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Supongo es aquí donde comienzo con mi confeccionarío y admito que desde pequeño he tomado la libertad de observar a cada individuo que se ha presentado en mi camino, ya sea equivocadamente o no.
Surge espléndido contemplar cómo cada persona pierde, algo tan valioso como lo es tiempo, en tonterías. De acuerdo con las investigaciones, según quien le sea preguntado dará un concepto e importancia diversa del tema, los filósofos lo consideraba una forma de presencia, para platón es la imagen móvil de la eternidad, Aristóteles escribió que se relaciona con el movimiento, San Agustín formuló que para él es una paradoja, para mí el tiempo es oro. Sin embargo, con cada fin de año, existen muchedumbres alrededor del mundo que forman un mensaje acerca del tiempo perdido, es donde explico que debes gastarlo viviendo el presente al máximo de una manera provechosa para el futuro, porque en un cerrar de ojos se ha desvanecido dándote el último aliento.
Con esto quiero decir que la vida gira entorno a las acciones que tú ejecutes día tras día, es por eso que debemos razonar en lo que diremos, como lo diremos e incluso la actitud que tomaremos, de tal modo evitar catastróficos desenlaces que impidan obtener lo deseado. Lamentablemente coro con desafortunados que han marcado mi futuro, que me persiguen y atormentan al rayar el ocaso, cuando el cielo se muestra reluciente y la luna baila con las estrellas.
Pero la vida debe seguir su ciclo mientras unos nacen otros mueren. Y si no sabemos distribuir nuestro tiempo, llega un punto donde se lamenta no haber estado con las personas correctas. Y aún que cueste confesar, duele haber alejado a quiénes más te amaban y amabas.
Por ello cada pequeño debe aprovechar a su familia, disfrutarla, abrazar lo más que pueda; esto me remota a mi infancia apenas era un niño de ocho años, mis padres solía reunir a nuestra pequeña familia para compartir una noche al menos una vez a la semana, chucherías y gaseosas acompañaban las anécdotas.
Una noche mi pequeña hermana quiso saber de la leyenda del hilo rojo. A su paca edad preguntaba de cada enunciado o historia que escuchaba.
-mami cuéntame la leyenda del hilo rojo.
-hay una leyenda de ello. Pregunto mi hermano con indiferencia.
-oh si pequeño. Contesto mamá. - hace mucho tiempos el príncipe de Gales buscaba el amor de su vida para le acompañara a reinar, sus sirvientes se vieron a la tarea de complacer sus caprichos sin embargo, había pasado más de un año sin rastro de la joven ideal, digna del príncipe, una tarde la bruja del pueblo tocó la puerta, personalmente fue a recibir la visita, ella le confesó que sabía de aflicción de su corazón por qué aún no conseguí encontrar a la joven, él curioso pregunto si la conocía, pero ella evadió la pregunta con un acertijo ''en tu mano un hilo rojo has de encontrar y cuando menos esperes él te guiará''. El príncipe desconcentrado pregunto hilo rojo, pero ella se había marchado no fue hasta diez años luego que entendió el acertijo cuando se encontró con una joven encantadora quien poseía el otro extremo del hilo aún que no le era visible él supo que era así...
-las leyendas no son verdaderas mami. Comenté.
-claro que si pequeño cada uno tiene un hilo rojo con destino de guía hacia el verdadero amor, y no podemos escapar de la persona que nació para amarnos fácilmente. Me dedico una cálida sonrisa.
Fue la primera y última vez que escuche del tema, dado que no era de mi interés lo que respecta al amor y sus misterios, ni menos di el mínimo esfuerzo indagando en el asunto. Hasta que la conocí y mi escritorio se encontraba repleto de libros que me ayudarían a identificar mis sentimientos.
Era raro para mí familiares verme tan metido en el tema sin embargo, abordaron las herramientas necesarias para la tarea. Pero paulatinamente se fue saliendo de control el expresar mis sentimientos y comencé a escribir cartas.
Recuerdo exactamente el día en que escribí la primera, fue poco después de que las semanas iniciales avanzaran, y admitiera que en el preciso momento cuando mis ojos conectaron con ella, algo en su persona consigo cautivarme. Quizás era la razón de mi ofrecimiento para mejorar su vida.
Era una agradable tarde la campana recién tocaba, ambo nos dirigíamos al campus alejándonos de tal forma del bullicio del estudiantil, y poder así planear la siguiente jugada con tranquilidad, tomamos asiento en las gradas, ella saco su libreta azul marino junto con un bolígrafo, mientras yo sacaba una libreta negra y lápiz de grafito. Comenzamos a discurrir con que podíamos callar al estereotipo barato de Barbie, llegando a la idea de escribir cada uno, una propuesta, luego revisar sus pros y contras.
Termine la mía un poco antes que ella, lo que me dio tiempo de observarla detenidamente, inconsciente pase de página hacia las últimas tome el grafito que recién había dejado en la bolsa del pantalón mezclilla que llevaba, sin percatarme escribí como si de poesía encerrada implicara, las palabras fluyeron describiendo cada detalle de ella.
-¿has terminado?. Me toma desprevenido.
-hace un rato. Confieso.
-aja y ¿Qué hacías?. Arquea sus cejas. -digo si se puede saber. Sigue ante mi silencio.
-no era nada.
-¿seguro?. Mantiene su mirada.
-si. Quito mi vista de ella y busco la hoja donde se encuentra mi propuesta. -entonces ¿Qué tienes?. Cambio el tema radicalmente antes que se dé cuenta.
Comenzó a explicarme lo que tenía en mente para el plan, Mute pupulars, debo admitir que está muy bien elaborado, su propuesta ante esta situación que la acompañaría mientras concluía el último año secundario era eficaz sin embargo, sé que soportaría los desenlaces de tal manera demostrar que pude radicalmente cambiar a una secundaria completa. Solo es de valentía, fuerza, querer para poder lograr lo que se propone y creo que ella lo conseguirá.
Mi idea fue un poco más descabellada y un tanto sin estilo, pero fue la que ganó y la hizo parecerle diferente a las demás, no digo ni menos pienso que se asemejas a las demás chicas del instituto sin embargo, me remito a los rumores que se chismorreaban en los pasillos, en el campus y en los baños de hombres. De cierto modo nuestro tiempo junto se extendió, por supuesto afín de cumplir con exactitud mi plan.
Aunque no me gustara que mi estabilidad estuviese a despensa de una chica tan insegura de ella, lo que la condujera a cometer errores o tonterías que causara una autoestima negativa, fue así. Ese era mi motivo de rotunda anegación a mis sentimiento por ella, hasta que la moldee, no diría a mi conveniencia o antojo, por qué estoy seguro eso no fue lo sucedido, pero si le di las armas necesarias para se convirtiera en una mujer capaz de lograr lo que se proponga, sin que los comentarios de los demás infirieran en su camino.
La segunda carta no tardó en aparecer, fue a los días de redactar la primera, me encontraba disfrutando de una peculiar película donde los protagonistas escondían su amor, por que era prohibido, irónicamente me recordó a ella, y entendía el porqué, pero seguía siendo extraño, solo teníamos un mes juntos. Desvíe mi mirada del tele por escasos segundo y la pose en la libreta que contenía el escrito primario, acto absurdo para mí o tiernos para otros, que realice por el tonto sentimiento que nacía, volví a la película y de nuevo observe la libreta, con inquietud me estire un poco para tomarla y así fue escrita la siguiente carta, inspirada en la película y su conexión a la historia que se formaba entre los dos.
Así como las anteriores de imprevisto fueron apareciendo las demás, la tercera, la cuarta y la quinta, todas con historias diferentes.
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