Capítulo Veinte

Milk se puso de rodillas en el centro del colchón y él hizo lo mismo, despacio, como si tuvieran todo el tiempo del mundo. Ninguno de los dos dijo nada, pero no tenían que hacerlo, porque todo estaba en sus ojos: sus emociones, sus deseos, sus penas porque el tiempo había terminado.

Era una noche diferente, Goku lo sintió en cómo lo tocaba Milk, como intentando memorizar sus rasgos.

Y él estaba haciendo lo mismo. La besaba como si quisiera recordar su sabor para siempre.

Se colocó sobre ella, apoyándose en los codos para mirarla. Casi se rindió a lo inevitable. ¿Era el momento de decirle que sus sentimientos por ella eran profundos? ¿Pedirle que su relación fuera permanente? ¿O decirle que podrían verse en París, por ejemplo? Un fin de semana de amor.

Ella tomó la iniciativa ante la mirada perdida de Goku en ella, y jaló de su cuello para besarlo con desesperación, él no tardó en corresponder, la pelinegra abrió su boca para que él introdujera su lengua y empezarán con una danza y choques de estas.

El rubio cortó el apasionado beso y pasó su mojada lengua en la mejilla de la pelinegra hasta llegar al lóbulo de su oreja y morder de esta ~ me tienes loco ~ Susurró.

Bajó hasta su cuello y empezó a succionarlo con muchas ganas a sabiendas de que mañana esa parte estaría marcada por el gran trabajo de su lengua. Siguió hasta su clavícula y llegar hasta sus senos, esos senos grandes, con una pequeña y hermosa aureola rosada. Ya estaban erectos.

Pasó su lengua por la punta de sus pezones, escuchó gemir a la pelinegra y siguió con su labor. Colocó su mano en el otro seno y comenzó a amasarlo mientras que con el otro en su boca lo succionaba, mordia y pellizcaba. Amaba todo de ella.

Sintió la mano delicada y fina de Milk acariciar sus abdominales y bajar su boxer para jalar su pene, acarició su glande provocando que a él se le dificultara su respiración.

Tomó su mano y la quitó de su pene para él seguir torturando de placer a Milk.

Bajó hasta su parte favorita y sensible y observó como ella estaba tan húmeda, su clítoris estaba más hinchado, su labios inferiores palpitaba por su atención y sin olvidar como brillaba por los espasmos provocados por sus placeres.

Se quedó unos segundos observando ese paraíso que hasta sentía que se le hacía agua la boca, así que metió su cabeza en la entrepierna de la pelinegra. La escuchó suspirar. Comenzó lento, dejando besos por todo su sexo, luego pasó su lengua de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, para después introducir su lengua en ella, sentía como ella se la apretaba, cuando comenzó a frotar su clítoris. Amaba masturbarla. Eso no lo discutía.

Siguió y siguió frotándola y succionando su sexo que provocó que la pelinegra se viniera en la boca de él, otro orgasmo placentero provocado por la majestuosidad de su lengua.

Le abrió más las piernas y le introdujo dos dedos, ella dio un respingo en la cama y arqueo la espalda, sentía que Goku la mataría de placer.

Aceleró los movimientos con sus dedos, ocasionando nuevamente otro orgasmo.

Cuando la sintió bien lubricada se acomodó en ella para tomar su pene y introducirlo lentamente...

Milk gimió mientras se deslizaba en ella, acariciándole la mejilla. Era tan perfecto.

Tal vez era el momento de decirle que había cambiado de opinión, que ya no quería irse. O que volvería en un mes porque no podía vivir sin él. Podría pedirle que se tomara unos días de
vacaciones para ir con ella a Londres y luego sorprenderlo volviendo a Japón. A su cama, a su casa, a su vida.

Pero no; era la emoción de la noche.

Así que rodeó el cuello de él y lo beso desesperadamente, él aumentaba el vaivén de sus estocadas haciendo rugir la cama, hundió más sus rodillas en el colchón y aumento la velocidad de sus empujones, sentía que nunca se saciaría de Milk, no quería perderla, la amaba, pero sabía cuando el destino no estaba a su favor.

Ella apretó su pene con sus paredes vaginales provocando que ambos llegaran al clímax.

Se dejó caer a lado de ella con la respiración dificultada y la atrajo a su pecho, la observó cansada y dar un bostezo.

- Descansa - Le susurró, acariciando su cabello y espalda. Hasta que sintió la respiración de la pelinegra más tranquila, fue que notó que estaba dormida. Pasaría en vela para observarla dormir y grabar cada centímetro de su piel y no perderse ningún detalle.

~♡~

Milk tenía las manos heladas. Era un día cálido, pero tuvo que frotárselas mientras esperaba al lado de sus maletas, mirando el apartamento que había sido su hogar durante cuatro años.

Dos lágrimas rodaron por su mejilla. Cuando estuviera lista, cuando fuese lo bastante fuerte, lo bastante valiente, lo escribiría todo, empezaría un libro de memorias en lugar de un diario de sueños porque ya no necesitaba esa muleta. Goku le había enseñado a aceptarse a sí misma, le había devuelto la autoestima.

Pero no podía ser la mujer que él necesitaba.

Llegaría en cualquier momento para llevarla al aeropuerto, pero ella ya no estaría allí porque había pedido un taxi. No quería despedidas.

Dio un respingo al escuchar el timbre. Abrió la puerta y sus ojos se encontraron con los de Goku.

-El portal estaba abierto -dijo él, a modo de saludo.

Ella se aclaró la garganta. -Llegas muy temprano.

Goku se pasó una mano por la cara.-Quería hablar contigo antes de llevarte al aeropuerto -respondió.

-Creo que...

-Milk -la interrumpió él-. Sé que no es el mejor momento y tal vez tú no quieras oírlo, pero no puedo dejar que te marches sin decírtelo. Sé que este viaje es uno de los objetivos de tu vida, y si no lo haces lo lamentarás siempre, por nada del mundo querría pisotear tus sueños, pero estaba pensando, en fin, soñando que tal vez tú y yo podríamos...

-No, por favor -Milk se levantó de un salto.

-Espera, tengo que decirte algo.

-Yo también. No puedo tener hijos, Goku -las palabras se le atragantaron-. Así que fuera lo que fuera lo que ibas a decir, no lo hagas.

Él la miró con cara de sorpresa. -Milk, cariño...

-No quiero oírlo.

-Muy bien, necesito un minuto -murmuró él, como si le costase respirar.

Ella lo sabía; sabía que le costaba respirar porque estaba buscando la manera de decir que había cambiado de opinión, que se había salvado del nudo que había estado a punto de colocarse al cuello.

-Debería habértelo dicho antes -musitó. O tal vez no debería habérselo contado nunca-. Me enamoré de ti, Goku. De tu lealtad, de tu sentido del deber, de tu integridad y tú me has dado un precioso regalo: me valoras como empleada, me deseas como amante, me respetas como mujer. Me has dado fuerzas para creer en mí misma, pero yo no puedo darte lo que tú deseas.

-Deja que eso lo juzgue yo, ¿no? Soy yo quien decide lo que quiere.

-¿Es que no te das cuenta? Quiero ahorrarte esa decisión - el ruido de un claxon anunció la llegada del taxi-.Tengo que irme, el taxi está esperando.

-Pero... espera un momento -Goku se levantó para tomarla del brazo-. Voy a llevarte al aeropuerto.

-No, por favor. No me gustan las despedidas. Es mejor así.

-¿Entonces sueltas esa bomba y te marchas sin darme la oportunidad de decir nada?

-No hay nada que decir. Las cosas son como son.

Sonó el timbre y Milk se dirigió a la puerta.

-Son esas dos maletas -le indicó al taxista mientras.

Él estaba tan desconcertado que casi olvidó lo que llevaba en el bolsillo.

-Es un regalo de despedida. No lo abras hasta mañana, cuando estés en el avión.

-Ah, gracias -los ojos de Milk se llenaron de lágrimas-. Yo también te he dejado algo con Mai. Está en casa, esperándote. Adiós, Goku -murmuró, antes de besarlo.

~♡~

Hello!! Sólo les quería informar que esta historia ya va a llegar a su final. Sólo les hago saber que cualquier cosa puede pasar entre Goku y Milk ♡ Gracias por leer...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top