✩ Jueves ★
—Shuichi...¿puedo besarte?—Dijo una voz grave, cerca de el cuello del pelinegro.
—Si...si puedes—Respondió Shuichi en una súplica mientras acaricia la espalda de la otra persona.
Entonces la alarma sonó y Shuichi fue devuelto a la realidad.
—Oh...—Dice Saihara en voz baja, mientras se levanta, con el cabello revuelto y la cobija enrollada entre las piernas—(Que sueño más raro...).
Acaba de soñar con un chico...
...y de una manera no muy inocentona.
—(¿Qué?)—Dice Shuichi mientras se cubre el rostro avergonzado con una almohada—(Nunca soñado con algo parecido, ¿es normal?)
Unos golpes suaves en la puerta lo hacen reaccionar.
—¿Shuichi?—La voz de su tío al otro lado de la puerta hacen que el joven se levante de la cama—Ya es tarde ¿no irás a la escuela?
Shuichi revisa el reloj puesto al lado de su cama, efectivamente, ya es tarde. Pero siempre pone la alarma a la misma hora, ¿acaso se confundió?
—¡Voy!—Exclama Shuichi mientras se viste lo más rápido que puede. Sale rápido de su habitación, donde toma una galleta como desayuno para irse corriendo.
—¡Tu mochila!—Grita su tío, y Shuichi se da la vuelta rápido.
—¡Gracias, bye!—Responde Shuichi cuando se va corriendo, ya con la mochila colgada de un hombro y una galleta de chispas multicolor en la otra.
—(¿Qué le pasa? No es tan distraído)—Piensa el señor Saihara mientras continúa con su desayuno.
Shuichi no es resistente físicamente, su complexión delgada le impide desarrollar mucho músculo. Por eso comenzó una rutina de ejercicio con Maki y Kaito (básicamente, con eso se conocieron y se hicieron amigos); así que hoy está poniendo a prueba dicho entrenamiento, corriendo mientras siente cómo sus pulmones se quedan sin aire.
—(Okey, sólo un poco más)—Piensa Shuichi mientras continúa corriendo, revisa su celular para darse cuenta que es tarde, ya perdió la primera hora de clase—(Mierda).
¿Acaba de maldecir? Shuichi poca veces maldice, y en situaciones muy específicas.
—(Si ya perdí la primera clase, no tiene sentido que siga corriendo)—Piensa Shuichi, desacelerando el paso—(Hoy no es mi día)
Camina con tranquilidad, devorando la galleta mientras se cuestiona el qué le sucede.
[★]
—¿Shuichi no vendrá?—Le pregunto a Kaito una vez llegado a mi pupitre.
—¿Por qué me lo preguntas?—Responde Kaito mientras saca sus cuadernos decorados de Star Wars.
—Pues ahora que son novios supuse que sabrías.
—¡No lo somos!—Kaito de inmediato baja la voz—Sólo...nos...tomamos de las manos.
—¿Cuándo fué la última vez que tu y yo nos tomamos de las manos?
—Nunca...
—¿Ves? Para mi ya son novios, no fastidies.
Kaito levanta los hombros, rindiéndose ante mis argumentos.
El maestro llega y nos vuelve a recordar la tarea de nuestro poema. Anoche escribí unas cuantas palabras, pero ninguna idea en concreto:
Desde niña, supe que no iba a convertirme en una princesa
Y ya está, eso es todo. Mi mente está en blanco, y en parte son por las migrañas. Me siento cansada, no estoy durmiendo bien, incluso estoy considerando faltar mañana para estar todo el fin de semana durmiendo sin salir de casa.
—Hola Harukawa, Momota—Nos saluda Kaede con un paquete de pokis en la mano—¿Shuichi todavía no ha llegado?
—Parece que se le hizo tarde—Responde Kaito.
—Vaya, que raro, creo que es la primera vez que llega tarde a una clase—Kaede nos extiende el paquete de pockys sabor fresa—¿Quieren una?
—Bendita seas, siempre nos ofreces dulces—Responde Kaito quien rápidamente toma una.
Como no quiero ser grosera con Akamatsu, también tomo una. Inmediatamente lo pongo en mi boca, y noto que Kaede me observa; lo cual es raro.
—¿Pasa algo?—Pregunto todavía con el dulce entre los labios, y Kaede con rapidez desvía la mirada, ¿qué le pasa a esta chica?
—¡Nada!—Responde nerviosa, comiendo otro poky—Mejor me voy, nos vemos.
—Espera—Digo sonando más seria de lo que hubiera querido, Kaede se detiene de inmediato, me pongo de pie y me acerco a ella—¿Podemos hablar a solas?
—¿A solas?
—¿Te parece bien?
—Si, claro.
Salimos del salón, llegando al pasillo, procurando que nadie esté cerca para escucharnos.
—¿Conoces un sitio bonito y barato? Específicamente para una cita—Pregunto, confundiendo a Akamatsu.
—¿Eh? ¿Tendrás una cita?—Parpadea varias veces, acercándose a mí.
Normalmente no dejo que nadie invada mi espacio personal, pero no la aparto para no ser brusca con ella.
No me gustaría ser grosera con Akamatsu; es de las pocas compañeras que siempre me ha tratado con educación y amabilidad.
—Estoy ayudando a alguien—Es todo lo que pienso decir, así que más le vale a Akamatsu entenderlo.
—¿Eres una Cupido?—Comenta Kaede con suma felicidad—Vaya, yo también estoy ayudando a alguien, entre Cupidos hay que apoyarnos, ¿necesitas un lugar para una cita?
—Si, tiene que ser un sitio tranquilo, que no tenga mucha gente—Sé de sobra que Shuichi no es fan de los cúmulos de personas—Estaba pensando en una cafetería o algo así.
—Hay una cafetería bastante linda por aquí cerca, está repleta de pasteles y dulces—No es de extrañar que Akamatsu frecuente sitios así—No suele estar lleno, además es bastante barato, se llama Petit Biscuit.
—Suena bien—Me doy cuenta de lo cerca que estamos, así que me alejo un poco para no incomodarla—Gracias Akamatsu.
—Puedes llamarme Kaede si quieres.
—¿En serio?-Tomo una de mis coletas, no me esperaba eso—Entonces...puedes llamarme Maki, si quieres...
—¡Genial!-Exclama Kaede, esta chica necesita un contador de todas las veces que sonríe—Buena suerte siendo una Cupido.
Extiende su puño, así que también formo un puño, y las chocamos de manera amistosa.
—Buena suerte a ti también, Kaede.
Se despide con la mano y regresa al salón. Permanezco unos segundos de pie, yo sola en el pasillo.
Kaede...es muy linda conmigo.
Siempre me ha tratado bien a pesar de que no nos conozcamos.
Espero algún día poder devolverle el favor.
Regreso al salón también para contarle a Kaito mi plan. Y para mi sorpresa, Shuichi ya había llegado sin que me diera cuenta.
—Hola—Digo acercándome a él—¿Todo bien?
—Si, ¿por qué lo preguntas?—Me pregunta mientras saca sus libros.
—Llegaste tarde, y para tu suerte el profesor parece que también se le hizo tarde—Rebusco entre los bolsillos de mi uniforme, sacando un pequeño espejo, nunca me maquillo, pero no está de más portar uno—Además, mírate.
Le ofrezco el pequeño espejo a Shuichi, quien lo toma y observa su reflejo; está completamente despeinado como si un tornado le hubiera pasado encima. Ahora mismo le vendría bien un gorro, aunque desde hace un año que dejó de usarlos.
Shuichi trata de peinarse con los dedos, pero su imagen desastrosa no tiene salvación.
—Creo que no es mi día—Me responde avergonzado.
—¿Y tienes algo que hacer después de clases?
—No, ¿por qué?
—Nada, curiosidad-Me devuelve el espejo.
Bien, ya sólo falta que Kaito mejore un poco el día de Shuichi.
[★]
—¿Listo?—Le pregunto a Kaito, ahora que el timbre de la salida acaba de sonar, finalizando las clases.
—¿Tengo que invitarlo yo?—Me pregunta como si fuera un chiste.
—Tu eres quien quiere salir con él—Respondo cruzada de brazos—Así que si, tienes que invitarlo tu.
—Okey...—Responde en un suspiro mientras cuelga su mochila del hombro—¿Y si dice que no? ¿O sí lo siente raro?
—Creo que exageras, tan sólo tomarán un café—Encojo los brazos mientras tomo mi maleta—O también pueden declarase, ya de paso.
—Nonononono—Kaito niega con las manos—Eso no.
—¿Por qué crees que terminará mal? Quizás termine mejor de lo que crees.
—Porque...—Aunque Kaito sonría como siempre, puedo percibir su inquietud debajo de su mueca falsa—Porque me da miedo.
—¿Miedo?—Es la primera vez que escucho a Kaito admitir que él no es inmune a todo—¿Miedo de qué?
—Miedo de Shuichi—Kaito se está esforzando mucho para que su sonrisa no decaiga—Mira, sólo nos tomaremos un café, ¿si? Será una salida de amigos, amigos y nada más, porque eso es y siempre será.
Kaito se da la vuelta y me deja sola en el salón. No entiendo a Kaito para nada, ¿no lo comprendo porqué nunca me ha gustado nadie? Nunca he conocido a la chica "correcta", lo cual no me importa, pero hace que me sea difícil simpatizar con ideas como declararse o miedo al rechazo.
Camino entre los pupitres hasta salir del salón, camino un poco más, sola mientras Kibougamine está desierto. Lo mejor será que me vaya a casa a trabajar en el poema, es para mañana y no he pasado de la primera línea.
Dejando las cosas al último momento, como siempre.
—Maki, hola—Escucho una voz que reconocería donde fuera, se trata de Kaede—¿Te quedaste tarde?
—Suelo esperar a Kaito.
—Jaja, lo mismo hago con Shuichi—Mira el suelo mientras se acomoda un mechón detrás de una oreja—Oye, por lo visto Shuichi y Kaito tienen un plan, porque los acabo de ver en la entrada, así que...
—¿Qué pasa?
—Hay un restaurante bastante lindo aquí cerca, es un buffet de comida china, y...y me preguntaba si quisieras ir conmigo.
—¿Conmigo?—Desvio la mirada, avergonzada—Amm...
—Claro, solo si quieres.
—Pues...si, creo, amm..., si, esta bien.
—¡Bien! Andando, estás a punto de probar la mejor comida china del mundo.
Camino detrás de ella; ¿por qué quiere comer conmigo? Es verdad que no somos por completo desconocidas, ¿acaso quiere acercarse a mí?
Es ahí cuando noto que mi vergüenza proviene del halago.
Entonces un pensamiento surge de mi subconsciente, siempre lo he negado pero...la razón por la que la presencia de Kaede nunca me ha incomodado a diferencia de mis demás compañeros, es porque me gustaría llevarme bien con ella; puede que quizás ser su amiga.
Si ella quiere pasar el rato conmigo, entonces no me negaré.
[★]
Kaito y Shuichi consiguieron una mesa pequeña puesta en una esquina. El astronauta invitó a Saihara de la manera más natural posible:
—Hay una cafetería por aquí cerca ¿quieres venir conmigo? ¿No? Okey.
—¡Hey, espera!—Shuichi lo detiene—¿Quieres que vayamos juntos a una cafetería?
—Eh...si.
—Suena bien, ¿por qué estás tan nervioso? Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea.
Y aquí están; en el Petit Biscuit, esperando sus capuchinos mientras el silencio los invade a ambos.
—Me sorprende que hayas querido venir aquí—Comenta Shuichi para romper el silencio—Sé que no eres fan de este tipo de sitios.
—Normalmente hubiera ido a mi casa a ejercitarme un rato, y no te vería hasta el día siguiente.
—¿Acaso querías verme un rato más?—Saihara sonríe de manera cálida.
—Que presumido eres a veces—Contesta Kaito de una manera un tanto coqueta.
La mesera llega y les entrega sus capuchinos, ambos los beben en silencio; Kaito está inquieto, y eso lo nota Saihara.
—Kaito, ah...—Shuichi trata de encontrar las palabras adecuadas—Sobre lo de ayer...
—¿Qué sucede?
—¿No es raro?
—Sólo nos tomamos de las manos, ni que nos hubiéramos besado—Kaito en cuanto dice eso, casi escupe de su capuchino, maldiciendo su nula capacidad de pensar las cosas antes de decirlas.
—¿Eh?—El rostro de Shuichi se sonroja al extremo—Pues...eh, eso tampoco sería raro...
—¿Qué dijiste?
—¡Nada!—Exclama Saihara provocando que el capuchino se derrame un poco por la mesa—Mierda.
—¿Mierda?—Kaito toma unas cuantas servilletas—¿Acaba de decir una grosería?
—Claro que no—La ansiedad de Shuichi está escalando fuerte—Sólo eh...
Kaito cierra la boca, esperando que Shuichi se tranquilice un poco y limpia el capuchino derramado.
—No sé qué me pasa, despierto tarde, olvido mi mochila, olvido peinarme...—Saihara baja la mirada entristecido—Soy un desastre, no suelo ser así.
—Está bien, sólo son pequeños errores.
—No sólo es eso...—Shuichi no puede mirar a Kaito a la cara, recordando el sueño que tuvo anoche.
Quiere fingir que no lo sabe, pero no puede mentirse así mismo: soñó con Kaito Momota, su mejor amigo, la persona que tiene al frente.
—Si necesitas hablar aquí estoy—Comenta Kaito.
—Pero...—Saihara sabe que no puede decirle aquello ni borracho—Estoy muy distraído, por tu culpa.
Saihara quiere mentirle a Kaito, pero aquel astronauta es su debilidad.
Saihara acaba de darse cuenta que los sentimientos que tiene hacía su mejor amigo son muy latentes y difíciles de ignorar.
—Yo...-Kaito respira hondo y muestra su mejor sonrisa—Yo también me distraigo bastante por tu culpa.
Saihara por fin levanta la mirada, viendo la sonrisa grande de Kaito. Ese gesto siempre le provoca seguridad, pero ahora lo único que siente son nervios.
Kaito toma la mano de Shuichi por encima de la mesa, entrelazando los dedos, tratando de demostrar la mayor cantidad de cariño posible.
—Kaito...si soy sincero contigo, ¿me prometes que no me tratarás diferente?
—Lo prometo.
Saihara entiende que lo que está a punto de decir va a cambiar la relación que tiene ahora; un vínculo que Saihara ama con profundidad, sin embargo, sus sentimientos también son reales, y por primera vez decide no actuar como Shuichi Saihara.
Sino como un joven que también puede cometer errores y no debe agachar la cabeza por eso.
—Kaito, siento algo por ti.
Las manos siguen entrelazadas, y Kaito Momota no sabe qué decir por primera vez en mucho tiempo.
—Vaya...—Ahora es Kaito quién desvía la mirada; ha querido escuchar eso desde hace tiempo, pero el miedo está floreciendo en su pecho—Shuichi, yo...
—No tienes que decir nada, sólo quería que lo supieras.
—Shuichi, me gustas desde hace tiempo, desde siempre me has gustado, pero me gustaba disfrazarlo como una amistad.
Shuichi está mudo, sintiendo su corazón latir con fuerza.
—Sin embargo—Continúa hablando Kaito—Nunca te lo dije por miedo, miedo a que me vieras con otros ojos, o que no me hablarás como siempre, o que no pudiéramos tratarnos como antes.
El astronauta está reteniendo muchas angustias; siempre había sido él quien debía mostrar seguridad, fortaleza y valor, ahora está vulnerable y no sabe qué hacer.
—Eres más valiente que yo—Comenta Kaito, y por fin su sonrisa se deshace—Y lo siento...no...no creo que sea un buen novio para ti, no sé...mereces una pareja estupenda, pero yo no puedo serlo, no estoy listo.
La razón por la que Kaito no quería enamorarse de su mejor amigo. La razón por la que no quiere ser más que un amigo para Shuichi. No está listo para tomar otro papel.
—Oh...—Shuichi retira su mano, tratando de procesar todo—¿Entonces te gusto pero no quieres que seamos pareja?
—Soy un estúpido cobarde, lo sé, y en serio lo lamento.
—Pero...no lo comprendo, ¿por qué dices que serías un buen novio? Serías un novio increíble, lo sé.
—Claro que no, te decepcionaré, te fallaré y entonces ya no seríamos ni amigos ni pareja—Es la primera vez desde que se conocen, que Kaito eleva un poco la voz hacía Saihara—Te estoy fallando...lo siento Shuichi, lo siento, lo siento.
Kaito se levanta y sin mirar a Shuichi se va. Sintiéndose un cobarde, y confundiendo todavía más al detective.
—(Kaito...¿de verdad te da tanto miedo el romance?)—Piensa Shuichi, observando la mancha de capuchino seco sobre la mesa—(¿Debo fingir que no pasó nada? ¿Volvemos a ser los amigos de siempre?).
Saihara entiende que jamás había visto a Kaito tan mal, tan lleno de inseguridad y frágil.
—(Siempre has sido mi apoyo)—Shuichi se pone de pie—(Ahora seré yo el tuyo).
[★]
Drama drama y mucho drama 🌚
Me encanta escribir a Maki 💖 desde hace tiempo que llevo queriendo escribir algo de ella.
Gracias por leer! Nos leemos el siguiente capítulo babys 💜
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top