Gloria 0: Dispuesta A Ganar

Era un día tranquilo en Ciudad Pistón. Los jóvenes de 13-14 años salían tranquilos de sus clases, alegres y a la vez tristes, pues era el último día de colegio y quizá no se volvían a ver. Algunos hablaban sobre seguir estudiando, otros preferían heredar un negocio familiar, algunos tenían pensado participar en el desafío de los gimnasios para conocer pokémon, gente y otra faceta de ellos mismos... Gloria se parecía a ellos, pero ella no iba sólo a participar en el desafío de los gimnasios, ella iba a completarlo.

Sus compañeros se despedían de ella mientras corría hacia la salida. Tras atravesar todo el camino hasta su casa, entró a su habitación y se quitó rápidamente el uniforme de la escuela para ponerse un pijama rosa mucho más cómodo. Seguido a eso, agarró un gran bolso marrón y comenzó a guardar todos los objetos que había ido recolectando. Realmente no era necesario que se diese tanta prisa, pero la chica sólo podía pensar en partir hacia Pueblo Par. Cuando se lo comentó a sus amigos de la escuela ellos no entendían porque iría a ese lugar si el desafío de los gimnasios comenzaba, precisamente, en Ciudad Pistón. Ella respondía que allí había pokémon débiles que podría capturar y se harían muy fuertes al evolucionar, además de que allí había una famosa tienda de bayas que podría serle de utilidad. En el fondo, lo que más ilusión le hacía era poder volver a ver a Paul y Victor. Desde que la chica se mudó a Ciudad Pistón apenas se habían visto un par de veces. Gloria jamás pudo crear vínculos con nadie de su nuevo colegio tan fuertes como los que tuvo con ellos. En la escuela de Pueblo Par a la gente le extrañaba verla con ellos, siendo los chicos tan nobles y justos y ella tan despreocupada por el resto. Incluso sus métodos de combate eran totalmente diferentes. Gloria les enseñó lo que eran los movimientos de estado y cómo utilizarlos, mientras que ella aprendió a usar pokémon más orientados al ataque directo; ayudándose mutuamente a crecer. Gloria tenía claro que no estarían todo el desafío de los gimnasios juntos, pero realmente quería volver a verlos.

Mientras terminaba de organizar sus cosas sus padres tocaron a la puerta.

Gloria: Podéis pasar.

Mamá: Hija, queremos hablar contigo...

Gloria: ¿Qué pasa?

Mamá: Quería preguntarte una cosa. ¿Qué harás cuando termine el desafío de los gimnasios?

Gloria: Para cuando termine el desafío de los gimnasios seguro que seré campeona.

Esta respuesta provocó una expresión orgullosa en su padre, aunque su madre no parecía especialmente contenta.

Mamá: Hija, ¿te has planteado que podría no ser así?

Gloria: Sí, pero por ahora he de hacer todo lo posible por ser campeona. Si no resulta, pues ya pensaré que hacer. ¡Pero estoy segura de que lo conseguiré!

Mamá: Tan lista y tan estúpida a la vez. Te pareces a tu padre - esto último lo dijo riéndose.

Gloria y su padre: ¡Oye!

Papá: Si tan segura estás no nos queda otra que apoyarte. Cógelo. Considéralo un regalo de cumpleaños adelantado.

Gloria agarró la pokeball y de esta salió un Eevee que miró fijamente a su nueva entrenadora. Esta, incapaz de resistirse ante tanta ternura, lo abrazó y el pokémon se restregó contra su rostro.

Papá: Confiamos en ti, pero no te presiones. Ganes o pierdas, nosotros te querremos igual.

Gloria: Vale, vale, podéis ahorraros el discurso genérico. Muchas gracias por el regalo, cuidaré de él.

Todo el tiempo que quedó hasta la noche Gloria se la pasó jugando con Eevee, al cual tenía pensado evolucionar en Umbreon.

Al día siguiente se levantó, se puso su boina verde junto al resto de su ropa y partió junto a Eevee hacia la estación de tren. Al poco tiempo ya se encontraba en Pueblo Par. Para ser precisos, en la casa de sus abuelos donde antes vivían ella y sus padres.

Pasaron varios días donde lo único relevante que hizo fue capturar a un Nickit que intentó robarle. Quería ver a Paul y a Victor, pero no quería buscarlos como tal, quería que se encontrarán por casualidad, sino no sería tan especial. A apenas unos pocos días de que empezase el desafío de los gimnasios estaba empezando a plantearse dejar su orgullo a un lado y preguntar por sus amigos cuando de repente vio a un Fletching volando sobre ella. Aprovechando su gran puntería y potencia de lanzamiento, agarró una pokeball y la lanzó contra otra que también buscaba capturar a Fletching. Sin embargo, otra pokeball si logró capturar al pokémon pájaro. Cuando Gloria se acercó para ver quien había sido, los encontró. Eran ellos, sus amigos. Los había echado de menos y por fin se habían vuelto a reunir.

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Nota del escritor: En las curiosidades de mi historia "¡Yo seré el Campeón!" se me olvidó mencionar un par de detalles sobre el Eevee de Gloria. Primero, es que se lo regalasen sus padres por su cumpleaños hace referencia a un Eevee que regalaron si ibas a una tienda cuyo nombre no recuerdo y demostrabas que ese día era tu cumpleaños. Además, el que Gloria quisiese tener a un Umbreon y por error acabase evolucionando en Sylveon, se me ocurrió porque a mí ya me pasó eso una vez.

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