Reconocer lo que es difícil de ver, difícil de comprender, porque no nos abrimos ante ello.  Ser capaz de reconocer lo que hay dentro,  lo que nubla,  lo que aparenta ser.  Dónde está la respuesta olvidada;  para la mayoría desconocida.  Dónde está la atención requerida o el consuelo anhelado, acaso en nuestros sueños, ilusiones o en la fantasía de un mundo cual nosotros mismos creamos. 

Nos escondemos para no ver el sufrimiento de nuestro alrededor,  para no buscar la verdad, pues, que fácil es ser egoísta y pensar solo en nuestro bienestar.  Disfrazar las mentiras que algunos les resulta verdad.  Dónde está la verdad; la buscamos tan lejos, tan compleja, tan inalcanzable, pero si no es así, y, si es todo lo contrario.  Por qué malgastar nuestro tiempo buscando la mentira disfrazada, que se disfraza de muchas maneras para llamar la atención. 

Simplemente seamos…

Es que vivimos en una sociedad donde somos esclavos del tiempo.  No hay vida si no podemos sentarnos ni tan siquiera en la plaza más cercana a tomarnos una taza de café y pensar... qué hacemos aquí; quizás, ir a la playa y preguntarse cómo esa agua llegó allí; o tal vez, qué hay más allá del cielo y de la tierra… 

Solo cargamos una agenda para ver qué compromiso tenemos hoy o la semana que viene, mientras unos cuantos deciden por nosotros, manteniéndonos ocupados y bajo la ignorancia.

Que tristeza ver como nuestra capacidad se basa solo en generar dinero, en aferrarse a la materia y no en desarrollar nuestro ser interno.

Alnellys