★ Viernes ✩
Saihara había decidido que tenía que ir a ver a Kaito. También había decidido que le demostraría que no había nada que temer, que podrían seguir siendo amigos a pesar del enamoramiento de uno hacia el otro.
Si Kaito no quiere tener un noviazgo, Shuichi respetará eso, sin embargo, quiere conservar la amistad; que nadie cambie entre ellos.
¿Pueden volver a la normalidad después de todo lo dicho en la cafetería?
Tras lo sucedido en la cafetería, Shuichi y Kaito fueron a sus respectivas casas, con miles de docenas en su cabeza, preguntando si haberse declarado era justo lo que necesitaba su próspera amistad.
El atardecer ya había llegado, Shuichi estaba en su cuarto, terminando de escribir el poema. Pensativo, mientras no pensaba en nada más que plasmar las ideas en su cabeza. Y una vez finalizado, suspiró y observó el trabajo finalizado.
—(Ahora tengo que ver a Kaito)—Piensa Saihara mientras se pone de pie y busca una chaqueta para abrigarse del frío—(¿O debería esperar hasta mañana?)
—¿Shuichi?—Pregunta su tío, quien se había acercado a la puerta—Kaito vino a verte, te está esperando en la sala.
—¿Kaito?—Shuichi cierra el cuaderno para devolverlo a su mochila—Dile que suba por favor, (no me esperaba que viniera hasta aquí).
El tío de Shuichi baja para invitar al pelimorado. Shuichi aprovecha el momento para arreglar lo máximo que puede su habitación, cerrando los cajones y cubriendo su cama con una inmensa cobija para que no se note que está desarreglada.
—Bien chicos, los dejo solos—Comenta el tío de Shuichi, ahora acompañado de Kaito Momota—Aunque prohibido cerrar la puerta.
—O-Oye—Expresa Shuichi mientras empuja suavemente a su tío fuera de su habitación.
—Si, si, lo sé, es por precaución—Responde el tío mientras levanta los hombros—Pero ya eres un adolescente y luego no quiero...
—¡Bye, plis!—Expresa Shuichi avergonzado, sacando a su tío, obligándolo a irse y medio-cerrando la puerta.
—Jaja, tu tío es genial—Dice Kaito.
—Más o menos—Dice Shuichi antes de soltar un largo suspiro—Amm, hola.
—Hola—No es la primera vez que Kaito visita la habitación de Shuichi, aunque es la primera vez en la que se percibe una atmósfera tediosa y asfixiante—Siento no haber llamado antes de venir.
—Eres bienvenido aquí—Shuichi no puede evitar analizar el aspecto sombrío del astronauta—A mí tío le caes bien, así que no le molesta que vengas.
—Es bueno oír eso—Aunque Kaito sonría como siempre, Shuichi sabe que es una mueca falsa, ninguno está feliz como normalmente lo están cuando conviven—Yo...necesitaba hablar contigo.
—Justamente estaba a punto de ir a visitarte—Responde Shuichi con una media sonrisa.
Kaito intenta devolverle el gesto, pero en su lugar su mueca falsa desaparece, siendo reemplazada por un gesto entristecido.
Kaito se sienta en la cama de Shuichi, y este, preocupado, se sienta a su lado.
—¿Estás molesto?—Pregunta Kaito mientras mira al pelinegro.
—Estoy confundido, te fuiste y ahora estás aquí.
—Sí que soy indeciso.
—No importa—Shuichi coloca su mano en la espalda del astronauta—Hay que hablarlo, ¿de acuerdo?
—Bien...—Kaito estira los brazos, intentando que su actitud natural y despreocupada se haga cargo de todo—Respecto a lo que pasó...mira, me gustas Shuichi, desde hace meses, pero nunca me lo terminé de creer, no porque estuviera mal, sino porque no quería que nuestra relación cambiara.
Shuichi tenía muchas cosas que decirle al astronauta, sin embargo, permanece callado, sintiendo su corazón latir con fuerza mientras escucha a su amigo.
—Cuando estaba haciendo mis entrenamientos para ser astronauta...—A Kaito no le gusta mucho hablar de esa parte de su vida, hay muchas cosas de las que no está orgulloso—Conocí a un chico, y fue la primera vez que un hombre me llamó la atención.
Shuichi sigue en silencio, hace ya un año que Kaito le dijo sobre sus preferencias al igual que Maki; a Saihara no le importaba, aceptaba a la gente en todas sus facetas. Fue una sorpresa cuando comenzó a sentir algo por Kaito, porque nunca había tenido ese tipo de pensamientos con nadie.
Kaito no lo sabía, pero es la primera persona de la que Shuichi comenzó a gustar.
—Como me llamaba la atención, me comencé a acercar para ser su amigo—Continúa Kaito mientras tambalea de manera acelerada los dedos—Y con el tiempo nos hicimos inseparables.
Kaito suelta un suspiro largo y cansado; jamás había contado esto con nadie. Era demasiado vergonzoso y patético.
—Él y yo nos teníamos mucha confianza ¿sabes? Y entonces...pues decidí que él tenía que ser la primera persona en saber este nuevo lado mío, no quería decírselo absolutamente a nadie, estaba jodidamente confundido, no sabía qué decir ni siquiera a mí mismo.
Momota jamás le hubiera contado a Shuichi esto sino lo viera necesario; pero Shuichi merece una explicación.
—Entonces, un buen día, un 14 de febrero...—Kaito sonríe de manera nerviosa, se ríe de recordarlo pero en su momento lo deprimió bastante—Le dije: ah, por cierto, soy bi, bien estúpido.
Shuichi sabe que es un momento serio pero aún así se ríe, porque Kaito siempre sale con la chistosada.
—Okey...—Dice Shuichi entre risas—Y yo soy bi, porque me gustan las bicicletas.
La tensión parece haberse relajado un poco, dándole a Kaito la confianza por lo que está a punto de decir.
—Pero es cierto—Continúa Kaito—Si le dije que fuera bi, y él sólo me dijo "ah qué bien", según él no tenía importancia, pero...con el paso de los días sí que le tomó importancia, se alejaba más, ya no quería estar tanto tiempo conmigo, creí que tenía un problema con...con eso.
—¿Eso?—Shuichi no discierne las preferencias como un eso, como algo que apuntas y sostienes en la mano, sino como algo que se percibe.
—Si eso, no le molestaba que fuera bisexual, lo que le molestaba era que yo estuviera tan cerca de él, y cito en sus palabras "es que me incomoda saber que posiblemente te llegue a gustar", no sé, llámenme loco pero eso me sonó demasiado egoísta.
—Me suena a que él tampoco era hetero y le daba miedo saberlo.
—¿Tú crees?—Kaito se cruza de brazos—Aunque lo peor fue cuando se lo contó a los demás.
Shuichi abre los ojos; no puede imaginar lo frustrante y horrible que es pasar por eso, que un paso importante para muchos como es salir del closet, otra persona lo haga por ti sin permiso.
—No sé si fue un accidente, si simplemente lo dijo sin pensar, no me importa, pero nunca me había enojado tanto, y cuando pasó la ira me sentí traicionado...y dolido, no tenía confianza en él, ni en nadie, ni en mi mismo.
Kaito inconscientemente busca la mano de Shuichi para tomarla de manera suave. Shuichi se da cuenta y no protesta al respecto, dado que es una señal de que Kaito necesita apoyo.
—Y claro, fuí tratado como un bicho raro, algunos me trataban como si fuera un animal exótico en exposición y otros directamente no se sentían cómodos conmigo, cosas tan fáciles como cambiarse en los vestuarios les incomodaba cuando yo estaba presente.
Kaito se sentía atrapado en aquellos días, pasó de ser uno más del montón a ser la persona de la que nadie quería conversar por más de 30 segundos.
Era asfixiante, sentía un dolor punzante en el pecho como si un taladro lo estuviera perforando, destrozando sus venas a cada segundo.
—Claro que jamás volví a acercarme a mi supuesto mejor amigo—Añade el astronauta, acariciando la mano de Shuichi con el pulgar—Hice lo que mejor sé hacer, fingir que no era tan importante, entonces entré a Kibougamine y dejé que todo eso fuera pasado, y yo sería un nuevo Kaito Momota, uno que no se enamoraría de su amigo.
—Pero aún así tú y Maki...
—Si Maki no te lo hubiera dicho yo jamás te habría contado—Kaito observa al pelinegro con una expresión seria—No porque no confiara en ti, pero decirlo fue como regresar al pasado, no quería equivocarme otra vez, no lo hubiera soportado.
Shuichi no puede hacer otra cosa que estar en silencio. No encuentra las palabras para consolar a Kaito. Aunque el astronauta no buscaba ser comprendido; buscaba ser escuchado.
—Pero ya no quiero estar avergonzado de quien soy o de lo que sienta—Kaito sonríe de manera afectiva-Shuichi...tu eres mi fuerza, tu y Maki lo han sido todo este tiempo, Shuichi, si soy tan orgulloso y tan alegre es por tu culpa.
Shuichi se queda sin habla, esta vez por el asombro. Todo este tiempo había pensado que jamás habría podido ayudar a Kaito de la misma forma en que este lo ha apoyado en incontadas ocasiones. Pero en el fondo, cubierto de silencio, si lo había hecho; lo hizo y lo volvería a hacer.
—Kaito...te amo—Murmura Shuichi en voz baja mientras esboza una sonrisa, una que jamás había sido vista: era una sonrisa enternecedora—Te amaba como compañero, te amaba como un amigo, y ahora te amo, te he amado varias veces, y te amo de nuevo.
Kaito baja la mirada, su sonrisa no desaparece, no sabe qué decir entonces opta por reaccionar; abraza a Shuichi con fuerza, porque las palabras sobran, carecen de significado porque no hay nada más que decir. No hay nada que expresar, y eso es un alivio.
—Te amo Shuichi, gracias—Responde Kaito en tono suave, acariciando el cabello oscuro del detective.
—¿Por qué gracias?
—Gracias, por todo lo que has hecho.
Perduran unos minutos sin que nadie quiera deshacer el abrazo. Kaito deja liberar su tristeza, ahora sabe lo que quiere hacer.
Deja a Shuichi escapar entre sus brazos para volver a mirarlo a los ojos. Vuelve a tener esa actitud de confianza y confort, aunque ahora Shuichi sabe que Kaito tiene tanta confianza en él para expresar sus sentimientos, aquellos que esconde del resto del mundo.
—Shuichi Saihara, ¿quieres que sea tu novio?
—Curiosa manera de pedirlo—Shuichi todavía no controla sus sonrojos, aunque no le importa, los deja salir a flote sin vergüenza—Si, quiero que estés conmigo, ahora como mi pareja.
—Bien, entonces así será—Dice Kaito con una sonrisa deslumbrante—¿Qué otra cosa quieres?
—Darte un beso.
—Vaya, así que se acabó la timidez.
—No puedo ocultarte nada—Dice Shuichi entre risas.
Entonces Kaito toma el rostro de Shuichi entre sus manos, lo acerca y lo besa en los labios. Acción y reacción, la tercera ley de Newton.
Ambos tienen los ojos cerrados, y Shuichi ha olvidado respirar, aún si el gesto duró unos segundos, fue perfecto. Perfecto porque eran únicamente ellos dos, en soledad, alejados de todo mientras sentían que un peso se iba de su espalda. No sólo era su primer beso, era su demostración de cuanto significaba Kaito para él, y cuando significa él mismo para el astronauta.
—Te amo Shuichi...—Dice Kaito en voz baja mientras acaricia las mejillas de Saihara—Te amo hoy y mañana más.
Vuelven a besarse, siendo esta la firma de su nuevo compromiso; eran amigos y ahora pareja, todo parecía encajar perfectamente.
(★)
Dormí cuatro horas, dado que la migraña se hizo amiga de los vómitos.
—(San Valentín)—Fue lo único en lo que pensé mientras mis ojos se abrían de manera dolorosa; estaba hecha un ovillo en la cama, sobre las cobijas mientras la mesa de noche a mi lado tenía el bote de pastillas vacía.
Anoche pensé que iba a morir.
Me levanto lentamente, siendo mi cabello una maraña y mi cuerpo debilitado como un trozo de carne a medio descomponer.
Extiendo mi brazo y tomo el móvil para verificar la hora ¿debería ir a la escuela? En definitiva no, debería volver a dormir y esperar que todo mejore para mañana.
Entonces, al ver mi móvil veo que Kaede me ha mandado un mensaje:
Hola Maki ☺️¿Tienes planes para este domingo? Siempre se pone un festival, ya sabes, con temática de cupidos 😅 se que no te gustan ese tipo de cosas, pero podríamos ir como amigos, con Momota y Shuichi obvis
Al parecer Kaede no dudó en invitarme. ¿Eso significa que ya somos amigas? A decir verdad, no soy buena con las amigas, quizás por eso soy más de tener amigos varones.
esta bien, cuenta conmigo
Salgo de la cama y abro la ventana de mi habitación para sentir un poco de aire fresco. Permanezco unos minutos así, de pie frente a la ventana, con la camiseta negra larga y el short de tela que uso para dormir; siento el aire mecer mi cabello, así que cierro los ojos y me doy cuenta que me siento un poco mejor.
—(Creo que soy alérgica a San Valentín)—Pienso, y entonces tengo las energías para prepararme para la escuela; a modo de celebrar mi victoria, decido variar un poco mi apariencia. En vez de ponerme el mismo broche de siempre, me decido por una con forma de estrella. Me lo regaló Kaito el año pasado, pero nunca lo uso, así que hoy será su debut.
Sobreviví una noche más, y no me avergüenzo de conmemorarlo.
(★)
—Hola Maki, ¿quieres?—Me pregunta Angie Yonaga cuando entro en el salón, con una canasta pequeña con diminutos chocolates dentro—Es el día del amor y la amistad, así que Atua nos quiere ver felices a todos.
—Gracias, creo—Respondo mientras tomo un chocolate, lo que me hizo recordar a Kaede y los pockys del otro día, ¿por qué todo me recuerda a Kaede?
Tras darle un mordisco al chocolate, tomo asiento en mi butaca, entonces un rayo de optimismo puro llamado Kaito Momota, entra por la puerta, sonriendo y silbando; y justo cuando estoy a punto de preguntarle qué le pasa, me abraza fuertemente, tanto que amenaza con darme vueltas en el aire.
—¡Maki Harukawa, es el mejor día de la existencia!
—¡Hey, bájame!—Grito molesta mientras muevo mis piernas violentamente como gato en un costal.
—¡No, ahora mismo tengo amor para todos!
—¡Yo no quiero amor, yo quiero que me bajes ahora mismo!
—Ya, ya, descuida—Mis pies tocan el suelo—Pero estoy extremadamente feliz, quiero que seas la primera persona en saberlo, y no te lo dije porque quiero ver tu reacción.
—¿Qué pasa?—Pregunto mientras sacudo mi falda—Debe ser algo sumamente grande.
—Dejaré que tú lo deduzcas.
—Haber...—Muerdo ligeramente mi pulgar mientras veo la sonrisa más idiota que ha puesto Kaito en toda su vida—No es tu viaje al espacio, lo estarías gritando a todo el mundo, no ganaste la loteria porque eso me lo hubieras dicho en el momento, tiene que ser otra cosa...algo que llevabas mucho tiempo esperando y por fin ha sucedido...
Claro, solo existe algo, o más bien alguien, capaz de poner a Kaito así.
—¿Ha pasado?—Pregunto, y Kaito asiente—No me jodas, ¿pasó?
—Si carajo, si—Kaito me toma de los hombros para sacudirme de atrás hacia adelante—¿Lo entiendes, maldita sea, lo entiendes?
—Si carajo, cálmate—Digo mientras me suelto—¿Cómo pasó? ¿Quién dió el primer paso? ¿Hasta dónde han llegado?
Nos sentamos donde siempre y Kaito me cuenta todo paso por paso, desde su discusión en el restaurante, hasta esa misma noche, donde hablaron; Kaito también me cuenta sobre aquel chico que conoció en la academia de astronautas, el como fue expuesto frente a todos, y la persona en la que más confiaba se alejó y traicionó.
—Después tuvimos nuestra primera vez.
—Ah...¡espera!—Casi me atraganto con el chocolate que me estaba terminando de comer—¿Qué? Osea...¿qué?
—Si, ya sabes.
—¿Ustedes...? —La vergüenza me cubre el rostro—¿Ustedes...lo hicieron? ¿Hicieron qué?
—Ya sabes...—Kaito se rasca la mejilla tímidamente—Nuestro primer beso.
—Ah, eso—Respiro aliviada—Nada de eso hasta el matrimonio...aunque no falta mucho para eso.
—¿El qué?
—El que te importa.
—Pues come torta.
Lo miro detenidamente, entonces él me mira igualmente y terminamos haciendo un duelo de miradas; no puedo quejarme de lo infantil que es Kaito a veces, porque yo soy igual.
—Acompáñame antes de que empiecen las clases—Digo antes de levantarme; y Kaito me sonríe triunfante porque ganó el duelo de miradas.
—¿Por qué?
Giro los ojos y me cruzo de brazos. Pero por supuesto, debo ceder.
—Por favor...—Respondo de mala manera, aunque Kaito sabe que estoy bromeando, así que se levanta y me acompaña hasta la puerta.
De la puerta del salón caminamos hasta el pasillo, y de ahí cerca de la cafetería donde no había nadie. Kaito está confundido de que lo lleve a un sitio tan apartado de todos, sin embargo, quiero decirle algo personal, algo que no quiero que los demás escuchen; a diferencia de Kaito, que me contó sus traumas allá en el salón, valiéndole un pepino si alguien nos escuchó.
—Estoy muy orgullosa de tí—Le comento con una expresión seria, todavía más seria de lo normal.
—¿Y tenías que arrastrarme hasta acá para decírmelo?
—Y...—Tomo una de mis coletas, dado que no estoy acostumbrada a decir ese tipo de cosas; la cursilería y yo nunca fuimos unidas—Si necesitas hablar, llorar o solo ser escuchado...también puedes recurrir a mí ¿de acuerdo? Nos has enseñado a no cargar con todo tu solo, así que haz lo mismo.
Kaito no responde de inmediato, supongo que porque no está acostumbrado a escucharme así, pero en vez de expresarlo, decide hacerlo. Me abraza suavemente, y mis nervios de gato salen a flote.
—¡Gracias Maki, eres la mejor amiga del universo existente por el hombre!—Exclama cerca de mi oído mientras sigue sin soltarme.
—Me vas a dejar sorda—Digo mientras me deshago de su abrazo—Andando, mi cursilería anual ya se acabó.
Nos giramos para regresar al salón, Kaito revisa su móvil, no tengo que deducir mucho para saber qué está hablando con Shuichi; su sonrisa idiotizada lo delata.
—¿Qué te parece un partido de volley-ball hoy?—Me pregunta Kaito, y la pregunta está tan fuera de lugar que mi confusión se hace presente.
—¿Eh? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?
—Shuichi y yo terminamos nuestra rutina de ejercicio, propuse un partido de volley ball, ya que se nos da medianamente bien, y Shuichi propuso invitar a más personas.
—¿En serio me quieren ahí? ¿Por qué mejor no lo aprovechan para lo que sea que haga la gente cuando tiene pareja?
—Jaja, ya tengo grandes planes para nuestra primera cita oficial, entonces, ¿eso es un sí a nuestro partido?
—Bien, tampoco tengo nada que hacer.
—Y otra duda, noté que cambiaste de broche, ¿acaso el 14 de febrero ya te está contagiando?
Me cruzo de brazos y lo miro con refunfuño.
—Claro que no, sólo quería variar un poco, nada más.
—Que bueno, tus admiradoras secretas lo agradecerán—Kaito lo dice con una sonrisa que es más que obvio que está bromeando.
—¿Cuáles admiradoras? Lo único que me admira es mi gato y hay días que ni eso.
—No sé...yo creo que debe haber una linda chica allá fuera para ti, ando muy cursi hoy así que no me hagas mucho caso.
—Pues pobre de esa chica, soy más desconfiada que un cactus.
—Eso dices, pero sé en el fondo que eres más suave que un oso cariñosito.
—No, nunca, never.
—Quien sabe, a lo mejor con la persona correcta, la afortunada.
Estaba a punto de decir que eso también es imposible, porque nadie es tan desafortunada como para salir conmigo...
...entonces, el rostro de Kaede Akamatsu cruza por mi mente.
—¿Eh?—Digo en voz baja, aunque fue suficiente para que Kaito escuchara.
—¿Qué pasa?—Me pregunta Kaito mientras nos dirigimos al salón.
—Nada.
Porque no fue nada.
(★)
Mientras Kaito y Maki hablaban afuera, Shuichi llegó al salón, un poco nervioso con encontrarse con Kaito, no porque fuera nada malo, sino porque no sabe cómo tratarlo. ¿Con cariño? ¿Con amor? ¿Exponer lo que siente al mundo? ¿Resguardarlo cuando están solos? A decir verdad, a Shuichi le emociona saber que no son solo amigos.
—Hola Saihara, toma—Exclama Angie mientras alza su canasta llena de chocolates—¡Feliz 14 de febrero! Atua nos quiere a todos felices, así que mejor obedecerlo.
—Oh, Angie, muchas gracias—El detective toma uno con envoltura blanca y camina hacia su pupitre, casi de inmediato busca a Kaito con la mirada, para darse cuenta que aunque ya llegó al salón (lo deduce por la mochila), no se encuentra presente, tampoco Maki.
Shuichi no le da más vueltas al asunto, y se sienta donde siempre, desenvuelve el chocolate para llevárselo a la boca. Comer dulces a primera hora de la mañana le recuerda a Kaede.
Y hablando de la princesa de las fresas y pianos...
—Buenos días querido—Dice la rubia pianista cuando se acerca a él, ya con el dulce de Atua en la mano.
—Bhuenof sdiaf—Responde Shuichi mientras mastica con suavidad el chocolate en su boca—¿Steminafte tu poefma?
Antes de responder, Kaede desenvuelve su chocolate y lo degusta al instante.
—Zif, ¿ y tuf?—Responde la rubia con el chocolate en su boca.
Saihara asiente con la cabeza, termina de catar el chocolate y tras rebuscar en su mochila, saca una carta color morada pastel y decorada con estrellas. Kaede tiene una mirada de "no eres muy sutil amigo".
Shuichi expresa la vergüenza que siente, sin embargo, aún así se los da a su mejor amiga.
Mientras Kaede toma la carta y la lee. Los recuerdos de Shuichi siguen en el ayer. Había tenido su primer beso con Kaito Momota. Su amigo, ¿su amigo-novio? ¿su amigovio?
Después de tener su beso con Kaito, su mente se llenó de dudas y revelaciones. Claro que había fantaseado con besar a Kaito, es su primer flechazo adolescente. Hace unos días lo sentía inalcanzable, pero ahora ha sucedido; y no sabía que iba a pasar después.
Cuando Kaito se fue, Shuichi quedó a salvo en la seguridad de su habitación. Inmediatamente se sentó en su escritorio y comenzó a escribir todo aquello que llevaba pensando durante la semana:
Podría huir, deslizarse fuera de los límites, pero el miedo permanecería
El hombre desea aferrarse una fuerza mayor, una lejos de la humanidad
Pero esto es su culpa, la navaja en su estómago sube, desbordando su alegría
Estira la mano, tomando la navaja, desenterrando la arena
Y cuando está a punto de desfallecer, regresa lo espectacular
Después...nada".
Shuichi no estaba pensando en si mismo cuando escribió su poema. Estaba pensando en Kaito, en su grito de auxilio y su sentido de ayudar a todo mundo menos así mismo.
Shuichi no quería que Kaito siguiera ocultando su tristeza bajo una máscara falsa de bienestar. Quería que ambos pudieran expresar sus sentimientos y tener apoyo mutuo.
—Está bien, el arte es para expresarse—Kaede le devuelve el poema al detective—Te voy a dar el mío pero intenta no reírte tanto ¿de acuerdo?
Kaede le entrega un sobre blanco con un moño rojo cuidadosamente puesto. Cuando Shuichi abre con delicadeza el sobre, encuentra una hoja color rosa con el poema de la pianista escrito.
El poema de Kaede dice así:
Ella no pedía mucho, tan solo que siempre hubiera una nube en el cielo
No quería un castillo, un mundo o un simple caramelo
Quería una nube, no importaba el tamaño, no importaba la forma
Quería una nube, quería un revuelto en el cielo
Cualquier mundo paralelo o cualquier otra norma, no importaba
Tan sólo quería una nube en el cielo
No importaba si tenía que formarlo ella misma
El despejo azul cielo merecía ser despejado
Así tuviera que saltar del suelo al espacio
Shuichi leía entre las mismas líneas una y otra vez. Kaede siempre estuvo unida al arte, básicamente nació en ella.
Shuichi no lo sabía, pero la inspiración de Kaede respecto al poema se basaba en el sentimiento de también recibir y no sólo dar. Kaede es una chica que gusta de ayudar a los demás, sin embargo, no sólo piensa en la felicidad de los demás sino también en la suya.
—No creí que pudiese ser tan profundo—Dice Kaede entre risitas.
Después de eso, Shuichi le comenta sobre el partido de volley ball, al principio no está segura por sus tobillos hechos de fan, sin embargo, en cuanto Shuichi menciona a Maki; Kaede acepta de inmediato. Creo que es más que obvio en quien piensa Kaede cuando dice que quiere ser plenamente feliz.
(★)
Las clases habían terminado. Y con ello, las declaraciones de amor al público.
Mientras todos declaraban su amor por todos lados (literalmente Kaito vió como tres confesiones a lo largo del día); el astronauta se escabulló al taller de dibujo. Por fortuna no había nadie, porque todas las personas que dibujaban ahí hace unos días, ahora mismo están regalando sus obras de arte.
Kaito saca su cuaderno de dibujo, en ella su obra se encuentra finalizada. Se encuentra impaciente por dársela a Shuichi.
—Aquí estás—Dice una voz detrás suya, y Kaito no necesita voltear para saber qué se trata de Saihara.
Shuichi ya se encuentra vestido con una ropa deportiva. Cuando comenzaron su rutina de ejercicio, Shuichi se sentía un poco acomplejado por su cuerpo delgado y pálido. Ahora le da igual, porque se siente a gusto.
—Hola, pronto comenzará el partido ¿no?—Pregunta Kaito, cerrando su cuaderno con discreción.
—Si, todos nos están esperando en el gimnasio.
—¿Te das cuenta que es la primera vez que nos encontramos solos desde lo de ayer?
Las mejillas de Shuichi se tornan rosadas, y una corta sonrisa se asoma en su rostro.
—Si...lo es—La voz de Shuichi suena tan temblorosa, y a la vez tan llena de ternura; observando de manera enternecedora al pelo morado.
Kaito deja atrás su cuaderno y camina hacia el detective. Toma su rostro entre sus manos y se inclina hacía adelante para entregarle un beso a su amado Saihara.
Shuichi corresponde, sujetando los hombros de Kaito, cerrando los ojos y perdiéndose en el momento. El silencio los cobija y el afecto los impulsa.
—Yo...no sé qué decir, nunca había estado de esta manera con nadie—Expresa Shuichi en voz baja, con una luz inusual en la mirada—¿Qué se supone que tenemos que hacer?
—Disfrutar—Responde Momota de manera silenciosa.
Esta vez es Shuichi quien toma la iniciativa; levantando un poco sus talones para besar a Kaito. Ambos cierran los ojos. Las manos de Kaito siguen entre las mejillas de Shuichi, mientras que este se aferra a la espalda de Kaito, buscando su calor. Buscando su conexión.
Al separarse, Kaito toma con delicadeza el mentón del detective.
—Estaba pensando en que saliéramos mañana, como una pareja—Comenta Kaito con una suave sonrisa.
—Si, suena bien—Shuichi trata de lucir tranquilo, aunque por dentro un par de dudas han comenzado a rondar en su cabeza—Deberíamos ir al gimnasio , los demás nos esperan.
—Ok, una última y nos vamos—Dice Kaito mientras su sonrisa se agranda, y vuelve a acercar sus labios hacia Shuichi, Kaito siempre ha sido propenso al afecto físico, y que ahora pueda expresarse de esa manera con Shuichi lo emociona. Nunca tiene suficiente.
Se pierden en el silencio, disfrutando de la autenticidad. Lejos de la mirada de terceros, o de sus mejores amigas. Simplemente son ellos, nada más. Es suficiente. Es primordial.
Después de eso, ambos deciden irse, tomados de las manos. Kaito toma su mochila, escondiendo en ella el regalo que tiene pensado para su novio.
(★)
Ya se está volviendo tradición excusarme en las notas de autor jsjsj
Okey, tardé tres meses en actualizar, es lo mismo de siempre, la uni, el trabajo, mi salud bla bla.
Por eso escribí este capitulo más largo, para que valiera la pena la espera, lo bueno es que ya estoy escribiendo los últimos dos capítulos, así que espero (por mi bien :,D) actualizar pronto.
Si quieren saber como estuvo el partido de volley-ball, está todo en "Mi Tesoro más preciado" 💜
Muchas gracias a quienes continúan leyendo a pesar de las pausas TT lo aprecio un millón.
Nos leemos en el siguiente capítulo!! ( ˘⌣˘)♡(˘⌣˘ )
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top