Capitulo 5
Las alas de la mariposa se batieron dos veces, Kardia estaba por ingresar al sombrío almacén cuando su móvil atrajo su atención desde el interior de su cazadora…
Departamento de policía de Grecia.
Era su novena taza de café y se había escapado del agarre de sus dedos, pero no fue el sueño lo que lo hizo tirar la cerámica, después de lo que escuchó no solo se le abrieron los ojos por completo, perdiendo del todo hasta el mínimo rastro de sueño, sino que salió corriendo como si su cuerpo desconociera el significado de la palabra cansancio, con las piernas por delante y el latido en la garganta, Aspros salió como huracán del departamento atropellando y empujando a cuanto imprudente se pusiera en su camino.
-Aspros!-Sísifo vio a su compañero atravesar las puertas sin dar contemplaciones a nadie, de inmediato supo que se trataba de los niños… ¿Por qué más el hombre más serio de toda la unidad saldría de manera tan escandalosa?, el castaño no tardo en salir detrás suyo, Aspros no se alteraba por cualquier cosa, algo debía de haberles pasado a los gemelos.
Pero para cuando Sísifo salió de la jefatura el auto de Aspros ya había salido dejando las huellas de los neumáticos pintadas de negro en el cemento, de pronto otro vehículo apareció súbitamente frente al griego.
-Sísifo!-Manigoldo abrió la puerta del acompañante -¿Qué paso?-se apresuró a interrogar en lo que su amigo cerraba la puerta.
-No lo sé, me dijo que llamaría a Kardia para que pasara por los chicos si llegaba tarde, luego solo salió corriendo!
-Espera un minuto ¿dijiste Kardia?
-Si ¿Qué pasa con él?-soltó el otro preocupado.
-Que Kardia está en la escuela de los gemelos-dijo y sin más… hundió el pie en el acelerador sin quitar la vista del camino.
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El Lexus corría a una velocidad tal! Que habría hecho que Kardia se tragara las palabras que había dicho esa mañana sobre el supuesto modo anticuado de conducir que tenía el detective Géminis. Y tenía razones para romper los límites de velocidad ¿Quién no conduciría a una velocidad marca diablo si de repente llama y le dicen que acaban de sacar a sus hijos de un sótano cubiertos de sangre desde el pelo hasta los pies y en estado de completo pánico casi al borde de la histeria?
Entro por el estacionamiento casi echando las puertas abajo, se bajó dejando la puerta abierta, no tenía tiempo para cerrarla y haciendo uso de los conocimientos que tenía sobre la ubicación de todo en el colegio, el alarmado padre salió como relámpago hasta llegar a las escalinatas que conducían al almacén, a medida que se iba acercando los sollozos se hacían más perceptibles y a mitad de las escaleras…
-Saga! Kanon!
-Papá!-exclamaron casi llorando de alivio, Aspros se quedó dónde estaba, el ver a sus hijos llenos del rojo de una sangre que rogaba y no fuera la suya.
-Papá!-el primero en prenderse a su torso fue Kanon que era el que más estaba cubierto de rojo, principalmente en el rostro y parte del cabello.
-¡Hijos míos!-el peli azul mayor no dudo en envolverlos con su protector abrazo, las ropas de Saga estaban tan empapadas que mancharon por completo la chaqueta y el pantalón de su padre, Aspros llevo su vista hasta Kardia que lo veía preocupado, no hacía falta que Aspros preguntara. El detective más joven le hizo una señal con la cabeza al profesor que seguía abrazando a una Kioko en estado de shok; Alberich no dijo nada, tomo a la niña y se la llevo y junto con ella a los dos chicos que preferían no tener que alejarse de su padre.
-No! No, por favor Papá!-decía Saga que era apartado por su profesor.
-Papá! Ven con nosotros!-pedía Kanon, aunque más que eso era un ruego por parte del menor-No bajes…
Con amabilidad, Aspros se zafó del agarre de sus hijos-Escúchenme, todo estará bien no va a pasar nada, ya estoy aquí…Saga-le hablo al chico que gimoteaba-Te necesito sereno y a ti también Kanon-miro fijo al más chico, por más que lo deseara no podía quedarse con ellos, aunque por dentro moría de ganas de abrazarlos, de besar sus cabezas, de no dejarlos! No podía, su propio instinto se lo exigía, algo le había hecho eso a sus hijos, más que deber policiaco esto ya se estaba volviendo personal-Llévelos a un salón desocupado y que nadie salga del edificio.
-Así lo hare-el maestro empezó a subir cuando el policía vivió a detenerlo.
-Una cosa más-le dijo-Llame a la central de bomberos y pida que lo comuniquen con el jefe Wyvern, necesitamos un distractor, pida que venga un camión pequeño para que evacuen a los estudiantes-habiendo dicho esto Alberich asintió y se fue con los tres jóvenes.
-¿Estás seguro de que no quieres ir con ellos?
Aspros respiro profundo-Muy seguro-contesto recobrando la serenidad de su voz para luego virarse y mirar con cierto alivio a su amigo-Muchas gracias Kardia…de verdad…gracias.
-Todavía no agradezcas-le dijo Kardia tomando de nueva cuenta su arma-Aun no he entrado, tus hijos me suplicaron que no lo hiciera-el hombre en las escaleras bajo lentamente con la mirada centrada en la oscuridad de la entrada, si el culpable seguía ahí y si de casualidad llegaba a verlo no vacilaría en dejarlo como coladera-¿Alguna idea de en donde está el interruptor?-cuestiono afilando la mirada.
-A tu derecha, en la pared-fue su corta respuesta.
-Ok. A las tres, yo enciendo, tú apuntas y si es necesario disparas-eso era algo que Kardia no podía dudar, conocía muy bien a Aspros como para saber que le vaciaría el cartucho en las piernas a cualquier criminal inepto que osara meterse con sus hijos antes de arrestarlo-Entonces… una…dos…tres!
Salón de biología
Habían pasado unos minutos desde que el profesor Megrez salió para la dirección dejándoles la estricta orden de no salir bajo ninguna circunstancia del aula; Kanon estaba arrinconado aun lado de la puerta con las piernas abrazadas, lo único visible en su asustadizo rostro eran sus ojos que veían perdidamente a la ventana escudriñándola de extremo a extremo, la joven Kioko no estaba en un mejor estado, ella un seguía temblando sentada en el lugar del maestro mientras que Saga ocupaba uno de los lugares en las mesas próximas a la puerta, el chico estaba inclinado con un codo sobre la mesa , sosteniendo con la palma de su mano su frente y enredando en sus dedos parte de su cabello.
-¿Qué vamos a hacer?-la chica fue la primera en romper en silencio con una pregunta que salió casi automática.
-¿A qué te refieres con eso?-le atajo Kanon sin perder de vista la ventana.
-Esa…esa cosa nos matara como lo hizo con el señor Krisna… ¡Tenemos que decir…
-No nos van a creer!-le grito Kanon-O peor… dirían que estamos locos.
-¿Entonces qué?! Nos vamos a quedar callados esperando a que venga por nosotros?!-rechisto con los ojos aguados por la frustración y el miedo-Nosotros sabemos lo que paso!
-¿Qué no lo entiendes?!-protesto Kanon con las lágrimas rodando por sus pálidas mejillas-Si abrimos la boca eso no va a cambiar! Nadie estaba ahí aparte de nosotros! Tú misma lo viste, sabes que no podemos decirles la verdad!
-YA CALLENSE!-demando Saga desde su lugar, se enderezó mirando a su hermano y a su amiga con los ojos irritados y cara de fastidio-Kioko, Kanon tiene razón, no podemos hablar así a la ligera o terminaremos en un manicomio, sin embargo-esta vez volteo a ver a su hermano-Lo que ella dice también está en lo cierto. Kanon tú y yo sabemos cómo funciona esto, somos los únicos testigos y la policía nos va a interrogar hasta el cansancio, lo único que nos queda es idear una historia creíble.
-¿Y qué propones?- repuso Kanon con tono altivo-Te recuerdo que no eres el mejor mintiendo ¿ya olvidaste lo del campo de béisbol?
-¿Que paso en el campo de béisbol?-Kioko miraba de un gemelo al otro sin entender nada-¿Qué no me oyen?! ¿Qué paso?!
-Esa cosa se llevó a Yato-espeto Saga sin siquiera mirarla-Intente mentirle a Papá, pero no me creyó y un no le he dicho nada al respecto.
-Ni mi hermano, ni yo somos buenos mintiendo-concluyo Kanon.
-Pues van a tener que aprender. Los tres contaremos la misma historia, usaremos una que otra variable para que no sospechen y…
-¿Y luego qué? ¿Nos confinaremos en nuestra habitación por siempre?
-Kanon!-le reprocho el mayor.
-¡Es esa maldita mariposa y lo sabes, Saga!-acuso el menor-Desde que ella apareció también lo ha hecho esa…esa… ¡Lo que sea que sea!
-Kanon basta!-le grito Saga cuando escucharon el ruido de un motor fuera del edificio, los tres corrieron a la ventana y vieron a dos hombres bajarse del vehículo-Son Sísifo y Manigoldo!
-Demonios, esos dos huelen las mentiras a kilómetros!
-Ya no podemos perder más tiempo, tenemos que actuar-declaro Kioko-Mientras sigamos fingiendo que estamos en shok será más difícil que descubran si mentimos, Saga: tendrás que imitar a Kanon como cuando se encuentra en un lugar cerrado, Kanon: tú le ayudaras.
-Está bien, pero ¿y que hay con la historia?-el menor le miro expectante.
-¿Olvidaste mi cuento? No se preocupen yo veré que invento.
De regreso al almacén
Los cuatro detectives tenían la misma expresión en el rostro, Sísifo y Manigoldo habían llegado justo en el momento que se encendieron las luces, el cuarteto se había quedado sin habla, lo que el bombillo iluminaba era una de las escenas más perturbadoras que habían visto en su vida, había sangre desde el techo hasta el suelo, pero eso no era lo más escalofriante…los restos del cuerpo despedazado del conserje estaban desperdigados por todo el sótano.
-HM!.. Voy a vomitar!- Sísifo se cubrió la boca, la escena era tan repugnante que no resistió la urgencia de devolver el estómago.
-Pero… ¿Qué carajos paso aquí?-Kardia apenas salía de su asombro, cuando descubrió una mano mutilada enfrente de sus pies-Que mier…
-¿Quién haría una bestialidad así?-Manigoldo bajo su arma al confirmar que no había nadie.
-Eso mismo, Manigoldo…una bestia-Aspros no titubeo más e ingreso al sótano sin bajar su arma, fue seguido por sus compañeros, a excepción de Sísifo que más que blanco estaba verde.
-No olviden que no podemos tocar nada hasta que lleguen los forenses-les recordó el italiano saltando una pierna desmembrada.
-Viejo, aquí no hay nada que me interese tocar, no te preocupes por mí-dijo Kardia al ver que estaba por pisar un dedo.
-Oh! Chicos tienen que venir a ver esto!-anuncio Manigoldo que rebuscaba detrás de los pupitres que habían caído al suelo, para ese momento el detective Sagitarius ya se sentía mejor así que acudió donde sus camaradas…cosa que le convenía no haber hecho.
-Carajo! Pero qué asco!-soltó Sísifo antes de volver a salir a sacar las tripas-Lo siento muchachos… h!
Detrás de una pesada mesa y entre algunos pupitres ya despedazados estaba la cabeza desfigurada de krishna, parecía que un elefante la hubiera pisoteado, Kardia tuvo que tapársela boca y la nariz, ya su sistema lo estaba traicionando y no quería dar un concierto como su amigo el castaño.
-Con un demonio Sísifo! Estas dejando este lugar peor de lo que ya está!-grito Manigoldo que junto con Aspros era de los que tenían el estómago más fuerte.
-No puedo creer que los tres críos estuvieran aquí encerrados…-dijo el muchacho cada vez más asqueado-No llevo más de tres minutos y ya siento que esto me dejara secuelas.
Aspros seguía sin pronunciar palabra, estaba demasiado perturbado, pero más que nada preocupado por el estado mental de sus hijos, si para ellos que eran policías les parecía horroroso ¿Qué habría sido de los más pequeños que lo presenciaron todo?
Pasaron unos minutos antes de que llagaran los bomberos, Alberich había dado la mejor excusa que se le había ocurrido, una posible fuga de gas e inicio de un fuego cerca del almacén, automáticamente todos los estudiantes fueron enviados a sus casas, lo que tomo una hora aproximadamente, después de eso llegaron los forenses junto con Sage que antes que estaba tan desconcertado como el resto.
-Manigoldo!-llamo al italiano que estaba conversando con uno de los forenses, el hombre, al igual que las demás unidades había llegado por la parte trasera, los bomberos se habían tomado la molestia de ayudarles a abrir las pesadas puertas traseras y ahora todo era visible.
-¿Viene a la fiesta, Sage?
-Veo que a pesar de las circunstancias tú no pierdes tu toque muchacho ¿Qué paso y en donde esta Aspros?-el viejo no tenía cara de buenos amigos en ese momento.
-Es parte de mi personalidad ¿Qué puedo decir? Aspros está en el edificio interrogando a una niña, Sísifo y Kardia están interrogando a los gemelos por separado, aunque no creo que los críos quieran hablar al respecto en este momento.
Salón de biología (B)-Interrogatorio con Aspros.
El mayor estaba sentado en el lugar de Alberich con las manos juntas sobre la mesa, viendo fija y seriamente a Kioko que apenas podía sostenerle la mirada, el policía no se dio cuenta de que la chiquilla estaba nerviosa.
-¿Es la primera vez que te interroga un oficial?-pregunto como si nada, a la espera paciente de una respuesta, la chica asintió-¿Estas asustada?-ella se encogió de hombros y asintió otra vez , por dentro estaba tratando de seguir al pie de la letra las instrucciones que le habían dado los dos hermanos acerca de cómo se mostraba una víctima frente a un policía…siempre vulnerable, eso le evitaría las preguntas rápidas y agresivas o intimidantes-Kioko… ¿tú sabes quién soy, no? En este momento.
-El detective Aspros Géminis…-musitó la niña.
-Se supone que sí, pero en este momento también soy un padre preocupado ¿comprendes lo que te digo?
-Sí señor.
-Entonces, sabes que puedes confiar en mi ¿no?-la chica lo miro apenada-Kioko… ¿podrías decirme que fue lo que paso? Sé que no es fácil para ti, pero necesito que me ayudes para ayudarlos a ustedes.
Era el momento de empezar a actuar, los actores principales serian ellos tres y sus escenarios serían las aulas de biología para Kioko, matemáticas para Kanon e historia para Saga.
-H…Todo empezó cuando el señor krishna…-Kioko trago grueso y se le aguadaron los ojos al recordar al amable conserje, pero se esforzó por controlarse, al parecer su acto empezaría con un par de verdades-Llego por ellos cuando estábamos con el profesor Alberich porque estaban castigados y debían…
Salón de matemáticas (M)-interrogatorio con Sísifo.
-Teníamos que ayudarle al señor krishna a arreglar el almacén-relataba Kanon con los puños cerrados y la faz tensa, sentía como las lágrimas querían emerger, pero él no se los permitía ¡rayos! No había pensado que fuera a ser tan difícil-Cuando llegamos al sótano…
Salón de historia (H)-interrogatorio con Kardia.
-El conserje nos explicó que teníamos que quitar los mesa bancos para despejar las puertas traseras, luego salió para…para…-al chico se le corto la voz de a trancazo, ahora entendía cuando su padre le decía que la parte más difícil del trabajo era hacer que un testigo hablara-Repara unas cosas y nos dejo solos, luego…
(B)
-Llegue yo y para ese momento ellos ya casi habían terminado
(M)
-Nos faltaba una mesa y Kioko llego para ayudarnos y para disculparse por no asistir al juego de mi hermano.
(H)
-El señor krishna regreso y nos ayudó a mover la mesa, luego nos dio permiso para irnos y entonces…
-Entonces ¿Qué paso?-le alentó Sísifo compasivo-¿Qué paso, Saga?
(B)
-La puerta se cerró…
(M)
-Saga intento abrirla, yo me asuste porque…
-No te gustan los lugares cerrados-le complemento el oficial.
(H)
-Luego empezamos a oír ruidos en las puertas de atrás, como si alguien fuera a entrar, yo seguía jalando las manijas y Kanon se estaba alterando, entre en pánico.
(B)
-No teníamos idea de que estaba pasando, de un momento a otro nos cortaron la luz y… y… no, no pudimos ver nada!
(M)
-Kioko me arrastró a un rincón, no sé en donde se metió Saga, estaba demasiado oscuro y yo muy asustado! –Kanon se tapó la cara y rompió a llorar.
(H)
-Me oculte detrás de unas mesas!-el chico gimoteaba sin parar-Me tape los oídos! Esos…esos gritos!
(B)
-Empecé a gritar y Saga…Saga… intentaba pedir ayuda-Kioko también dejo salir el llanto-Ya sabíamos que el señor krishna estaba muerto! Sus gritos fueron horribles!
-¿Pero qué paso? No vieron a nadie? – por fin , Aspros llego a la pregunta importante-¿Quién lo hizo?
(H)
-No lo sé…-musitó el muchacho-No supe nada…
(M)
-No… vi nada
(B)
-No escuche nada más…
(H)
-Luego llegaste tú.
.0
Al finalizar los interrogatorios los paramédicos entraron y se llevaron a los niños a una ambulancia para que los revisaran, Sísifo y Kardia no salieron de las aulas, se quedaron a procesar todo lo que habían escuchado. Kardia se costó sobre el escritorio con las manos detrás de la cabeza mirando la luz en el techo, en eso paso una mosca y recordó a la curiosa mariposa.
Sísifo, por su parte, adopto la postura del pensador, sentado en una de las esquinas del escritorio, le costaba creer que esos muchachos hubieran estado encerrados en ese lugar y no estuvieran muertos de miedo como había visto muchas veces.
Por otro lado, Aspros estaba sentado en una de las sillas que estaban afuera de la dirección, con los codos en las rodillas y el rostro sobre sus manos, se sobó las sienes, se encontraba en medio de una turbación mental de la que no podía salir ¿Qué hubiera pasado si Kardia no hubiera aparecido?... se palmeo la frente para desaparecer la idea de su cabeza-No pienses en eso!-se reprochó.
-Oye ¿estás bien?-el jefe de bomberos llego a sentarse a su lado.
-Radamanthis ¿Qué haces aquí?-soltó con desgano-No me digas. ¿Quieres saber que paso?
-No idiota, vine a ver como estabas-le reprocho afable el rubio-Yo no estaría muy tranquilo si acabara de sacar a mi hijo de una escena del crimen.
-Gracias por tu apoyo-el peli azul hizo una mueca para relajar el rostro-¿Y Valentine?
-En casa, sin televisión, sin juegos…
-Castigado.
-A salvo-corrigió el rubio-No lo sé, con todo esto que está pasando… tal vez el que Val este en casa sea lo mejor.
-Tienes razón, no quiero otro chico en mi lista de desaparecidos.
-¿Agua?-Radamanthis le ofreció una botella con agua fría, el detective la acepto.
-Gracias-el hombre le dio lo que se conoce como "el gran trago" para luego bajar la botella y sincerarse con su amigo-Radamanthis, voy a ser franco contigo, como bien sabes no habrá clases por la investigación…pero si puedes tomarte un tiempo lejos de la ciudad hazlo-el otro lo miro extrañando-Es en serio, al alcalde no le importa si matan a alguien siempre y cuando nadie se entere, aquí no es seguro.
-Aspros!-apareció Manigoldo en el pasillo-Te buscan afuera!
-Voy en seguida!-anuncio-Disculpa Wyvern, tengo que irme. Gracias-se levantó y se alejó hasta la primera baranda de las escaleras.
-No, Aspros…Gracias a ti.
Casa de la familia Wyvern-3horas más tarde
-Linda ya llegue!-el inglés colgó su saco en el perchero y fue a tomar su lugar en la mesa para cenar con su familia.
-Hola mi amor ¿Qué tal tu día?-Pandora puso el plato delante de su marido y le dio un beso en la frente.
-Como siempre, lleno de fuego y cosas así ¿en dónde está Val?-pregunto como si nada.
-Arriba, le diré que baje a cenar-la mujer salió del comedor y llamo a su hijo desde las escaleras-Valentine!
El niño no tardo en bajar, la cena estuvo muy normal, hablaron de cosas vánales, nada importante, al final cada quien hizo sus deberes. Papá recogía la mesa, mamá lavaba los platos y el chiquillo sacaba la basura. Valentine salió con la bolsa de plástico por la puerta del patio y Radamanthis aprovecho para comentarle lo ocurrido hace unas horas a su esposa, al final ella le dio su opinión.
-Así que asesinaron al conserje…-Pandora se quedó callada un momento, lo bueno de ella era que no era como esas mujeres escandalosas que arman un drama, ella solo se tomaba su tiempo para pensar-¿Sabes que no podemos seg…
-Quiero que te tomes unos días con Valentine en lo que se componen las cosas.
-O en lo que encierran a esos niños-dijo al tiempo que enjabonaba una jarra.
-¿A qué te refieres?-el rubio dejo su labor de repente-Insinúas acaso que…
-Cielo, sale todo el tiempo en televisión, solo piénsalo, a la madre de esos niños la asesinaron, su padre apenas se acuerda de ellos, se la vive encerrado el departamento…
-Pandora!-el hombre azoto el salero en la mesa-No voy a permitir que te expreses así de Aspros y menos de sus hijos! Solo está haciendo su trabajo, es padre soltero por si no lo has notado y no porque él lo quisiera!
-Tú mismo dijiste que no había nadie ahí, eran tres chicos Radamanthis!
-Eso no los hace asesinos!
La discusión no se detuvo, ni siquiera notaron que habían pasado cinco minutos desde que Valentine había salido…
Continuara....
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