¿Qué estaba pasando? La tierra se había empezado a sacudirse violentamente. El lapicero que tenía en mi escritorio se encontraba tirado en el suelo rodando por la habitación. El armario se balanceaba y amenazaba con caerse encima del montón de cajas. La puerta de la habitación se abría y cerraba, como si fuese una persona intentando liberarse. Yo no podía sostenerme en pie, e intenté ir afuera de la casa para estar más segura. Ésta se estaba haciendo pedazos. El suelo estaba hundiéndose y los cristales de la ventana se rompieron. Como vi que no podría llegar hasta la puerta andando antes de que la casa se me cayera encima, me senté en mi silla, y, como tenía ruedas, me impulsé para salir de la habitación. Llegué hasta el comedor con esta táctica, y después me caí de morros contra el suelo.

-Agh...-dije limpiandome la sangre que tenía en la nariz e intentando arrastrarme hasta la puerta de salida.

Allí estaba mi hermana y mis padres gritando que me diese prisa. Estaban todos temblando. Al fin conseguí salir de la casa, pero me acordé de algo terrible:

-Espera, ¿después de la puerta de entrada no teníamos un porche-?-no me dió tiempo a decir nada más, ya que una estructura gigante me cayó encima dejándome inconsciente. A partir de ese punto no recuerdo nada más, salvo una voz lejana que decía:

-Por favor, no te mueras...