Capítulo 13
Brinco de Conejo movió una oreja hacia atrás al escuchar unos pasos que parecían ir directamente hacia él. Somnoliento, levantó la cabeza y bostezó, para luego parpadear y ver a Mordisco de Granito. Esta vez casi me quedo dormido.
—¿Cómo está Corazón de Ciprés? —preguntó el gato de pecho negro, echándole un vistazo rápido al joven guerrero, enrollado en un lecho de la guarida de Ala de Guijarro.
—Bastante mejor —maulló, sin despegar la vista de su hermano—. Ha estado durmiendo todo el día, pero está más estable que ayer. Según Ala de Guijarro, puede que hoy o mañana pueda hablar.
Desde el accidente, Corazón de Ciprés se había mantenido todo el tiempo en su lecho, recibiendo los cuidados de Ala de Guijarro. Apenas podía comer, y no decía nada aparte de unos cuantos gemidos adoloridos. Su ojo herido lo mantenía cerrado, aunque las pocas ocasiones en la que lo abría no se podía observar más que un gris claro. Brinco de Conejo pasaba casi todo el tiempo a su lado, en silencio, pensando. La culpabilidad que sentía era muy difícil de sobrellevar.
Mordisco de Granito acarició suavemente su flanco con la cola, a modo de consuelo, a pesar de que no ayudaba mucho al atigrado marrón.
—Saldré a entrenar con Zarpa Escurridiza y Relámpaga. ¿Nos acompañas? —preguntó el gato gris de ojos dorados, ladeando la cabeza.
Sí, pensaba contestar. Pero no. Corazón de Ciprés lo necesitaba mucho más que Zarpa Escurridiza. Además, Mordisco de Granito era un buen mentor, y se preocupaba bastante de entrenar a los dos jóvenes hermanos.
—No puedo —respondió bruscamente Brinco de Conejo—. Debo quedarme con mi hermano.
¿Es eso decepción o tristeza en los ojos de Mordisco de Granito? Se preguntó a si mismo. Cerró brevemente los suyos y volvió a centrarse en el suave movimiento en el pecho de su hermano.
—Te entiendo —resopló el guerrero grisáceo, para luego retirarse velozmente de la guarida, sin siquiera despedirse.
Brinco de Conejo no dijo nada. Todos tenían sus cosas. Volvió su cabeza hacia el cuerpo de su hermano, viendo lo frágil y desprotegido que lucía. Una punzada de nostalgia le atravesó el corazón. Había entrenado con el constante apoyo de los Solares y Lunares para lograr su sueño, pero ahora era desgarrador el hecho de que quizás ese deseo sería imposible de realizar.
—Mi pequeño... —susurró, acercándose a una de las orejas de Corazón de Ciprés—. No cumplí con lo que dije. Pero te recompensaré. Yo te ayudaré en todo lo que sea capaz. Te lo aseguro.
Abrió los ojos de pronto al escuchar otro cuerpo deslizándose en la entrada. ¿Mordisco de Granito había regresado? Su cola casi se erizó de sorpresa al reconocer la figura esbelta pero autoritaria de Estrella de Olivo. Su mirada ámbar estaba entrecerrada.
—¿Sigues aquí? —inquirió, caminando hacia los dos hermanos.
—Yo solo.... solo vigilo para ver como está —balbuceó Brinco de Conejo. ¿Para qué lo venía a visitar la líder del clan?
—Deberías volver a tus labores de guerrero —maulló de pronto—. Hay gatos que te necesitan muchísimo más que Corazón de Ciprés.
Brinco de Conejo se sintió ofendido. Y no reflexionó mucho antes de sisearle de vuelta a su líder.
—¿Acaso no te importa la salud de mi hermano? ¿No te importa su accidente? ¿No te importa el hecho de que él esté luchando por su vida en este estúpido momento? Mi deber es estar con él —siseó, con los pelos de la espalda erizados a más no poder.
—Jamás mencioné que no me interesara Corazón de Ciprés —replicó tranquila la líder—. Él tiene a Ala de Guijarro. Y tú tienes una nueva familia, y un aprendiz, a quienes cuidar.
—¿Dices que debo olvidar a mi hermano? —bufó el guerrero atigrado.
—No. Digo que también debes centrarte en Resplandor de Niebla, tus hijos, y Zarpa Escurridiza. Yo no te entregué a un joven gato con buen potencial para que lo dejaras de lado y no lo entrenaras. Si sigues portándote de esa manera, me veré obligada a retirarte de tu tarea de mentor.
Brinco de Conejo quedó boquiabierto de sorpresa.
—No...
La mirada de Estrella de Olivo era dura.
—Entonces entrénalo. Enséñale movimientos de pelea. Enséñale a cazar. No dejes que Mordisco de Granito entrene a dos aprendices. Ve con tu pareja. No sabes como ha estado los últimos días. No quiere venir a visitarte porque tiene miedo de lo que puede o no pasar.
El atigrado marrón parpadeó. ¡Resplandor de Niebla! Seguro que Estrella de Olivo tenía razón. Claramente la debería estar pasando fatal.
—¿Qué he hecho...? —murmuró.
Estrella de Olivo no dijo nada, y se mantuvo con la mirada entrecerrada. Sin despedirse, se encaminó a la salida, y se retiró con un azote de cola.
Brinco de Conejo le dedicó una mirada lastimera a su hermano, y fue hacia la salida. Una vez se hizo camino entre las aulagas, tuvo que parpadear para acostumbrarse a la luz. El sol resplandecía a más no poder. Barrió el claro del campamento con la mirada. Allí estaba su pareja, comiendo un arrendajo.
El guerrero se acercó, dudoso. Resplandor de Niebla aún no se fijaba en él. Con una oleada de alegría, observó unos latidos de corazón su vientre. Estaba más grande de lo que recordaba.
—Brinco de Conejo —lo saludó la bonita guerrera gris. Sus ojos verdes se habían iluminado al instante.
—Y-yo no debí... estaba preocupado por... y también —balbuceó, algo incómodo—. Te dejé a un lado. Lamento haberte herido.
—Sí que lo hiciste —murmuró en voz baja Resplandor de Niebla, apartando la mirada y frunciendo el ceño.
Brinco de Conejo se sentó a su lado, sin estar muy seguro de qué hacer.
—Solo me fijaba en Corazón de Ciprés —dijo en un hilo de voz—. También me olvidé de tí y Zarpa Escurridiza, según Estrella de Olivo... y.... le encuentro toda la razón. Te amo, y siempre lo haré.
Resplandor de Niebla sonrió maliciosamente.
—Ese es el gato del que me volví pareja —maulló—. Por cierto, ¿no te habías dado cuenta de algo?
El atigrado marrón se sintió confundido. ¿A qué cosa se refiere...?
La gata de una oreja blanca lo empujó juguetona.
—Oh, vamos. Ahora duermo en la maternidad. Nuestros cachorros están cada vez más grandes, ya no puedo cazar ni patrullar como antes.
—¿Me estás diciendo que solo falta una luna?
Los ojos verdes de su amada estaban tan brillantes que hasta se podían comparar con estrellas.
—Por supuesto. Y en dos lunas no te los podrás sacar de encima.
Brinco de Conejo ronroneó, imaginándose unos pequeños cachorros trepándose en su lomo. Pero entonces, un nuevo pensamiento lo detuvo.
—Perdón, Resplandor de Niebla. Tengo algo importante que hacer ahora —dijo, levantándose con velocidad y lanzando una mirada nerviosa a la entrada del campamento.
La gata gris no dijo nada, pero mostró una pequeña sonrisa.
—Entiendo. Anda, entonces.
Agradecido por la comprensión de Resplandor de Niebla, el guerrero inclinó la cabeza agradecido, antes de salir disparado hacia el bosque, con su cola ondeando detrás suyo.
El bosque estaba fresco, con el sol y sus espíritus ocultos entre las ramasy hojas verdes. El aire tenía un dulce aroma, y con el rabillo del ojo Brinco de Conejo vio una lagartija trepando por un tronco. Pero no tenía tiempo para observar el territorio. Tenía que hacer algo más importante.
Mientras corría, intentaba olfatear el posible olor de la patrulla, aunque no era un buen rastreador. Aliviado, sintió el leve rastro de Mordisco de Granito y los aprendices. No estaban muy lejos del sector donde habían claros para entrenar. Brinco de Conejo aceleró el paso, hasta el punto en el que sintió que sus pulmones estaban prontos a explotar; pero todo se detuvo cuando se fijó en tres figuras que caminaban no muy lejos.
—¡Espérenme! —jadeó, usando sus últimas fuerzas en llegar a ellos.
Los tres gatos se dieron la vuelta. Aunque estaba lejos, Brinco de Conejo pudo ver sus ojos amarillos iluminados por la alegría.
—¡Brinco de Conejo! ¡De verdad viniste! —chilló, con la cola alzada.
—No sabes cuanto lo lamento. Pero ahora me esforzaré en entrenarte como es debido.
El aprendiz asintió.
—Me sentí muy triste de que ya no vinieras a entrenar. Creí que había hecho algo mal... ¡Pero no hablemos de esas cosas! ¡Tienes que ver mi acechamiento!
*****
Lamento la demora :c
Cuando estaba comenzando este capítulo, me vino la falta de inspiración. Pero hoy me levanté y logré inspirarme (?) :D
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