★ Lunes ✩

Tan solo pedí una cosa esta mañana: que no fuera una completa mierda.

Y para su desgracia, mi deseo no se había cumplido.

—(Arg...hoy no por favor)—Pienso mientras intento volver a dormir, pero la migraña perfora tanto mi cabeza que como si quisiera cortarlo a la mitad—(En fin...).

Consigo levantarme de la cama, arrastrando mi pesado cuerpo hacia el baño dónde rebusco entre las medicinas ocasionales, sacando un frasco pequeño de pastillas para la migraña.

Me veo en el espejo, desperté siendo yo, Maki Harukawa.

Últimamente despierto con dolores de cabeza, y no sé de donde provienen, no estoy enferma, no estoy con el periodo; pero a veces despierto con la cabeza tan adolorida que prefiero caer desmayada a tener que soportarlo.

Tras tomarme la pastilla y darme un baño para relajarme, regreso a mi habitación en bata, revisando el móvil, donde un par de mensajes de Kaito Momota son lo primero que veo.

"hola maki-roll, buenos días, tu amigo Kaito necesita un minúsculo favor, ¿puedes traer tu gato?"

Respondo mientras trato de encontrar los ánimos para lidiar con Kaito.

¿Por qué necesitas a Bely?

¿recuerdas lo que te dije el sabado? hoy quiero comenzar

¿Y no puedes hacer eso con cualquier otro animal

porfavorrrr maki-roll!! lo quiero hacer bien 😭

Tuve que soltar un largo suspiro, a veces visualizo a Kaito como un loro, un animal que cambia de actitud dependiendo del día, donde puede ser tan ruidoso o un alma solitaria. Un completo indeciso.

Sin embargo, también es mi mejor amigo, y eso es algo que no puedo rechazar.

Esta bien, pero esta a tu cuidado, si algo le pasa, sufrirás el infierno en la tierra

tan adorable como siempre 💙 gracias maki-roll

No le doy más vueltas al asunto, me visto para ir directo a la escuela. Mientras salgo de casa y camino por la acera, siento como el dolor de la cabeza va desapareciendo.

Hay días donde no quiero salir de la cama, prefiere dormitar en mi oscura habitación, aunque también hay días donde necesito saludar y ver el rostro de Kaito Momota y Shuichi Saihara. Y hoy es uno de esos días.

¿El dolor de cabeza será una alarma para despertarme? Pues vaya alarma más odiosa, espero que tenga devolución.

Portando a Bely en un transportador para gatos, observo de reojo las tiendas de la ciudad, todas ellas mostrando sus peluches, globos, tazas, chocolates y tarjetas para San Valentín. No estoy interesada en esas cosas, aunque si alguien me regala un chocolate, no lo rechazaría.

A veces solo necesitas un dulce para tolerar el día a día.

¿Y porqué Kaito necesitaba de Bely? Para responder a eso tenemos que remontarnos al sábado pasado, donde pasé junto con Kaito la tarde juntos en una biblioteca, buscando un libro de astronomía que no logramos encontrar en la escuela.

—¿Qué tal este?—Expreso con un grueso libro en mis manos.

—Ese ya lo leí, y su autor es un odioso—Responde Kaito—Buscaré en la otra estantería.

No tenía pensado pasar el sábado por la tarde en una biblioteca, pero tampoco iba a quejarme; me sentía liberada fuera de casa.

Kaito camina hacia la estantería de al lado, rebuscando, hasta que encuentra un libro que no tiene nada que ver con la temática de los otros; tal vez alguien lo dejó por error o le dio flojera dejarlo donde lo encontró.

Se trataba de un libro sobre dibujo, desde simples trazos y los mejores tips para aprender.

Kaito lo hojea por curiosidad, nunca fue un fanático del arte, principalmente porque no es bueno en ninguno. Desde niño siempre estuvo fascinado por las estrellas, las constelaciones y algún día pisar la luna; pensar en el arte le hacia sentir ignorante e idiota.

—¿Encontraste uno de tu interés?—Pregunté viéndolo hojear el libro.

—Es un libro sobre aprender a dibujar.

—¿Te interesa aprender?

—Ha sido un sueño frustrado desde siempre, me gustaría.

—¿Y por qué no lo practicas?

—¿Para qué?—Kaito cierra el libro—No seré bueno.

—Tu siempre dices que no es cuestión de ser bueno, que hay que hacer las cosas cuando nos nazca hacerlo.

—¿Yo dije eso?—Kaito se siente halagado, su sonrisa idiota lo confirma—Pues entonces tendré que hacerme caso a mí mismo.

Kaito decide comprar el susodicho libro, mientras se forma en la fila, observé la repisa de ofertas, al parecer habrá descuentos en las novelas románticas por la fecha de San Valentín. Aún faltaba una semana para el 14 de febrero, sin embargo, el color rojo y rosado ya se aprecia en la mayoría de zonas. Me gusta el color rojo, más no los corazones, osos de peluches y flores con olores embriagantes.

—(¿Tengo a alguien con quien pasar el 14? Porque me importa un pito)—Pensé justo cuando Kaito termina de pagar.

—Estaré practicando todo el fin de semana—Dice Kaito con el libro puesto en una bolsa de compra—A lo mejor voy al taller de dibujo que hay en Kibougamine.

—¿Y qué será lo primero que dibujes?

—A tí, parecerá dibujo de niño de cinco años.

—Y yo tendré que fingir que está bonito y ponerlo en el refrigerador.

Kaito estalla de la risa, provocando que disimule un gesto parecido a una sonrisa. Desde que comencé mi estancia en Kibougamine, sonreír parece natural.

Y volvemos al lunes por la mañana, donde camino distraída cargando un transportador para mascotas; pensativa y somnolienta hasta que siento un forcejeo. Se trata de Bely intentando escapar.

Espera...¡está escapando! ¡Ha conseguido abrir la puerta y ha saltado!

—(¡Maldito gato suicida!)—Pienso antes de saltar para salvarlo, sin embargo, otra chica saltaría antes—(¿Otra suicida? ¡¿Justo ahora?!)

Esa chica no sería otra que Kaede Akamatsu, mi compañera de clases.

—¡Cuidado!—Grita Kaede antes de saltar y recoger a Bely con los brazos, por suerte el autobús no consigue hacerle daño.

—¡Oh Dios mío! ¿Estás bien?—Exclamo mientras corro hacía ella—¿No estás herida?

Kaede me sonríe, parece que intenta disimular que el corazón le va mil por hora.

—No, uff, por poco—Me devuelve a Bely, maldito gato, ronronea como si nada hubiera pasado—¿Por qué llevas un gato contigo?

Tuve que explicarle que fue a petición de Kaito, ella parece entenderlo (o por lo menos no me cuestiona). Regreso a Bely a su jaula, donde decide echarse una siesta. Caminamos juntas a Kibougamine, ni siquiera sabía que Kaede vive cerca de aquí.

—Tu cara esta roja, ¿segura que estas bien?—Le pregunto.

—Claro, p-por supuesto—Miente pero no insisto más.

—Bely también está agradecido, aunque no lo parezca.

—Eso es bueno...—Se rasca tímidamente la mejilla, ¿por qué está tan nerviosa? No creí que le intimidaba.

Por fin llegamos a la Academia Kibougamine, donde por supuesto, algunas decoraciones de San Valentín ya se encuentran exhibidas.

Caminamos a nuestro salón, donde Kaede de inmediato va con Shuichi, y yo con Kaito.

—Casi te vuelves un asesino—Es lo primero que le digo, sentándome a su lado.

—¿Eh, tan temprano?—Pregunta con un jugo de naranja en la mano.

—Si, casi muere Bely y Akamatsu.

—Valdrá la pena, lo prometo—Kaito acaricia suavemente a Bely, quien todavía está dormido—Después de clases iré al taller de dibujo y trataré de dibujarlo.

—¿Ya practicaste?

—Si, mira—Saca de su mochila un cuaderno, me lo pasa y lo tomo.

Está repleto de dibujos, dicho así suena bonito, pero...¿cómo decirlo? Parecen hechos por alguien con dos dedos, inclusive hay dibujos hechos a palitos.

—Es un comienzo—Digo ahorrando mis opiniones no solicitadas.

—Estás un poco feos, pero me divertí mucho haciéndolos.

—Maki, buenos días—Dice Shuichi, acercándose a mí, al parecer ya terminó de hablar con Kaede—Pregunta, ¿te salvaron de una red de contrabando, de un secuestro o un atropello?

—Ninguna, salvó a Bely de un atropello.

—Oh, es que ahora todos dicen que Kaede te salvó de mínimo un asalto.

Giro mi cabeza y observo a Kaede, nerviosa, intentando desmentir los rumores. No me había percatado que una minúscula sonrisa se había formado en mi rostro.

—No me importa, lo que hizo fue muy valiente.

No estoy siendo sarcástica, lo digo sinceramente. Kaede y yo no solemos interactuar mucho, pero haber saltado a rescatar a mi gato es algo que no olvidaré; espero devolverle el favor un día de estos.

(★)

Tan solo pedí una cosa este lunes: que el profesor no nos dejará de tarea una estupidez relacionada con San Valentín.

—Quiero que todos escriban un poema—A veces me cae mal, como hoy—Y no, no quiero que busquen uno por Google, quiero que sea original, algo de ustedes.

¿Por qué? Hablo en serio, ¿por qué? ¿Acaso nos vio cara de niños de nueve años?

El abucheo no era de esperar, y si, participé, porque se combinan dos factores: San Valentín, y que de poesía no sé un carajo.

—Ni siquiera tengo que verte para saber que estas molesta—Dice Kaito, sentado en el pupitre a mi lado—Tan solo escribe cualquier tontería, no sé, casa con taza y listo.

—¿De qué lo escribirás tú? ¿Sobre Shuichi?

Kaito me avienta una bolita de papel, que rebota en mi cabeza.

—Claro que no, ¿por qué escribiría sobre él?—Responde con la cara más roja que una fresa.

—Kaito, te estas delatando solo.

—A mí no me gusta Shuichi, no des las cosas por hecho.

Efectivamente, se acaba de delatar solo.

—¿Y quién dijo algo sobre gustar? Escribir sobre él no necesariamente tiene que ser romántico.

Aunque dedicarle un poema a un amigo no es muy hetero, si me lo preguntan.

—¿Acaso me ves cara de gay?

—No, por que sé que no eres gay, eres bisexual, pero cara de hetero no tienes.

—Mmmh, mira quien lo dice, la señorita salida del closet.

Yo por mi parte, si soy completamente homosexual. No quiero un chico tomado de mi brazo gracias.

—¿Y Shuichi?—Pregunto; ahora que lo pienso, Shuichi no nos ha aclarado esa parte, no porque sea importante, es simple curiosidad.

—Shuichi es Shuichi, eso es lo que importa.

Abro mi cuaderno y comienzo a anotar tonterías en un intento de volverlo un poema. Sería tan fácil abrir el móvil y escribir "poemas cortos" en el buscador de Google y listo.

(★)

Las clases habían terminado, y Kaito fue el primero en irse, directo al taller de dibujo, con Bely entre sus brazos. El felino había logrado volver a escapar, pero no huyó, sino que se la pasó rondando entre los pies de Maki. Al igual que su dueña, era un gato apático.

No hay nadie en el taller, parece que todos huyeron a casa. Kaito deja a Bely sobre una mesa, mientras que él se sienta con su cuaderno.

Intenta dibujar al gato, pero sus pensamientos regresan hacia la conversación que tuvo con su mejor amiga.

—¿De qué lo escribirás tú? ¿Sobre Shuichi?

¿Por qué dijo eso? Okey, es cierto que Kaito puede sentir atracción con los chicos, eso lo ha sabido desde que era niño. Tiene preferencia por las mujeres, pero eso no evite que en determinadas ocasiones, sea un hombre el que llame su atención.

¿Y qué tiene que ver Shuichi Saihara? Es cierto, es un gran amigo, lo tiene en alta estima. También es verdad que es un joven detective bien parecido, no tiene nada de malo admitir que un amigo es atractivo, no por eso significa que le guste.

Okey, también es cierto que cuando está abatido o desanimado, basta con una sonrisa de Shuichi para animarlo. Y también que Kaito piense más en Shuichi que en sí mismo no tiene por qué ser una señal de nada.

Tampoco el hecho de que una vez pasaron toda la noche en casa de Shuichi jugando Cuphead y viendo películas viejas de Batman. Que Kaito se quedó a dormir en el sofá, y cuando despertó ya estaba el desayuno listo, encontrando a Saihara en pijamas, con el cabello revuelto y que su sonrisa lo alegró todo el día.

No significa nada el hecho de que en ese momento, Kaito imaginó una vida doméstica con Shuichi.

—(No puedo pensar en nadie más...)—Piensa Kaito, entonces se da cuenta que no ha estado dibujando al gato.

¡Estaba dibujando a Shuichi! Todo deforme porque las habilidades de Kaito están —100, pero es él.

Es él...

...oh shit.

En ese momento, Kaito toma su móvil y le manda un mensaje.

me gusta shuichi.........................

Kaito no quería gustar de un amigo, la última vez que se declaró resultó humillante.

Solitario en el taller de dibujo, con un gato que lo observa fijamente como si lo juzgara, Kaito recibe una respuesta de Maki.

Tenemos que hacer algo al respecto

(★)

No olviden comentar que les parece <3 nos leemos el siguiente capítulo; os amo muack.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top