Capítulo 50

Otro día más donde la universidad me estresa, al ser ya casi el final de semestre-y con ello nosotros, los de último año, nos graduamos-nos han dejado miles de tarea que no se para que nos van a servir en la vida, espero que sea para algo, pero lo dudo.

La hora de almuerzo ya llegó lo que significa que hay que hacer una larga fila en la cafetería para comer algo decente-por suerte para nosotros la cafetería ofrece un menú bastante bueno-Lo primero que puedo ver en la cafetería es a Paulo comiendo junto a Alvin, Claudio y Kori, que ahora parece que es la mejor amiga de ellos.

Ellos ni siquiera se percatan de mi presencia hasta que hago ruido para
sentarme en una de las mesas del lugar-sola, como siempre he estado-, siento sus miradas en mi espalda seguido de cuchicheos y risas. Solo espero que no sea por mí.

A los pocos minutos tengo delante de mí a Emi, ella me entrega mi sándwich de jamón, queso, tomate y lechuga, seguido de eso me entrega un vaso con jugo de naranja. No es la comida más nutritiva o deliciosa del mundo, pero sirve para quitar el hambre.

Le doy una mordida al sándwich y me giro ligeramente, Kori se encuentra
sonriendo mientras habla con Claudio y Alvin. Paulo me mira, hoy tiene un nuevo golpe realizado con el "bajo"-todos sabemos que no es el bajo-Supongo que algún día va a ganar valor para iré de su casa.

-Mira a quien tenemos aquí-Daniel se presenta delante de mi mesa con su sonrisa idiota.

Daniel es una de las personas más pesadas e idiotas que he conocido, seguro ahora viene a dejarme en ridículo-como siempre, de eso vive y se alimenta, del ridículo de las personas-Él se sienta en la silla a mi lado, me sonríe y me pasa una de sus manos por mi pelo hasta que este se encuentra completamentedespeinado.

A alguien le costara mucho lograr que este pelito vuelva a estar desenredado.

-¿Qué quieres? -le contesto de mala gana, hace tiempo que no andaba rondando mi alrededor, no diré que lo extrañé, al contrario, fue un alivio no verlo por unas semanas.

-¿Y ese tono? -me cuestiona-no me gusta para nada Samantha.

-Déjame en paz-él suelta una carcajada y comienza a jugar con el borde de mi vaso de jugo.

-¿Sabes qué por tu culpa me expulsaron? -me dice y no sé qué
espera que haga, ¿llorar por qué lo expulsaron? Por dios, eso fue lo
mejor que pudieron hacer.

-No me culpes de tus problemas-sujeto el estuche con la guitarra, me engancho la mochila al hombro e intento pararme e irme, pero, su brazo me lo impide-¡Déjame tranquila! -tal vez lo dije un poco alto, ahora todos los ojos están en mí, incluyendo los de Kori, Claudio, Alvin y Paulo.

-Estas muy valiente hoy-yo cierro mis ojos al sentir el líquido resbalar por mi cabeza, ha vaciado el jugo de naranja en mi pelo-No juegues conmigo Sam, vas a salir perdiendo.

Siento el murmullo de todas las personas que se encuentran almorzando, esto me recuerda a la otra vez cuando Daniel expuso que tenía VIH delante de todos, no es una sensación placentera ni agradable por ninguno de los lados que vea.

Salgo del lugar mientras rebusco en mi mochila algo con que limpiarme la cabeza y parte de la cara. Huelo a naranja, por lo menos no es un olor feo, no como la vez que me lanzo el cubo con agua sucia, apestaba mal, muy mal. Me doy por vencida cuando a pesar de estar limpiándome el rostro sigo pegajosa.

Buscando una forma de liberar el estrés que tengo me siento en uno de los bancos del pasillo-los que están cerca del área verde interna de la universidad-, pero, no ha pasado ni un minuto cuando tengo de nuevo al chico rubio pegado a mi lado.

-Samantha-es peor que un chicle en el pelo, en serio, no sé porque tengo que aguantar a este chico, ¿qué mal le he hecho al mundo?

-¿A cuántas personas has contagiado? -me cuestiona en tono burlesco-En serio das pena.

El chico no se va de mi lado y yo intento ignorarlo tocando alguna
canción que me relaje, pero, es imposible dejar de escuchar sus
comentarios hirientes.

-Seguro eres una decepción para tus padres, en serio seguro les jodiste la vida, yo si fuera tus padres me daría vergüenza tenerte como hija-comienza a decir como si su boca fuera ametralladora y sus palabras balas-En serio no sabía que ibas a llegar tan bajo, deberías ponerte un cartel en la frente que diga zorra.

-¿Y por qué no te pones tú un cartel que diga idiota? -le cuestiono y él sonríe-Ya déjame en paz y respétame de una vez, yo por tener VIH no soy peor que tú, eso no me hace ser una zorra, no me hace ser una vergüenza para mis padres al contrario de ti-él se
queda mirándome con su sonrisa de autosuficiencia, pero esta es borrada poco a poco cuando sigo hablando-Tú debes ser una vergüenza para tus padres, a mí me daría vergüenza tener un hijo como tú, una persona tan mala, tan prepotente. Alguien que solo
puede sentirse bien cuando se burla de los demás porque no se siente
conforme con lo que es él, porque tienes seguro miles de complejos
que lo camuflas haciéndole daño a los demás-él se encuentra serio
mirándome, su rostro ha adquirido un ligero tono rojo-Si fuera tus
padres me daría vergüenza tener un hijo como tú que, desprecia, odia, ridiculiza, burla, menosprecia y es cruel, si yo fuera tus padres viviría
decepcionada de tener un hijo como tú.

Y me pegó, Daniel estrecho su puño con mi rostro, ¿dolió? como
no tienen idea. Sus puños están apretados, tan apretados que su mano
se está poniendo roja. Se le marca ligeramente una vena en la frente y
otro puño impacta en mi cara, esta vez, mi labio pago las consecuencias y una fina línea de sangre sale de este.

Daniel me dobla el tamaño, y no es justificación para lo que voy a hacer, ni se porque lo voy a hace, pero siento que si no lo hago mí cara terminará apachurrada llena de moretones, terminaré sin dientes y quién sabe si los golpes se extenderán para otra parte de mi cuerpo.

Daniel se volvió como loco, logre esquivar algunos golpes, otros
no, pero la situación no se detuvo hasta que sostuve mi guitarra como
bate y se la estrelle en su cuerpo.

-Dios mío-siento que alguien dice a mis espaldas, cuando me giro me encuentro a Kori y a Claudio-Acabas de romperle la guitarra encima de él-me dice Claudio mientras se acerca a ver si Daniel está bien, este se encuentra agachado mientras que de su frente sale sangre.

En el piso esta mi tan preciada guitarra, que ya no sirve para nada. Kori se me queda mirando, no sé si su rostro muestra decepción, preocupación o tristeza.

Me alejo del lugar con mis cosas-incluyendo la guitarra rota-, pero, nada más doblar por el pasillo soy arrastrada a la dirección.

-Señorita Rolo-el director me habla mientras da un golpe en la mesa, yo lo miro y me tomo la libertad de cogerle una servilleta de las tantas que tenía para limpiarme el labio, mi ojo duele y mucho- ¿Sabe qué lo que acaba de hacer tiene consecuencias no?

Yo lo sigo observando y asiento mientras me quito la sangre del
labio.

-¿Usted podrá darse cuenta que fue en defensa propia no? -le
pregunto y el asiente, se sienta en su silla y se arregla los espejuelos.

-Samantha-su mirada me juzga, ya no es el director tan agradable de siempre-En esta institución no toleramos la violencia-me dice y yo resoplo-Estará expulsada una semana
teniendo en cuenta que fue en defensa propia-una carcajada sale de
mis labios, esto tiene que ser un chiste.

-O sea déjeme ver si lo comprendo-analizo la situación-Tengo que aguantar las burlas, bromas y dos puñetazos de Daniel y... ¿yo soy la expulsada? ¿Qué le van a hacer a él? -cuestiono enfadada.

-El tendrá también su castigo-me dice el director-Aquí somos
justos con todos.

Salgo del lugar más alterada de lo que estoy, mi rostro esta morado e hinchado, de mi boca sale sangre. Literal no hay un espacio de mi cara que no tenga alguna marca del chico. Mi ojo derecho está ligeramente cerrado, doy asco.Me siento en el piso cerca de la sala de música. Dejo que las ganas que tengo de llorar se liberen y que las lágrimas salgan de mis ojos.
¿Por qué me tienen que pasar estas cosas a mí? Me dejo llevar y
comienzo a sollozar, envuelvo mis piernas con mis manos y recuesto
la cabeza en la pared, esta duele como no tienen idea.

-¿Te encuentras bien? -una voz conocida me cuestiona y yo
asiento, una mano se agita delante de mi rostro. Kori tiene un pañuelo
e intenta limpiarme la sangre de mi labio.

-Detente-le sostengo su mano para que no siga moviéndose sobre mi rostro, Kori me ignora y sigue limpiando, en este momento
me siento más mal todavía, incluso cuando le hice daño ella sigue
ayudándome-¿Puedes parar?

-Solo quería ayudarte-se sienta a mi lado.

-No pedí tu ayuda-sus ojos adquieren un brillo triste-No
merezco tu ayuda-siento lagrimas bajar por mis ojos-Vete y
déjame tranquila, solo te vas a lastimar.

Ella suspira y se vuelve a acercar a mí. Sus manos sostienen mi rostro y ella lo analiza detenidamente.

-¿Te duele mucho? -cuestiona y de alguna forma eso me hace sentir aún más mal de lo que estoy.

-Déjame sola por favor-ella niega y yo suspiro-Carolina vete de una buena vez, creo que te he dejado claro que no quiero verte ni hablarte, ¿no? -no sé porque hago esto, en este momento no estoy siendo una buena persona, para nada. Lo menos que quiero es que se vaya de mi lado, quisiera que se quedara conmigo, que me abrazara y solo estuviera a mi lado, justo como lo está haciendo ahora. Pero simplemente, no puedo dejar que pase.

-Samantha-la miro con los ojos entrecerrados mientras ella se
levanta del piso-No puedes ser tan malagradecida, a pesar de lo mucho que me lastimaste-yo trago saliva y ella se limpia una lagrima que cae de su ojo-A pesar de eso, estoy aquí. Como una idiota tratando de ayudar a la chica que me ha roto-su voz es
temblorosa-Porque si no te das cuenta, soy la única persona de esta
maldita universidad que se preocupa por ti. Cuando Daniel dijo
delante de todos que tenías VIH yo fui la única que se quedó a tu lado,
a pesar de que no querías, pero, esta vez no me quedare a tu lado. No
mereces que lo haga, solo actúas como estúpida y mira tal vez jugaste
conmigo, pero, la Samantha de la que me enamoré no era así-yo abro
los ojos ante lo que acabo de escuchar-Ya me he dado cuenta que sólo fue una ilusión. Con decir gracias tenías, no te pedía mucho sabes, solo las malditas gracias-Kori se seca las lágrimas que tiene en sus ojos y se marcha por el pasillo, sé que la he cagado de nuevo-Y...-da unos pasos atrás y me vuele a mirar-... si no quieres nada con la persona no la utilices, ni la enamores ni nada de eso. No actúes como una mierda, te estás metiendo en la misma categoría de Daniel.

A ver, porque no puede ser más fácil acercarme a ella y decirle "yo
también me enamore de ti" "Te amo". Pero no, Samantha Rolo tiene que cagarla de nuevo y dejar ir a esa chica.



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