— ¿Estás trabajando mucho en ese dibujo, Orión? — preguntó Hermione curiosa levantándose de la silla frente al ordenador para acercarse a su hijo

El niño le mostró tres figuras delgadas, es nuestra familia, el bajito soy yo y esta del pelo largo eres tú.

— ¿Y quién es aquel hombre de arriba? — cuestionó su madre que
anticipando la respuesta trago saliva.

— Es papá cuidándonos desde el cielo como tu dijiste — Orión respondió.

— ¡Oh muy bien! — exclamó Hermione — ¿quieres qué lo ponga en la puerta de la nevera para recordándolo?

— Bueno — Orión aceptó .. sujetando su obra maestra entre las manos, corrió a la cocina y Hermione tuvo que controlar su emoción, no era fácil vivir con el recordatorio diario de Theo, pero había querido que Orión no se sintiera huérfano y tenía una fotografía enmarcada en la mesita del niño y un álbum de fotos en la estantería de su habitación

Los deditos de su hijo ya habían doblado las esquinas de todas las páginas...

La mayoría de las fotos mostraban a Theo y a Hermione juntos o a Theo solo, no había fotografías de la familia Malfoy, ya no quería tener nada que ver con ellos, especialmente con Draco... Aún recordaba que el día de su cumpleaños, Draco había ido a decirle que Theo estaba muerto.
No había dicho mucho más, pero su actitud dejaba claro lo que pensaba.

Una semana antes, la familia Malfoy le había ofrecido cincuenta mil dólares por alejarse de Theo y si hubiera aceptado, él seguiría vivo.

Hermione nunca olvidaría la amargura en esos despreciativos ojos grises.

¿Cómo podían ser dos hermanos gemelos tan diferentes?

Theo había sido un hombre cariñoso, encantador, alegre y generoso, pero cuando pensaba en Draco solo se le ocurrían adjetivos como frío, mercenario. esnob y manipulador, ella lo había experimentado de primera mano.
El timbre interrumpió sus pensamientos.

— ¡Voy yo! — gritó Orión

— Un momento pequeño, tú sabes que no puedes abrir la puerta — Hermione refutó tomándolo en brazos para llevarlo a su cuarto.

Pagaba un alquiler razonable por el apartamento de dos dormitorios, pero el vecindario no era el mejor de la ciudad, y cuando sonaba el timbre Hermione enviaba a Orión a su habitación hasta comprobar que no había ningún peligro.

Tal vez el año siguiente, si sus diseños por internet seguían vendiendo tendría dinero suficiente para alquilar una casita con jardín, pero hasta entonces...

El timbre sonó de nuevo dejando a Orión en el suelo, Hermione cerró la puerta del dormitorio,
no recibía muchas visitas y no estaba esperando a nadie, de modo que se acercó a la puerta sigilosamente.

Draco se puso tenso al escuchar pasos, ver a Hermione otra vez no sería agradable para ninguno de los dos, tal vez debería haber enviado a alguien en su lugar, pensó alguien que comprobase la situación, evitando que Hermione se pusiera a la defensiva.

Pero pasase lo que pasase del otro lado de la puerta tenía que hacerlo personalmente, tenía que hacer lo que debía por su familia, por la memoria de su hermano, incluida Hermione si el tiempo había hecho que entrará en razón.

Draco oyó que corría el cerrojo y contuvo el aliento mientras la puerta se abría...