Bajo La Misma Sombrilla
La tarde estaba fría y el cielo encapotado amenazaba con lluvia. Yuno caminaba con las manos en los bolsillos, su bufanda verde ondeando ligeramente con el viento. A su lado, Mimosa sujetaba con firmeza un gran paraguas verde, aunque no llovía todavía. Ella mantenía una sonrisa suave mientras sus botas hacían un leve ruido al pisar las hojas secas del parque.
—¿Por qué insististe en que trajéramos un paraguas si aún no llueve? —preguntó Yuno con su habitual tono calmado, sin apartar la mirada del camino.
Mimosa lo miró de reojo, su cabello anaranjado brillando con la tenue luz que se filtraba entre las nubes.
—Porque el pronóstico decía que iba a llover. Además, no quería arriesgarme a que tú termines empapado... otra vez.
Yuno levantó una ceja, recordando aquella vez en la que quedó completamente mojado porque, según él, "las nubes solo estaban de paso". Ese pensamiento le arrancó un leve suspiro.
—Sigo diciendo que fue un error de cálculo. —se encogió de hombros, intentando sonar serio, aunque Mimosa soltó una risita.
—Claro, "error de cálculo" —repitió ella con tono burlón—. ¿Sabes? Creo que el clima tiene algo personal contigo.
Yuno rodó los ojos, pero un leve sonrojo apareció en sus mejillas. No estaba acostumbrado a que alguien se preocupara tanto por él, y Mimosa lo hacía de una manera tan natural que siempre lo dejaba sin palabras.
De repente, un suave sonido de gotas empezó a resonar en las hojas de los árboles. La lluvia, ligera pero constante, comenzó a caer sobre ellos. Mimosa abrió el paraguas rápidamente, cubriendo a ambos.
—¿Ves? Te lo dije. —ella le dedicó una sonrisa triunfal.
—Supongo que tienes razón esta vez. —Yuno bajó ligeramente la cabeza para que el paraguas lo cubriera mejor, aunque esto los acercó lo suficiente como para que sus hombros se rozaran.
Mimosa se quedó en silencio por un momento, sintiendo cómo el calor subía a sus mejillas. Decidió romper el momento incómodo con un comentario ligero.
—Sabes... No eres muy bueno siendo agradecido. Al menos podrías decir algo bonito como "gracias por salvarme de la lluvia".
—Gracias por salvarme de la lluvia. —Yuno repitió sus palabras de manera tan monótona que Mimosa no pudo evitar reírse.
—No cuenta si lo dices así. ¡Ponle algo de emoción!
Yuno giró un poco la cabeza hacia ella, su mirada seria pero curiosa.
—¿Algo como qué?
—No sé... Algo como "Mimosa, eres increíblemente considerada y siempre sabes lo que es mejor". —ella lo miró con una sonrisa pícara, disfrutando de la idea de hacerlo hablar de esa forma.
Yuno la observó durante un momento, su expresión imperturbable, pero luego dejó escapar una ligera sonrisa, algo rara en él.
—Mimosa, eres increíblemente considerada y siempre sabes lo que es mejor. —lo dijo con tanta sinceridad que Mimosa quedó en silencio, completamente roja.
—Y-Yuno... —balbuceó, tratando de no tropezar con sus propias palabras—. ¡Estás haciendo esto a propósito para avergonzarme!
—No fuiste tú quien pidió emoción. —su sonrisa se amplió apenas un poco, lo suficiente como para que Mimosa supiera que estaba disfrutando del momento.
El sonido de la lluvia continuó mientras ambos caminaban, el paraguas los mantenía cerca el uno del otro, y aunque el frío seguía presente, había algo cálido en la forma en que sus pasos se sincronizaban.
—Sabes, Yuno... —Mimosa rompió el silencio, su voz ahora más suave—. Me gusta que, a pesar de todo, siempre eres... tú mismo. No intentas ser alguien diferente, y eso es algo que admiro mucho.
Yuno la miró de reojo, sorprendido por la honestidad en sus palabras.
—Y a mí me gusta que siempre encuentres la forma de hacerme sonreír, aunque no lo demuestre mucho. —sus palabras salieron con calma, pero cada una de ellas era sincera.
Mimosa se quedó callada, su corazón latiendo rápidamente mientras ambos seguían caminando bajo la lluvia. Aunque ninguno de los dos dijo nada más, sabían que algo especial había pasado en ese momento, algo que no necesitaba ser expresado en palabras.
Y así, entre risas, bromas y una silenciosa conexión, continuaron su camino, dejando que la lluvia tejiera un recuerdo que ambos guardarían en sus corazones.
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