XIV

Te vi entrar como cada mañana pero algo en tu rostro había cambiado. Me sorprendí pero no le di importancia, él ya no estaba, nadie más te haría daño conmigo aquí.

Sin preguntarte me planteaste el móvil en la cara. Él te había escrito para vernos al final de las clases.

Le quité importancia y te dije que conmigo allí nada ni nadie nos haría daño.

¿Acaso aquellos pétalos
tenían alguna maldición?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top