Este capítulo está dedicado a HappyGirl2102.

Ya estaba anocheciendo. Yo me había montado una pequeña casa en la que poder vivir temporalmente. Era un tipo de vida muy dura la que tenía que llevar en estos momentos. Aún estaba intentando asimilar lo ocurrido. Todo se estaba volviendo muy aburrido y ya era normal encontrarse algún que otro cuerpo de un conocido tirado en mitad del suelo. Estaba planteándome seriamente tirarme al agujero. De todas formas, ¿por qué seguir con este suplicio? Con todas esas ideas me intenté dormir hasta que un nuevo día comenzase.

      A la mañana siguiente estaba caminando por lo que quedaba de playa, cuando vi a un hombre tirando piedras al agujero. ¡Había alguien vivo! Tenía el pelo marrón y los ojos verdes. Vestía una gabardina a cuadros de color amarillo y un sombrero marrón con una cinta negra el cual le cubría parte de la cara. Aunque la idea de que hubiese sobrevivido alguien me entusiasmaba, decidí tener precaución y acercarme a él con cautela. Me quité las zapatillas y caminé lentamente hacia a el hombre. Entonces susurré:

-E-eh, ¿hola? ¿quién eres?

-¡Aaaaaaaaah! Uf,uf me has pegado un susto de muerte.-dijo el hombre poniéndose la mano en el pecho.

-¿Quién eres?-repetí.

-Eso mismo quiero saber yo. Pensaba que era el único que quedaba vivo aquí.-respondió. Luego se alejó un poco de mí y preguntó:

-¿No serás una loca que quiere matarme, verdad?

-Eso mismo te iba a decir yo.-le dije. Entonces los dos nos reímos. Hacía tiempo que no me reía. Él parecía una persona agradable.

-Yo me llamo Beatrice, ¿y tú?

-Yo me llamo Sam. Encantado de conocerte.

Nos estrechamos la mano y, con un poco más de confianza empezamos a hablar.

-¿Dónde está tu familia? ¿Siguen vivos también?

-Sí, pero están en el otro lado. ¿Y tú? ¿Dónde está tu familia?

-... No quiero hablar de ello.

-Ah, está bien.

-...

-...

-¿Sabes que estoy buscando una manera de cruzar el puente? ¿Me querrías ayudar?

-¡Claro! ¿Qué  tengo que hacer?

-Luego te lo diré. ¿Puedes venir aquí mañana cuando esté anocheciendo?

-Sí. ¿Qué quieres hacer?

-Algo que nos ayudará a cruzar la grieta. Mañana deberás escucharme atentamente y ayudarme ¿está bien?

-Vale.

Después hablamos de nuestros gustos, opiniones, etc, y descubrimos que teníamos mucho en común. Cuando las estrellas empezaron a iluminar el cielo me despedí de él y me fui a mi "casa". Estaba deseando que comenzase el siguiente día para poder verlo de nuevo y que me dijese su gran plan.