༺ Capítulo 2 ༻

- Y... ¿A logrado descubrir quién es su enamorado secreto? ¿Supongo que aún te escribe, no es así señorita Dal? -

Izkender Shalaby y Dalia Warrior se encontraban dando un paseo por el bosque.

- Oui, monsieur - afirmó la joven fingiendo seriedad, evitando mostrar su emoción hacía el tema de las cartas, claramente por sus sospechas sobre el joven jenizaro - Aún las recibo, pero la penosa verdad es que no logro descubrir la identidad de su autor -

La muchacha hizo cara de tristeza y bajo la cabeza, no evitando mirar con disimulo la sonrisa que el joven hizo ante eso. Pensó que no era ninguna pista, podía sonreír por no ser descubierto como también por haber apartado a un pretendiente más de la joven. Dado el caso, Dalia se atrevió a hacer la pregunta de la que al menos sabía que recibiría una mirada de respuesta.

- No será usted, ¿O si Monsieur Alexander? - preguntó con su habitual mezcla de idiomas - ¿No podría tratarse de una broma suya acaso? -

Su idea habría funcionado si el muy entrenado Izkender no supiera ocultar su nerviosismo.

- ¿Cómo crees Dalia? - ella levanto la cabeza con los brazos cruzados y una media sonrisa - No, dije que no, jamás bromearia con algo así... -

Musitó con dulzura, haciendo sonrojar un poco a la chica que lo oculto volviendo a la caminata.

- Bueno, no importa - Resolvió sonriendo hacia el amanecer, con su canasta de moras en brazo - Lo descubire muy pronto -

- ¿Tan segura está, mi Sultana? - El príncipe abrió los ojos como platos, por un momento, al darse cuenta de su error -

- ¡Bingo! - Exclamó la chica señalando al chico con su dedo acusador - ¡Lo sabía! ¡Eres tú Alexander Shalaby! -

- ¿Q-que de que hablas? - dió un paso hacia atrás -

- Mi autor anónimo me llama así en cada carta, ¡Así que eres tú Izkender Shalaby! -

«Izkender Shalaby, Shalaby, Shalaby ¡Como ama decirme así! Es como si supiera que soy un Sehzade» Pensaba con su cara de embobado.

- ¿Izkender? ¡Oye! ¿No me estás escuchando? -

- Eh- eh, ¿Disculpa? ¿Que? -

- Claro, hazte el despistado. Eres tú, ¿verdad? - Dalia hacía un puchero con los labios que combinaba perfectamente con sus brazos cruzados -

- No, no soy yo, y suficiente de cuestionamientos señorita Dubois - intento continuar la marcha pero la femenina lo detuvo tomándolo del brazo -

- ¿Y como explicas llamarme de esa forma? -

Él lanzó un estirado suspiro para darse la vuelta y echarle una pequeña mentira. «Que Allhá me perdone» pensó como súplica.

- Querida señorita, en mi trabajo cada que una mujer pasa cerca de mi suele ser una Sultana, por lo que debo llamarla de tal forma al reverenciarme - Explicó, no era del todo mentira, la mayoría de mujeres que solía ver eran Sultanas, hasta su querida hermana - Por lo que puede imaginar que la costumbre me confundió llamándola de tal forma, ¿Comprende? Fue un accidente -

Dalia dudo un momento, podía ser una excusa pero siendo un Jenizaro era bastante creíble.

- Mmm, si, está bien - Dijo antes de seguir su camino - Pero aún estás bajo mis sospechas -

Ambos rieron ante el comentario de la pelinegra, él rodo los ojos y continúo contemplandola mientras caminaban.

Si tan solo ella supiera que recibía...

«Cartas del Príncipe...»

.
.
.
.
.
.
.
• • •
¡Capítulo 2!

Lo re-publicaré si se me ocurre una carta, porque la verdad no tuve inspiración para la carta romántica en el Día de San Valentín xd

(Aunque lo escribí ayer, hoy lo publique porque hace tres días que no tenía internet)

Espero que les guste! Hasta la próxima!

Que tengan buena vida!

Bye!

❦✧ ➸•───────────•✿ ✧❦
Mar, 14 feb. 2024
❦✧ ➸•───────────•✿ ✧❦