Al llegar a casa esa noche me tope con quién menos quería, porque sabía que de alguna forma iba a atacarme y que ese lindo momento que pasé contigo sería opacado por un recuerdo sombrío.

Mi hermano comenzó a preguntarme que carajos hacía yo a solas contigo, cuando yo debía de estar trabajando y si terminé ir directo a casa.

Escuchar que mi vida debía reducirse a esa rutina me molestó y mucho, pero sobre todo me dolió que no confiará en mi.

Recuerdo decirle en tono alto que yo no estaba haciendo nada malo, que solo te habías ofrecido a acompañarme y que hablamos un rato.

Pero no quiso escucharme, seguía insistiendo en que yo no tenía que hacer nada contigo.

Cuando te conté lo ocurrido minutos después por mensajes, te molestaste y me pediste que me diera mi lugar, que yo era mayor para saber bien lo que hago.

"El sabe que tengo novia" escribiste porque sabías las cosas que se le estaban pasando por la cabeza a mi hermano.

Desde ese día hemos dejado de hablar, esa fue nuestra última conversación, porque al día siguiente mi hermano te habló y tu no quisiste terminar con esa amistad.

Era tu mejor amigo y lo preferiste a él.

Me dolió tanto ver como me ignorabas... como te alejabas de mí si yo estaba cerca, como dejaste de invitarme a las salidas que organizabas para todos y en resumen, me dolió que me abandonaras tan fácilmente.

Escuche luego que negaste esos besos que me diste... me trataste de loca cuando la novia de mi hermano fue a encarar todo por mí.

Me contó que tú habías dicho que nunca pasó eso y que yo estaba loca, contuve mis lágrimas al escuchar lo que ella me decía y evitaba verla a los ojos, no quería que viera como sus palabras me rompían desde adentro.

Me sentí traicionada. Mis sentimientos eran una mezcla de caos porque no podía evitar llorar porque te extrañaba y no quería sentir eso por una persona que me negó.

No quería estar enamorada de una persona que me trato de loca.

Intenté ser fuerte y hacer lo mismo que tú, ignorar iba a ser lo mejor, pero yo... aún así seguía pendiente de ti.

Me habías bloqueado por WhatsApp.

Pero te seguía viendo en Instagram.

Todo el enojo que sentía hacia ti se fue acumulando con el paso de los días y sobre todo al ver como te veías tan bien, sin sentir un poco de culpa.

Esa noche frente a ese restaurante de hamburguesas, ¿Lo recuerdas? Justo dónde yo estaba sentada esperando mi comida, fue donde nos dimos un beso.

Llegaste muy seguro de todo hasta que me viste, pero ignoraste mi presencia y yo intenté hacer lo mismo.

Pero no pude... te extrañaba tanto y tenía tantas ganas de correr a abrazarte, eso acabaría con la poca dignidad que me quedaba y por suerte, no hice nada.

Te observé de reojo, pero bajando la mirada cada tanto porque estaba al borde del llanto y no quería que vieras lo que me afectaba tenerte cerca.

Pero cruzar miradas es inevitable.

Viste mis ojos cristalizados y los tuyos tenían un brillo que no pude descifrar. Pero verme así solo hizo que ambos dejáramos de vernos.

Yo estaba sentada esperando mi comida... pero mi pequeña alma estaba corriendo para abrazarte.

¿Qué era lo que verdaderamente querías hacer o decir esa noche?

Mi cerebro me mantuvo firme en mi lugar.

Pero te aseguro que mi corazón no dejaba de gritar pidiendo un poquito de tu cariño y lloraba porque yo... no podía permitir que eso ocurriera.

Odiaba pelear conmigo misma, pero no iba a dejar que mi corazón volviera a sufrir nuevamente por la misma persona.

[♡]

Nota de Autora:

Esta parte me salió larga, así que merezco un beso ;)

En fin, espero que les haya gustado y dejen su comentario junto al voto.

Les amo.

Besos y abrazos.

- A.F.