DAVID

Amelia se ha ido para siempre.
¿Cómo podré vivir con su ausencia?.
¿Acaso no pensó en mí?
No seré capaz de vivir sin ella.
Esperé por años para tenerla a mi lado. Sé que no cumplimos todos nuestros sueños juntos, aún nos quedaba tanto por vivir.

Creí que era felíz a mi lado, que podía hacerle olvidar tanto dolor.

Una semana, ya una semana desde que te fuiste a un mejor lugar, pero me has dejado tan sólo.
He buscado consuelo en tus cartas, jamás pensé que durante tantos años estuviste escribiendo para mí.
Yo también lo hice, escribí poemas para tí. Pero no te los di a tiempo.
Te fuiste sin haberlos leído.

A pesar de que tomamos caminos diferentes en nuestra adolescencia, estaba escrito que nos volveríamos a encontrar.
Estábamos destinados el uno para el otro.
Fuiste el único gran amor de mi vida.
Te amé, te amo y te amaré hasta el final.

Mi preciosa de ojos café.
Yo también soy débil y cobarde, mi vida siempre has sido tú.
Espérame, ya voy a tu encuentro.

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Esa misma noche, David se lanzó al vacío. Para encontrarse una vez más con su amada.
Pero esta vez, para siempre.

Existen amores tan grandes, que cuando uno de ellos se va, el otro lo sigue.

Ellos se amaron hasta el final de sus vidas.
Ella cumplió su promesa de amarlo por la eternidad.
Él cumplió su promesa de amarla hasta el final.

Fin