Episodio I Último día

Siento la espera, pero aquí tenéis el primer capítulo de este esperado libro.

Se despide, Green-ink18.

«Me siento genial, y a la vez estoy bastante triste. ¿Por qué? Hoy es la última clase de magia, y para ser exactos es ahora... ¡Ahora!»
Salto de la cama como si me empujarán y cojo lo primero que pillo del armario mientras Windy me observa enroscada en su camita XXL.
«Windy es mi shix, de pelaje verde y con una extraña costumbre de ser siempre un felino... De ahí el tamaño de su "camita".»

El caso es que mientras me visto no para de regalarme porque me desperté tarde. Hoy no tenía ganas de comer, y prefería dormir, así que decidí quedarme en la cama unos minutos más, ¡Pero no media hora!
Voy saltando por la habitación mientras consigo subir mis pantalones, y más tarde mientras Windy me ata las zapatillas me hago mi trenza. «Es toda una listilla. Sin dedos pero sabe atar cordones... No me lo explico.»

Cuando por fin estoy lista me despido de ella y la dejó dentro de la habitación mientras me marcho a paso rápido, muy rápido. Por el camino no puedo evitar recordar momentos, en diferentes pasillos o frente a las habitaciones. «No quiero llorar... Que ya nos vamos.» Después de mi momento de debilidad, conseguí llegar a la puerta de la clase, entera y sin lágrimas o los ojos enrojecidos. Todo un logro.

La clase estaba extraña. Y lo se porque faltaban la mitad de los muebles. Delante de la pizarra había un sillón, grande y vacío, y frente a este unas veinte sillas diseminadas, sin seguir orden alguno.
Además, la clase estaba casi desierta «¡Para esto me he pegado la carrera!» Solo estaban Zara y Lucas, y ambos me invitaron a sentarme con ellos.

-¡Diana, ven! -Zara me señalaba de todas las maneras posibles el sitio a su derecha, y Lucas sólo acertó a golpearse la frente con la mano, visiblemente avergonzado de las exageraciones de su compañera.
-Sí, sí Zara, ya te vi. Ademas esto está vacío, es imposible que pases desapercibida. -La chica enroscó un mechón de su lila cabello en su dedo índice, en un gesto de vergüenza.
-Lo siento, pero estoy nerviosa, ya casi hemos acabado y la clase esta extraña... Me temo lo peor. -Mientras hablaba me fui acercando a ambos, y después de sentarme donde me dijeron comenzamos una conversación en torno a ese tema que tanto preocupaba a Zara.

A los pocos minutos comenzaron a llegar todos los demás, y con todos me refiero a todos los guerreros, no solo a los que les tocaba esta clase. Yo por mí parte estaba sumergida en mis pensamientos, pero una palmada en mí hombro me devolvió a la realidad. Cortesía de Irisac «Ahora porque pegó el estirón y es más alto que yo esta muy subido, literalmente.»

-Te dejaste a una pobre olvidada. -Fruncí el gesto y una bola de pelo verde saltó a mi regazo-. ¿Windy, qué haces aquí? Te dejé en la habitación.
-Había que traer a sus shix, por suerte Colin me vio en tu habitacion y se lo dijo a Irisac. Menos mal que eres tan despistada y te dejaste la puerta abierta. -La gata me miró con sorna, y yo le devolví la mirada. «Esto es una guerra.»-. Por cierto, da las gracias al chico.

Me giré a Zack y le conté todo lo que Windy le decía, que por cierto agradeció y respondió con un: "Siempre ayudaría a alguien querido por tu dueña". Respuesta que me hizo enrojecer un poco, y solo un poco porque ya me he acostumbrado a ellos. «Zack y Deep se lo pasan genial haciéndome enrojecer... Simplemente vergonzoso.»

El chico me rodeó mi cintura con su fuerte brazo. Sí, fuerte. La lucha cuerpo a cuerpo y aprender a manejar la espada le han sentado genial. «Y yo bueno, crecí dos centimetros, todo un logro, y ya esta... No contaré toda mi vida.»

Mientras Zack me hacía cosquillas sin motivo sentí que nos observaban, de lejos y de forma descarada. Me giré y ahí estaban, esos ojos azules que me siguen a todas partes... «Deep, esto ya es demasiado, pero no me puedo enfadar contigo, todo mi odio lo tiene guardado tu compañera. Con llave. En una caja fuerte. Dentro de un volcán.»

Le sonreí y el me devolvió la sonrisa, para luego decirle algo a Naya y acercarse a nosotros. La chica no pareció darse cuenta de que su compañero se marchaba, pero Zack si que notó que se acercaba, porque aumentó su agarre y se tensaron sus músculos. «Soy muy atenta cuando quiero...»

-Hola Diana, hoy te ves genial. -El tritón se sentó tras de mí, y Zack por inercia acercó su silla más a mi lado, ganándose una mirada por parte de este-. Irisac no pretendo comerla por si te preocupa. Sería un idiota, pero por el contrario tú si serías un gustoso plato para descuartizar -tragué con nerviosismo y observé el rostro inexpresivo del chico, como si apenas hubiera reaccionado con lo que ha dicho. Muy diferente a Zack, que ha apretado sus puños con fuerza, mucha fuerza...

«Por favor, por favor Wind aparece ahora, no quiero ver sangre y teno que pueden llegar hasta ese punto. Llevan demasiado tiempo conviviendo de este modo... No quiero peleas.»

En ese instante, una gran nube de humo gris apareció en el lugar donde se encontraba el sillón de Wind, y cuando esta se disipó pudimos verle sentado. «¡El mundo me ama! A partir de ahora sere buena, lo prometo.» Todos callaron de golpe, y Deep y Zack dejaron su enemistad aparte para observar, al igual que todos, al recién llegado.
Estaba apoyado en su bastón y mantenía una posición erguida, aún con sus problemas de espalda. «Últimamente ha tenido más problemas con ella, pero bueno, siendo un antiguo guerrero a soportado cosas peores.»

-Bien, felicidades. ¡Se matricularon! -El profesor nos sonrió a todos, y después de crear unos pequeños fuegos artificiales, siguió hablando-. Como recompensa tendréis el día libre, y espero que mañana esteis presentables para la ceremonia. Me alegra anunciaros que todos habéis pasado el año con grandes notas, algunas mejores que otras, pero todas aceptables. Os deseo una agradable mañana y un hermoso futuro. -Poco a poco nos fuimos acercando al profesor a despedirnos. «Sé que podremos hacerlo mañana, pero prefiero hacerlo ahora, vaya a ser que mañana no podamos o sea poco tiempo.»

-Al final no era nada malo, ves Zara. -Iris estaba sonriendo dulcemente a la unicornio, dándole a entender que no debía haberse preocupado-. Y Diana, ¿vas ahora con nosotras al centro?

-Sí, pretendo ver los nuevos diseños de Clarie y elegir. -Clarie ya debe de estar aburrida de verme, o agotada. Creo tener ya unos treinta vestidos confeccionados por ella... Muchos vestidos para una sola chica, pero debe ser la sangre real.

Las tres shix: Butter, Sue y Windy saltaron de la alegría, y esta última se enroscó en mí pierna mientras salíamos las últimas de clase. En unos llegamos al pasillo de las habitaciones, y al poco rato ya íbamos con dinero hacia el centro.
Gracias a nuestra queja el camino para llegar al centro comercial es un poco más ancho. «Antes era un camino muy estrecho entre los árboles, y te arañabas con todo. Todavía recuerdo los rasguños de mi cuello...»

Cuando llegamos entramos rápidamente y fuimos directas a la tienda de Clarie, aunque hicimos una pequeña parada para nuestras shix. Las tres de habías transformado en pájaros «Muy a regañadientes la mia», para que no llamaran mucho la atención y así dejarlas en la peluquería para mascotas sin problemas.

Recorrimos los pasillos rápidamente, y aun intentando no llamar la atencion, todos los que pasaban por nuestro lado se nos quedaban mirando. Es decir, nuestro cabello nos delata «Recuerdo cuando unas chicas se pintaron el pelo para llamar la atención, pero les salió el tiro por la culata y acabaron pilladas y con el pelo rosa fucsia para nada.»

-¿Algun día se acostumbrarán? -pregunté mientras dejábamos atrás a dos chicos con gafas de espejo y tupés estrafalarios que nos acababan de hacer un chequeo con la mirada.
-No creo. -Zara se estaba riendo detrás mía, pues le hizo gracia el comentario-, pero lo que si creó es que les has gustado.
-¿Y eso? -fruncí el ceño y observé a mi morada amiga, que parecía oírlo todo.
-Porque han dicho: "No, no, no. La mejor es la de ojos verdes..." -Zara repitió la frase con un intento de voz de macho, lo que nos hizo reír a Iris y a mí.
-Bueno, dejemos a los chicos. Hemos llegado a la tienda. -Iris ya estaba en la puerta y la empujaba lentamente, intentando como cada vez que venimos no hacer sonar la campaña colgada delante de la puerta. Y como siempre, fracasó. Esta sonó con su habitual timbre de librería.

Entramos una detrás de la otra en fila india, yo la primera, para poder hablar con comodidad con la anciana propietaria.

-Hola Margot. -La saludé moviendo la mano para que se percatara de mi presencia. La anciana estaba tejiendo un bonito pañuelo, y cuando me vio sonrió con esa dulzura tan propia de ella.
-Hola su majestad. -Muy poca gente sabe que yo soy en realidad una princesa y entre ellas está Margot y Clarie. Lo saben y les pedí que no lo contaran a nadie, cosa que han cumplido por el momento-. ¡Clarie, Diana y sus amigas han venido!

Clarie no tardó más de dos segundos en aparecer por la puerta de detrás del mostrador. Llevaba un lápiz en una mano y un gran cuaderno de dibujo en la otra. Estaba bastante colorada, y se notaba que no habbia dormido en bastante tiempo.

-¿Habeis venido a por vestidos? -pregunto rauda mientras se acercaba al mostrador y dejaba el gran cuaderno torpemente sobre él.
-Sí, ¿cómo lo has sabido? -la que preguntó fue Zara, que se había extrañado por su exactitud. Yo rei levemente por su rostro dudoso, e Iris... Bueno, ella observaba los conjuntos de la tienda sin prestar mucha atención a la conversación.

-Pues, bueno, todas las tiendas están sacando vestidos y ayer hable con unas amigas para preguntarles. Me dijeron que se acercaba la fiesta de final de curso, y fiesta es igual a vestidos. -Clarie sonreía mientras sus rizos zanahoria danzaban al son de su leve tembleque.
-Ah, pues sí que queremos vestidos. Para ser exactos tres. Para mañana -dijo Iris acercándose a Clarie con una mirada penetrante. «Parece ser que cuando le interesa está la primera.» -Voy a ver que tengo -Clarie no tardó nada en salir a la trastienda y buscar los vestidos. En el exterior de la tienda apenas tiene vestidos colocados, y eso que ganaría mucho si los dejara a la vista.

Apareció unos momentos después con un gran montón de plásticos, en cuyos interiores había fantásticos vestidos. Nos fuimos a los probadores y decidimos cuales nos probaríamos.
Zara escogió una morado de cuello "halter" y cuerpo ajustado; e Iris uno de manga tres cuartos, con adornos florales y en amarillo y negro.

Pero el problema es que a mi no me convencía ninguno. Nunca me había ocurrido esto con los vestidos de Clarie. Las otras chicas entraron en los probadores, y mientras se cambiaban Clarie me llevó a la trastienda para enseñarme algo especial.

-Ven, si no te gustan estos tengo algo que enseñarte. -La chica agarró mi brazo y me llevó al mostrador, pasamos la puerta de detrás y me adentré a un mundo nuevo «Bueno no era un portal ni nada por el estilo, pero se sentía que no estábamos en el mismo lugar.»

Había una gran mesa de madera en el centro de la sala, con una gran lámpara que la alumbraba, una silla de despacho, y muchos lápices de colores y reglas, además de una cantidad de innumerables papeles espurreados por la mesa. A su lado había una papelera nnela de papeles arrugados, los que supuse serían sus ideas fallidas.

Alrededor de la mesa había un gran colgador lleno de vestidos, que tuvimos que traspasar dos veces, ya que dibujaba un círculo por fuera del escritorio para cruzar la habitación.
Estornude varias veces por culpa de la plumas, y algunas acabaron en mí boca. También noté una gran cantidad de telas y colores explotando delante de mis ojos, y cuando por fin lo cruzamos todo pude quejarme a la propietaria de semejante cantidad de telas.

-Eso era una selva de ropa. -Me agaché y me sujete por la rodillas haciendo que recuperaba el aliento.
-Ya, a que es espectacular -respondio ella con un brillo de alegría total en los ojos mientras cogía de nuevo mi brazo y me arrastraba un poco más.

Alcé un poco la cabeza, y me quedé estupefacta con lo que había frente a mí. Tres pedestales, y sobre ellos unos grandes maniquíes negros vestidos con estupendos trajes.

El primero tenía un hermoso vestido de novia. Era largo, entallado en la cintura y luego se abría en una gran falda. Con brillos plateados que pasaban a verdes en la falda, y escote corazón. «Precioso, pero como que no voy a ir de novia, al menos en un tiempo más bien lejano... Muy lejano.»

El siguiente era un vestido corto, rojo intenso, y con tirantes que caían a los hombros. La falda estaba cargada de capas de tul, de diferentes tonos rojizos y un corsé rojo liso, con un dibujo en el escote. «El vestido es hermoso, pero prefiero un vestido largo... No ssé pero lo veo mejor para la ocasión.»

El último era un vestido entallado, de escote corazon y sin espalda. Hecho de una tela muy fina con dibujos de hojas, en degradado de verde a dorado; largo hasta el suelo.
El bajo del vestido tenía un color dorado no demasiado brillante, y el dibujo de las hojas era inexistente.

Clarie se acercó a donde yo estaba observando el vestido, y me habló sin perder este de vista.

-A que es precioso, no te lo quería enseñar con las otras por si lo cogían antes que tú. Es el primer vestido que diseñé después de conocerte. -La chica sonrió y lo agradecí antes de que siguiera hablando. Todo un detalle de su parte-. Fue irte por la puerta con mi vestido, y llegarme la inspiración. Tarde mucho más de lo que esperaba porque no había la tela que quería por ningún lado, y tuve que hacerla yo, pero el resultado es espectacular. Es hecho para ti, y como ya te vas, creo que ds el momento para que te lo pongas, me harías muy feliz si lo hicieras, la verdad.

-Eres espectacular -fue lo único que pude articular después de lo que la chica me había dicho. «Asi que ese vestido estaba basado en mí, hecho para mí. No me lo puedo creer.» Y después de volver a La Tierra de mi mundo de fantasía, pude hablar de nuevo-. Por favor dámelo que me lo quiero probar.

Al momento la chica sonrió, me abrazó rápidamente y se subió al pedestal para quitar en unos pocos segundos el vestido del maniquí. Me lo dio colgado en una percha y me fui corriendo junto a ella hacia los probadores. No me acorde de Margot mientras salía apresuradamente del almacén, y cuando me vio corriendo con el vestido preguntó:

-Oh, querida. ¿Me enseñas el vetido? -Me acerqué lentamente a la anciana y le enseñé el vestido. Parecía extrañada, po r lo que seguramente no lo habría visto.

Mientras la señora contemplaba los detalles del vestido su nieta cruzó el umbral de la puerta del almacén. La había dejado bastante atrás, con mi carrera imprevista y que yo soy rápida me adelanté a la muchacha por mucho. Cuando esta se acercó a su abuela y a mi la anciana habló de nuevo, después de devolverme el vestido.

-Cariño, nunca había pensado que podías hacer cosas tan hermosas. Había visto vestidos tuyos muy bonitos, pero ninguno comparable con este. Bueno, ve rápido a ponértelo que ya estoy ansiosa por verte con él. -Eso último me lo dijo a mí, pues me miró con alegría y señalando todo el tiempo hacia los probadores mientras hablaba.

Cuando llegamos Zara e Iris se estaban viendo en los probadores y ambas estaban estupendas. El vestido de Zara tenía un bonito recogido a la derecha, lugar en el que el morado se oscurecía e Iris; su vestido tenía pequeñas mariposas además de las flores que vi la primera vez.

En cuanto llegué me preguntaron el porqué de mi huida apresurada, pero al ver el vestido que colgaba de mi brazo izquierdo callaron. Se acercaron poco a poco y me enseñaron sus vestidos. Las dos parecían muy ilusionadas.

-¡Mira que morado es, y el detalle de la cadera! -gritaba Zara mientras pegaba pequeños botes y agarraba a Clarie para que se uniera a su alegría.
-Me encanta el color, y la falda es estupenda. -La siguió Iris mientras daba vueltas y vueltas con su florido vestido, algo más calmada que la unicornio que todavía no había parado de saltar.

-Pues yo me voy a cambiar, esperad unos segundos. -En ese momento me metí en uno de los probadores, colgué el vestido en el colgador y me quite la ropa rápidamente. Tendría que buscar zapatos, pues no tenía ningunos dorados.

Me puse el vestido con rapidez, y como este rennia cremallera llamé a Clarie para que me ayudara. La chica entró en el probador, y cuando me subió la cremallera y vio el aspecto que tenía soltó algunas lágrimas.

-Perfecto, simplemente perfecto. -La chica estaba apoyando sus manos en mis hombros y yo sonreía a su cara reflejada en el espejo.
-Bueno, voy a salir que este vestido se merece que lo luzcan. -Como contestación Clarie levantó la cabeza en signo de afirmación y limpio sus mejillas de las lágrimas antes de salir detrás mía del probador.
-Estas espectacular. -Iris se había acercado a mi y tocaba la tela de mi vestido como si fuera oro en paño.
-Y yo que creía que nosotras íbamos estupendas. Oh princesita, tu nos eclipsas. No me acercaré a ti en toda la fiesta. -Zara estaba a mi lado y me hacia reír con sus comentarios. «¿Tan bien estaba?»
-Asi cualquiera caerá rendido a tus pies chica. -Iris imitó la voz de Zara al decir eso, y al segundo todas saltamos en risa.
-No digais eso. -Por su culpa me iba a pones colorada y no lo hice porque Clarie interrumpió el momento.
-Bueno, Diana, mi abuela quiere verte. -La chica habló en susurros, como si temiera que me enfadara por cortar el momento.
-Ah, es verdad. ¡Margot ya voy! -grite mientras cogía como podía el bajo del vestido y me iba lo más rápido que podía hacia el mostrador.

Allí la mujer cuando me vio salto de su asiento, y de la emoción una solitaria lágrima escapó de sus ojos. En todo mi año yendo a esa tienda nunca, y digo nunca sin exagerar, la había visto levantarse por nada, ni la vez en la que su nieta se cayó llevando una pila de cajas al almacén y miles de perlas y plumas salieron disparadas. Este era un momento excepcional, y cuando me acerqué a ella me habló con una voz dulce y clara.

-Su majestad, esta usted radiante. Es un honor para mí que mi nieta os haya vestido de este modo, mas nada sería posible sin la belleza que usted posee. -Y después de este corto, pero lleno de sentimiento discurso, la anciana se agachó un poco y se postró ante mí antes de volver a sentarse, pero mucho más erguida que de costumbre. La anciana se puso a rebuscar entre los cajones algo, y no me miró, por lo que no pudo ver las lágrimas de emoción que corrían por mis mejillas.

Adoraba a esa señora. Antes no me daba cuenta, pero después de lo que ha dicho y de recordar como me ha tratado todo este tiempo he llegado a la conclusión de que les tengo un gran aprecio a ambas, ella y su nieta. Y que ayudaré a Clarie cuando llegué la hora de Margot, que rezo sea lo más tardía posible. Espero poder verlas a ambas en Mirec «Siento a Margot como la abuela que nunca tuve...»

Con todo eso no me había dado cuenta de que la anciana había sacado una caja de metal dorado, en la que ponía con grandes letras: "Para mi princesa". En ella, cuando Margot la abrió pude comprobar que había unos zapatos, pero no unos zapatos normales.
Zapatos dorados, del mismo tono que el bajo del vestido, y con la plataforma y el tacón del mismo verde, difuminado hasta llegar al dorado de la parte superior. Eran hermosos, y en la brillante y verde suela tenían grabada una gran "R" mayúscula.

-Oh, no puedo aceptarlos. Son demasiado bonitos -le dije a la anciana cuando me fue a entregar la caja.
-Sí que puedes, pues estos zapatos me los regaló tu abuelo en su día. Y yo te los quiero dar a ti. -«Son un regalo de mi abuelo... No me los puedo quedar, deben ser algo importante para ella.»
-No sé... -Intentaba salir del apuro sin llevarme los zapatos, pero la anciana era muy persistente.
-Te los llevas y no hay más que hablar. Hazlo por nosotras, está espectacular en la fiesta y cuida de todo. -Margot no dejó de dibujar una sonrisa en su rostro en ninguna de las palabras que dijo y me entregó la caja por quinta vez, esta por fin consiguiendo que yo la acepte.
-Bueno, aceptaré su oferta, pero que sepa que soy la princesa y os recompensaré por ser tan amables conmigo cuando recupere mi trono, os prometo que no pasaréis hambre, y tendréis ambas un sitio en mis pensamientos. -Clarie pegó un gran salto, y asintió con la cabeza repetidas veces, soñando seguramente con visitar Mirec algún día.
-Para nosotras será un honor, su majestad -contestó la anciana respondiendo por ambas-, y ahora iros, que no debéis llegar tarde a comer.
-Gracias de nuevo. Buena mañana -me despedespedi antes de irme de nuevo a los probadores, para después salir de la tienda junto con mis amigas.

Las shix, al haberse quedado en la peluquería no verían nuestros vestidos hasta mañana. Cuando las recogimos tenían el pelaje brillante, y la cola de Windy, ya que se había transformado en una leona para que la peinaran, pues sería su aspecto durante la fiesta, estaba llena de brillos verdes y dorados. Era espectacular que hubieran acertado en los colores, y se lo dije a Windy. Ella por su parte me respondió con un alago hacia su propia persona:

-Esos colores me quedan genial, la coinccoincidencia es que tu vestido sea igual a mis brillos; no al revés. -Golpeé mi cabeza con la palma de la mano. «Otra cosa no, pero el ego lo tiene alto...»

Estuvimos riendo todo el camino. Ella se tuvo que transformar de nuevo en pájaro, y según lo que me contó no sse transformaría en leona hasta que quedara poco para el baile, y así no estropearía su peinado.
Ninguna shix lo sabía, pero antes de ir a recogerlas habíamos comprado unos detalles para cada una. Exactamente para ella tenía una tiara y un collar a juego con mi vestido; y con su cola.

(...)

Pronto llegamos al campamento, dejamos todo en los armarios, yo evitando evitando que Windy viera las joyas, y nos fuimos las dos juntas al comedor.
Por el camino nos encontramos con Deep y Ty, su shix transformado en un lobo azul marino.

-Hola -me saludó sonriente el tritón mientras nos veía acercarnos a ellos-. ¿Vais al comedor? Porque nosotros también, ¿vamos juntos?
-Sí -respondí-, a ambas cosas sí.

El chico dibujó una sonrisa en respuesta y se acercó un poco más a mí, dejando poco espacio entre nosotros. Windy mientras se transformó en loba para hablar con Ty...

Ambos iban delante nuestra, y parecían muy cómodos, porque de vez en cuando se daban manotazos amistosos y aullaban, señal de alegría.

-Mira que bien se lo pasan estos dos. -Deep señaló a los shix que aullaban frente a nosotros, claramente felices-. Mientras nosotros aquí callados...

El chico me paró en seco, y los shix siguieron su camino sin darse cuenta de que nos habíamos detenido. En todo el tiempo no separé la mirada de ellos, e iban despreocupados mientras avanzaban hacia el comedor. No pude evitar preocuparme por si les ocurría algo «En realidad me preocupa que Windy queme algo. Sé que Ty es responsable pero a Windy la conozco lo suficiente para no fiarme...» En ese momento Deep me agarró con suavidad de labarbilla y giró mi cabeza para que le mirara a los ojos.

-No les pasará nada. Saben el camino y también defenderse, no me preocuparía por ellos. -El chico me acercó más a él, y consiguió que quedáramos separados por unos míseros centimetros-. Me preocupas más tú. Mañana será el último día en el que te vea. Estaremos en puntos separados de La Tierra por un tiempo indefinido, y me asusta que pueda existir la posibilidad de que no vuelva a verte. Ya sea porque me ocurra algo a mí como a ti. Y me destrozaría a mi mismo por dejar que te ocurriera algo.

No pensé que mi tritón preferido fuera tan profundo. «Deep...» Y tampoco me esperaba esa preocupación repentina, que no parece tan repentina por las excusas que ha puesto. «Que no nos volvamos a ver, lo siento difícil... Todo me dice que esto queda para largo, que no es más que el principio.»

-Pero no estaré sola, tengo a Windy, y a Irisac. Él no dejaría que me ocurriera nada - intenté animarle acercándome más a él y moviendo su cabeza, que había girado, para que me mirara de nuevo.
-Ya, pero no puedo confiarle a la lagartija una vida tan importante para mí como la tuya. -El chico me observaba con una mirada indescifrable, pero sus ojos expresaban tristeza y un profundo, ¿amor? «Y mientras respiraba para no ofenderme por el calificativo de lagartija intentaba descifrar su mirada, que era más difícil que los puzzles de 5000 piezas.»

Yo poseo la habilidad de leer los sentimientos de los demás a través de los ojos. Esto se debe a que los Guerreros Mitológicos tienen habilidades especiales. No todos tienen las mismas y algunas son más comunes que otras.

Aunque me intenten esconder sus sentimientos los ojos nunca mienten y ya sé relacionar la forma de mirar o el tamaño de la pupila con un sentimiento. Por eso me extraña tanto notar eso en los ojos de Deep. «Y no, no es amor de hermano o amigo. Es "ese" amor...»

El chico acercó su cara a mí y beso mi mejilla, para después salir corriendo en dirección al comedor; justo por el mismo camino que antes habían tomado los shix. Yo mientras me quedé estática, en mitad del pasillo asimilando lo ocurrido.
Depp siempre había sido muy amable conmigo, pero nunca había pensado en él de ese modo. No me desagradaba la idea, pero sentía que engañaba a Irisac, aunque con él no tenga nada. Si fuera con otro a lo mejor no me sentiría tan mal, pero es Deep, y ambos se odian mutuamente... «Zack me odiaría de por vida.»

Decidí no pensar más en ello, ya que sólo conseguía amargarme más. Cogí camino al comedor, y como iba pensando en mis cosas choqué con alguien a la entrada.

-Quiítate de encima mía, joder! -gritó la chica sobre la que caí, y que deduje sería Naya. Me levanté lo más rápido que pude y comprobé mis sospechas. Era Naya, y estaba muy enfadada-. Así que eras tú la que me ha tirado. No puedes irte a tu jaula a jugar con las otras lagartijas, sino que además tienes que molestar a los demás.
-Ha sido sin querer, no te pongas así. No quiero pelear -le contesté tragándose las ganas de tirarle de los pelos. Por su compañero todos nos miraban, y por si fuera poco nos podíamos meter en una buena. Todavía recuerdo el incidente del primer día... Desde entonces me controlo bastante más-. Mira Naya, no quiero problemas el último día, después de mañana no me verás la cara en mucho tiempo, no te precipites. Por muy molesta que yo este contigo me contengo, haz tú lo mismo. -Yo solo intentaba ser lo más paciente posible, pero Naya no atendía a razones, y en un momento se tiró sobre mí y me agarró del pelo, haciéndome exclamar de dolor.

-¡Para!¡Ah!¡Me haces daño! -La chica me mantuvo agarrada bastante tiempo, además de que durante ese tiempo me pegó algunas patadas y puñetazos, que en una chica normal no dolerían, pero en Naya, que es casi tan fuerte como yo, hacían mucho daño. Estuvo así hasta que llegaron Deep y Zack y la separaron de mí.

Zack me llevó a una mesa y me cogió entre sus brazos para sostenerme erguida. Creo que había empezado a llorar, porque lo veía todo borroso, y lo único que distinguía, los ojos de Zack, irradiaban preocupación e ira. Aproveché que se había acercado todavía más a mí para apoyar mi cabeza en él, cosa que le gustó porque comenzó a hablarme:

-¿Estás bien? ¿Diana? Contesta, por favor... -Podía notar su corazón rebotar en su pecho, se notaba su nerviosismo. «¿Tan mala cara me dejó?»
-Sí, estoy bien, pero tengo la cabeza que me da vueltas. No consigo distinguir bien las cosas... -me cogí la cabeza y Zack limpió las lágrimas de mis mejillas.
-Naya las pagará por lo que te ha hecho -El chico había agarrado mis manos pero no me miraba. Estaba mirando hacia la mesa más alejada a la nuestra, en la que Naya estaba sentada al lado de Deep, recibiendo un sermón por parte de él y de Blod, que acababa de llegar cuando nos separaron, y escuchaba el alegato del tritón sobre lo ocurrido.
-Da igual, creo que ya estoy mejor. -Hice un intento por levantarme, pero tropecé en cuanto puse los dos pies en el suelo, y Zack me tuvo que coger en volandas.
-Venga, vamos. Te llevo a tu habitación, mejor será que descanses. -Me alzó un poco y me llevó hasta la puerta del comedor. Antes de salir pude ver el rostro de Deep, abatido y muy, muy enojado con la sirena frente a él. Dirigió su mirada a mí, y formuló con sus labios un: "Lo siento", al que intenté sonreír lo mejor posible.

El camino se me hizo más corto de lo que esperaba y antes de darme cuenta ya estábamos dentro de mi habitación, y Zack me sostenía delante de la puerta. Me pidió que abriera, y cuando lo hice me llevó al interior y me tumbó sobre la cama.

-No te preocupes, pronto llegará Windy, se ha quedado para explicar junto a Ty y Deep lo ocurrido a la directora. -Él estaba sentado en el borde de mi cama mientras hablaba, y cuando acabó se levantó y se acercó a la puerta para marcharse.

-Espera -le rogué justo antes de que saliera. Fue un acto reflejo, un acto reflejo que me ha dejado en una mala situación. «Odio mis impulsos extraños...»
-¿Qué ocurre? -me preguntó mientras me miraba y se acercaba con gesto preocupado.
-Nada, pero no quiero que te vayas. -Sonreí para conseguir que se quedara, y creo que le gustó porque sonrió de vuelta y se acercó de nuevo a mí.
-¿Sabes qué? -me preguntó mientras se acercaba más a mí, y se sentaba esta vez a mi lado. Negué con la cabeza y raudo me contesto -. Tengo mucha suerte.
-¿Y eso? -pregunte con voz inocente y una dulce sonrisa en el rostro. Zack se rió un poco se mi cara y no tardó demasiado en responderme.
-Porque soy tu compañero, y cuando vayamos a La Tierra no solo no me separaré de tí, sino que te tendré solo para mí. -Con eso Zack consiguió que me sonrojara, y él se rió todavía más conmigo, o de mí, no estoy segura de todo.
-Estas genial cuando te sonrojas. -Se fue acercando poco a poco a mí, y sujetó mi cintura con su brazo, dejándonos a ambos muy cerca el uno del otro.
-Pues tú estás genial siempre. -No sé por qué dije eso. Creo que fue la mezcla del momento, mi pulso acelerado y el tener a Zack tan cerca. Por suerte no la cagué mucho porque el se sonrojó y miró a otro lado. No creo que se esperará eso.
-Gracias... -Al segundo Zack me volvió a mirar y me alzó de un movimiento, dejándome sobre sus piernas, en una posición algo, muy vergonzosa.

Estábamos muy cerca, podía notar su respiración sobre mí, y sus ojos vidriosos. Sonreí y el puso su mano tras mi nuca, me acercó a él y estuvo a punto de besarme, de golpe se detuvo y se comenzó a alejar poco a poco. En su cara podía ver el miedo tintado «¿Qué ocurre?¿Y porqué no hice nada por evitarlo?»

-¿Qué pasa Zack? -le pregunté mientras se acercaba a la puerta. En un segundo me había dejado sobre la cama y se había levantado, aprovechando mi momento de debilidad.
-No debo, eres la princesa. -Después de esas palabras se fue de la habitación y cerró la suya con un portazo.«Se había arrepentido porque era la princesa. Por culpa de eso no me ha besado.»

«Pero yo quería que me besara... No sé ni que quería.» Me senté en la cama y comencé a llorar, todo era una mezcla de pena, impotencia e indecisión. Mi corazón parecía estar roto en trozos, y creo haber hallado al poseedor de una de esas partes... Así estuve no sé cuanto tiempo, pero sí sé que fue hasta que mi shix favorita entró a la habitación.
-Eh, Di, ¿qué te pasa? -En un momento saltó sobre mí cama y comenzó a acariciarme con su suave pelaje de gata mientras yo lloraba, lo que me reconfortó bastante. La cogí en brazos y comencé a contarle todo, con lujo de detalles. Siento que puedo confiar en ella para todo.
-¿Qué? -fue lo único que se le ocurrió decir cuando terminé de hablar. Le había contado todo, lo ocurrido y lo que sentía o creía sentir-. Es un estúpido, que seas la princesa no debe de molestar.
-¿Pero y si sí lo hace? No quiero que me ocurra más -me recosté en la cama y golpeé mi cara con una almohada. «Haber si el golpe me quita la estupidez de encima.»
-Si de verdad te quiere, luchará por ti, pero tú también deberás hacerlo. -Windy era muy sabía cuando se lo proponía, y la verdad es que en ese tipo de momentos me hacía falta-. Aunque pienso que Deep es mucho mejor... -Abrí los ojos con sorpresa y la gata sonrió mostrando todos sus pequeños colmillitos.
-¿Cómo? Windy, ¿has escuchado lo que has dicho? ¿No crees que ya tengo muchos problemas como para además añadir a Deep? -Windy negó lentamente con la cabeza y los ojos cerrados, para luego hablar lo más seria que pudo.
-Diana, desde que te conozco me he dado cuenta de muchas cosas, pero de la que estoy más segura es que tienes sentimientos encontrados. Por el tritón y por el dragón...

No pude evitar recordar los momentos con el tritón, desde los más antiguos hasta los ocurridos ese mismo día. «¿Sentimientos encontrados? Deep, por ti también siento algo...» Resoplé cansada, y mi shix se acercó un poco más a mí, hasta que nuestros ojos se encontraron-. Te recomiendo al tritón.

-Windy, eso lo dices porque te gusta Ty. -Los ojos de la gata se abrieron desmesuradamente, y pude observar que había dado en el clavo. Comencé a reír al ver su cara avergonzada, y ella me rebatió con otro tema.
Pasando así ambas toda la tarde.

(...)

A la noche Ty nos trajo algo de comer de parte de Deep y él, y le agradecimos por el detalle.
«Me siento mal, el último día antes de acabar y lo tengo que pasar con un dolor de cabeza inaguantable; dos moretones en el estómago y piernas, y la sensación de tener el corazón repartido en dos partes. Dos partes que luchan en mí interior por ganar la batalla... Todo me dice que voy a salir perjudicada, y espero estar equivocada.»


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top