido a Articuno.
Paul: Y el otro se parece a Zapdos.
Elio: ¿Son formas regionales?
Paul: Tendría sentido. Se supone que esos frutos no son comestibles, pero quizá al ser pokémon legendarios hayan podido adaptarse.
Ariette: Pues al final tenías razón, ¿eh papá?... ¿¡Papá!?
Antes de que se diesen cuenta, Peony se encontraba caminando hacia los pokémon legendarios.
Peony: ¡Eh, aquí! ¡Venid un momento! ¡Nos gustaría veros más de cerca!
Elio: ¿Qué está haciendo?
En un rápido movimiento, un rayo ocular de Articuno dejó completamente inmóvil a Peony.
Paul: Ya no queda de otra, es momento de combatir. Ariette, tú llévate a Peony a un lugar seguro.
Ariette: Jo, yo quería veros pelear con las aves legendarias.
Paul: Si te das prisa quizá puedas.
Elio: Muy bien. Es el momento de combatir.
Mientras Ariette se llevaba a su padre a un lugar seguro, los entrenadores fueron a enfrentarse a los pokémon.
Lylia: Yo voy por Articuno. Tengo experiencia lidiando con ellos.
Elio: Pues yo iré por Moltres. Wyvee tiene muchas ganas de combatir y estoy convencido de ese Zapdos es tipo lucha, lo cual no ayudaría.
Paul: Pues nada. Ya me encargo yo de Zapdos.
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Lylia empezó con Crystal, su Articuno de Kanto. Articuno causó un daño enorme con poder pasado y Crystal atacó con rayo hielo. Lylia cambió a Pika, su Pikachu, y este recibió el poder pasado. Pika asestó un poderoso rayo que logró derrotar al pokémon
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Elio comenzó con Wyvee. Wyvee usó avalancha y Moltres atacó con furia candente, causando ambos un gran daño. Elio no se contuvo y Wyvee usó el Movimiento Z Aplastamiento Gigalítico a partir de avalancha, logrando derrotar a Moltres rápidamente.
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Paul comenzó con Corviknight y este recibió una patada relámpago que redujo su defensa antes de poder usar pico taladro. Otra patada relámpago dejó a Corviknight muy dañado, aunque logró asestar otro pico taladro. Paul cambió a Cinderace y este recibió una patada relámpago más que redujo su defensa. Un potente balón ígneo asestó de lleno dándole la victoria a Paul.
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El pokémon, como mecanismo de defensa, redujo su tamaño hasta desaparecer, pero dejó tras de sí un extraño objeto. Era un gran pedazo de madera maciza. Paul lo agarró y se dio cuenta de que pesaba bastante.
Paul: ¿Qué es esto?
Lylia: ¿Los vuestros también lo han soltado?
Elio: Creo que encajan.
Efectivamente, al juntar los tres se formaba una especie de cojin extraño y seguramente poco cómodo. Ariette, que desde lo lejos lo estaba viendo todo, tuvo que gritar para que pudiesen escucharla.
Ariette: ¡¿Ya está?!
Paul: ¡Sí! ¡No ha sido tan difícil como creí!
Elio: Los pokémon legendarios están algo sobrevalorados. Digo, claro que suelen ser más fuertes que el pokémon promedio, pero no dejan de ser pokémon. Tienen una habilidad, algunos incluso oculta; pueden aprender unos movimientos definidos, pero solo conocer cuatro al mismo tiempo; tienen un tipo fijo, nunca más de dos; tienen las mismas características que el resto... En definitiva, los pokémon legendarios deberían dejar de ser vistos como semidioses.
Lylia: ¿Te has quedado a gusto?
Elio: ...Sí.
Paul: Llevémonoslos. Si las guardaban será por algo.
Ariette: ¡Oye, Lylia!
Lylia: ¡¿Qué?!
Ariette: ¡¿Puedo ver ya a ese Ultraente?!
Lylia: ¡Claro!
Lylia sacó una ultraball de su bolsa y dejó salir al imponente Nebulilla. El pokémon rápidamente le dio un lametón en la cara a su entrenadora y ella empezó a acariciarle la melena.
Elio: Tan cariñoso como siempre.
El pokémon se acercó y también lamió su rostro.
Después de que Ariette admirase a Nebulilla por un rato, todos regresaron al pueblo cargando ayudados por sus pokémon al inmóvil Peony junto con las piezas de madera.
Para cuando llegaron a la villa, Peony ya era capaz de moverse por su cuenta, aunque aún tenía congeladas un par de articulaciones. Dejaron todo en la habitación de Peony y fueron a una cafetería a tomar algo caliente.
Peony: Bueno, ¿qué os ha parecido la primera parada del Tour Legendario?
Ariette: Tengo que admitir que ir de exploración es bastante divertido. Sobretodo ahora que no somos sólo papá y yo.
Lylia: Yo me lo he pasado muy bien.
Elio: Sí, además Wyvee parece haber disfrutado de las vistas.
Paul: Bueno, la derrota de las aves legendarias ha sido muy anticlimática, para que mentir.
Lylia: Ya. Cuando me enfrenté a Crystal casi morí.
Elio: No tenía intención de devorarte, solo buscaba proteger su territorio. Por tanto, te hubiera congelado y sabes que antes de que murieses yo hubiese ido por ti.
Lylia: No lo dudo. Suerte que ahora al menos puedo cuidarme sola.
Ariette: Creo que si yo hubiese combatido contra alguno de ellos, probablemente no estaría aquí.
Peony: No digas eso, hija. Sabes que siempre tendrás a tu padre protegiendote.
Ariette: ¡Pero si tu fuiste el primero en caer por tu torpeza!
Peony: Vamos, no te pongas así.
Paul: No creo que muchos entrenadores pudiesen hacerle frente a una amenaza como ellos. Suerte que nosotros somos bastante fuertes.
Peony: Bueno. ¿Cuál prefería que sea nuestra siguiente parada: los templos derruidos o el antiguo castillo del Pokémon Rey?
Paul: ¿Has dicho pokémon rey?
Peony: Sí, tengo entendido que es un antiguo pokémon cabezón con gran poder. Dicen que era capaz de mover bosques enteros. Hay una estatua por allí.
Ariette: Papá, ya te he dicho que eso son sólo cosas que se inventan para atraer a la gente.
Paul: ¿Dónde dices que está la estatua?
Tras echarle un vistazo a la estatua, notó que no coincidía con la descripción que daban los lugareños. No solo eso, estaba construida con el mismo tipo de madera que los fragmentos que portaban las aves legendarias. Era extraño que algo de tanta antigüedad se mantenga en tan buen estado teniendo en cuenta que está construido de madera.
Con ayuda de sus pokémon, colocó los tres fragmentos sobre la cabeza de la estatua y, tras un brillo azul, se unieron como si siempre hubiesen sido una sola pieza. Con eso un escalofrío recorrió la espalda de Paul.
De la estatua de madera que antes se conservaba en perfecto estado, comenzaron a crecer musgo y pequeñas flores.
Paul: ¿Q-Qué está pasando?
Hojas provenientes de los arbustos escarchados comenzaron a volar envueltos en destellos azulados. Paul no dudó en seguirlos sin entender que estaba ocurriendo. Las hojas le habían sacado mucha ventaja, pero frenaron su avance hasta que el chico se acercase.
Ya alejados del pueblo pero sin salir de la zona de nieve, las hojas escarchadas comenzaron a girar imitando a un tornado. Los destellos azules se convirtieron en una luz cegadora que obligó a Paul a taparse los ojos. Cuando la luz se disipó, las hojas volaron en múltiples direcciones, creando vida allí donde caían. Un pokémon igualito a la estatuta flotaba frente a Paul.
Paul: ¿E-Eres el Pokémon Rey?
La criatura se giró y miró a los ojos al joven entrenador, el cual no pudo evitar desviar la mirada por la presión que ejercía.
Pokémon Rey: Ca... Caly...
Paul no entendía que quería decirle, pero se atrevió a sostenerle la mirada, una mirada imbuida en una determinación que cualquier entrenador podría identificar. Una mirada que restaba a desafiar a todo aquel con quien hiciera contacto visual.
Paul: ¿Q-Quieres combatir? ¿Por qué?
Pokémon Rey: Ly... Carex...
Paul: No entiendo que está pasando, pero confío en ti, así que te haré caso.
Paul comenzó con Bisharp. El Pokémon Rey usó pulso cura, aunque no tuvo efecto pues los PS de Bisharp estaban al máximo, y este no sería tan amable y sin dudarlo asestaría un tajo umbrío. El pokémon rey intentó usar psicocarga, pero a Bisharp ni siquiera le afectó el ataque y siguió con su ofensiva atacando con tajo umbrío. En este momento Paul regresó a Bisharp a su pokeball al ver que su rival no tenía la mínima intención de atacarle.
Paul: ¿No querías combatir? ¿Por qué no me atacas?
Pokémon Rey: Rex... Caly... Ly...
Paul: No te entiendo.
Zamazenta salió de su pokeball sin su forma armadura y rápidamente se arrodilló ante el pokémon rey.
Paul seguía sin comprender nada. Empezaron a escuchar unos pasos y al girarse vieron a Peony, Ariette, Elio y Lylia llegar junto a ellos.
Peony: Veo que has encontrado al pokémon cabezón. ¡Sin duda tienes un don para esto!
Ariette: ¿Este es el Pokémon Rey? Me he encontrado ya cuatro pokémon legendarios hoy y no son más que una decepción tras otra.
Lylia: Vamos, Ariette. No seas tan dura con el pobre pokémon.
El Pokémon Rey voló hasta estar frente a Peony. Con un simple gesto, provocó que comenzase a levitar rodeado de una intensa aura azul.
Ariette: ¡Papá, ¿estás bien?!
¿Peony?: Saludos a todos, mi nombre es Calyrex.
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Nota del escritor: Siente que la aparición de las Aves Legendarias de Galar haya sido tan lamentable, pero quería mostrar que Paul, Elio y Lylia no son unos entrenadores cualquiera, sino que son top mundial y ya han salido victoriosos de enfrentamientos todavía más complicados.
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