{Capítulo 16 parte 2}
Era un salón bastante amplio, con una iluminación rojiza desde la entrada hasta el escenario donde una banda tocaba algo para amenizar el ambiente.
Entre tantas mesas en las que decenas de escritores junto a sus invitados comían, nuestros protagonistas bebían un poco en una mesa central. Muchos de los invitados se quedaron perplejos al ver al "fenómeno" Luzbel Goetia, entrar acompañado de tres mujeres sumamente bellas entre las cuales estaba la sorprendente Agatha Petrov.
Los murmullos de todos los invitados sonaban en el ambiente con bastante fuerza; algunos era de admiración, otros sólo eran de sorpresa, y la mayoría de envidia y celos. —Es muy lindo este lugar. El viernes será cuando anuncien al ganador del festival, no? —Corina preguntó, era notoria la sorpresa que abundaba en su mirada por el imponente salón.
—Asi es Cora, además el viernes será nuestro último día en Ciudad Imperial así que intentemos disfrutar lo que nos queda.
—¡Muy buenas noches a todos! De parte del Festival Internacional de Literatura de Ciudad Imperial, es un gran honor para mí dar inicio al baile en honor a todos los talentosos escritores y escritoras que hacen posible está velada. Por favor denles un gran aplauso.
Agatha se puso de pie extendiendo su mano a su asistente; Ana se ruborizo pero tomó la mano de Aga y empezaron a avanzar por la pista de baile con una sincronía perfecta, tan propio de Agatha.
—Me alegra que hayas llegado a la ciudad. —Dijo la mujer de pelo color ceniza tomando a la joven por su cintura hasta conectar sus cuerpos como uno sólo. —Yo solamente voy a complacerte, Agatha. —Ana contestó ajustando sus lentes tímidamente. Petrov sonreía con gentileza por ver el suave rostro de Ana al tiempo en que giraban por la pista.
—Eres tan linda, nunca me cansaré de decirte lo bella que eres Ana.
—Basta por favor, me dejas sonrojada Aga... Yo te amo señorita Petrov.
La música entonces cambió a ritmos más movidos; as parejas aceleraban sus pasos a medida que la canción iba a en aumento, unas vueltas por aquí y cargadas por allá se podían ver en toda la pista de baile. Agatha se acercó aún más a su asistente mientras que esta última se aferraba a la espalda de su jefa para seguir bailando en sus vaivenes.
—Se nota que ellas lo disfrutan. —Dijo el escritor mirando a su amiga junto a los demás escritores y personas que estaban danzando. —Venga ya ¡Vamos a bailar, Luz! —Exclamó Corina con una sonrisa cálida invitando a Bel. Lüzbel Goetia, un hombre de hielo que con el pasar del tiempo esa capa de frío se fue derritiendo en parte gracias a Corina y al resto de sus nuevos amigos. —Sabes que, tienes razón ¡Vamos!
...
Lucas🎨
Tan rápido como llegué a Ciudad Férrica, tome mi maleta y salí corriendo a mi casa. Le había prometido a Luz que haría lo correcto y empezaría por contarle a mi madre el error que sucedió. Me dolía llamarlo error pero en ese momento no tenía una forma de llamar a mi caótica situación.
Cuando estuve delante de la puerta mi mano temblaba tanto que parecía tener alguna especie de tic nervioso. Al final me armé de valor y golpee la entrada de mi casa. —¡Lucas! Que alegría verte hijo ¿Qué haces aquí? No se supone que llegabas en unos días? Pasa, pasa. —Tan pronto como entré a la casa; dejé caer mi maleta al suelo y me heche de rodillas con lágrimas en los ojos pidiéndole perdón a mi madre que me veía extrañada y asustada.
—Ay mi Lucas, ¿Qué tienes? Dime.
—Yo... Yo lo arruine todo. Soy un idiota.
—No, no lo eres. Dime que esta pasando por favor.
—Fue mi culpa. Rouse, mi novia... Ella está embarazada. —Solté la noticia sin contenerme; al fin y al cabo no había forma de decirlo con sutileza y mi cabeza estaba esperando todas la reacciones negativas posibles de mi madre. Cosa que no pasó. En su lugar solo tomó mi rostro entre sus manos levantando mi cara para que viera a sus ojos. —No voy a negar que estoy muy decepcionada de ti Lucas, creí que sabías sobre embarazos no planeados... Bien. Vas a tener que ir a hablar con los padres de Rouse.
No fui capaz de decir una sola palabra, el llano estaba atorado en mi garganta; además, tampoco podía abrir los ojos sin dejar que las lágrimas me dejaran sin visión. —Ve a tomar un baño, después saldrás a ver a Rouse y a su familia. Debes hacer lo correcto, hijo. —Dijo mi madre acercándose a mi para darme un abrazo. Era increíble, después de darle una notícia tan fuerte ella seguía firme y cariñosa como hacía tantos años que no la había visto así.
Luego de tomar un baño estaba sentado sobre mi cama secando mi cabello mientras intentaba pensar con más calma sobre mi situación. Miraba por la ventana esperando a que una respuesta llegara mágicamente; sabía que imposible pero aún así deseaba que llegara una respuesta. Me armé de valor y salí de mi cuarto para ir a casa de Rouse; debía verme con ella antes de ir a hablar con su familia.
Rouse había ignorado mis llamadas luego de contarme sobre su embarazo; no se lo dije a Cora ni a Luzbel para no asustarlos, quizá ya estaba suficientemente asustado yo cómo para decirles.
Y me encontraba a una calle de llegar a casa de Rouse. Estaba muy nervioso para poder seguir caminando; aún así seguí avanzando hasta estar cara a cara con la puerta. Di un par de golpes a esta esperando a que alguien respondiera pero nada pasó, volví a intentar y no hubo respuesta. La tensión que estaba sintiendo me consumía por dentro hasta que el sonido de la puerta abriéndose me sacó de mi tormento. Era una empleada de servicio que me miraba como si fuera de esos vendedores de puerta.
—Le puedo ayudar en algo?
—...Si, necesito hablar con Rouse.
—Lo lamento pero, no puedo dejarlo pasar. La familia Amery salió de lq ciudad hace poco. Le pido que se vaya por favor.
Sentí aquellas palabras como si de un cuchillo atravesado se tratase. Entré en piloto automatico, sólo me disculpe con aquella mujer y salí de la entrada de la casa. —"¿Dónde está Rouse?" —Me preguntaba mientras rodeaba la inmensa cada hasta fijarme en la alcoba del cuarto de mi amada noté las puertas cerradas y sus flores marchitadas que indicaban que en verdad ella y su familia se habían ido.
Caminaba por las calles sin rumbo fijo hasta que mis pasos me llevaron a mi vieja escuela de artes. La idea fugas de que Rouse estaba en su estudio escribiendo algún poema o esperándome con algún almuerzo y que haríamos el amor sobre la alformbra era lo que me hizo escabullir como solía hacerlo. Delante de su ventanan le eché un vistazo al estudio y me quedé helado pues todo estaba vacío; ya no había nada de Rouse en ese lugar.
Me adentre al estudio vacío para estar dentro de la escuela y poder encontrar a alguien que pudiera darme alguna razón de donde estaría mi chica hasta que un grito de un guardia me detuvo. —¡Hey tú! ¿Qué crees que haces? —No tuve más opción que salir corriendo para no meterme en más problemas de los que ya tenía. No creía que las respuestas estaban tan cerca de mi.
Mientras corría lejos de la escuela, cruzando la esquina choque contra una chica que venía hacia mi. Caimos ambos al suelo, disculpándome con la señorita y ayudándole a ponerae de pie llevándome una sorpresa.
—Lucas? Eres Michael Lucas, verdad? ¡Eres el novio de Rouse!
—¡Si! Sabes donde está ella? No he podido encontrarla por ningún lado y tengo que hablar con ella.
Esta chica cambió su rostro asombrado por uno más bien de resentimiento, cosa que no entendía hasta que volvió a hablar. —Ven conmigo. —La seguí hasta lo que creo era su casa, bastante pequeña y noté donde vivía sola. Una casa de estudiante.
—Rouse me contó todo. Se que está embarazada así que dime. ¿Qué quieres?
—Quiero estar con ella. Por favor dime donde está.
Sacó entonces una pequeña grabadora de bolsilla que lanzó a mis manos. No lo pensé dos veces y rebobine la cinta para escuchar el mensaje.
—"Hola Lucas, soy yo. Rouse. Quizá en este momento estés muy confundido tanto como yo... Sé que esta noticia del embarazo nos tomó por sorpresa a ambos así que viajé a Ciudad Luna para tener a nuestro bebe, mi amor. No le dije a mis padres que tu eres el padre para no causarte problemas. Y no te preocupes por Emily, ella es mi mejor amiga y puedes confiar en ella totalmente. Te amo Lucas. Y no aguanto las ganas de que vengas a vernos a mi y al bebe. Te esperaré aquí en Ciudas Luna, cielo."
—Bien, Lucas. Ahora que sabes donde está ¿Qué vas a hacer?
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